Diversas
intervenciones durante el Foro Nacional Sumemos Causas por la Seguridad
Alcazar del Castillo de Chapultepec, 15 de octubre de 2013
La Presidenta de Causa en Común, doctora María Elena
Morera de Galindo:
Nuevamente, muy buenos días a todos.
Nuevamente, muy buenos días a todos.
Licenciado
Enrique Peña Nieto, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos;
licenciado Miguel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; doctor Miguel Ángel
Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal; doctor Manuel Mondragón y Kalb,
Comisionado de Seguridad Pública; licenciado Manuel Velasco, Gobernador de
Chiapas.
Gracias
a todos ustedes, por acompañarnos.
Gracias
a los Consejeros de Causa en Común; a los representantes de distintas
organizaciones sociales con las que siempre hemos participado.
Amigos
policías Federales, estatales y municipales, para quienes les pido un fuerte
aplauso. Realmente, este esfuerzo, por supuesto que es para los ciudadanos,
todo lo que hacemos en Causa en Común, pero también es para nuestros amigos
policías.
Representantes
de los medios de comunicación; amigos todos.
Señor
Presidente:
En
Causa en Común reconocemos el compromiso que ha mostrado usted por apostar a la
política, a la negociación y al acuerdo de las fuerzas políticas para
transformar a México.
Valoramos
también, que mantenga un diálogo con las organizaciones de la sociedad civil.
Su presencia aquí es un ejemplo de ello.
La
calidad de las instituciones, es determinante en un Estado que garantice a sus
ciudadanos el acceso a la ley, a la educación, a la economía, a los bienes
públicos y otro que excluye a la mayoría.
En
este contexto, el Estado tiene una obligación básica antes que cualquier otra,
y es darle certidumbre a sus ciudadanos. Certidumbre de vivir con seguridad y
con tranquilidad. Pero, precisamente, la seguridad y la justicia, que deberían
de ser una prioridad de cualquier Gobierno, es la deuda pendiente.
Aquí,
señor Presidente, con respeto pero con contundencia, debo compartirle lo que
vemos y lo que nos duele. Desde la mirada de un ciudadano, la calidad de la
policía es la mejor manera de evaluar a nuestro Gobierno.
Estamos
cansados de dudar, cansados de esperar. Muchas familias cansadas de sufrir. Los
mexicanos, señor Presidente, estamos cansados de tener miedo. Llevamos 30 años
que las autoridades nos prometen estrategias de seguridad y justicia,
instituciones profesionales y confiables.
Sin
embargo, pese a los esfuerzos mayores y menores que se han hecho, pese a los
avances en algunos estados y en algunas áreas del Gobierno Federal, lo único
que es evidente es que la violencia y el delito ha ido más rápido que las
capacidades institucionales.
Seguimos
dependiendo de las capacidades individuales y sólo podrá avanzar cuando el
Gobierno no dependa de la habilidad de una persona, sino que dependa de la
fortaleza de sus instituciones.
Por
ejemplo, reconocemos que de enero a agosto el homicidio doloso bajó un 15 por
ciento, siendo esto muy afortunado, no tenemos certeza de que se deba a la
coordinación o se deba al diseño de diversas estrategias, lo que significa que
no podemos asegurar que esta tendencia que realmente es sumamente afortunada se
mantenga en el tiempo.
Refiero
esto, porque los mexicanos ya fuimos testigos del 2004 y el 2005, los
secuestros denunciados bajaron mucho. Sin embargo, posteriormente, y lo digo
con mucha tristeza, volvieron a subir y con mucho mayor violencia.
Es
momento de hacer un alto en el camino, de que reconozcamos que México vive una
encrucijada.
No
es cerrando los ojos a una realidad como se resuelve, no es escudándose en
encuestas, como se responde a la gente o se le otorga certidumbre, tampoco es
eludiendo la responsabilidad que a cada autoridad le compete.
Todos
necesitan hacer su parte, los gobernadores y el Jefe de Gobierno deben dejar de
ignorar sus obligaciones en seguridad y en justicia.
El
Consejo Nacional de Seguridad Pública, fue el instrumento creado para que todos
adopten compromisos, no sólo para sacarnos fotos.
Aquí,
los ciudadanos también debemos hacer un alto en el camino. También, tenemos que
asumir que cumplir con la ley es nuestra obligación y, muchas veces, muchas
veces no lo hacemos. Asumir, que como parte de una comunidad somos
corresponsables de lo que sucede en México.
En
Causa en Común, tenemos como misión generar confianza entre los ciudadanos y
entre los ciudadanos y las autoridades.
La
confianza es un activo fundamental para la gobernabilidad del país, razón por
la cual hemos implementado el Programa Acompañamiento al Plan de Carrera
Policial que a grandes rasgos consiste en una supervisión ciudadana a las
policías.
Debo
decir, que este programa que nos convoca el día de hoy ha sido posible, gracias
a que hemos tenido acceso a la información, lo cual ha sido un primer y valioso
paso.
Le
agradecemos a la Secretaría de Gobernación y a los directores de los Centros de
Control de Confianza su compromiso.
El
objetivo de este programa es fortalecer a nuestras instituciones, empezando por
el eslabón que está en contacto con la sociedad, las policías, las preventivas
y las ministeriales. Pero aunque debería de ser el eslabón más fuerte es,
justamente, el más débil y por donde se rompe constantemente la cuerda.
Hay
un factor determinante que las corrompe: la falta de regulación en la vida
interna de nuestras policías. No existe un concepto claro de justicia sobre sus
legítimas aspiraciones profesionales, como la promoción de carrera, la
seguridad o los ascensos.
No
vemos que el sistema de desarrollo policial sea permanente, sea accesible y
confiable desde el punto de vista de los servidores públicos.
Esto
lo hemos confirmado en las encuestas que forman parte de la organización como,
por ejemplo, tres de cada cinco policías refieren que no tienen conocimiento de
los mecanismos de promoción y ascenso.
Uno
de cada tres percibe un salario de seis mil pesos mensuales o menos por su
trabajo. No hay homologación de criterios y sabemos que México es todo un
mosaico de diferencias. Sin embargo, los criterios mínimos los deberíamos tener
claros para la policía.
Tampoco
hay capacitación suficiente a los mandos que tengan la habilidad de infundir en
su personal, la ética, el sentido de pertenencia y la responsabilidad social.
En
este proceso, los controles internos y externos son insuficientes. Tenemos un
58 por ciento de los policías estatales aprobados por control de confianza, el
nueve por ciento no está aprobado, el ocho por ciento está pendiente de
resultado y el 25 por ciento no ha sido evaluado.
Debemos
reconocer que el único que ha cumplido con esto cabalmente ha sido el Gobierno
Federal y muy pocos estados.
Sabemos
que el control de confianza es un mecanismo imperfecto y que debe mejorarse.
Sin embargo, también deben fortalecerse los consejos de honor y justicia, las
unidades de asuntos internos y los mecanismos de supervisión civil.
Los
controles los debemos ver como parte del sistema de desarrollo policial, como
parte de un todo, no de manera individual. De manera individual seguiremos
teniendo problemas.
Este
panorama se convierte, entonces, en un círculo perverso, donde por un lado los
policías no tienen certidumbres, no hay controles suficientes; y, por el otro
lado, los ciudadanos no tenemos confianza en su trabajo.
Sabemos
que construir instituciones es una tarea muy compleja y que puede tomar, al
menos, una generación si hay visión y persistencia.
Pero
no hay forma de darle la vuelta al problema de inseguridad si no lo hacemos
fortaleciendo a las policías.
Y
si bien hay cambios en la ley que debemos hacer y, por supuesto, que serían
útiles, no son determinantes para que la reforma policial ocurra.
Señor
Presidente:
Estos
son algunos de los problemas que hemos visto que nos duele y que debemos
solucionar para crear una historia distinta de nuestros policías; una historia
distinta de nuestras instituciones de seguridad y justicia.
Le
pedimos, señor Presidente, que el compromiso sea mucho mayor, con una
estrategia integral y trascedente en los siguientes años.
Confiamos
en su liderazgo para cambiar las cosas, como lo está haciendo en educación, en
energía, en competencia.
Por
el bien de México, queremos que su sexenio finalmente consolide a las
instituciones de seguridad y justicia, y como parte de la sociedad civil
queremos seguir participando en esta transformación que es profundamente
social.
Un
Gobierno al que le importan sus policías, es un Gobierno al que le importan sus
ciudadanos.
Cuando
la percepción general sobre nuestras policías sea de admiración y de respeto,
habremos creado las instituciones de seguridad y justicia que México merece y
necesita.
Muchas
gracias por acompañarnos en este foro.
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