8 dic 2013

No va a pasar reforma migratoria; Wayne Cornelius,


 No va a pasar reforma migratoria'; Wayne Cornelius, profesor emérito de la Universidad de California en San Diego.
Nota de Silvia Garduño
 Reforma, (8 diciembre 2013).- La reforma migratoria en Estados Unidos está muerta, opina Wayne Cornelius, profesor emérito de la Universidad de California en San Diego.
 Entrevistado en su casa en el barrio de North Park, el politólogo advierte que los cambios en materia migratoria comenzarán a verse a nivel estatal y no federal.
 Una reforma migratoria comprensiva, detalla, podría aprobarse hasta 2023.
 -¿Cuáles son las posibilidades de que se apruebe la reforma?
Antes de que el Senado aprobara su proyecto de ley, pensaba que había un chance del 50 por ciento, pero desde junio esa probabilidad ha bajado notoriamente, porque los republicanos en la Cámara de Diputados han mostrado su oposición casi total al proyecto. Diría que la probabilidad de que el proyecto del Senado sea aprobado, es cero, no va a pasar.
Cuando lleguemos a enero, estaremos en pleno ciclo electoral. Veo muy poco probable que haya acción en cualquier proyecto importante de legislación durante 2014.

 -¿También ve improbable una nueva iniciativa?
La única cosa que los republicanos apoyan en la Cámara de Diputados son pedacitos del proyecto del Senado, sobre todo vigilancia fronteriza e interna. Se habla de algún proyecto sumamente limitado de legalización, sin la posibilidad de hacerse ciudadano, y aún con esa limitación, no veo a la mayoría republicana a favor.
En la Cámara de Diputados solamente hay 45 distritos con posibilidad de competencia. En la mayoría de los distritos controlados por republicanos no hay incentivos para apoyar ningún proyecto.
Se puede proyectar que esas mismas condiciones de los distritos seguros estarán hasta después del censo de 2020, hasta que haya una nueva redistritación en 2022, y el primer ciclo electoral después de eso sería el de 2023, o sea, existe la posibilidad de que no haya un proceso serio de reforma migratoria en 10 años.
 -Había muchas expectativas sobre la reforma a inicios de año ¿qué pasó?
La Cámara de Diputados ha sido el panteón de la reforma migratoria desde 2006, y muy poco ha cambiado desde entonces.
Los republicanos que más se resisten a la reforma están en distritos en que no hay incentivos para apoyarla. En sus distritos hay tanta resistencia a la reforma que cualquier diputado que la apoyara correría el riesgo de perder buena parte de su base. Ese cálculo político-electoral es el que está afectando el progreso en esta cuestión.
 -Obama prometió una reforma migratoria durante su segundo mandato...
Puede echarle la culpa a los republicanos, y tendría mucha razón, pero me pregunto, ¿qué es lo que va a ofrecer a los latinos el próximo candidato demócrata a la presidencia?, ¿prometer de nuevo la reforma migratoria frente a una Cámara de Diputados básicamente igual o peor? ¿Sería una promesa con credibilidad o no?.
 -¿Qué pasa con los dreamers?
Existe un programa para ellos que se llama DACA, Acción Diferida. Es el único programa de legalización que tenemos funcionando, y es muy probable que sea el único vehículo para legalizarse de corto plazo, desde ahora hasta fines de la administración de Obama.
El peligro es que, si gana un republicano en 2016, el programa se acaba, aunque sería difícil para un presidente republicano desecharlo completamente.
DACA es la única cosa disponible, pero no es una solución para todos, y no es una solución definitiva, porque es nada más una suspensión de deportación por dos años, renovable, pero no es un camino fijo a la legalización.
 -¿Qué hay del papel de México?
No hay nada que pueda hacer el Gobierno mexicano, más que presionar por canales diplomáticos. Públicamente no hay nada que se pueda hacer.
 -Mientras tanto siguen las deportaciones...
Ése es un punto clave. El argumento político para las deportaciones masivas es que era necesario para construir la credibilidad de Obama, de que tomaría en serio los elementos de vigilancia. Ahora que las posibilidades de una reforma comprensiva son cada vez más escasas, ¿cuál es el argumento por mantener ese nivel de actividad en cuanto a las deportaciones?
Este punto carece de validez política, moral, hasta fiscal. El costo de sacar casi 400 mil indocumentados del país cada año supera los 5 mil millones de dólares.
 ¿Qué hay de la legislación estatal?
Por primera vez, desde 2006, la mayoría de los proyectos de ley introducidos en las legislaturas estatales son de tipo pro inmigrante.
La ola de proyectos antiinmigrantes a nivel estatal y local llegó a su límite. La posibilidad de que haya progreso en cuanto a derechos de inmigrantes en el futuro previsible existe a nivel estatal y a nivel local, o sea, se puede hacer más por ese lado, que a nivel federal.

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