La CNDH
torció el derecho/SANTIAGO
IGARTÚA
Revista Proceso # 1936, 7 de diciembre de 2013
En lo que
atañe a la polémica recomendación girada a la UNAM por la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, los enjuagues partidistas y la guerra sucia entre rivales
políticos se antepusieron a una verdadera defensa de las garantías
individuales. Lo anterior resume la opinión de Luis González Placencia respecto
al caso de un profesor universitario acosador. El exómbudsman capitalino
enumera algunas de las aberraciones jurídicas en las que incurrió la CNDH:
consideró servidor público federal al docente, rehuyó la conciliación, equivocó
el sujeto a sancionar, exigió dos denuncias por un mismo caso y pidió violentar
normas.
Por vez
primera en su historia, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)
emitió una recomendación contra la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), derivada de un caso de acoso sexual y agresión física de un profesor a
una alumna menor de edad, a finales de abril pasado, en el plantel 9 de la
Escuela Nacional Preparatoria.
Como
puntos centrales, la CNDH argumentó que la Universidad Nacional había
abandonado a la joven de 16 años en el proceso jurídico y dejando a la víctima
en estado de indefensión.
Emitida
el pasado 29 de octubre y difundida a los medios de comunicación el décimo
segundo día de noviembre, con rótulo 45/2013, la recomendación dirigida por el
presidente de la Comisión Nacional, Raúl Plascencia Villanueva, al rector José
Narro Robles, exhorta a llevar el caso a la Contraloría Universitaria,
presentar una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de la República
(PGR) y brindar la atención psicológica necesaria para alcanzar el total
restablecimiento de la menor, aparte de establecer un programa integral de
educación, formación y capacitación en materia de derechos humanos que prevenga
otros casos.
La UNAM
condenó públicamente el ataque a la menor y acreditó que a los 15 días de la
agresión, tras el proceso correspondiente, separó de su cargo al profesor de
nombre Teodoro Castro Ruiz y acompañó a la joven a presentar la denuncia penal
FDS/FDS-4/T1/00220/13-04 ante la PGJDF el mismo día de los hechos, la cual fue
turnada a la PGR para integrar la averiguación previa
AP/PGR/FEVIMTRA/2002/2013, proceso en el que las autoridades universitarias
fueron requeridas.
No
obstante, la CNDH, que hizo suyo el caso a partir de una queja de la madre de
la menor el día 7 de mayo, consideró que había pruebas de distintas
“transgresiones a los derechos humanos, a la integridad y seguridad personal,
al desarrollo social, a la educación, a un trato digno, y determinó que se
limitó el acceso a la justicia de la víctima, así como el interés superior de
la niña”, según se lee en la recomendación.
El texto
y los señalamientos ahí vertidos, signados por el ómbudsman nacional, aluden en
lo particular a la Oficina del Abogado General de la institución universitaria,
a cargo de Luis Raúl González Pérez, a la que responsabiliza por las faltas en
la preservación de los derechos de la joven y de haberla abandonado a su
suerte.
A raíz de
esto, han sido numerosos los cruces de declaraciones entre funcionarios de
ambas instituciones, develando un trasfondo ajeno a la defensoría de los
derechos de la menor.
“Llama la
atención que se hagan imputaciones directas a la Oficina del Abogado General,
que en todo momento ha ofrecido su apoyo, y sorprenden las afirmaciones de la
comisión que faltan a la verdad. Entre ellas, una inadmisible en el sentido de
que el caso quedó impune”, declaró José Narro Robles el 14 de noviembre.
Finalmente
la UNAM aceptó la recomendación el 20 de noviembre y respondió con un
contundente escrito, firmado por el propio rector, en el que advierte que no
permitirá ni tolerará “afirmaciones sesgadas y contrarias a la verdad de los
hechos”. En el texto, la universidad documenta que, previo a la recomendación,
había enviado a la CNDH el informe DGEL/3889/2013, de más de 182 fojas, donde
el abogado general se puso a disposición del organismo de derechos humanos para
coadyuvar en el caso. En la respuesta de la UNAM se detallan también las
medidas adoptadas antes y después de la recomendación, lamentando que la CNDH
diera ese paso inédito en la relación de ambas instituciones sin buscar la
conciliación.
Irregularidades
Consultado
a un par de meses de su salida como presidente de la Comisión de Derechos
Humanos del Distrito Federal (CDHDF), el doctor Luis González Placencia analizó
para Proceso la recomendación que la CNDH dirigió a la UNAM, encontrándola
endeble y plagada de irregularidades.
En
entrevista realizada el viernes 22 de noviembre, el exómbudsman capitalino fue
claro al señalar que, de inicio, la recomendación pudo resultar improcedente
por no tratarse de un caso de la competencia de la comisión nacional.
Explicó:
“Como primera consideración, me parece que era importante que la CNDH
argumentara por qué consideró que un profesor era un servidor público federal y
que tenía competencia para conocer del caso”.
Más allá,
González Placencia cuestionó por qué la Dirección General de Quejas y
Orientación de la CNDH, a cargo de Máximo Carvajal Contreras, quien fue
director de la Facultad de Derecho de la UNAM durante ocho años y miembro del
Consejo Universitario, en conocimiento de sus marcos jurídicos, dio entrada a
la queja a sabiendas de que el profesor no es un servidor público, a diferencia
de secretarios académicos y directores, entre otros cargos, así como la
improcedencia de solicitar la remisión del caso a la Contraloría Universitaria
con el fin de abrir un proceso improcedente.
“Las
contralorías tienen que ver con las autoridades. Por eso es que no tienen
facultades, y esa es una de las razones por las cuales la CNDH no debería haber
intervenido. Habiendo sido funcionario de la UNAM, el director de Quejas
tendría que conocer la competencia de la contraloría (universitaria). Habría
que investigar si la incorporación de la queja se hizo a sabiendas de que no
les correspondía o si simplemente fue un tema que omitió. En estos temas
siempre se mueven dos sospechas: ignorancia o malicia”, comentó el experto.
Un
segundo elemento que llamó la atención del exómbudsman capitalino fue que, a
pesar de que la UNAM “actuó con rapidez” en la destitución del profesor, con la
máxima represalia aplicable al caso, resolvió previamente varios de los puntos
recomendados e interpuso las denuncias tanto en el Ministerio Público (MP)
local como en el MP federal en un lapso de 15 días, no se haya buscado, como
solicitó la universidad, una conciliación para atender el caso.
Otro
punto a subrayar, según González Placencia, fue que la CNDH recomendara a la
UNAM y omitiera pronunciarse sobre la vigilancia, “que sí le corresponde”, a la
Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de
Personas de la PGR (Fevimtra), donde se sigue el caso.
“En mi
opinión, es ahí donde se abre el escenario de intervención, por tratarse de una
adolescente, para garantizar que los derechos de la joven fueran salvaguardados
por la propia PGR; asumir de oficio que era importante mantener la vigilancia
sobre la autoridad involucrada. Puede no pronunciarse sobre la Fevimtra porque
no ha resuelto todavía, pero en el caso de la UNAM, que sí resuelve rápido y
resuelve bien, ahí sí se pronuncia y recomienda”, cuestionó.
Otra
irregularidad radica en que la CNDH apresuró la emisión de la recomendación a
la UNAM. En contraste, durante los mismos días que se amonestó a la casa de
estudios, entre el 29 y el 31 de octubre, tres recomendaciones contra la SEP
por agravios sexuales en escuelas (48/2013; 51/2013; 55/2013) tomaron un
promedio de dos años en emitirse.
“El
presidente de la CNDH tiene un colegio de visitadores para discutir qué
recomendaciones van primero y cuáles van después. En el caso de la
recomendación (32/2013 contra la CDHDF en agosto pasado) por el caso Góngora
también fue muy rápida. Valdría la pena ver por qué unas recomendaciones salen
más rápido que otras. Por la experiencia que he tenido en la CNDH como
visitador y posteriormente como ómbudsman, sé que no es fácil determinar el
tiempo para una recomendación. Y naturalmente depende de la gravedad de los
casos. Por ejemplo, la recomendación del 1 de diciembre salió en cinco meses.
Pero fue una recomendación muy compleja, que requirió de muchísimo trabajo y
que era importante sacar por su relevancia en el ámbito público, antes de que
se diluyera la responsabilidad en la historia.”
En el
punto 55 del documento recomendatorio, la CNDH afirma que “existieron elementos
de convicción suficientes” para formular una nueva denuncia de hechos ante la
PGR, no obstante que meses atrás se hubieran iniciado las averiguaciones
previas tanto en esa dependencia como en la PGJDF, con el fin de determinar la
responsabilidad del “servidor público responsable”, como se refiere la CNDH al
maestro Teodoro Castro Ruiz.
A esto
respondió el abogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez, en
entrevista con este semanario: “Hasta un alumno de primer año de derecho sabría
que es totalmente inconducente hablar de presentar otra denuncia sobre los
mismos hechos, de los cuales no solamente ya conoce la autoridad federal, sino
que ha venido integrando la averiguación previa con las indagaciones
correspondientes. Es ocioso. Sólo evidencia la mala fe en la actuación (de la
CNDH) para confundir a la opinión pública”.
En su
caso, el abogado pregunta por qué si la CNDH consideró oportuno realizar una
nueva denuncia, en los seis meses transcurridos entre que recibió la queja y
emitió la recomendación, entre mayo 7 y octubre 29, no lo hizo.
Intención
opaca
Señalada
la Oficina del Abogado General de la UNAM por la CNDH como responsable de los
supuestos de abandono e impunidad en el caso de la joven agredida en la
preparatoria 9 de la Escuela Nacional Preparatoria, Proceso buscó a los
titulares de las dos dependencias para hablar del trasfondo político al que
González Placencia, así como las propias autoridades universitarias, han hecho
referencia.
Durante
un lapso de dos semanas se solicitó una entrevista con el presidente de la
CNDH, Raúl Plascencia Villanueva. No se consiguió.
El
abogado general Luis González Pérez, por su parte, concedió el diálogo el
pasado jueves 22, en la Torre de Rectoría.
Ahí
rechazó las imputaciones en su contra por abandono y omisión al no dar parte a
la Contraloría de la UNAM, acreditando que no es una posibilidad en las normas
jurídicas universitarias.
–¿A qué
le atribuye usted la recomendación de la CNDH?
–Ésta es
una pregunta que había que formulársela a ellos. ¿Por qué esta intencionalidad,
este manejo? ¿Por qué no entablar un diálogo, habiendo sido atendido el caso
con la máxima sanción que está en nuestro ordenamiento? Sabían que estábamos
contribuyendo con el Ministerio Público. Por eso decimos que inadecuadamente no
aprobaron la vía de la conciliación.
“Nos
dicen que por qué está libre la persona. No nos toca a nosotros perseguir el
delito. No son atribuciones de la UNAM fungir como Ministerio Público.”
–¿Los
señalamientos son directos a la Oficina del Abogado General?
–Completamente,
por lo que leí en la prensa.
–Lo
acusan de silencios cómplices, de abandono.
–Y los
rechazo categóricamente. Falso. Así lo demuestra toda la información que hemos
vertido. Cualquiera pensaría que tiene otra intencionalidad.
–¿De
fondo hay una disputa política por la CNDH? ¿Usted tiene la intención de
contender por la CNDH en 2014?
–No es
tema de si una persona quiere o no quiere estar en un proceso participativo
para estar al frente de una institución. Habría que preguntar si todas las
recomendaciones se publicitan con la misma intensidad.
Añeja
disputa política
El
enfrentamiento político entre el abogado general de la UNAM y el presidente de
la CNDH se remonta al proceso de elección del ómbudsman nacional de 2009 en el
que ambos contendieron, junto con Emilio Álvarez Icaza, siendo elegido
Plascencia Villanueva con el impulso de José Luis Soberanes, quien hasta
entonces y durante 10 años ostentó el cargo (Proceso 1721).
Plascencia
Villanueva no contaba entonces con el apoyo de las organizaciones de derechos
humanos y no lo tiene ahora. Sin embargo, fue favorecido por el Senado de la
República en una negociación tramada entre los coordinadores del PRI y del PAN,
Manlio Fabio Beltrones y Gustavo Madero, que se inclinaban por la candidatura
de González Pérez hasta las horas previas a la votación en la que se hizo valer
el apoyo de Soberanes (Proceso 1723).
Con la
cuenta regresiva para una nueva elección en la CNDH, que se efectuará en el
último trimestre de 2014, llega la desacreditación, por parte de quien podría
buscar la reelección en el puesto, hacia quien resulta un candidato natural,
Luis Raúl Pérez González, según la apreciación del exómbudsman capitalino Luis
González Placencia. “Nuevamente la CNDH utiliza las recomendaciones con
finalidad distinta a la que la ley le permite”, disparó para entonces abordar
ampliamente el tema de la manipulación política que, a su entender, se ejerce
desde ese organismo.
Arguye
que el caso de la UNAM es una repetición de la recomendación 32/2013 que emitió
la CNDH contra la CDHDF por la “indebida procuración e impartición de justicia”
en agravio de la expareja del ministro en retiro Genaro Góngora Pimentel,
determinante para su salida de la comisión capitalina.
“Es
clarísimo que esa recomendación no fue emitida porque se haya investigado y
comprobado una violación a los derechos humanos de la señora o de los hijos. La
comisión acompañó a la señora en todo momento desde que tuvo conocimiento de su
situación, que fue ya una vez que ella estaba privada de la libertad, y no
obstante eso la CNDH emitió una recomendación, igual que la de la UNAM, muy
endeble.”
–¿Es una
práctica común, recurrente, en la CNDH?
–Por lo
menos en estos dos casos es muy claro. Afortunadamente los documentos son
públicos y se puede verificar qué es lo que pasó. Son varios casos en los que
la CNDH ha ejercido diversas formas de presión, contra las comisiones locales
sobre todo, para mantener cierta hegemonía en el país.
González
Placencia atribuye la recomendación contra la CDHDF a que la comisión nacional
estaba preocupada respecto de su continuidad en el órgano capitalino. “Era un
polo antitético respecto de la CNDH y rompía la hegemonía de la CNDH frente a
las demás comisiones locales, pero la CNDH hacía valer su posición y de
distintas maneras les hacía saber que si querían mantenerse bajo la protección
de la CNDH era mejor que no trabajaran directamente con nosotros”, aseguró el
doctor, con conocimiento de al menos ocho casos. Alertó sobre el “uso político
de la autoridad moral” de la CNDH, que no tiene supervisión alguna en sus
resoluciones.
Ejemplificó:
“Estas recomendaciones que estamos comentando ahora (Góngora y UNAM), basta
revisarlas un momento para saber que son muy frágiles. Pero no hay una
instancia ante la cual se pudiera denunciar que esas recomendaciones no están
bien hechas, que no había razón para que la CNDH interviniera. Y no tiene nada
que ver con las víctimas que tienen el derecho de ver que se les imparta
justicia”.
–Bajo ese
parámetro, ¿tiene conocimiento de que la CNDH use a las víctimas?
–Conozco
tres casos en los que la CNDH intentó manipular víctimas. Uno fue el del News
Divine, que derivó en una recomendación de la CNDH a la CDHDF y al GDF
(Gobierno del Distrito Federal), en el que llaman a las víctimas y les hacen
firmar la queja en contra de su voluntad. Después las señoras se desisten, pero
no se pudieron zafar. Las señoras lo dicen abiertamente. Lo mismo ocurre con
las mamás del Heaven. Afortunadamente ahí sí se desistieron. Pero también de
alguna manera las contactaron con la intención de abrir una queja contra la
CDHDF. El tema no es juzgar a las víctimas. Lo que queda en entredicho es la
integridad de la CNDH a la hora de actuar.
–Dice
usted que tanto la recomendación por el caso Góngora a la CDHDF como la que se
dirige a la UNAM tienen un trasfondo político. ¿Tiene que ver directamente con
el próximo proceso de elección para el órgano nacional?
–Evidentemente
hay coincidencia con los tiempos políticos de la elección. Y va a resurgir la
candidatura de varias personas que probablemente pongan en riesgo la
permanencia del actual presidente.
–¿Cómo
vivió hace cuatro años la disputa en la que participaron González Pérez y
Plascencia Villanueva por presidir la CNDH?
–Con la
sospecha, después verificada, de que había apoyos que intentaban definir por el
lado que se decidió la elección.
–¿El
interés por los derechos humanos pasa a segundo plano?
–Definitivamente.
El interés no parece ser ése, sino más bien legitimar una decisión que ya está
tomada en otro lado.
–¿Está
cooptada la CNDH por los intereses de los partidos políticos? ¿Estos tienen el
control de la CNDH?
–Yo creo
que sí hay un fenómeno de cooptación. Se da prácticamente en todos los lugares
en los que el Legislativo decide. Hay pactos. En los órganos unipersonales la
disputa es por la presidencia, pero luego hay un reclamo de espacios al
interior.
La
interferencia injustificada en instituciones como la CDHDF y la UNAM por parte
de la CNDH, según sus fines políticos, ha puesto en jaque la defensoría de los
derechos humanos en el país, concluye el exómbudsman del Distrito Federal.
“Desafortunadamente
hace tiempo que las instituciones-ómbudsman no se desempeñan como debieran. Con
honrosas excepciones. El tema está en la fuerza moral que efectivamente se
perdió hace mucho tiempo. Se vuelven posiciones de poder. Eso es lo grave”,
terminó.
Tras la
aceptación de la recomendación 45/2013, el 22 de noviembre, al finalizar la 44
Asamblea General Ordinaria de la ANUIES, el rector Narro lamentó la pérdida de
la “calidad moral” de la CNDH: “Cuando uno va sumando los hechos, resulta muy
preocupante que una institución que tiene que ser de buena fe aparente no
serlo”, dijo.
Tres días
más tarde, el lunes 25, Plascencia Villanueva dio carpetazo a la disputa con
la UNAM, asegurando que no se extralimitó en sus funciones.
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