A
partir del 1 de enero de 2014 todos
los trabajadores del Estado Vaticano -3 mil personas- , salvo los arzobispos y cardenales,
deberán checar tarjeta para dejar así
constancia de su jornada laboral.
Hace tiempo le preguntaron a Juan XXIII que cuántas personas trabajaban en el Vaticano:
indicando 'Más o menos la mitad...',
La
decisión ha sido promovida por el propio papa y ha contado con la colaboración
del servicio de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA),
que es quien paga los sueldos.
Durante
años se ha intentado introducir este control de asistencia, pero el proyecto
siempre había fracasado debido al obstruccionismo de los interesados.
Quienes
conocen al santo padre aseguran que esta medida permitirá principalmente
optimizar el uso de personal en la Curia romana y recuperar a algún sacerdote
para la actividad pastoral.
La
obligación de checar ha suscitado el descontento, sobre todo entre quienes
temen que exista un control demasiado rígido y no se tengan en cuenta otras
actividades fuera de los muros vaticanos.
Dotada
con un chip capaz de localizar en cualquier momento dónde se encuentra su
propietario, la tarjeta sirve también para acceder a los servicios de
asistencia sanitaria, a los cajeros automáticos, al mercado, a los comedores y
a los distribuidores de gasolina dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano.
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