8 dic 2013

El caso de Betzi Gabriela Rodríguez; silencio!



“No caigas en el peor de los errores:

el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso....” atribuida a Whitman.
Adolescentes, nueva “mercancía” de Los Zetas
LA REDACCIÓN de la revista Proceso.., # 1936, 7 de diciembre de 2013

La tragedia del asesinato –a manos de un militar– de una adolescente plagiada por el crimen organizado enlutó a una familia de Ciudad Victoria, pero además llamó la atención en torno a un problema creciente en últimas fechas en la capital y ciudades fronterizas de Tamaulipas: el secuestro y “venta” de mujeres muy jóvenes, adolescentes e incluso niñas. Esta nueva actividad delictiva de Los Zetas ha impactado incluso en el sistema educativo del vecino estado de Texas, incrementando su matrícula por la alta inscripción de hijas de familias tamaulipecas.
CIUDAD VICTORIA, TAMPS.- Betzi Gabriela Rodríguez tenía 15 años y la ilusión de pertenecer a la Policía Federal. Su sueño se volvió pesadilla al ser secuestrada por el crimen organizado y terminó cuando un militar la asesinó de siete tiros.
Betzi Gabriela estudiaba tercero de secundaria; estaba becada gracias a sus buenas calificaciones, su promedio era de 9.2 y encabezaba la escolta de su escuela, cuya marcialidad fue reconocida por oficiales de la Octava Zona Militar, con sede en Reynosa, Tamaulipas.
 El pasado 10 de marzo comenzó su tragedia. Ese día y frente a la mirada de asustados vecinos fue secuestrada por un grupo de presuntos zetas cuando caminaba por una calle de la colonia Horacio Terán, en esta capital.
 Los testigos les contaron del secuestro a los familiares de Betzi, quienes hicieron la denuncia correspondiente en la Agencia Primera del Ministerio Público estatal.

 La búsqueda de Betzi –emprendida al mismo tiempo por las autoridades y por amigos y familiares de la muchacha– concluyó 10 días después del plagio. La adolescente había permanecido todo ese tiempo en dos casas de seguridad junto con otras menores también secuestradas por el grupo del crimen organizado que controla Ciudad Victoria: Los Zetas.
 La tragedia de la joven siguió cuando sus secuestradores decidieron llevarla a otra casa de seguridad, fuera de la capital tamaulipeca. Fue subida a un auto escoltada por cuatro sicarios. El vehículo iba rumbo a la carretera que va a Monterrey cuando se encontró frente a un retén militar en las afueras de la ciudad.
 Los tripulantes ignoraron el alto que les marcaron los soldados y huyeron por la carretera. Fueron perseguidos por dos patrullas militares y dos más de la Policía Municipal, la cual está integrada por efectivos de la Octava Zona Militar.
 La persecución se prolongó 12 kilómetros hasta que una de las patrullas embistió al auto de Los Zetas y éste terminó volcado a la orilla de la carretera frente a una procesadora de jugo de naranja, decenas de cuyos trabajadores salieron de la planta y observaron lo ocurrido después de la volcadura.
 Uno de los delincuentes abandonó el vehículo y comenzó a correr. Pudo huir entre la maleza pese a que los militares le dispararon y un tiro lo alcanzó en una pierna. Entonces el teniente César Eleuterio Chávez Soto, quien encabezaba esa movilización, se acercó al auto de los delincuentes y acribilló a los tripulantes que seguían en su interior. Betzi Gabriela estaba tirada afuera pero con una pierna atrapada por el Tsuru. El oficial le disparó siete veces, una de ellas en la cabeza.
 Luego los militares manipularon la escena e incluso contaminaron con pólvora la mano de la adolescente.
 Después argumentaron ante las autoridades civiles que ellos sólo se habían defendido, que la polvareda levantada por la volcadura les había impedido ver si los delincuentes estaban armados.
 Los 19 soldados que participaron en los hechos fueron llevados a Reynosa para rendir su declaración en la sede de la Octava Zona Militar. Sin embargo la versión contada por el teniente Chávez fue desmentida por algunos de sus compañeros y éste quedó en calidad de detenido.
 Gracias a que en Tamaulipas ningún medio publica nada relacionado con el crimen organizado, los mandos del Ejército en complicidad con las autoridades civiles pudieron mantener estos asesinatos en secreto. Todo fue disfrazado como un accidente vehicular.
 Un día después la familia de Betzi fue llamada al Ministerio Público para informarles del deceso de su hija. Les mostraron un teléfono celular para que reconocieran si pertenecía a la adolescente. La agente del Ministerio Público intentó encubrir lo ocurrido, pero ante la presión y las preguntas de la familia terminó por confesar que la habían asesinado los militares.
Quejas y ofertas
La familia interpuso una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas (Codhet) y a partir de entonces comenzó otro calvario: el acoso militar para que se desistiera de esa denuncia.
Oficiales de alto rango se apostaron frente a las casas de algunos de los familiares de Betzi. También hostigaron a las familias de los tres delincuentes ejecutados para hacerlas firmar un documento donde se desistían de presentar denuncias ante la Codhet, lo cual ya habían hecho algunas de ellas.
La queja interpuesta en la Codhet por los familiares de Betzi fue filtrada a los militares por funcionarios de dicho organismo, el cual se niega sistemáticamente a informar sobre el número de personas desaparecidas en Tamaulipas.
Los militares también acudieron a la procesadora de jugos para intimidar a los testigos y obligarlos a callar, cuentan a Proceso algunos de ellos.
Días después la Secretaría de la Defensa Nacional envío desde la Ciudad de México a un equipo para entrevistarse con la familia de Betzi Gabriela. Lo encabezaban el general Héctor Aragón Zapata y la capitana María del Carmen Bautista.
Aragón convocó a los parientes de la adolescente al cuartel del 77 Batallón, con sede en Ciudad Victoria. Ahí les ofreció apoyo y les aseguró que el daño sería reparado.
La oferta de “reparación del daño” llegó vía fax a la oficina del abogado de la familia de Betzi: los militares ofrecían 45 mil pesos en compensación por la muerte de la adolescente.
Jovencitas en riesgo
Las investigaciones realizadas por el Ejército a raíz del crimen descubrieron que Betzi no era la única muchacha plagiada en esos días. Hasta donde se sabe estuvo en dos casas de seguridad en Ciudad Victoria, en cada una de las cuales había por lo menos una decena de niñas y adolescentes secuestradas.
Una fuente oficial que pide el anonimato revela a este semanario que a lo largo del último año Los Zetas se han dedicado a plagiar mujeres jóvenes, adolescentes e incluso niñas, a quienes “venden” sexualmente repetidas veces, sobre todo entre los transportistas de carga que circulan por las carreteras tamaulipecas.
Esa práctica se ha vuelto común en las dos principales plazas que controlan Los Zetas en Tamaulipas: Ciudad Victoria y Nuevo Laredo. En la ciudad fronteriza el problema ha alcanzado niveles tan alarmantes que los padres de familia están sacando a sus hijas de las escuelas.
Por ejemplo Guadalupe y Mario tienen dos hijas adolescentes. Originarios de Monterrey, han vivido en Nuevo Laredo desde hace más de una década.
En el anterior ciclo escolar sus hijas avanzaron un grado en la secundaria, pero Guadalupe y Mario decidieron sacarlas de la escuela y por ahora no seguirán estudiando. Se quedarán en casa y sólo saldrán a la calle en compañía de sus padres.
Ese fenómeno se repite en varias secundarias y preparatorias de clase media de Nuevo Laredo.
Las familias ahora saben que es en las escuelas donde el crimen organizado selecciona a sus víctimas con ayuda de otros estudiantes o de los halcones que vigilan las zonas aledañas a los planteles.
Diversas páginas de redes sociales –como la de Esperanza por Tamaulipas, dedicada a buscar a personas desaparecidas– reportan en promedio el plagio o levantón de cinco mujeres jóvenes cada día en la entidad, crímenes realizados ante la indiferencia de las autoridades encabezadas por el gobernador Egidio Torre Cantú, las cuales se niegan incluso a informar sobre los desaparecidos y mantienen ocultos los constantes secuestros.
Los padres con recursos o parientes en Texas envían a sus hijas a estudiar allá.
La crisis de inseguridad y violencia en las ciudades fronterizas ha hecho que en los últimos tres años aumentara 8% el número de estudiantes de origen mexicano en los distritos de nivel medio de Texas, cuando la tasa de crecimiento poblacional de Estados Unidos se ha mantenido en 0.9% anual en la última década.
Rocio G. Moore, portavoz de la Unión Independiente de Distritos Escolares de Laredo, Texas, comenta a Proceso que han tenido que construir nuevos planteles ante el aumento de las matrículas escolares.
Silencio de la Sedena
La ejecución sumaria de Betzi Gabriela Rodríguez no fue un caso aislado. En Nuevo Laredo ocurrió un hecho similar que sólo trascendió en las redes sociales. El pasado 26 de noviembre testigos publicaron en el portal Nuevo Laredo en Vivo: “En la balacera de ayer en la tarde rumbo a la carretera a Anáhuac cerca de Villas de San Miguel, (solados de) Sedena dieron muerte a los tripulantes de una Dodge Durango blanca que al ir huyendo de los efectivos, ésta choca y se voltea, ahí mismo les dieron muerte”.
Las víctimas eran tres halcones del grupo del crimen organizado que controla la plaza, quienes hicieron caso omiso a la orden de los militares de detener la marcha de la camioneta en la cual circulaban; se inició una persecución e intercambio de disparos. En este caso no hay ningún militar detenido.
En el proceso que se sigue por la muerte de los tres plagiarios de Betzi las autoridades de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas rechazaron acusar a los militares. Sobre el teniente Chávez Soto lo único que se sabe es que fue trasladado al Campo Militar Número 1, en la Ciudad de México, para rendir declaración ante las autoridades militares. Según los abogados de la familia de la víctima, está por alcanzar la libertad en los próximos días.
Proceso solicitó por escrito a la Dirección de Comunicación de la Secretaría de la Defensa Nacional información sobre la situación actual del oficial Chávez Soto. Se les requirió conocer si la persona aludida está detenida y si hay cargos en su contra. La dependencia que dirige el general brigadier diplomado de Estado Mayor Martín Terrones Calvario simplemente se negó a responder.

1 comentario:

Sicario dijo...

Es un verdadero hecho lamentable que como todos las historias de abuso de nuestras autoridades no debe ser olvidado
Podrian ayudarme en decirme donde se encuentra su tumba me gustaria mostrar mis respetos a esa pobre inocente