Quo
vadis, Rusia?/Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington.
Traducción: José María Puig de la Bellacasa.
La
Vanguardia , 3 der mayo de 2014;
Dos
debates están teniendo lugar en Washington y ambos son sobre Rusia: ¿qué
hicimos mal para contrariar a Putin? ¿Si lo hubiéramos hecho mejor se habría
podido evitar la actual crisis? Y el otro debate: ¿hasta dónde llegará Putin?
El
primer debate es una pérdida de tiempo. Sólo muestra que algunos de los
asesores sobre Rusia en Washington no han entendido las cuestiones básicas en
juego en el conflicto actual. Estados Unidos ha cometido errores, por supuesto,
y podría haberlo hecho mejor. Cuando el presidente Obama fue a Moscú no debería
haber hablado cinco horas con Medvédev y una hora con Putin, sino al revés
–esta es una de las críticas que se le hacen hoy–. Pero no habría supuesto
ninguna diferencia, incluso si el presidente estadounidense hubiera hablado con
Putin durante todo el día y toda la noche y se hubieran hecho amigos íntimos.
Rusia perdió su imperio en 1991-1992; fue, como dijo Putin, el mayor desastre
del siglo XX. Y desde el día que Putin llegó al poder quiso, como todo patriota
ruso, recuperar lo más posible de lo que se había perdido. Esta tendencia
comenzó, de hecho, incluso antes, bajo Yeltsin, quien se dio cuenta de que
había sido un error aceptar la ruptura de la Unión Soviética. Si Washington hubiera
aceptado esto, podría haber sido una relación normal. Al no haber sido así, el
conflicto era obligado. Putin tuvo que esperar varios años hasta que Rusia se
hiciera más fuerte, pero llegado ese momento entró en acción. No fue un
capricho personal. Muy probablemente, dada la oportunidad, cualquier presidente
de Rusia habría actuado como hizo él. La mayoría de los rusos lo esperaban y lo
deseaban.
Pero
¿hasta dónde llegará esta situación? Rusia tendrá que pagar un precio. En lo
que va de este año han salido del país más de 50.000 millones de dólares y la
suma total podría ser de 150.000 millones. Esto significa que no habrá
prácticamente ningún crecimiento económico en Rusia este año. La popularidad de
Putin se apoya no sólo en la recuperación de territorio y el restablecimiento
de Rusia como gran potencia. También se basa en las personas que ganan más
dinero y viven mejor que en los últimos años. Además, tendrá que haber
inversiones en los territorios recuperados; ya se han dado 5.000 millones de
dólares a Crimea para estabilizar la situación. En otras palabras, muchos rusos
van a sufrir. Pero Putin podría explicar a su pueblo que los patriotas tienen
que sufrir un poco para recuperar las tierras y que el dinero que se ha
retirado de Rusia puede eventualmente volver.
¿Qué
va a hacer Moscú con respecto a Ucrania? El Kremlin se debate en diferentes
direcciones. Las fábricas en el este de Ucrania son importantes para la
industria de armamento ruso. Los demógrafos dicen a Putin que si continúan las
tendencias actuales los rusos serán minoría en su país en el 2050. Sin embargo,
si algunos rusos más vuelven a Rusia en los próximos años esta situación
quedará pospuesta en el tiempo. Putin se dijo que en vista de la dependencia
que tienen los países europeos del petróleo y del gas rusos no tenía mucho que
temer por el camino de las sanciones económicas impuestas por estos países.
Pero en diez años a partir de ahora esta dependencia probablemente no será tan
grande. Por eso podría ser una buena idea actuar ahora. Putin no quiere ser
culpado por los patriotas ultra de no ser lo suficientemente agresivo. Hay un
hombre, Kaláshnikov (no el que inventó el fusil de asalto) que escribe best
sellers. Sugirió que no sólo el este de Europa debe convertirse en parte de la
Unión Soviética dos –el título de su libro–, sino también Grecia, Turquía, las
antiguas repúblicas de Asia Central y Oriente Medio.
Por
supuesto, también hay razones en contra de expandirse tanto y tan rápido.
Cuanto mayor es la ampliación, más problemas deberá afrontar esa segunda Unión
Soviética. Y en este caso el destino final del país podría ser el mismo que el
de la primera Unión Soviética. El presidente Obama está bastante enojado, en
parte porque tenía la esperanza de que algún tipo de relación más estrecha podría
establecerse con Rusia. Le dijo a Medvédev hace años que si era reelegido
tendría más libertad para actuar en este campo. Fue reelegido, pero ¿qué puede
hacer ahora? Angela Merkel le dijo que Putin vive en un mundo diferente, un
mundo en el que cuenta el poder. Y este mundo sigue existiendo y parece estar
cerca del mundo real. También está enojado porque tenía la esperanza de que no
sería molestado por la política exterior y sería capaz de dedicar su tiempo y
energía a los problemas internos, como el Obamacare, el seguro médico de los
que hasta ahora no tenían seguro.
El
idealista presidente Obama había sido advertido por gente que él debió de
considerar cínica. Y ahora parece que los cínicos podrían haber tenido razón.
Es un mundo lleno de decepciones.
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