Foro “Personas privadas de la libertad por drogas en América Latina: los
costos sociales de las políticas de drogas”.
San Làzar, DF, a 3 de nvembre de 2015
El diputado Vidal Llerenas Morales
(Morena) indicó que se requiere modificar la legislación en torno a este tema,
ya que el principal costo es el encarcelamiento de personas por posesión
simple. Este
tema tiene muchas discusiones, dijo, y México requiere una política de drogas y
llevar a cabo políticas de reducción de riesgos y daños, de manera adecuada.
Parte
del problema, continuó, está en la tabla de porcentaje de consumo de
sustancias, que “automáticamente te hace narcomenudista si tienes 6 gramos de
mariguana”, esto es absurdo cuando hay países que toleran entre 20 y 25 gramos
de cannabis, cantidad que comúnmente compra un consumidor.
“La
tabla criminaliza a las personas, por lo que el primer paso que tiene que darse
es cambiarla, si se considera además que el 80 por ciento de las personas que
consumen alguna droga lo hacen con mariguana”.
Llerenas
Morales señaló que este es un tema de mayor importancia, por lo que el gobierno
federal debe contar con un responsable de política de drogas y un plan en el
mismo sentido; “lo que tiene son voces que dicen cosas distintas y sin un
programa claro respecto a este asunto”, opinó.
La
diputada Mariana Benítez Tiburcio (PRI) dijo que México no está ajeno al
debate, pero no se puede tomar una decisión sin considerar nuestras fronteras y
el entorno latinoamericano en el que nos encontramos.
Destacó
que la realidad del país exige una política de prevención mucho más innovadora,
cuando Estados Unidos tampoco ha podido disminuir su consumo, sino todo lo
contrario.
Benítez
Tiburcio destacó que las naciones tienen que analizar el tema desde un punto de
vista no sólo legal, sino médico, psicológico y sociológico, a fin de saber
cuáles son las mejores medidas para implementar y prevenir las adicciones.
El
Congreso de Unión, resaltó, tiene que entrar al debate porque quienes tendrán
la obligación y responsabilidad de llevar a cabo cambios importantes en la
política de drogas y regulación de consumo y posesión, será el propio Poder
Legislativo.
La
diputada federal por Oaxaca informó que el próximo año, en abril de 2016, habrá
una sesión especial de drogas en la Asamblea de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), lo que indica que hay una inquietud a nivel global por debatir y
valorar la estrategia proteccionista que se ha llevado a cabo, “una política
que ha generado muertes, costos en términos de gasto público, sociales y al
medio ambiente”, aseguró.
De
Advocacy for Human Rights in the Americas (WOLA), Estados Unidos, Coletta
Youngers, dijo que este país tiene pendiente el primer proyecto de ley para
reformar las políticas de drogas, pero es muy probable que lo apruebe antes del
fin de 2015. “Este sería un primer paso importante, no radical pero bajaría
algunas penas y daría mayor flexibilidad para evitar sentencias, además
mostraría el interés por parte del gobierno por comenzar a cambiar el paradigma
que se tiene en la materia”.
Mencionó
que Estados Unidos “en gran medida ha sido el arquitecto del régimen
internacional sobre el control de drogas y ha exportado sus leyes en la materia
a toda la región con consecuencias negativas; hoy reconoce que fue un error,
que no sólo no hemos tenido impacto en el negocio de drogas, sino que hemos
pagado costos altos en términos de los encarcelados y sus familias,
principalmente en comunidades de afroamericanos y latinos”.
Precisó
que las dos vías para reducir el hacinamiento y la sobrepoblación en las cárceles
es repensar las leyes de droga y reformarlas, a fin de asegurar la
proporcionalidad en las penas y alternativas de encarcelamiento.
En
el panel 1: “Encarcelamiento y costos sociales de la política de droga en
México y América Latina”, Catalina Pérez Correa, del Centro de Investigación y
Docencia Económicas A.C. (CIDE), resaltó que actualmente 18 mil 370 personas
están internas por delitos contra la salud, la mayor parte son hombres;
alrededor de 35 por ciento de los sentenciados es por posesión simple de
drogas, principalmente mariguana.
Señaló
que el costo promedio nacional de una persona encarcelada por posesión simple
de mariguana es de 6 mil 414 pesos.
Pérez
Correa recalcó que las personas que están en la cárcel por delitos contra la
salud en México van en aumento, ya que para enero de 2015 había 24 mil internos
en los centros federales, en tanto 42 por ciento correspondían a delitos por
drogas.
Entre
2006 y 2014, añadió, fueron detenidas 453 mil personas por delitos contra la
salud, de las cuales 73 por ciento fueron por su posesión y consumo.
De
acuerdo con información de 17 procuradurías, la mariguana es la principal
sustancia que se investiga en los sistemas locales. Las principales conductas
perseguidas siguen apuntando hacia la criminalización de los consumidores y las
alternativas que plantean es la de los Tribunales de Tratamiento de Adicciones,
donde hay evidencia de que estos no reducen el consumo o los delitos que se
llegan a realizar bajo el efecto de las drogas.
Ante
ello, señaló que es necesario conocer cómo se utilizan los recursos del sistema
penal en materia de política de drogas, qué trabajo hacen los policías, cuando
algunos detienen por posesión simple de mariguana.
De
Intercambios, Asociación Civil para el estudio y atención de problemas
relacionados con las drogas, Alejandro Corda declaró que una de cada 5 personas
fue detenida por delitos de drogas, por lo que la población en prisión por esta
causa crece a un ritmo mucho más acelerado que la población en prisión en
general.
Coincidió
en la necesidad de replantear la actual estrategia, moderar las penas y
establecer alternativas de prisión, principalmente en personas en situación de
vulnerabilidad como las mujeres, quienes venden droga intentando cumplir el rol
de cuidar el hogar.
En
su intervención, Deni Álvarez Icaza, del Instituto Nacional de Psiquiatría,
comentó que la mariguana se encuentra en el octavo lugar de drogas, por lo que
su consumo está lejos de ser un problema de salud pública.
En
tanto, continuó, el encarcelamiento de sus consumidores los expone a
adversidades que tienen que ver con el grado de hacinamiento y prohibición de
necesidades básicas de higiene y cuidado, aunado a tratos crueles que van en
contra de sus derechos humanos; además, en la cárcel están expuestos a consumir
drogas duras que tienen consecuencias más graves para la salud.
Asimismo,
presentan mayor riesgo de enfermedades infectocontagiosas como gripe y
tuberculosis y enfermedades de trasmisión sexual, donde la frecuencia o
prevalencia de VIH en las cárceles en México es de 1 por ciento, 4 veces más
que el de la población general.
De
la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, Álvaro Santos expresó que del
2001 al 2006 se calcula que hubo 9 mil asesinatos por el crimen organizado y
del 2006 al 2012, 60 mil, aproximadamente.
Mencionó
que en México, a finales de los ochenta, un tercio de la cocaína pasaba por
nuestro país, 50 por ciento a fines de los noventa y al finalizar el siglo
entre 70 y 80 por ciento. “Esto trajo nuevos actores en el mercado mexicano que
incrementó la competencia e irrupción de las reglas establecidas”.
En
el caso de la mariguana, agregó, es cada vez es más absurdo librar una guerra
con productores y distribuidores cuya prohibición es cada vez menos en gran
parte de Estados Unidos.
El
evento que se realizó en las instalaciones de San Lázaro fue organizado en
colaboración con el Colectivo de Estudios Drogas y Derecho (CEDD) y el Programa
de Política de Drogas del CIDE.
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