Revista
Proceso
# 2059, 16 de abril de 2016.. ‘
Producciones
del Canal Judicial/FLORENCE
TOUSSAINT
Hace
10 años se fundó el Canal Judicial, su señal se localiza en sistemas de paga.
Como emisora especializada, su público está compuesto por quienes se interesan
cotidianamente por los asuntos que desahoga la Suprema Corte de Justicia.
Casos:
por ejemplo, la controversia constitucional presentada por 46 senadores contra
la Ley Televisa, las leyes sobre el aborto, el matrimonio entre personas del
mismo sexo, la adopción de niños por estas parejas, asuntos de interés general,
una audiencia más amplia.
Es
poco conocido, pero el edificio de la Suprema Corte alberga grandes riquezas:
murales de pintores mexicanos, un acervo de expedientes “que abarcaría 130
kilómetros si se pusieran en fila, más de un millón”, entre ellos varios que
han sido consultados por historiadores y juristas pues documentan, desde la
época de la Colonia, los casos judiciales que han llegado a la Suprema Corte.
Asimismo, el entorno del edificio es interesante, se trata de un barrio situado
en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Con ese material se están
realizando programas y cápsulas en las cuales se informa de esos asuntos.
“Todos
los programas están hechos en casa, con lo cual se recortan gastos. Si bien se
tiene un presupuesto suficiente, la necesidad de interesar a más personas en lo
transmitido por el Canal nos ha llevado a diseñar programas, en su mayoría
breves, pues nunca se sabe con anticipación cuánto durarán las sesiones del
pleno que se transmiten íntegras. Estas cápsulas se insertan en horarios
diferentes para completar la barra programática”, agrega Acosta.
Algunos
títulos son: Cauduro, un programa sobre el pintor; Museo Nacional de las
Culturas; Porfiriato; y Caso Radilla. Estos dos últimos provienen del archivo
que resguarda la Corte, son documentales cuya riqueza vale para un próximo
comentario en esta columna.
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