Revista
Proceso
# 2059, 16 de abril de 2016.. ‘
Vienen
los “#SingapurPapers”/JESUSA
CERVANTES
Gracias
a un acuerdo tributario, el movimiento de capitales entre México y Singapur se
incrementó… y se abrieron nuevas posibilidades para la defraudación, el
ocultamiento y el lavado de capitales. En un tinglado que incluye a altos
funcionarios mexicanos de varios gobiernos, por ejemplo, Pemex fue desangrada
mediante contratos onerosos y opacos que enriquecieron a empresarios a ambos
lados del Pacífico, y que desvalijaron las arcas públicas. Así, llegó el
momento de sacar a la luz los #SingapurPapers, de acuerdo con el exprocurador
fiscal federal Gabriel Reyes Orona.
A
partir de 2006 los cuantiosos recursos de mexicanos en el extranjero dejaron de
preferir los tradicionales paraísos fiscales –como Islas Caimán, Islas Vírgenes
Británicas, Aruba o Bahamas– para empezar a moverse a los nuevos “paraísos
operativos”, con Singapur a la cabeza. Esto gracias a los “nulos mecanismos de
fiscalización” impulsados entre ambas naciones.
“El
mejor escondite que se diseñó desde México es Singapur, y no es casual, basta
con revisar el último convenio modificatorio de doble tributación (CM2T) entre
ambas naciones, con el cual los mecanismos de fiscalización no son laxos, sino
nulos”, dice a Proceso quien fue procurador fiscal del país en 2001, Gabriel
Reyes Orona, al explicar cómo operan esos refugios financieros.
Con
el CM2T, las inversiones del país asiático en México aumentaron, igual que los
viajes de algunos mexicanos hacia aquella nación. Incluso la empresa estatal
más importante, Pemex, al arranque del sexenio peñista anunció la compra de 10
plataformas petroleras en aquel país. Un encargo nunca antes visto en esta
materia.
Entre
los viajeros frecuentes al país asiático destaca el entonces director de Pemex,
Emilio Lozoya Austin; el director en México del principal fondo de inversiones
de Singapur, Temasek, Lorenzo González Bosco, y Gonzalo Gil White, director de
la empresa de servicios petroleros Oro Negro e hijo del exsecretario de
Hacienda en el sexenio foxista, Francisco Gil Díaz.
En
los tres primeros años del gobierno peñista, estos hombres hicieron de Singapur
su lugar para las inversiones.
El
principal operador de la firma del convenio modificatorio de doble tributación
original (C2T), ocurrido el 9 de noviembre de 1994 en Singapur, fue el entonces
subsecretario de Ingresos del gobierno salinista, Francisco Gil Díaz, y quien
dio el impulso final para hacer nula la información fiscal o indagar el origen
de los recursos de una empresa (es decir, quien finalmente hizo una redacción
que se “presta al ocultamiento de identidad”) fue José Antonio Meade, al firmar
como canciller el CM2T el 8 de diciembre de 2011.
De
#PanamaPapers a #SingapurPapers
“Los
intereses ganados por los particulares sobre depósitos bancarios y los ingresos
de origen extranjero, incluidos aquellos dividendos sobre valores extranjeros,
están exentos de impuestos en Singapur. Tampoco hay impuesto sobre las
ganancias de capital.
“Puede
haber libremente cuentas en las principales divisas. Las cuentas pueden ser
abiertas a nombre de entidades extranjeras, como corporaciones, fideicomisos y
de sociedades de responsabilidad limitada, lo que da mayor privacidad. Así se
deja de lado, a veces en forma legal, cualquier obligación de informar activos
como carteras personales. Y todos estos beneficios existen en un régimen de
secreto bancario fuerte. Las autoridades fiscales en Singapur están inhibidas
de tener acceso a cuentas bancarias individuales”, reza la publicidad fiscal de
Singapur.
Las
ventajas de invertir en Singapur se hicieron extensivas a México cuando se
firmó el C2T, el cual implica que una empresa no pagará el mismo impuesto en
ambos países.
México
ha signado C2T con 42 naciones, pero sólo el de Singapur tiene un acuerdo
modificatorio; rubricado el 8 de diciembre de 2011, entró en vigor el 9 de
enero de 2012.
Los
cambios, de acuerdo con Reyes Orona, crean “un limbo” fiscal, pues no se
incluyen las entidades no reguladas y, además, las autoridades no están
obligadas a dar información. Si a eso se añade que Singapur, según sus leyes,
no tiene que indagar el origen del dinero para invertir, se entiende que esa
nación del sureste asiático se haya vuelto un nuevo paraíso operativo.
El
exfiscal es contundente: así como se hizo con los #PanamaPapers, habría que
buscar #SingapurPapers. Y explica cómo pueden ocurrir las irregularidades en
dicho archipiélago:
“Un
sujeto X deposita una cantidad de 100 pesos en una cuenta en Singapur y se
acerca a una de las empresas inversionistas solicitándole un préstamo. Con los
recursos del préstamo, esta empresa inversionista adquiere inversiones en
México. Y el acuerdo es que el sujeto X dice: ‘Todos los recursos que me
prestaste son para esta inversión, y las ganancias de ella son mías, pero tu
préstamo está garantizado con tu depósito’”.
Con
esta operación se “oculta al inversionista” y la empresa que se presta para
fungir como inversionista es sólo una pantalla que cobra una comisión por
aparentar.
Por
ello Singapur se convirtió en la nueva meca del lavado de dinero, donde se
hacen operaciones back to back o préstamos paralelos (como el descrito), abunda
Reyes Orona. “Una persona que quisiera ocultar dinero constituye la empresa
fantasma, abre la cuenta en Singapur y ésta es la garantía del préstamo. La
empresa inversionista hace la inversión, que está garantizada al ciento por
ciento, además de que obtiene una comisión. Los dividendos se registran en la
cuenta de X”.
Los
prestamos back to back surgieron en Gran Bretaña en los setenta para evitar la
salida de divisas de ese país y, según las definiciones financieras, sirven
“hasta para lavar dinero”.
En
familia
Entre
los grandes beneficiados de la política fiscal que impulsó Francisco Gil Díaz
con Singapur han sido sus propios familiares, quienes han sabido aliarse con
exdirectores de Pemex y funcionarios del fondo de inversión de Singapur llamado
Temasek, al incluirlos como socios en su próspera empresa.
De
acuerdo con el Registro Público de la Propiedad, el 17 de diciembre de 2009
Gonzalo Gil White, hijo del exsecretario de Hacienda, creó junto con Carlos
Enrique Williamson Nasi, colombiano especialista en asuntos televisivos y
exfuncionario de Televisa, la firma Integradora de Servicios Petroleros Oro
Negro, Sociedad Anónima Promotora de Inversión de Capital Variable.
Su
objeto social nada tenía que ver entonces con petróleo, pues su objeto social
era dar préstamos, constituir toda clase de garantías, prendas, avales y
obligados solidarios.
Tres
meses después de que entró en vigor el CM2T entre Singapur y México, el 11 de
abril de 2012 invitaron a otro pariente de Gil Díaz a la empresa. Se trató de
José Cañedo White, sobrino del exsecretario de Hacienda e hijo de Guillermo
Cañedo de la Bárcena, exsocio de Televisa. Tanto Cañedo White como Williamson
Nasi se encargaron de las finanzas de Televisa un tiempo.
En
abril de 2012, Oro Negro modificó su objeto social. Ahora se dedicaría a
“operar directamente o a través de sus subsidiarias como prestadores de
servicios para la industria petrolera y de gas en México y en el extranjero”.
Cuando
los Cañedo salieron de Televisa, el dinero de sus acciones lo invirtieron en la
creación del fondo Axis Capital Management en Estados Unidos, empresa que sería
la base para Oro Negro.
En
2012 ingresó a Oro Negro como accionista Luis Ramírez Corzo, exdirector de
Pemex Exploración y Producción (PEP) y del corporativo Pemex en la
administración foxista. También se incluyó a Roberto Rocha López, quien desde
2008 ha sido director de inversiones para Latinoamérica de Temasek. El terreno
se preparaba.
Llegaron
otros accionistas que habían ocupado cargos importantes en el fondo de
inversión Ares (Estados Unidos) y gente ligada a Televisa, como Gilberto Pérez
Alonso, consultor de la Presidencia de la televisora, y los abogados Francisco
Ibáñez Grimm y Pablo Ortega Mijares, quienes forman parte del despacho Mijares,
Angoitia, Cortés y Fuentes S.C., fundado por Alfonso de Angoitia (actual
vicepresidente de Televisa y quien también cuenta con empresas offshore en
Bahamas).
El
26 de octubre de 2012, de acuerdo con el Registro Público de la Propiedad, Oro
Negro sumó a sus accionistas al estelar: Lorenzo González Bosco, actual
director en México del fondo estatal de inversiones de Singapur, Temasek.
Y
para cerrar arribó Alberto Cortina, socio de Actividades de Construcción y
Servicios, que a su vez se alió en abril de 2012 con la constructora OHL, de la
que Lozoya Austin fue consejero hasta antes de asumir la Dirección de Pemex el
1 de diciembre de 2012.
¿Back
to back?
A
las 15:45 horas del 31 de enero de 2013, los sótanos de las torres ejecutivas
de Pemex explotaron. Su director, Emilio Lozoya Austin no pudo estar presente
para revisar los daños; en pleno vuelo, surcaba los aires entre Singapur y
México luego de revisar el proceso de construcción de 10 plataformas petroleras
que en breve PEP tendría trabajando.
Lozoya
Austin, Gil White, González Bosco y Cañedo White se convirtieron en visitantes
asiduos de Singapur. El primero como director, el segundo y cuarto como
intermediarios y el tercero como integrante de la empresa intermediaria y como
representante en México del fondo singapurense que financiaba la construcción
de plataformas petroleras. Un negocio en donde todos –Singapur, México y sus
empresarios– ganaban.
Oro
Negro es la segunda empresa proveedora de plataformas extractivas en el país.
Arriba de ella está Noble, y debajo, Grupo R, de José Ramiro Garza Cantú, quien
también ha creado una compleja red de empresas offshore, de acuerdo con los
#PanamaPapers.
Las
operaciones de cientos de millones de dólares que la empresa Oro Negro ha
logrado con Pemex son similares a las que describe el exprocurador Reyes Orona
cuando explica el esquema de “ocultamiento de identidad”.
La
renta de plataformas para Pemex entre Singapur, Temasek y Oro Negro se dio de
la siguiente manera:
En
enero de 2013, Lozoya –ya director de Pemex– dijo durante una de sus estancias
en Singapur que las 10 plataformas petroleras autoelevables serían rentadas
durante 10 años por Pemex y que el trato para la construcción era con la
empresa Keppel Fels, de Singapur.
Lo
único que no informó es que el trato no sería directo entre Pemex y Keppel
Fels, sino que habría un intermediario: Oro Negro, y más aún, que Keppel no
tenía dinero para crear esa infraestructura, sino que sería Temasek el que le
daría los recursos.
De
acuerdo con Mario José Galicia, expetrolero y coordinador colegiado del Comité
Nacional de Estudios de la Energía, las plataformas que construyó Keppel con
dinero de Temasek las rentó a Oro Negro a un precio “elevado”.
Oro
Negro compró tres plataformas. La primera fue adquirida a crédito a la empresa
Todco, en 36 millones de dólares. A Pemex se la rentó en 50 mil dólares por
día, es decir, 54 millones de dólares en tres años. Así, al final obtuvo una
ganancia de 18 millones de dólares. Además, Oro Negro se hizo propietaria de la
plataforma, que puede seguir rentando.
“Si
Pemex hubiera comprado las tres plataformas en lugar de rentarlas, habría
gastado sólo 5% de su presupuesto asignado a PEP durante un año”, se lee en el
portal Frecuencia laboral.
Así
como Oro Negro adquirió la empresa Todco, proveedora de Pemex desde 2003, lo ha
hecho con las 10 plataformas que Keppel construyó para Pemex.
Oro
Negro no sólo compró la plataforma a Todco, sino la empresa misma, y logró
rentar a Pemex, a través de ésta, plataformas en 2013 y 2014 por un total de
852 millones 185 mil 737 dólares, en tanto que a título de Oro Negro logró, en
diciembre de 2015, un contrato de renta por cinco años (18 de enero de 2016 al
9 de enero de 2021), por 247 millones 870 mil dólares.
En
el caso del entramado de la construcción, renta y adquisición de plataformas de
Singapur, la operación fue así: Temasek-Singapur le presta dinero a Keppel para
construir plataformas. Pemex anuncia renta de plataformas de Singapur pero no
lo hace directamente, sino que busca a Oro Negro de intermediario, que con el
dinero de la renta que le paga Pemex logra a su vez quedarse con las
plataformas que luego podrá volver a rentarle.
En
Oro Negro participa Temasek-México a través de Lorenzo González Bosco. Así,
Temasek no sólo recuperó el préstamo que le hizo a Keppel, sino que, además,
obtuvo una propiedad en sociedad con Oro Negro.
Reyes
Orona insiste en que hay que indagar por qué Temasek se volvió un fondo tan
importante en materia petrolera.
González
Bosco dijo el 18 de marzo de 2015, en su calidad de director de Temasek-México,
que había siete inversiones en México, y para 2018 espera que sean 20, con
oportunidades de expansión en otros rubros energéticos y de telecomunicaciones.
Reyes
Orona considera: hay que indagar por qué el incremento de inversión de empresas
singapurenses en México. Especula: quizá son consorcios constituidos en
Singapur pero por mexicanos, y a lo mejor el dinero sólo está regresando. Y
suelta la frase: “Lo que no suena lógico, suena metálico…”.
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