Revista
Proceso # 2069, 25 de junio de 2016
Canal
Once/FLORENCE
TOUSSAINT
Canal
Once navega entre contradicciones que le impiden desarrollarse como una emisora
de servicio público. Tal vez nunca llegue a serlo. Por un lado crea programas
que benefician a un sector de la población, aquella que vive con alguna
discapacidad y cuya cifra en México es de 16.5 millones de personas, según la
OMS, y por otro difunde la entrega de los Arieles pero bajo censura.
Fuerza
interior se denomina el grupo de 10 episodios destinados a mostrar la vida de
10 personas que se mantienen con un problema físico severo. La presencia de la
actriz María Roiz, asimismo conductora de la emisión De Todo –revista con
cápsulas sobre arte y ciencia– sirve de ancla. El documental está grabado con
recursos mínimos, su formato es el clásico: se entrevista al discapacitado, a
sus familiares, amigos, y un galeno explica cuál es la situación del paciente,
las características de la enfermedad, sus síntomas. Para darle movimiento se buscan locaciones
poco comunes como el interior de un microbús o calles sin asfaltar.
Los
relatos carecen de tensión dramática, el objetivo es presentar los casos como
de personas comunes cuya única distinción es ser débil visual, estar en silla
de ruedas o tener una deficiencia mental. Seres cuya existencia puede ser tan
corriente como la de cualquiera gracias a una enorme capacidad de adaptarse, a
un entorno familiar cariñoso, a instituciones que brindan enseñanza básica
según las deficiencias y después entrenamiento para dominar un oficio. En lo
que se pone mucho énfasis es en la fuerza de voluntad, en el carácter, en la
manera de aceptar los hechos a base de “fuerza interior”.
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