Revista Proceso #2115, 14 de mayo de 2017
A la vista, los negocios de ordeña en Veracruz/
NOÉ ZAVALETA
XALAPA, VER.- Las autoridades estatales y municipales se muestran sigilosas en lo concerniente a las bandas de huachicoleros que operan en la entidad, aun cuando los expendios clandestinos de venta del combustible extraído de los ductos de Pemex proliferan en las orillas de las carreteras federales que atraviesan la entidad.
Es común observar vehículos con garrafones llenos de gasolina en Jesús Carranza, San Juan Evangelista, Acayucan, Minatitlán, en el sur de Veracruz; lo mismo sucede en Tierra Blanca, Tres Valles y Cosamaloapan, en la Cuenca del Papaloapan, y en la región de Los Tuxtlas.
En ese negocio participan lo mismo senectos que amas de casa, adolescentes y menores, quienes no se inmutan cuando circulan por la zona patrullas de la Fuerza Civil y de la Policía Federal.
“Aquí sólo se montan los expendios –dice al reportero Ramiro “N”, uno de los huachicoleros que opera cerca de Venustiano Carranza, donde en diciembre pasado fueron abatidos 20 presuntos vendedores de combustible–. No se pregunta de dónde viene la gasolina; sólo hay que darle ‘su mordida’ a los policías locales o federales para que nos dejen trabajar… El combustible es más barato. La gente viene y compra. Así de simple.”
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Jaime Téllez Marie, se queja de la pasividad de Pemex para atacar a las bandas que extraen el combustible de sus ductos. Aun así, en el primer cuatrimestre del año se recuperaron 800 mil litros, declaró el jueves 11 en Coatzacoalcos.
Según el funcionario, el robo de hidrocarburos ocurre principalmente en tres zonas de Veracruz: las inmediaciones de Córdoba-Orizaba (Omealca, Cuitláhuac, Tezonapa y Cuichapa), que colindan con el llamado Triángulo Rojo de Puebla; la zona de Tierra Blanca y la Cuenca del Papaloapan, y el sur del estado.
Los ductos de la violencia
Fuentes locales comentan que detrás de los huachicoleros –algunos de los cuales pertenecen a los cárteles de Jalisco Nueva Generación y de Los Zetas– hay una industria de secuestros, levantones, robo de vehículos, ejecuciones, despojo de tierras y desplazamiento de campesinos, sobre todo en la ruta de ductos de Pemex que llevan de Minatitlán a la Ciudad de México.
“En esa ruta proliferan los ranchos donde se almacena la gasolina robada. Lo mismo en Hueyapán de Ocampo que en Chinameca, Soteapan y Coatzacoalcos. En ese entorno hay muchos desaparecidos y ejecutados”, comenta una de las fuentes, que pide el anonimato.
Añade: La violencia se exacerba cuando las bandas criminales se “depuran”, y todo sucede con la complicidad policiaca.
Si bien la “ordeña” de ductos es una de las principales fuentes de financiamiento de la delincuencia organizada y afecta a la entidad desde hace varios años, el gobierno de Javier Duarte –preso en Guatemala acusado de delincuencia organizada, peculado y desvío de recursos, entre otros delitos– nunca la combatió.
El 4 de enero último el sucesor de Duarte, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, dijo tener informes de que el 80% del robo de hidrocarburos ocurre en centros de almacenaje y el 20 restante en los ductos de Pemex en Veracruz.
“Esperamos que Pemex ponga más atención en el tema. Cada domingo, en las evaluaciones del grupo Coordinación Veracruz vemos que el robo de combustible está presente”.
El 2 de octubre de 2016, diez días antes de que Duarte pidiera licencia al cargo, hubo una explosión en la colonia Playa Linda, la misma donde se ubica la estación de Policía del Puerto de Veracruz. El siniestro afectó 14 viviendas y dañó varios contenedores de tráileres, y tres vehículos quedaron reducidos a cenizas.
Personal de la Secretaría de Protección Civil detectó que en la zona del principal corredor portuario-turístico-industrial del Golfo de México había depósitos donde se almacenaban 14 mil litros de combustible, por lo que desalojó a un centenar de vecinos.
Días después hubo más explosiones en el puerto de Veracruz, en la región de Las Bajadas y Tejería, cerca de la zona industrial. Las autoridades las minimizaron.
Los problemas resurgieron el 27 de marzo último, cuando socorristas de la Cruz Roja de Nogales atendieron a dos hombres con quemaduras de gravedad provocadas por la explosión en un ducto de Pemex cuando era ordeñado por unos desconocidos en la región de La Balastrera, entre Omealca y Nogales.
Los aseguramientos
En el sur de la entidad y en los municipios limítrofes con Oaxaca son frecuentes los aseguramientos por parte del Ejército de bodegas clandestinas con combustible robado.
El 16 de enero, por ejemplo, el grupo de Coordinación Veracruz desmanteló el rancho El Faisán, en Cotaxtla, y aseguró medio centenar de vehículos –58 de los cuales eran camiones de carga; cuatro de ellos llevaban tanques cargados con 20 mil litros de combustible cada uno– una pick-up, dos fusiles AK-47, un AR-15, un M-4, una pistola 9 mm, 10 cargadores y 316 cartuchos útiles de diferentes calibres.
Al día siguiente, en rueda de prensa, el titular de la Fiscalía General del Estado, Jorge Winckler, declaró que se iniciaría el procedimiento de extinción de dominio en perjuicio del propietario del inmueble, aunque no proporcionó su nombre. Sin embargo, en la dependencia los empleados comentaron que no hubo ningún detenido.
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