Futuro 21: Estas ruinas que ves/ Hugo Esteve Díaz

Futuro 21: Estas ruinas que ves/ Hugo Esteve Díaz
Tomado de su cuenta de Facebook.
Observo cómo con tanto recelo algunos sectores perciben el surgimiento de un nuevo partido a partir del registro del PRD. Será que no se tiene memoria y se olvida que desde 1981 el principal partido de izquierda ha venido históricamente cediendo su registro para la consolidación de distintas opciones partidistas: PCM-PSUM-PMS-PRD.
No es de extrañar que muchos militantes y simpatizantes de Morena no sólo vean el surgimiento de Futuro 21 con recelo, sino que hasta lo consideren como una importante amenaza; sobre todo considerando que el partido se propone convertirse en un serio contrapeso para el actual gobierno y para su partido. Tampoco extraña la crítica por parte de los sectores más tradicionales de la izquierda y de quienes pretenden rescatar los fundamentos originales que le dieron vida al partido comunista, tan así que existe en este momento una muy seria iniciativa que se propone obtener el registro del PCM ante las instancias electorales.
El surgimiento de Futuro 21 se presenta como una opción que podría convertirse, en el corto plazo, en el eje de articulación de un nuevo partido con la capacidad de competirle al hoy partido en el poder la mayoría en la cámara de diputados; y, en un mediano plazo, contar con una candidatura con posibilidades reales de disputar el relevo presidencial en el 2024.
El principal riesgo es el de acarrear con los lastres del PRD, y el de otros sectores, con figuras desprestigiadas políticamente y que éstos se hagan del control, o el incorporar agrupaciones con un peso irrelevante, como las que han surgido para favorecer proyectos personales. 
Además del peligro de incorporar tránsfugas de otros partidos cuyo protagonismo más que favorecer amenazaría la consecución de sus metas y objetivos.
Ningún partido puede arrogarse la exclusividad de la izquierda ni muchos menos considerarse como portador de su autenticidad. Lo que existe son diversas izquierdas, cada cual, con sus tinos y desatinos, y será a partir de sus conceptos, propuestas y conductas cómo la sociedad civil tendrá que valorarlos. 
Por lo pronto (y por lo que a mí respecta) Futuro 21 merece, al menos, el beneficio de la duda.
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