14 feb 2024

Carlos Pozos, Lord Mentiras

Lord Mentiras

Bajo Reserva/ El Universal, 14 de febrero de 2024


Solo hay una cosa más repugnante en un periodista que convertirse en un burdo aplaudidor del régimen: ser un mentiroso. Carlos Pozos,
quien se hace llamar “Lord Molécula”, cumple con excelencia las dos cosas. A Pozos su zalamería y genuflexión le han valido incluso convertirlo en un personaje de una sátira televisiva que lo presenta como un reportero que sirve como tapete del presidente de la República. Ahora fantasea al decir que, tras el asesinato del candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994, él entregó el parte médico de la muerte del priista al Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, el licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, en el que se da cuenta de que aquel día en Lomas Taurinas Colosio recibió las balas de dos tiradores. La versión no solo es falsa, sino que carece de cualquier lógica. El propio Molécula dice que él entregó el parte médico al licenciado Ealy Ortiz, mismo que él asegura fue dado a decenas de medios comunicación por el entonces vocero de la campaña, Liébano Sáenz, y en el que de ninguna manera se habla de algún número de tiradores, pues era un parte médico, no un peritaje.

 Y lo peor del caso es que Molécula jamás habló ni fue recibido por el licenciado Ealy Ortiz, por lo que es imposible que le haya podido entregar dicho parte médico o cualquier otro documento. Y, por si fuera poco desdoro para un periodista ser entregado y mentiroso, el señor Pozos complementa su currículum con la “virtud” de ser un reportero perezoso, pues él mismo confiesa que no estuvo en el lugar de los hechos debido a que el personal del PRI no le proporcionó transporte para ir al acto en el que fue asesinado el candidato presidencial. Y, mientras la nota estaba en Lomas Taurinas, Molécula se encontraba en su habitación de hotel. Por cierto, quien quiera leer la gran crónica de los excelentes periodistas de EL UNIVERSAL Juan Arvizu y Manuel Ponce, quienes sí estuvieron en el lugar del magnicidio y reportaron puntualmente que Colosio fue asesinado de dos disparos, y que fue publicada a ocho columnas el jueves 24 de marzo de 1994, es siempre bienvenido en la hemeroteca de esta casa editorial.

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Mañanera  del martes 13 de febrero de 2024

Soy Carlos Pozos, de Lord Molécula Oficial.

Hoy publico en Lord Molécula Oficial y dos periódicos, Diario Imagen y Visión del Altiplano, una columna que le titulé El segundo tirador. Hace casi 30 años, presidente, yo estuve en el Hospital General de Tijuana, ahí pude, estaba encomendado por el licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz como reportero de El Universal Gráfico cubriendo la campaña del licenciado Luis Donaldo Colosio.

Yo me encontraba en mi habitación cuando se efectuó el mitin en Lomas Taurinas. Nos dijeron de Comunicación Social que no nos podían llevar. Yo escribía para El Universal Gráfico y estaba en mi habitación redactando la nota del día siguiente.

Llegó una persona de prensa internacional, tocó a mi puerta, le abrí, y me dijo que el licenciado Luis Donaldo había sufrido un atentado. La persona se fue. Yo agarré mi grabadora, mi pluma y mi libreta, salí corriendo, salí al estacionamiento. Había un taxi y le pregunté al taxista que si a dónde podía llevarme al hospital con infraestructura para una persona que había sido baleada. Él estaba escuchando la radio y me dijo que en San Diego, en Notre Dame, y no recuerdo qué otro hospital, pero me dijo que era del lado americano.

Entonces, le dije que yo no traía pasaporte ni visa y que del lado mexicano cuál era, y me dijo que era el Hospital General de Tijuana. Le pedí que me llevara. Tardamos escasos 10, 15 minutos y me llevó a una parte trasera del hospital. Ahí ya había una fila; me formé. Y le pregunté a la persona que me seguía que para qué era la fila; me dijo que era para donar sangre para el candidato.

Fui avanzando y a la hora que ya me tocaba ingresar, de película, me detuvo y me dijo que ya no, que ya hasta ahí era los donadores.

Esperé y a los cinco minutos vino una contraorden y me dieron acceso. Al ingresar, tuve que poner mis datos en un libro del hospital con mi nombre, mi edad, el tipo de sangre, ORH negativo, porque ese era el tipo de sangre del candidato, de Luis Donaldo Colosio. Y una vez ya me pusieron en la plancha, me pusieron la jeringa y me sacaron medio litro de sangre.

Ahí le pedí hablar con la jefa de enfermeras. Recuerdo que era una señorita Yolanda. Y le pregunté, le dije que yo venía como reportero cubriendo la campaña del licenciado, y le pregunte que ella cómo había visto al candidato, y me dijo que pues ella ya lo había visto muerto.

Dice: ‘Pero usted aquí donando sangre y yo no sé que vayan a hacer en el quirófano’. Le pregunté que dónde estaba el quirófano. Me dijo que cinco o seis pisos arriba, que al fondo estaba un elevador; y si, no, las escaleras.

Subí los pisos, no por el elevador, estaba bloqueado, subí por las escaleras y abrí la puerta. Y había un elemento del Estado Mayor Presidencial; me impidió el paso. 

Pero estaba Liébano Sáenz ahí, el jefe de información y propaganda del PRI; entonces le grité a Liébano, el oficial volteó a ver a Liébano y aproveché para hacer un salto y caer al pasillo. Y entonces, Liébano ya le dijo al oficial que me dejara ahí.

Y estábamos a tres metros de la entrada del quirófano, fue cuando vi llegar a representantes de varias iglesias y a elementos del Ejército con radios y antenas.

Y, bueno, pasaron unas horas muy largas y entonces sale Liébano, ponen una silla y una mesa, y se sube en esa mesa Liébano y da un parte médico, diciendo que oficialmente había fallecido el candidato.

Aquí es lo más importante, presidente: a Liébano le pedí que me diera el parte médico; entonces, él accedió, me dio el parte médico y yo lo guardé. Entonces, pues ya en la noche se fue, viajamos a Magdalena de Quino, a los funerales.

Y después de ahí, el periódico me pidió que me regresara a entrevistarme con Francisco Ealy Ortiz, Juan Francisco Ealy Ortiz. Llegué a Iturbide número 7, a sus oficinas, y le dije… Pero previo en el avión, se lo digo sinceramente, yo iba llorando y viaja a al lado mío una persona, me dijo que era médico y me preguntó que por qué. Le dije que yo era reportero y había sucedido esto, y le mostré el parte médico.

Entonces, venían ahí dos figuras dibujadas y se veía señalado el impacto en el cerebro y el otro impacto en el abdomen. Entonces el doctor este me dijo que habían sido dos tiradores, que eso lo tuviera en claro, que habían sido dos personas las que habían impactado al licenciado Luis Donaldo. 

Entonces, con esa información yo llegué con Juan Francisco EalyOrtiz. Me recibió y le dije lo que había sucedido. Él me comentó que yo le tenía que dar seguimiento a este caso porque había visto que también semanas antes el licenciado Colosio me había dado una entrevista donde yo le había preguntado si temía por su vida, porque en ese entonces se hablaba de que querían asesinarlo.

Y, bueno, Juan Francisco Ealy Ortiz, me pidió que le entregara el documento. Le dije también que al día siguiente habían amanecido dos mecánicos muy parecidos a Mario Aburto, asesinados en un lote baldío, y entonces me dijo que tomara una semana de descanso y que regresara.

Así lo hice, regresé a la semana y extrañamente el señor Luis Sevillano me dijo que por instrucciones de arriba ya no tenía empleo, que estaba desempleado

Le dije: Pero si me dijo el licenciado Ealy Ortiz que yo le iba a dar caso, seguimiento al caso. Pues me dijo: ‘No’.

Entonces, el tema es, presidente, que el parte oficial que leyó Liébano Sáenz ese día 23 de marzo por la noche, ese está en poder del licenciado Juan Francisco o él lo entregó a la Procuraduría General de la República, o lo tiene otra persona.

Con ese… No sé con qué otro parte médico se armó la carpeta de investigación desde el inicio. Entonces, yo quiero suponer que armaron otro parte médico o que el licenciado Ealy Ortiz sí se lo entregó a la PGR, pero ahí sería cosa de preguntarle al licenciado Ealy Ortiz. Espero que esta información pueda servir.

Eso es todo, presidente.

PRESIDENTE: Ya está tu testimonio, y para la fiscalía. (¿Para la fiscalía?)

Nos vamos a desayunar.

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