Su propio partido lo
condena/ÁLVARO DELGADO, reportero
Revista Proceso No.
1881, 18 de noviembre de 2012
Incongruente con la identidad política de Acción Nacional,
omiso en el combate a la corrupción en todos sus niveles, irresponsable por no
calcular los costos de su estrategia militarizada contra el narco e
inequívocamente corresponsable de la derrota electoral del 1 de julio… así
retrata el abogado panista Juan Miguel
Alcántara a Felipe Calderón. Puesto que la Comisión de Evaluación y Mejora
de su partido sólo produjo un documento “inodoro, incoloro e insípido”, agrega,
los panistas deben enjuiciar a los gobiernos de Fox y de Calderón por defraudar
las expectativas de la sociedad.
Juan Miguel Alcántara, exsubprocurador general de la
República, acusa: Felipe Calderón es culpable de la derrota de Josefina Vázquez
Mota porque le negó el respaldo que desde la Presidencia de la República sí le
transfirió a su hermana Luisa María Calderón.
–¡Por supuesto!
“No he tenido oportunidad de conversar con ella –admite–,
pero sí sé que ha hecho ese tipo de expresiones y su actual actitud puede
explicarse a partir de que esa pueda ser su convicción.”
Secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública hasta hace un año, Alcántara aclara que nunca se pidió a Calderón apoyo
ilícito para Vázquez Mota, sino como el que le dio, desde la Presidencia de la
República, a la campaña de su hermana en 2011.
“Así como a la candidata a gobernadora de Michoacán, Cocoa
Calderón, desde Los Pinos se le gestionaron apoyos financieros muy relevantes,
esperábamos algo semejante para la candidata presidencial. Lo esperaba ella y
lo esperábamos todos”, subraya.
Pero aclara: “Nadie esperaba nada ilícito, oculto, a cambio
de un favor gubernamental, a cambio de nada que no fuese el apoyo a una visión
de continuidad legítima, como en cualquier parte del mundo”.
Alcántara Soria es uno de los numerosos exdiputados
federales del Partido Acción Nacional (PAN) de la 57 Legislatura que se
agruparon, antes y después de la elección del 1 de julio, para hacer un
diagnóstico de su partido y formular propuestas a la Comisión de Evaluación y
Mejora, creada por el Consejo Nacional para explicar la derrota, pero también
para enjuiciar a sus gobiernos (Proceso 1880).
En el caso del expresidente Vicente Fox, afirma Alcántara,
además de la traición de llamar a votar por el priista Enrique Peña Nieto,
tiene el agravante de la corrupción en que incurrió con Marta Sahagún y sus
hijos:
“Fox, desde el punto de vista de la traición y desde el
punto de vista de la tolerancia a familiares suyos para utilizar las relaciones
y las lealtades en los cargos públicos para fines particulares, es
especialmente cuestionable.”
La omisión de Fox en el informe de la comisión del PAN y la
tardanza en iniciar el proceso de su expulsión se explican no sólo por los
formalismos legales. “Atribuyo estas omisiones al cumplimiento de los estatutos
y a temores fundados, a complicidades o conveniencias muy particulares”,
subraya Alcántara, quien recuerda que la historia del PAN es la búsqueda de la
transparencia dentro y fuera del servicio público.
“Es un documento inodoro, incoloro e insípido. Dejó fuera
aspectos críticos relevantes sobre la actuación de las dirigencias partidistas,
sobre problemas endémicos graves de corrupción que se están dando en varios
ámbitos de la vida pública nacional por miembros del partido.”
La corrupción está en gobiernos estatales, municipales y el
federal, así como en los Congresos, donde panistas “han traicionado la visión
ética del servicio público, porque hay mucho amiguismo, nepotismo, uso de los
cargos públicos para privilegiar o favorecer intereses privados, algunos de ellos
totalmente ilícitos”.
Añade: “Ese tipo de problemas, por ejemplo, no encuentra la
suficiente ponderación en el documento y, por tanto, no hay propuestas
suficientes para corregir, evitar, prevenir las conductas ilícitas en el
servicio público. Ya no hay un orden de gobierno que esté limpio de estas
imputaciones de corrupción”.
–¿Por qué se soslayan en el documento?
–Hay varias situaciones que lo explican: en algunos hay
miedo a decir las cosas por su nombre, a afirmar con franqueza en los casos
concretos en que se puede presumir la corrupción, que la hay; en otros casos
hay el cuidado de no ir a lastimar o a dañar a personajes que luego puedan
realizar actos de revancha, de reacción que perjudiquen alguno de sus propios
intereses particulares; en otros casos me parece que puede haber relativas
complicidades con los corresponsables y entonces se prefiere generar un
documento muy inodoro y muy incoloro en términos de ética, al no ser lo
puntual, lo veraz, lo justo que tiene que ser.
–¿Es la corrupción lo que dejaron pendiente Fox y Calderón?
–¡Por supuesto! Ni en el gobierno de Fox ni en el Calderón
se generaron los mecanismos adecuados para autocontener los riesgos de
corrupción, para prever que la falta de cuadros políticos panistas iba a
generar el riesgo de la improvisación, de la inexperiencia en el ejercicio del
poder, y esto es frecuentemente causa de corrupción. Esa es una primera de las
varias explicaciones de por qué luego en los dos gobiernos se han manifestado
situaciones que la militancia cuestiona como actos de corrupción.
Alcántara Soria está consciente de que sus opiniones
causarán controversia entre panistas, pero aclara que no está diciendo nada que
no haya sido impulsado por el pensamiento de los fundadores.
Y si el PAN quiere superar el rumbo, “actualizar sus cartas
de navegación”, debe asumir las enseñanzas fundacionales:
“Cuando una conducta o línea política se aleja de los
ideales, principios y valores fundamentales, hay que renunciar a tal línea o
conducta si se quiere mantener la identidad verdadera. De lo contrario se da un
engaño esencial bajo apariencias de continuidad en contra del bien común del
pueblo.”
Calderón, callado
Alcántara cree indispensable enjuiciar a sus gobiernos, que
en el caso de los de Fox y Calderón fueron muy limitados, pero además no fueron
capaces de desmantelar los cacicazgos sindicales de Elba Esther Gordillo en el
magisterio y de Carlos Romero Deschamps sobre los petroleros.
En el combate al crimen organizado, critica, Calderón fue
incapaz de poner énfasis en la prevención social de la violencia como parte de
la estrategia que, además, debió haber sido planteada desde el principio como
esfuerzo nacional y combatir la parte patrimonial de los criminales.
–¿Los miles de muertos y desaparecidos será sello de
Calderón?
–Él ya reconoció que su sexenio será marcado por ese dato de
las muertes de mexicanos y mexicanas, tanto los presuntos culpables como los
inocentes. También la evaluación que se haga arrojará que no se hicieron los
cálculos adecuados a la hora de diseñarse el mecanismo de combate al crimen
organizado con sólo las fuerzas federales, y por lo tanto hubo efectos
indeseados, impensados o no calculados sobre el número de muertos.
“Por supuesto, eso la ciudadanía ya lo evaluó, y en una
buena media en las elecciones del 1 de julio fueron un ingrediente relevante
para la votación de la mayor parte de los mexicanos sus sentimientos, sus
emociones sobre el saldo de muertos que hay en el país.”
–¿Cuál es la responsabilidad de Calderón en la derrota?
–Es inequívoca.
También tiene responsabilidad en la situación del PAN, en el
que intervino indebidamente: “Como pasaba en el viejo PRI, Calderón buscó
manejar al partido como un apéndice más del gobierno federal, y esto es algo
que los panistas de abolengo o añosos cuestionan: el maltrato, las malas formas
hacia el partido”.
Y censura: “La decisión del presidente Calderón por impulsar
a los michoacanos Germán Martínez y César Nava ha sido de graves consecuencias,
porque se trastocó no sólo la vida orgánica del partido, sino que se fue
perdiendo la brújula, se fueron perdiendo la esencias del PAN, particularmente
su visión ética”.
A unos días de que entregue el cargo, y ante las tentaciones
de querer “deletrear la agenda” en el PAN, Alcántara pide a Calderón una
“conducta escrupulosamente prudencial”.
“Esto es, cuidar al país en primer lugar, cuidar al gobierno
en turno en segundo lugar, y cuidar al partido en tercer lugar. Esto implica no
involucrarse en la agenda pública nacional durante todo el siguiente sexenio,
cuando menos; debe haber una autocontención por elemental respeto al gobierno
siguiente y a la vida orgánica del partido.”
Debe imitar a los expresidentes Ernesto Zedillo y Miguel de
la Madrid, en vez de a Fox y Carlos Salinas: “Como muchos panistas, pienso que
Calderón deberá permitir que el partido defina su agenda y restañe su vida
orgánica por sí mismo, sin que haya una injerencia indebida de su parte”.
–Y si la hay, ¿qué se debe hacer?
–Hay que ver si el partido va a tener los mecanismos de
autodefensa, de autocuidado o no, y que cada quien asuma sus propios actos u
omisiones.
El problema es que hay en la dirigencia “autismo, fatiga e
insensibilidad para encontrar una evaluación autocrítica y reconocer que es
parte del problema para encontrar una solución, por lo que deben considerar su
renuncia.
“Si los responsables formales de la conducción del partido
no tienen la disposición de contrastar los resultados de su actuación con las
exigencias que su cargo tiene, desde el punto de vista ético, electoral, de la
formación de cuadros técnicos y políticos, los lógico es que se plantee, en
conciencia, su renuncia.”
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