Por si el papa
Francisco le llama por teléfono
El
diario italiano Corriere della sera tuvo
la idea de preparar un protocolo informal para estar listo en caso que
el papa Francisco sorprenda con una de sus ya casi habituales llamadas
por teléfono, como la que le hizo a un hermano jesuita en Argentina por el día
de su cumpleaños.
Francisco suele tomar el teléfono y llamar personalmente a las personas. Ya ha
llamado al señor del periódico que todos los días le daba un ejemplar del
diario, a los católicos de Buenos Aires en la Catedral, a más de uno en su
cumpleaños, a sacerdotes para saber de su salud, a un italiano que perdió a su
hermano porque lo asesinaron, entre otros.
Ante
la eventualidad de que Francisco le llame el periodista Beppe Severgnini, nos
sugiere lo siguiente:
a.
El Papa Francisco es quizá de las últimas personas que llaman a un número fijo.
Por lo tanto, si suena el teléfono de casa, prepárense.
b.
Aunque el Santo Padre proponga el tuteo, mantengan
el "usted". Evitar diminutivos como Fran o Paco, porque es
inoportuno. Tampoco exclamar ¡Su
Santidad! Porque es una obviedad, y no caer en apelativos complicados y/o
académicos como "Sumo", "Magnífico",
"Mega-galáctico".
c.
Escuchar, antes de hablar. No introduzca argumentos.
d.
No tenga miedo de ser normales: la ligereza es un don para el papa Francisco.
e.
No hablarle de los problemas recientes en el Vaticano: él no tiene la culpa y,
ciertamente, ya ocupan muchos de sus pensamientos. Si la charla derivase a los
animales, prohibido hablar de "cuervos".
f.
El papa Francisco tiene sentido del humor. Díganle que eso es una bella cosa,
porque la ironía es hermana de la misericordia: permite sonreír y perdonar las
imperfecciones del mundo.
g.
Denle saludos para Benedicto, eso le gustará.
h.
No pidan nada práctico: el papa es un hombre importante, pero no es un asesor.
Si buscan recomendaciones, permisos, concesiones y facilidades, el Pontífice se
arrepentirá de haber llamado a un italiano.
i.
No terminen ustedes la conversación. Dejen que sea el Pontífice el que decida
cuando despedirse. Si la "mamma", la mujer o el marido, desde la
cocina, gritan: "¡Vamos, moviéndose, ya está la comida, colguemos ese
teléfono!", ignórenlos.
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