Cómo
recuperar tu trabajo tras tener hijos/Kelly Wallace es corresponsal digital de CNN y editora de temas de familia, carrera y vida. Tiene dos hijas y vive en Manhattan.
CNN
|23 de agosto de 2013
Recuerdo
lo sorprendida que me sentí en 2003 cuando leí la ahora infame historia
titulada The Opt-Out Revolution, escrita por Lisa Belkin, que se publicó en la
revista del New York Times. El artículo describía a las mujeres altamente
educadas y profesionistas que abandonaban sus altos puestos para estar en casa
con sus hijos.
“¿Qué?
¿Cómo podían hacer eso? ¿Acaso no tirarían su grandiosa educación y su carrera
a la basura?”. Esas fueron algunas de las preguntas que hice acerca de un
movimiento que no entendía del todo.
Tres
años después, tuve a mi primera hija e inmediatamente me di cuenta de que,
además de que no me correspondía juzgar a esas mujeres que se excluían
voluntariamente, ellas tomaron una decisión muy difícil (una que, cabe señalar,
muchas mujeres no tienen el privilegio de elegir, aunque no deja de ser un
camino difícil). Ellas elegían enfocarse en la crianza de sus hijos, ya que
hacer los malabares de esa tarea y llevar una carrera de grandes
responsabilidades no funcionaba.
Como
mamá primeriza que al principio no puede imaginar dejar a su pequeño una hora
para ir a cortarse el cabello —ya no digamos hacerlo por entre 10 y 12 horas al
día—entendí parte de lo que pudo haberlas motivado a tomar sus decisiones.
Desde
entonces, como mamá de dos niñas, la paradoja de equilibrar una vida de trabajo
se ha convertido en una pasión personal. Llevé mi carrera en una dirección que
me permitió concentrarme de tiempo completo en este tema y otros que afectan a
las mujeres y a las madres, además de que tengo más tiempo para mi familia.
Dos
de las cosas que más me irritan son, por qué las empresas no hacen más para
ayudar a mujeres y hombres, mamás y papás, a equilibrar el trabajo y la
familia, y por qué las corporaciones estadounidenses no reconocen el potencial
de las mamás que buscan regresar a la fuerza de trabajo y les facilitan el
regreso.
Ambos
temas fueron abordados en el número del fin de semana pasado de la revista New
York Times con una historia actualizada, 10 años después de que el primer
artículo desatara un debate nacional. En el artículo, titulado The Opt-Out
Generation Wants Back In, se hablaba de las mujeres que dejaron sus trabajos y
ahora intentaba reincorporarse.
Kuae
Kelch Mattox, antigua productora de la cadena estadounidense NBC News y una de
las tres mujeres involucradas en la primera historia del New York Times, ha
buscado “seriamente” un trabajo remunerado durante dos o tres años.
Desde
que dejó el mundo laboral en 2000, crió tres hijos, fue presidente de la
Asociación de Padres de Familia y Maestros, además trabajó como presidente
voluntaria de Mocha Moms, una organización no lucrativa para mamás de raza negra
que han elegido no trabajar tiempo completo fuera de casa para dedicar más
tiempo a la familia. Pero esa experiencia es algo que la mayoría de la gente
“no entiende en absoluto”, dijo.
“Creo
que uno de los principales problemas para las mamás que se quedan en casa,
particularmente para aquellas que han trabajado como voluntarias por algún
tiempo, es ayudar a que las compañías y corporaciones entiendan nuestro valor
actual”, dijo.
“No
he perdido ninguna neurona. Lo que sabía antes, cuando trabajaba para esas
compañías, no lo he olvidado”, agregó. “Lo único que ocurrió es que he obtenido
experiencia, destreza y conocimiento adicional, lo que en mi opinión debería
ser totalmente atractivo, pero por desgracia es lo contrario”.
Mattox
dijo que su empresa sin fines de lucro realizó recientemente una encuesta entre
sus miembros y preguntó a las madres amas de casa si pensaban volver a
trabajar. El 38,3% dijo que querían regresar, pero tenían dificultades para
hacerlo y un “abrumador” 53.7% dijo que su estatus de ama de casa era un factor
para que las empresas mostraran resistencia a la contratación, dijo Mattox.
“El
estigma todavía existe”, dijo. “Está profunda y firmemente arraigado, pero
tiene que desaparecer”. Sin duda, la crisis de 2007, seguida de la recesión, el
alto desempleo y la disminución de la confianza del consumidor, acrecentó el
reto para las mamás que quieren volver. Ahora compiten con mujeres y hombres
que también están desempleados, pero con experiencia actualizada.
Tenía
curiosidad sobre lo que Lisa Belkin —quien ahora es columnista sénior para el
diario The Huffington Post y toca temas de trabajo y familia— pensaba acerca de
haber escrito el artículo por el que aún le hacen preguntas. La invité a tomar
un café y descubrí que su motivación son las cosas que ha visto en los últimos
10 años.
“Hay
progresos, ha habido cambios”, dijo.
Las
mujeres que eligieron dejar de trabajar prepararon el terreno para la
implementación de normas más flexibles que vemos actualmente en el mundo
laboral, me dijo. Belkin recordó a un socio de un bufete de abogados que alguna
vez le dijo que su empresa invertía 100,000 dólares (1,250,000 pesos) en
capacitación y honorarios de todos los abogados que trabajaban en el bufete y
eso se traducía en pérdidas cuando las madres renunciaban. “Es como si salieran
100,000 dólares por la puerta”, le dijo. Así que las empresas como la suya
buscaron la forma de conservarlas por medio de la flexibilidad laboral y las
políticas de permisos.
“Cuesta
mucho capacitarlas. Quieres conservarlas. Eso ocurre en cualquier empresa, así
que las mujeres que están dispuestas a irse provocaron que muchos de esos
sitios idearan formas para retenerlas”, dijo Belkin, quien tiene dos hijos.
“Creo
que esa es la raíz de la flexibilidad que existe actualmente”.
Pero
parece que el progreso no es lo suficientemente rápido, respondí, especialmente
cuando se trata de ayudar a que las mujeres como Mattox se reincorporen al
trabajo.
“El
mundo laboral no es lo que era”, dijo Belkin. Las mujeres tal vez esperaban
poder regresar gracias a sus habilidades o porque eran muy valiosas en sus
ámbitos, dijo. “Pero hay muchísimas personas a las que despidieron en los
últimos cinco años y que tienen experiencia más reciente”.
Tal
vez la principal lección que deberán aprender las mujeres que decidieron dejar
de trabajar y que tienen dificultades para regresar es, “siempre mantener la
atención puesta” en su regreso, dijo Belkin.
“Todas
lo tomaron como una pausa, no un cese, pero si quieres regresar, tienes que
planearlo cuando sales”, dijo. “No puedes esperar que simplemente suceda;
ciertamente no tendrás éxito si solo te quedas ahí”.
Mattox
dijo, en retrospectiva, que probablemente debería haber hecho más para allanar
el camino para su retorno a la fuerza laboral.
“Hubiera
sido más agresiva y más activa”, dijo la mamá de tres hijos de 10, 13 y 16
años. “Creo que habría sentido una mayor urgencia por volver. Es evidente que
toma más tiempo que antes”, añadió.
Dorothy
Liu, una de mis compañeras de dormitorio en la universidad y madre de un niño
de 10 años, fundó una empresa, VELAtrio Consulting, hace más de 10 años junto
con otras dos mamás que también abandonaron el mundo corporativo para buscar un
mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada.
Uno
de los principales objetivos de su empresa es asesorar a las mujeres para que
regresen al mundo laboral, esa fue una de las razones que llamaron mi atención
al verlo escrito por Liu en Facebook, cuando las mamás tratan de volver al
trabajo.
“Esas
son antiguas ‘jefas’ que no tienen problema con regresar a la tropa, tienen una
trayectoria comprobada y la suficiente experiencia como para no caer víctimas
de la política de la oficina y otras tonterías”, escribió.
“Desafortunadamente,
nadie parece haber descifrado la forma de explotar este increíble recurso”.
Tal
vez alguien lo haga, y con suerte, será pronto.
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