24 feb 2014

El tema del fin de semana: Guzmán Loera


EL UNIVERSAL: Estados de EU van por extradición de 'Chapo'

Tras su histórica recaptura, la lista de quienes desean la pronta extradición del líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, desde Estados Unidos, comienza a crecer e incluye a congresistas y fiscales federales que han dado un paso al frente para solicitar al gobierno de México considerar la posibilidad de entregar al capo del narcotráfico para evitar su posible fuga, al igual que ocurrió en enero de 2001. "Quisiera pedir a los mexicanos que consideren la extradición a Estados Unidos, donde sería puesto en una prisión de máxima seguridad y bajo fuertes medidas de vigilancia. Ahí no puede escapar y sería llevado ante la justicia para enfrentar una pena de cadena perpetua", aseguró el presidente del Comité de Seguridad Interna de la Cámara de Representantes, Michael McCaul. A la petición de McCaul, republicano por Texas y un conocido del presidente Enrique Peña Nieto, se han sumado las voces de fiscales en Nueva York que se han apresurado a demandar la extradición del capo.
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MILENIO: Segob de AN ligó al Chapo a 67% de narcoasesinatos
Joaquín "El Chapo" Guzmán e Ismael "El Mayo" Zambada, líderes del Cártel de Sinaloa o del Pacífico, son los responsables de 67% de homicidios relacionados con el crimen organizado que se registraron en los primeros cuatro años del sexenio de Felipe Calderón, debido a la expansión de su organización criminal. Un documento del gobierno federal de entonces denominado "Información sobre el fenómeno delictivo en México", detalla que durante los primeros cuatro años de la administración de Felipe Calderón se documentaron 28,353 asesinatos ligados al crimen organizado.
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REFORMA: Quiere fiscal de EU extraditar a 'Chapo'
Fiscalías federales de Estados Unidos quieren que "El Chapo" rinda cuentas en ese país. La Oficina del Procurador Federal del Distrito Este de Nueva York alista una solicitud de extradición de Joaquín Guzmán a EU luego de su detención el sábado pasado en Mazatlán. De 1995 a la fecha, cortes federales de California, Texas, Illinois, Nueva York, Florida y New Hampshire han presentado un total de siete órdenes de aprehensión contra el jefe del Cártel de Sinaloa. Le imputan más de 35 cargos vinculados con el narcotráfico. De acuerdo con un documento de la PGR, el Juzgado Tercero de Distrito en Procesos Penales Federales del DF ordenó el 17 de febrero de 2001 la orden de detención provisional con fines de extradición contra el capo en el expediente 3/2001.

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EXCÉLSIOR: Sobre El Chapo, 66 averiguaciones
Desde que Joaquín El Chapo Guzmán —recapturado el sábado en Sinaloa— se fugó del penal de Puente Grande en 2001, la PGR inició 66 averiguaciones previas en su contra. De acuerdo con fuentes ministeriales, en los expedientes iniciados de 2001 a 2013 están las declaraciones de detenidos, principalmente del cártel del Pacífico, que lo relacionan como responsable de diversos crímenes. Detallaron que el Ministerio Público Federal ha logrado seis nuevas órdenes de aprehensión contra Guzmán Loera. Se espera que en las próximas horas se le notifique y jueces federales inicien nuevos procesos penales en su contra por delincuencia organizada, delitos contra la salud, violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, y uso de recursos de procedencia ilícita.

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 LA JORNADA: Participó la DEA con drones en la caza de El Chapo
La agencia antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) participó activamente en el operativo en que fue detenido Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, con drones (aviones aéreos no tripulados) que sobrevolaron la ciudad de Culiacán y que permitieron ubicar el lugar exacto donde se encontraba el líder del cártel de Sinaloa. Gracias a la operación de los drones (que permitieron localizar el equipo de comunicación satelital de Guzmán Loera y con ello el lugar donde se escondía), el gobierno del vecino país y el alto mando de la Armada de México recibieron "en tiempo real" a información del operativo de las fuerzas especiales de la Marina, revelaron fuentes navales. Además, apuntaron, la agencia estadunidense aportó información valiosa previa para ubicar a quien era considerado el capo más buscado a escala mundial.

EU reactivará petición para extraditar a Guzmán Loera
El gobierno de Estados Unidos busca con el de México concretar a la brevedad el procedimiento de extradición de Joaquín El Chapo Guzmán, iniciado hace 13 años, cuando el líder del cártel de Sinaloa estaba preso en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, del que se fugó Este lunes será notificado el juzgado segundo de procesos penales federales que Guzmán Loera ya fue recapturado –el pasado sábado en Mazatlán, Sinaloa–, para que se reactive el procedimiento jurídico de extradición que había sido suspendido por la autoridad judicial tras la fuga del capo en enero de 2001.
LA RAZÓN: El Chapo dormía… pidió: 'no disparen'
Cuando elementos de la Marina-Armada ingresaron a la habitación 401 del conjunto Miramar, en Mazatlán, Sinaloa, el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, estaba dormido. Al verse sorprendido y sin saber cómo reaccionar para enfrentar a la autoridad o intentar un nuevo escape como los que había protagonizado en varias ocasiones, sólo pidió: "no disparen", revelaron agentes federales. Personal de la Marina sabía que era el sujeto que el Gobierno Federal buscaba desde hacía 13 años, un mes y dos días, desde 2001, cuando escapó de la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, al inicio de la administración de Vicente Fox.
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Columnas:
BAJO RESERVA/ EL UNIVERSAL
EU peleará para llevarse a ‘El Chapo’
LA ORDEN en Washington es clara: buscar de cualquier manera que Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán sea entregado por México en extradición para que enfrente tribunales estadounidenses. Nos dicen que desde la mañana de ayer en aquella nación al menos tres procuradores locales y el procurador general Eric Holder están trabajando en cargos nuevos contra el capo. La intención, nos explican, es encontrar con el gobierno mexicano la forma de que Guzmán Loera enfrente la mayor pena posible, por lo que se concentran en construir un caso que garantice que ’El Chapo’ permanezca el resto de su vida en prisión, aunque decidiera colaborar con las autoridades estadounidenses. Por ahora, en los juzgados federales con sede en Toluca, Estado de México, esta semana se decidirá la fecha en que se le darán a conocer a Guzmán Loera sus nuevos cargos y se le informe si ha sido recibida de manera oficial una nueva solicitud de extradición por parte de EU.
 PUNTO POR PUNTO, como lo indica el manual, el gobierno federal puso en marcha la estrategia de comunicación al estilo colombiano para dar a conocer la captura más importante de esta administración, la de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Aunque en la detención no participaron todas las agencias de seguridad del país, el crédito final fue compartido. La idea de hacer ver como un logro de todo el gobierno federal este tipo de detenciones de alto impacto fue una de las sugerencias del ex asesor presidencial en seguridad, el general colombiano Óscar Naranjo. Don Óscar aseguraba que este tipo de anuncios conjuntos además ayuda a evitar, como sucedió en el sexenio anterior, enfrentamientos entre agencias para ver quién presenta a más detenidos. Así, el pasado sábado estuvieron presentes —en la conferencia de prensa en la que se anunció el arresto del capo— los titulares de la Defensa Nacional, Marina, PGR, la Comisión Nacional de Seguridad y el Cisen.
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FRENTES POLÍTICOS/Excelsior.
 I. Impacto internacional. Tras la captura de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, Eric Holder, fiscal general de EU, la calificó como un parteaguas y una victoria para los ciudadanos mexicanos y estadunidenses. Dijo que la detención fue gracias a la estrecha colaboración bilateral. El Chapo fue ubicado desde el 13 de febrero, pero evadió a la autoridades por túneles y canales de desagüe en Culiacán. Y las dudas sobre que el gobierno de Enrique Peña Nieto y los priistas pactarían con el narco, ¿por fin, desaparecieron? Por cierto, fue la segunda captura del Chapo, pero la primera en México. La otra se dio en Guatemala y la historia terminó en fuga a mes y medio de iniciado el gobierno de Vicente Fox. No volverá a pasar.
 II. El principio del fin. El 12 de febrero la Marina detuvo en Puebla a Daniel Fernández Domínguez, El Pelacas, quien recientemente había hablado con El Chapo y con Ismael El Mayo Zambada, tenía 20 teléfonos celulares. No llevó tiempo definir a quién pertenecía cada llamada. Con los datos, las fuerzas especiales comenzaron las capturas de gente de los Zambada en el municipio de Reforma, Sinaloa. Uno de los integrantes de la célula de Joel Enrique Sandoval Romero, El 19, cantó. Reveló cuál de los números que llevaba en un celular era del Chapo. Y sí, pero había un problema, era satelital. Momento ideal para pedir ayuda a EU.
 III. La captura. El lunes 17 de febrero Joaquín Guzmán ignoraba que las agencias de inteligencia de EU colaboraban con la ubicación satelital de sus llamadas. Ignoraba, además, que un informante se había acercado a la DEA para advertir de una reunión entre capos en Sinaloa. Por la mañana, El Chapo, escondido en un túnel, encendió su teléfono y pidió ayuda para salir de Sinaloa. La llamada fue rastreada por la DEA, la PGR y la Marina, por geolocalizadores de última generación. El sábado 22 nada fue improvisado. Capturaron primero a Carlos Manuel Hoo Ramírez, el último eslabón de sus cordones de seguridad, y segundos después el capo estaba en manos de la justicia. Impecable.
 IV. El mezquino. Adivine quién afirmó que la captura del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera sólo le servirá al gobierno “de cortina de humo” para distraer la atención de otros temas de trascendencia para el país. Consideró que será utilizada por los “capos de cuello blanco” para hacer propaganda; que esto no ayuda a nada; que no ve más que publicidad, jolgorio. Acertó. Andrés Manuel López Obrador afirmó que las reformas, en particular la energética y la entrega de ese sector a empresas extranjeras, son de mayor trascendencia que la captura del Chapo. A nadie sorprende ya que AMLO prefiera que a México le vaya mal. En su lógica sólo así le irá bien a él.

V. El generoso. Miguel Ángel Mancera felicitó públicamente a Enrique Peña Nieto por la detención del Chapo. Es un gran logro para México, señaló. Dijo que la captura deja de manifiesto el trabajo que se realiza en el combate a la delincuencia. Me parece, dijo, que felicitar al gobierno federal es algo que compartimos todos y también a todas y cada una de las áreas que lo integran, desde la Secretaría de Marina, a la coordinación, la inteligencia. El mandatario local dijo que aún no reciben la petición de reforzar la seguridad luego de la captura del líder del cártel del Pacífico, pero enfatizó que en la ciudad se continuará con la estrategia de seguridad. No estaría de más abrir bien los ojos.

VI. El negocio y la sangre. Desde la muerte de Osama bin Laden en 2011, Joaquín Guzmán era el hombre más buscado del mundo. El capo mexicano era el líder del cártel del Pacífico, una gigantesca organización narcotraficante que funciona como una transnacional: se dedica al cultivo, tráfico y venta de droga. Por su tamaño, el cártel es considerado como una de las empresas más eficaces del mundo, y El Chapo era su CEO. “Es un hombre de negocios”, manifestó el periodista Malcolm Beith, autor del libro El último narco. Se calcula que en México la lucha entre cárteles de la droga dejó unas 70 mil muertes en diez años. Uno menos
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Templo Mayor/Reforma
VAYA PARADOJA: si Joaquín “El Chapo” Guzmán no se hubiera escapado de la cárcel, estaría a punto de ¡salir libre!
EN 1993 fue condenado a 20 años y 9 meses de prisión por los delitos de cohecho y asociación delictuosa. En aquella ocasión cumplió 7 años y 7 meses de su condena, hasta que se fugó de Puente Grande.
ESTUVO prófugo poco más de 13 años, por lo que, al menos matemáticamente, en este 2014 tendría que dejar la cárcel, pero, cosas de la vida, en lugar de eso acaba de volver tras las rejas.
EL ASUNTO podría parecer curioso si no fuera porque comienzan a escucharse voces, sobre todo del otro lado de la frontera, para que el capo sea extraditado a Estados Unidos.
SE SUPONE que eso sólo podría ocurrir hasta que cumpliera aquí su condena. Sin embargo, no suena descabellado que quisieran hacerle cuentas chinas y decirle: “¡Hasta la vista, Chapis!”.
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Rozones de la Razón
Lo de El Chapo trae cola
Con eso de la captura de El Chapo Guzmán, donde el asunto está color de hormiga es en Tlajomulco, Jalisco, para Enrique Alfaro, pues fuentes enteradas indican que el ex edil y su partido Movimiento Ciudadano estarían detrás del control y el financiamiento, que la PGR vincula al Cártel de Jalisco Nueva Generación. Como sea, el clamor en Jalisco es que las investigaciones lleguen al fondo, porque no hay que olvidar que el municipio sigue gobernado por gente de… Enrique Alfaro.
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Mancera felicita al Presidente
Quien felicitó al Presidente Enrique Peña por la captura de Joaquín El Chapo Guzmán fue el jefe de Gobierno, Miguel Mancera, al calificar la detención como “un logro muy importante” para México y agregar que esta acción es parte del combate a la delincuencia. La elegancia política, la educación formal y el timing certero se han convertido en la marca de la casa mancerista a la hora de tratar con Los Pinos. Ojo, eso cuenta… eso cuenta.
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AMLO se olvidó de los payasitos
Uno de los pocos en el concierto político nacional que regatearon méritos al gobierno por la captura de El Chapo Guzmán fue AMLO, al considerar que no fue más que un “golpe mediático” para reforzar la imagen del Presidente Enrique Peña. Lo curioso es que AMLO gustaba de “golpes mediáticos” cuando fue jefe del GDF, pues contrató a Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York, para que aplicara Tolerancia Cero en la capital y hasta presentaba a payasitos de esquinas capturados “en flagrancia”.
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TRASCENDIÓ/Milenio
Que con todo y la captura de Joaquín El Chapo Guzmán, en el gobierno federal hay quien supone que el objetivo ahora es “el verdadero cerebro” del cártel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada.
Por años, dicen, El Chapo vivió bajo la protección de su compadre y socio El Mayo, quien lo respaldó desde su fuga del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, en enero de 2001.
:Que si bien el DF está en alerta permanente desde que el gobierno federal entró de lleno a Michoacán, la detención de El Chapo no hará que se monte ningún dispositivo adicional.
Inclusive, el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, presumió que el Escudo Ciudad de México está funcionando correctamente.
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LA HISTORIA EN BREVE/Ciro Gómez Leyva
Milenio,
Ustedes no atraparon a “El Chapo”, fuimos nosotros y la Marina
Nosotros, la DEA, atrapamos a El Chapo Guzmán junto con marinos mexicanos. Eso es al menos lo que podía leerse desde anoche en el New York Times, y que se acoplaría con la forma en que se fue conociendo la noticia el sábado.
Antes que cualquier funcionario, AP y el propio New York Times confirmaron, con todo y fotografía, la nota de la captura de El Chapo. ¿Quién les filtró menudo banquete? ¿El gobierno mexicano (por razones que podrían ser entendibles), o fue la DEA? La noticia oficial la dio el presidente Peña Nieto a las 13:43, con un retraso de casi tres horas respecto de los adelantos que salieron de Estados Unidos.
New York Times, en una nota de Damien Cave, difundió anoche sobre una base de fuentes anónimas que:
1. El Chapo fue capturado por marinos mexicanos y agentes de la DEA.
2. Para dar con él hubo un estrecho lazo entre la Marina y la DEA.
3. La DEA desconfía de las otras fuerzas armadas mexicanas y de los altos mandos del gobierno.
4. A principios de enero hubo una junta Marina-DEA en que se concretó el plan para atrapar a El Chapo. Según esto, los estadunidenses no estaban seguros de que los marinos actuarían, pero a partir de un despliegue de grabaciones y datos de informantes, optaron por ir al frente.
Creo que bien haría el gobierno mexicano en armar una narrativa precisa de los hechos febrero 13-febrero 21. La captura de El Chapo es un éxito incontrovertible que, por lo visto, la DEA quiere manchar con un altanero: fuimos nosotros y los marinos, no ustedes, con sus dudosos soldados, policías y funcionarios.
Por no decir ineficaces y corruptos.
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EL ASALTO A LA RAZÓN/Carlos Marín
Milenio.
¿Para quién la recompensa por “El Chapo”?
El 1 de mayo de 2011, en cuanto se supo que el más despiadado terrorista internacional había sido muerto, el sitio como el criminal más buscado en el mundo que tenía Osama bin Laden pasó a ocuparlo Joaquín El Chapo Guzmán.
Su fuga del penal de Puente Grande, hace poco más de 13 años, fue el bochornoso bautizo del foxiato en seguridad penitenciaria, y su recaptura el sábado, con todo y la participación de agencias estadunidenses, constituye un estruendoso éxito del gobierno peñanietista.
Los panistas han insistido en que fue la corrupción heredada de las administraciones del PRI lo que facilitó el escape, y los priistas revirado el sofisma de que fueron ellos quienes lo capturaron, pero el PAN quien lo dejó ir.
Para efectos políticos, la recaptura de El Chapo deja pequeños los triunfos panianos en el combate a bandas de capos tan relevantes como los hermanos Beltrán Leyva o Édgar La Barbie Valdez Villarreal.
El operativo de antier a cargo de la Marina Armada fue delineado por el procurador general, Jesús Murillo Karam, en el anuncio oficial.
Los detalles, el modo y circunstancias fueron reporteados y publicados aquí ayer por Juan Pablo Becerra-Acosta.
A principios de los años 90, la guerra de las narcobandas de Tijuana y Sinaloa saltó a los altares y a Los Pinos por la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo durante el enfrentamiento (24 de mayo de 1993) en el aeropuerto de Guadalajara, cuando sicarios de los hermanos Arellano Félix pretendieron asesinar a El Chapo Guzmán.
Del fatal incidente sacó raja el viperino sucesor del difunto, Juan Sandoval Íñiguez, con el cuento baboso de que el gobierno salinista “organizó” la balacera para facilitar que un tercer comando (hay que imaginarlo en medio del fuego cruzado) cometiera un “crimen de Estado” contra el purpurado.
Lo que consta en las actuaciones ministeriales y judiciales de los pistoleros, incluido el que descargó 14 tiros contra el cardenal, es que Posadas llegó en un Marquis y fue confundido con El Chapo porque sus cazadores sabían que el narcotraficante viajaba en otro similar.
Guzmán y los Arellano quedaron bajo los reflectores, El Chapo buscó refugio en Chiapas, cruzó la frontera y fue capturado y entregado a México por el ejército de Guatemala.
De aquella primera captura dio cuenta el entonces procurador general, Jorge Carpizo (que mantendría con el mentiroso Sandoval una larga y entretenida guerra en la que el arzobispo calumniador fue derrotado por las evidencias), y en su libro México en riesgo, el primer director del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional, Jorge Carrillo Olea, escribió su versión:
Me tocó la tarea de concebir, planear y dirigir el operativo para recibir a Guzmán Loera de manos de un joven capitán guatemalteco, el hoy general de división Ricardo Bustamante (…). El procurador había hecho pública la recompensa por un millón de dólares (…). Salinas ordenó que se entregaran 300 mil dólares a los presidentes de El Salvador y Guatemala para que los hicieran llegar a quienes a su juicio los merecieran…
¿Quién merece ahora la recompensa por la recaptura?
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 “El Chapo”, las preguntas/Ricardo Alemán
El Universal
Está claro que para los malquerientes del gobierno de Peña Nieto -sean, profesionales de la siembra y cultivo de odio, sean fanáticos de AMLO--, la captura de El Chapo es algo así como una casualidad de poca monta frente a los verdaderos peligros que enfrenta México; peligros como la fea maniobra del imperialismo sediento del petróleo mexicano.
Sin embargo, en una cosa tienen razón “los genios” que desestiman la captura de El Chapo. En efecto, son más las preguntas sobre el pasado, el presente y el futuro de El Chapo, que las respuestas que ha dado el gobierno federal. Ya está preso el chapo y el gobierno de Peña Nieto ya probó su eficacia. Por eso, es tiempo de las preguntas.
¿Tiene la capacidad --el sistema carcelario mexicano--, para mantener preso a un criminal de alta peligrosidad como El Chapo? ¿Quién será capaz de garantizar que hoy mismo El Chapo no esté comprando al director del Penal del Altiplano, a los carceleros, al sistema carcelario todo? ¿Quién garantizara que esa cárcel no será un paraíso, como las prisiones creadas a modo para Pablo Escobar en Colombia? ¿Por qué no el gobierno federal empieza por reabrir la investigación de la más reciente fuga de El Chapo? ¿De verdad con meter a la cárcel –por casi siete años--, al ex director de Puente Grande fue suficiente? ¿Quién, en el sistema judicial mexicano –empezando por marinos que realizaron la captura, el MP y los jueces que llevarán el caso--, se aventará el tiro de procesar a El Chapo, sin correr el riesgo de ser amenazado, comprado, coartado, sobornado..? ¿Quién en el gobierno federal, en los gobiernos estatales, en el sistema carcelario, en la PGR, en el Poder Judicial, resistirá los cañonazos millonarios de El Chapo? ¿Cuenta el sistema carcelario  mexicano con los recursos para garantizar la vida de El Chapo? ¿Sabe el gobierno que son muchos los interesados en ver muerto a El Chapo? ¿Seguro que no se les adelantará un vivillo que acabe con El Chapo?
¿Quién será el encargado de preparar las preguntas y llevar a cabo el interrogatorio oficial a El Chapo? ¿Quién dará la garantía al Estado mexicano de que el interrogador de El Chapo no utilizará toda la información revelada por el capo, para la extorsión, para la venganza, el chantaje, el eventual ajuste de cuentas? ¿Qué harán el gobierno y dependencias encargadas de interrogar a  El Chapo, con toda la información que revele el jefe del mal llamado Cártel de Sinaloa? ¿Cuántos nombres de políticos en general y gobernantes en particular saldrán a la luz como presuntos involucrados de negociar y brindar impunidad a El Chapo? ¿A cuantos diputados, senadores, gobernadores, empresarios y hasta sacerdotes ayudaron a El Chapo y podrían aparecer en los interrogatorios? ¿Qué hará el gobierno con toda esa información? ¿Perseguirá el gobierno a los implicados; llevará a prisión a gobernadores, secretarios de Estado, legisladores de todos los niveles; empresarios y hasta curas que aparezcan como presuntos implicados? ¿Cuántos jueces, ministerios públicos y jefes policiacos, de todos los Estados están involucrados con El Chapo?
¿Piensa el gobierno mexicano extraditar a Estados Unidos a El Chapo? ¿No sería mejor dejarlo en las cárceles del vecino del norte qué, en teoría, son más seguras? ¿O será que dejar ir a El Chapo a Estados Unidos implica que “los gringos” reclamarán su fortuna? ¿Qué pasará con todas las propiedades, los negocios, hoteles, fraccionamientos, automóviles, acciones de empresas que son propiedad de El Chapo? ¿Será cierto que “los gringos” sólo van por la monumental fortuna de El Chapo? ¿Tiene el gobierno mexicano conocimiento del tamaño de la fortuna de El Chapo?
¿Qué sabe el gobierno mexicano de la amenaza lanzada por los presuntos hijos de El Chapo contra los captores de su padre? ¿La autoridad federal tiene ubicados a los hijos? ¿Son un riesgo potencial? ¿Se han tomado las medidas para evitar venganzas, una potencial desestabilización, el cobro de facturas por parte del crimen organizado, por la detención de El Chapo? ¿Quién será el heredero de El Chapo, en la estructura criminal del Cártel? ¿Quién ocupará el lugar de El Chapo, en el mundo del crimen? ¿Será cierto que a la caída de El Chapo, el cártel del sinaloense de debilita y, por consecuencia, Los Zetas serán el cártel más poderoso? ¿Está preparado el gobierno federal para una eventual guerra de bandas criminales, frente al recambio de fuerzas a causa de la caída de El Chapo?
¿Cuándo veremos las respuestas del eficiente gobierno de Peña Nieto?. Al tiempo.
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La confirmación de Peña/Salvador García Soto
24 Horas.. Febrero 24, 2014 
Si la detención de Elba Esther Gordillo representó en su momento la consolidación política de Enrique Peña Nieto, con la captura de Joaquín El Chapo Guzmán el Presidente confirma que la estrategia de seguridad de su gobierno no sólo existe sino que está dando resultados como la caída del narcotraficante más buscado en el mundo. Cuando puso a la maestra tras las rejas nadie dudó de la fuerza política y la autoridad presidencial y ahora, que el mayor capo del narcotráfico mexicano vuelve a la cárcel, se despejan dudas sobre el combate al crimen organizado en esta administración.
Porque al lograr la aprehensión del jefe del Cártel del Pacífico, al que no pudieron atrapar en 12 años ni Vicente Fox ni Felipe Calderón, el gobierno peñista no sólo da el mayor golpe en la lucha contra el narcotráfico; también responde a las acusaciones y los rumores que afirmaron desde su campaña, lo mismo desde Washington que aquí, que en este sexenio y con el regreso del PRI al poder, volverían los “pactos” y las “negociaciones con el narco”.
Si Michoacán y las erráticas decisiones en los operativos federales, como el fortalecimiento de las autodefensas, habían despertado dudas sobre la efectividad de la estrategia de seguridad federal, la imagen del Chapo Guzmán atrapado mientras dormía y sometido por elementos de la Marina Armada de México, contesta a cualquier interrogante sobre la determinación de golpear a la organización más poderosa en la producción y tráfico de drogas en el país.
La sospecha repetida de que El Chapo era el narco protegido que acompañó durante toda su cruenta guerra a Felipe Calderón, y las dudas nunca aclaradas que despertó la fuga espectacular de este narcotraficante en la presidencia de Vicente Fox, son ahora tema superado para Enrique Peña Nieto que, sin haber hecho de su lucha contra el crimen su principal política de gobierno, ha asestado el golpe más fuerte al narcotráfico desde que Miguel de la Madrid detuvo al hoy liberado Rafael Caro Quintero y Carlos Salinas al aún preso Miguel Ángel Félix Gallardo.
Sin quedar descabezado, pues aún operan sus otros dos liderazgos en las personas de Ismael El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza El Azul, el Cártel del Pacífico pierde a su líder histórico y emblemático, lo que necesariamente golpea a la organización y provocará reacomodos de fuerzas en el Cártel más grande que opera en la República Mexicana, en Estados Unidos y en varios países del mundo.
Para este gobierno la captura de Joaquín Guzmán confirma también que la coordinación entre fuerzas federales y el apoyo de la DEA estadunidense funcionan de mejor manera bajo la actual estrategia, pues si bien la información vino desde Washington, la ejecución “impecable” del operativo fue de la Marina, mientras que el Ejército proporcionó el perímetro de seguridad para que se realizara la detención a plena luz del día. Muy mal parados quedan en cambio ex funcionarios de seguridad del sexenio pasado, desde Genaro García Luna, a quien tanto se acusó de proteger al Cártel de Sinaloa, o el ex secretario de la Defensa, Guillermo Galván Galván, que nunca pudo capturar al Chapo a pesar de haber recibido la encomienda directa del Presidente.
Veremos pues si continúa confirmándose la eficacia de la estrategia antinarco de Peña Nieto y si a este golpe de indudable valor, siguen acciones igual de contundentes no sólo para detener a más cabezas del narcotráfico sino para golpear de verdad a las estructuras políticas y financieras que aún sostienen al millonario negocio del tráfico de drogas que no se acaba sin la figura legendaria del hombre bajito de Badiraguato.
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Chapo: el golpe de timón sexenal/Jorge Fernández Menéndez
sxcelsior, 24/02/2014 01:50
La detención de Joaquín El Chapo Guzmán me encontró en Estados Unidos. De la misma forma en que la noticia corrió como reguero de pólvora en nuestro país, así ocurrió del otro lado de la frontera. La caída del narcotraficante más buscado del mundo, al que las propias autoridades de Estados Unidos calificaban, luego de la muerte de Bin Laden, como su objetivo número uno, no podía más que convertirse en un trending topic en las redes y en la prensa mundial.
Esa importancia de El Chapo Guzmán devenía, como siempre sucede, de la creación de un mito (forjado con la muerte de un cardenal, una detención en Guatemala, una fuga de penal rocambolesca, la construcción de un imperio con inteligencia, sangre y fuego, y hasta con sucesivas apariciones como uno de los líderes de la revista Forbes), pero también de constatar que, efectivamente, la operación del cártel de El Chapo Guzmán se realizaba en forma simultánea en tres continentes, se especializaba en varias ramas, tenía redes de comercialización en todo Estados Unidos y, también, la capacidad de hacer que sus enemigos se embarcaran en guerras costosísimas mientras su grupo se concentraba en lo principal: el comercio ilegal, la comercialización de sus productos y el lavado de dinero de sus ganancias.
La estrategia que siguió el cártel de El Chapo cuando comenzaron los violentos enfrentamientos entre cárteles a partir del 2004, mismos que se incrementaron hasta el límite a partir del 2008, fue sencilla. La violencia creció, sobre todo por la irrupción de Los Zetas y de otros grupos que le querían disputar territorios, también por sus divisiones internas con el cártel de Juárez, primero, y los Beltrán Leyva, después. Disputas que comenzaron por el control de rutas, pero que se terminaron convirtiendo en luchas por el control de territorios y por muchos de los negocios accesorios que allí surgían: el secuestro, el robo, la extorsión. Sus enemigos comenzaron a utilizar pandillas locales para hacerse con ese control. El cártel de Sinaloa defendió a sangre y fuego sus territorios, pero no puso a la estructura central de su cártel en esa dinámica: se alió con otras pandillas, creó otros grupos de sicarios, incluso contratando pandillas como la Mara Salvatrucha, y alentó las rupturas en sus enemigos para que todos ellos libraran la guerra interna que hemos vivido en disputas no por una ruta del narcotráfico al otro lado de la frontera, sino por controlar una esquina, una calle, una colonia o ciudad. Se lanzaron de lleno a una guerra de la que separaron su principal estructura: mientras los demás literalmente se mataban por controlar espacios y las autoridades servían de apagafuegos de esa guerra, ellos continuaron su expansión en Asia, América, un poco menos en Europa y sobre todo en Estados Unidos.
Por eso membretes nacían y morían, “líderes” de toda calaña eran presentados o abatidos y, en realidad, no pasaba nada, el poder de su grupo seguía fortaleciéndose. Si El Chapo había lanzado una guerra para poder aislarse y seguir con su negocio, atrapando en ella a las autoridades y a sus rivales, desde el Estado se lanzó, luego de muchos fracasos, una respuesta similar. Hace cinco años se conformó un equipo de élite de la Marina de México, con conexiones directas con áreas de inteligencia estadunidense, dedicada a unos pocos objetivos: el más importante de ellos, El Chapo Guzmán. Y durante años mantuvieron su investigación, incluso con el cambio de sexenio porque, además, el responsable de ese equipo era el almirante Vidal Soberón, que en la administración de Peña fue elevado a secretario de Estado.
Hay muchos grandes méritos en esta captura. El primero fue haber ajustado mecanismos y métodos, pero también haber mantenido la continuidad en esa búsqueda, haber mantenido una política de Estado. El segundo es enorme: haber capturado a Joaquín Guzmán vivo. No creo que Guzmán devele todos los secretos que están detrás de su organización (hace tiempo que está alejado de la operación directa y ha mostrado no ser un hombre débil), pero ahí está, detenido y a disposición de la justicia mexicana.
Hay voces que piden que sea enviado a Estados Unidos. Sería un error. El Chapo cometió sus principales delitos en México y aquí se le tiene que hacer justicia. Cuando se fugó estaba sentenciado y a esa pena se debe sumar la de la propia fuga. Hay tiempo para armar el resto de su expediente judicial. Y esta vez, las autoridades tendrán que demostrar que 13 años no han pasado en vano para nuestro sistema de seguridad.
Por lo pronto, el presidente Peña ha dado el golpe del sexenio, tiene en sus manos la posibilidad de cambiar el curso de las cosas, incluso de la violencia y la inseguridad, y también algo más valioso: haber recuperado la credibilidad, la confianza y la iniciativa en la tarea más difícil y compleja que tenía por delante. Y eso se puede reflejar en todo, desde la economía y la inversión hasta en la política. Es el golpe de timón del sexenio.
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¿De qué servirá la captura del Chapo Guzmán?/ Leo Zuckermann
Excelsior, 24/02/2014
Primero, lo obvio: Joaquín Guzmán era un prófugo de la justicia. El Estado estaba obligado a detenerlo. Su captura indudablemente representa un triunfo para el presidente Peña. La pregunta es si dicho arresto ayudará o no a resolver el problema de la violencia en México.
De ninguna manera puede menospreciarse lo logrado por el presente gobierno. La de Guzmán era una cuenta pendiente que tenía el Estado mexicano frente a un delincuente que se había fugado de un supuesto penal de máxima seguridad. Cada año que pasaba se incrementaba la vergüenza pública de no poderlo atrapar. Capturarlo es una reivindicación para las autoridades y un triunfo para Peña.
Sobre todo para su imagen. Recordemos que hace unas semanas, el Presidente fue a Davos a presumir las múltiples reforma aprobadas durante el primer año de su sexenio. Al terminar, la primera pregunta que le hicieron fue sobre el tema de seguridad. Peña se incomodó. Quedó claro que a los inversionistas extranjeros les seguía preocupando el asunto de la violencia más allá de las reformas. El hecho de haber capturado al Chapo Guzmán responde a esta preocupación: envía el mensaje de que este gobierno está trabajando para resolver el problema del crimen organizado.
Más aún, acalla los rumores, siempre presentes en México, de que los gobiernos protegen al cártel de Sinaloa. Dicha aseveración se ha escuchado en tiempos de Fox (cuando se escapó El Chapo del penal de Puente Grande) y Calderón (que no pudo capturar al susodicho). El rumor ahora lo había heredado Peña con aquello de que el PRI tenía la tradición de negociar con las organizaciones más antiguas y exitosas del narcotráfico incluyendo la de Sinaloa. La captura de Guzmán desmiente esta percepción.
Insisto: no puede menospreciarse el triunfo del gobierno de Peña al haber detenido al Chapo. Pero la pregunta que más nos debe interesar es si la detención ayudará o no a abatir la violencia en el país. Me temo que la respuesta no es halagüeña. De hecho, podría ocurrir lo contrario, es decir, que haya un incremento de homicidios, secuestros y extorsiones en el corto plazo.
Eduardo Guerrero, experto en seguridad, ha demostrado que el descabezamiento de los cárteles ocasiona una tremenda disrupción en éstos, lo cual produce olas de violencia. Recordemos que el crimen organizado es como una empresa. Pero, a diferencia de las corporaciones legales donde existen reglas y contratos, aquí las sucesiones por la dirección general resultan muy complicadas. Descabezar al jefe produce tensiones entre los mandos medios y superiores; muchos ven esta oportunidad para mejorar su posición dentro de la organización. Los conflictos se multiplican y suelen resolverse a balazos. A eso hay que sumar que, en momentos de disrupción de un cártel, las corporaciones adversarias ven una gran ocasión para ganarle territorios a sus rivales, lo cual también produce violencia. De esta forma, según Guerrero, la detención de un capo genera olas de asesinatos, sobre todo en las regiones controladas por el cártel descabezado.
¿Ocurrirá esto con el cártel de Sinaloa? Dependerá, en mucho, del poder que tenía El Chapo Guzmán dentro de esta organización. Recuerdo que, cuando Eduardo Medina Mora era procurador General de la República en el sexenio de Calderón, un día nos dijo que El Chapo en realidad ya no pesaba tanto dentro del cártel que había fundado. Como era uno de los hombres más buscados del mundo, se la pasaba a salto de mata. Para todos los efectos prácticos, el jefe del cártel era desde hacía mucho tiempo El Mayo Zambada.
Alejandro Hope, otro experto en seguridad, sin embargo argumenta que El Mayo ya está grande, que su salud no es buena y que también se encuentra a salto de mata: no es, por tanto, “el sucesor ideal”. En este sentido, la sucesión dentro del cártel de Sinaloa podría complicarse. Ergo, “por primera vez en dos décadas no habría un grupo criminal claramente dominante en México” generando más violencia. Peor aún, la detención del Chapo podría acelerar el proceso de cambio que ha existido en las organizaciones criminales mexicanas: de grandes que se dedican a la exportación de drogas a Estados Unidos a chicas que se dedican a “formas de extracción de rentas, desde secuestros hasta la extorsión y el robo”. Y está comprobado que este nuevo tipo de corporaciones criminales más pequeñas son más violentas.
La captura de El Chapo Guzmán es un logro para el presidente Peña. Pero esto no necesariamente va a bajar la violencia en el país. Incluso podría ocurrir lo contrario.
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Y DECÍAN QUE EPN PACTARÍA CON EL NARCO/Pablo Hiriart
La Razón,
Lo más importante en la captura del Chapo Guzmán es que se demostró algo que ya estaba en duda: nadie puede contra la fuerza del Estado.
Por más poderoso que sea el enemigo de la sociedad, no tiene la capacidad para burlar eternamente a la justicia ni desafiar a las instituciones.
Fue un golpe de autoridad, en el sentido correcto. Hay Estado.
Desde luego ésta no es una buena noticia para todos, porque hay un sector minoritario muy molesto porque el gobierno —este gobierno— haya capturado al narcotraficante más buscado del mundo.
Era cosa de escuchar a Carmen Aristegui, expresión radiofónica del lopezobradorismo, para entender que se intentó echar a andar la mentira de que el capturado no era El Chapo.
Y en las redes sociales el lopezobradorismo trabajó para minimizar el hecho, hacer burlas y desvirtuar ese enorme éxito del Estado mexicano.
Sólo confirman, en la radio y en las redes, que quieren que a México le vaya mal, para que a su líder le vaya bien. No tienen de otra.
Vamos a los hechos del sábado. Con la captura de Guzmán Loera se echaron abajo mitos construidos con perversidad.
¿No que si ganaba Peña Nieto iba a pactar con los narcos?
Ha sucedido exactamente lo contrario. Se han combatido a todos los cárteles por igual y los resultados están a la vista.
La utilización de inteligencia, más que el empleo de las armas, dio con el paradero de Joaquín Guzmán. Por eso fue posible su captura sin disparar un solo tiro.
A diferencia de otras capturas, en las que murió gente inocente, en esta ocasión se esperó el momento oportuno para que no hubiera derramamiento de sangre.
Fue notable la institucionalidad de los que participaron en el seguimiento y captura del Chapo.
Ninguna corporación en particular se colgó la medalla al cuello, pues se trató de un trabajo coordinado entre el Ejército, la Marina, la Policía Federal y el Cisen.
No hubo rebatinga por el trofeo. Hay jefe.
El anuncio hecho por el Procurador Murillo fue sobrio, y sólo se dio hasta que al Chapo se le practicaron las pruebas que ratificaron su identidad al cien por ciento.
Las agencias estadounidenses presionaron para que el gobierno mexicano diera a conocer de inmediato la captura. Hubo filtraciones para forzar un rápido comunicado de las autoridades mexicanas.
No se cedió: cuando lo detuvieron se le tomaron las huellas digitales, y eran las suyas. Faltaba la prueba de sangre, y sólo hasta que esa prueba dio positivo se hizo el anuncio oficial.
El trabajo más difícil en materia de seguridad, el gobierno lo hizo bien.
Ahora falta todo lo demás: seguridad personal y patrimonial para los mexicanos.
Para ese reto, hay Estado. No estamos a la deriva.
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ESTRICTAMENTE PERSONAL/Raymundo Riva Palacio
Eje Central,
Diez días de caza
El último capítulo de la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán empezó al 13 de febrero en Culiacán, pero la historia de su caída se empezó a tejer hace poco más de un mes, cuando pistas que se seguían tomaron un camino definitivo. Se debió paradójicamente, de acuerdo con una reconstrucción de su cacería, con una filtración no autorizada en la prensa. En medio de los operativos en Michoacán se publicaron fotografías de la esposa y nuera de Guzmán en Cancún, junto con detalles parciales de su vigilancia.
Las fotografías no eran un producto de una investigación reciente, sino de una vieja línea de seguimiento a Guzmán, y parte de los expedientes abiertos en las áreas de Seguridad Pública Federal desde hace casi dos años. Su divulgación provocó reacciones y temores de que la publicación boicoteara la investigación. Fuentes estadounidenses dijeron que tras la publicación de las fotografías hubo varios asesinatos en el entorno de Guzmán, aparentemente para romper con el eslabón que conducía a su familia. Sin embargo, esos asesinatos, por toda la información acumulada a nivel internacional en estos años, abrieron de manera inesperada nuevas puertas para llegar a “El Chapo”.
Una de esas líneas de investigación era precisamente con la esposa de Guzmán, Emma Coronel, quien dio a luz a gemelas en un hospital de Los Angeles en agosto de 2011. Ciudadana estadounidense, no tiene ninguna deuda con la ley, por lo que se mueve libremente. Pero la DEA y el Servicio de Inmigración y Aduanas tenían un seguimiento estrecho de ella. Parte de los datos de esa vigilancia llevaron a la captura en mayo pasado del suegro de “El Chapo”, Inés Coronel, que aportó más información sobre “El Chapo”, que vivía a salto de mata en la sierra de Durango, a no más de 100 kilómetros de Culiacán, en zonas de muy difícil acceso, con una cocinera y un equipo de seguridad de no más de cuatro personas.
En paralelo, la oficina de Alguaciles de Estados Unidos, la principal agencia en la investigación de prófugos de la justicia, trabajaba con la PGR y la DEA. No se sabe si Vicente Zambada, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, el jefe del Cártel del Pacífico, preso en Estados Unidos, proporcionó información sobre la red de la organización. Pero, coincidente o no, después de las filtraciones de enero y cómo se movieron las ultratumbas del narcotráfico en Sinaloa, comenzó la cacería final sobre “El Chapo”.
El procurador general Jesús Murillo Karam dijo el sábado que los “momentos definitivos” para su captura fueron entre el 13 y el 17 de febrero. Para el jueves 13 ya habían comenzado los operativos de la Marina en Sinaloa con información de inteligencia propia y de las tres agencias estadounidenses. El fin de semana antepasado, en el gobierno federal sabían que la captura de “El Chapo” era, literalmente, cuestión de días. Tenían localizado en dónde se encontraba y se había establecido un cerco para evitar que se escapara.
En los operativos de ese fin de semana detuvieron a Joel Enrique Sandoval Romero, jefe de escoltas de “El Mayo” Zambada en Culiacán. Guzmán estaba escondido en una de las siete casas de seguridad del cártel en Culiacán conectadas por un elaborado sistema de túneles que utilizaban las cañerías como rutas de escape. La Marina y los agentes de la PGR llegaron a esas casas, una de ellas de la primera esposa de Guzmán, Griselda López. En su apresurada fuga, Guzmán se comunicó al teléfono de una de las escoltas de Zambada, quien por más de una década lo protegió y financió.
No está claro si Guzmán sabía de la detención de Sandoval Romero, que se dio a conocer el lunes, pero el número al que marcó, ya lo tenía interceptado la PGR, porque se encontraba entre los contactos del jefe de escoltas del cártel. La geolocalización de la llamada los llevó a una de las casas de seguridad, pero por los sistemas de seguridad y blindaje de los túneles, “El Chapo” se les escapó el jueves. Los escondites se le habían acabado. Huyó a un torre de condominios en el malecón de Mazatlán, pero ya no fuera del radar federal, sino perseguido por ellos. En el departamento 401 de la Torre Miramar, lo detuvieron mientras dormía, a las 6:30 aproximadamente, de la mañana del sábado.
La Marina forzó la puerta y lo capturó en la cama. En una maleta rosa con negro había ropa de hombre, mujer y de una menor. Había provisiones para menos de una semana en bolsas de plástico del supermercado. Agentes de la DEA, Alguaciles, Inmigración y Aduanas presentes en la captura, contribuyeron con inteligencia táctica y a cerrar el cerco sobre “El Chapo”. La DEA tomó la fotografía de Guzmán y la distribuyó a la prensa, como una prueba de vida, como hicieron cuando se detuvo a Édgar Valdés, “La Barbie”, detenido en 2010. Trece años de prófugo, habían terminado.
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Columnas del domingo:
TRASCENDIÓ/Milenio
Que aún no estaba confirmada la detención de Joaquín Guzmán Loera por parte de las autoridades mexicanas, cuando los senadores del PRD, encabezados por Dolores Padierna, ya habían reconocido al gobierno federal.
Los perredistas dieron por buena la información, pero no dejaron atrás la grilla, pues enfatizaron que no debe celebrarse tanto sin una estrategia integral contra el crimen organizado.
Que uno de los motivos de los continuos retrasos en el anuncio de la recaptura de El Chapo Guzmán fue que en el gobierno federal no se habían puesto de acuerdo acerca de quién ofrecería el mensaje.
Es más, minutos antes del inicio de la conferencia de prensa en el hangar de la Secretaría de Marina aún había una fuerte discusión para determinar quién sería el funcionario encargado de salir ante los medios de comunicación, responsabilidad que finalmente le correspondió, tras un voto mayoritario, al procurador Jesús Murillo Karam.
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BAJO RESERVA/EL UNIVERSAL
10 días tras de “El Chapo”
LOS ÚLTIMOS diez días fueron la clave para la recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, quien escapó en enero de 2001 del penal de Puente Grande, Jalisco. Con datos de inteligencia de las agencias de Estados Unidos, elementos de élite de la Armada de México apretaron la pinza contra el líder del cártel de Sinaloa y su socio Ismael El Mayo Zambada, sobre quien se sigue la pista. El arresto del jefe de seguridad del capo, ocurrido el 13 de febrero, fue el punto determinante para seguir las huellas y cerrar el círculo entorno a El Chapo, nos dicen. Otros detenidos en la capital de Sinaloa aportaron datos casas de seguridad. La cacería dio frutos la madrugada del sábado, en una operación que el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, calificó de “impecable”.
LA COLABORACIÓN de la DEA para la captura de Joaquín El Chapo Guzmán no estuvo exenta de tensión. Es cierto que la agencia antidrogas de Estados Unidos aportó elementos para ubicar a uno de los capos más buscados, pero metió presión para que el gobierno mexicano acelerara el paso para presumir el arresto del capo. ¿Qué ocurrió la mañana del sábado? Los estadounidenses filtraron la noticia y una fotografía de El Chapo a medios del otro lado de la frontera, mientras las autoridades en México peleaban por confirmar la identidad, bajo el argumento de que los jefes de los cárteles suelen recurrir a la cirugía plástica. Al final, nos dicen, las partes se dieron sus palmaditas.
 “UNA SOBADITA”, así calificaron algunos funcionarios la felicitación del ex mandatario Felipe Calderón al presidente Enrique Peña Nieto por la captura de Joaquín El Chapo Guzmán. Don Felipe apenas hace unos días criticó duramente las políticas de seguridad y económica del mexiquense. Sin embargo, a otros miembros del actual gobierno les pareció poco elegante que Calderón haya puesto en su cuenta de Twitter la felicitación antes de que se hiciera el anuncio oficial y antes de que el presidente Peña subiera en la red social la confirmación del arresto. Le comían las ansias al panista, nos dicen.
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ESTADO EFICAZ/Pepe Grillo/La Crónica
Eje central del gobierno de Enrique Peña Nieto es la construcción de un Estado eficaz.
Que el Estado mexicano sea la autoridad máxima, incuestionable, a lo largo y ancho del  territorio nacional.
Que aglutine en realidad a todas las instituciones  que norman el funcionamiento de la comunidad, que nadie lo desafíe con oportunidades de éxito.
Las decisiones que ha tomado tienen este  denominador común: fortalecer al Estado para que sea eficaz, para dar resultados.
Éste es el contexto en el que se debe inscribir, para comprender su significado profundo, la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, el narcotraficante más poderoso del mundo.
Dimensiones
Se trata de un logro de dimensiones históricas y resonancia internacional.
El narcotráfico es una actividad multinacional; por eso su ataque, para ser efectivo, debe ser de carácter internacional. Las decisiones aisladas fortalecen a la delincuencia.
Guzmán era líder de una banda que trafica, según datos oficiales, la cuarta parte de la cocaína que se consume en Estados Unidos.
La participación de la DEA era, en este marco,  obligada. Que la noticia de la captura se haya filtrado desde Estados Unidos acepta varias lecturas.
Pudo ser interés por compartir el éxito, o presión para precipitar el reconocimiento del gobierno mexicano de que el capturado era, en efecto, Guzmán.
Impecable
Con ánimo de cuidar las formas, el presidente Peña mantuvo un perfil discreto el día de la  captura de Guzmán.
Reconoció la labor de las instituciones de seguridad del Estado mexicano: Gobernación, Ejército, Marina Armada, PGR, PF y el Cisen.
Felicidades a todos.
La fuga
Es importante precisar que El Chapo fue recapturado, pues ya había sido detenido, pero se escapó hace más de una década de un penal de alta seguridad.
Haberlo capturado vivo abre un abanico de posibilidades. Guzmán podría decir, por ejemplo, qué funcionarios le ayudaron a  escapar de Puente Grande.
Casi todos los funcionarios de la primera presidencia panista, la de Vicente Fox, ahí siguen, algunos incluso presumen autoridad moral.
El propio ex presidente Fox pudiera declarar  ahora que quiere dedicarse también a la producción y venta de mariguana.
También podría destapar a los funcionarios, civiles o castrenses, que le ayudaron a prosperar en su negocio.
Al margen
Los políticos del estado de Sinaloa se enteraron del operativo en Mazatlán por los periodistas.
Detrás de la decisión de mantenerlos al margen, no sólo hay una desconfianza justificada, queda al descubierto la debilidad extrema del modelo federalista.
¿Cuántos políticos, de todos los partidos, han estado en la nómina del Cártel del Chapo?
Sospechoso
Tal parece que el ex presidente Felipe Calderón se ha quedado sin amigos.
Su activismo en las redes sociales demuestra que no hay nadie cerca que le diga que tome las cosas con calma.
Hay por lo menos una docena de senadores panistas que deben el escaño a la voluntad de Calderón. Varios de ellos son tipos inteligentes.
Deben buscar a su mecenas y darle algo de paz.
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FRENTES POLÍTICOS/Excelsior
I. El golpe quirúrgico. La captura de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo, fue un ejercicio de precisión y cordura. Ni un solo tiro, lo que habla de la profesionalización con la que trabajaron marinos mexicanos y agentes de la DEA. El presidente Enrique Peña Nieto confirmó la captura al mediodía y felicitó a las fuerzas de seguridad del Estado mexicano. Esta noticia, la más importante en lustros, tiene paternidad. La relación de confianza entre las agencias de investigación de EU con la dependencia que encabeza hoy el almirante Francisco Soberón Sanz.
II. El paseo. La conferencia de prensa en la que se anunció la detención de El Chapo fue un paseo del narcotraficante nacido en Badiraguato, Sinaloa. Jesús Murillo Karam, titular de la PGR, anunció que fueron varios meses de coordinación entre todas las instancias del gobierno federal para lograr la detención, que fue impecable por parte de los elementos de la Secretaría de Marina. No hubo ni un solo daño y nadie salió perjudicado. Guzmán Loera fue detenido tras un operativo en Mazatlán, informó el procurador. Fue trasladado al penal de Almoloya. Cayeron 13 personas, armas largas y cortas, 43 vehículos, 16 casas y cuatro ranchos. Se acabó la historia de uno de los íconos del mal.
III. El globalizador. El Chapo Guzmán estaba al frente del cártel de Sinaloa, un vital eje de distribución en México, según EU. Washington ofrecía por él una recompensa de cinco millones de dólares. Desde que en 2001 se fugó, por la puerta, del penal de Puente Grande, El Chapo sólo incrementó más su poder. De acuerdo con información pública de la Comisión del Crimen de EU, logró escabullirse mediante el asesinato de funcionarios públicos, así como del control a distancia de pueblos y ciudades en México. Su poder se extendió a América del Sur y Centroamérica, EU y Australia, además de comercializar droga en Portugal, Italia, España, Filipinas. Hizo de la droga un negocio global.
IV. Los primeros. La noticia de la captura del capo del cártel de Sinaloa fue filtrada la mañana de ayer, primero, por autoridades de EU. Un funcionario estadunidense de alto rango dijo a la agencia AP que Guzmán había sido capturado con vida. Como no estaba autorizado para hablar sobre el arresto, dio la información bajo condición de no ser identificado. Otro funcionario de EU afirmó que debido a la presión aplicada a su búsqueda, con monitoreos durante cinco semanas, obligaron a Guzmán a trasladarse a Mazatlán, donde fue capturado. La ruta está trazada. El próximo objetivo es su socio, Ismael El Mayo Zambada, uno de los principales socios del cártel de El Chapo.
V. El nervioso. Después de escapársele al gobierno de Vicente Fox el 19 de enero de 2001 del penal Puente Grande, Jalisco, Joaquín Guzmán incrementó su poder. Desde entonces y durante los seis años de obsesión de Felipe Calderón por detenerlo, sin ningún éxito, el narcotraficante se convirtió en el campeón mundial de las escondidas. WikiLeaks, en 2013, dijo que Guzmán era capaz de ir y venir de entre diez y 15 sitios en el planeta para evitar su captura. Tenía 300 hombres y mujeres. En este golpe, o se le acabó la suerte, o se rompió con la red de protección a su servicio. Por cierto, ¿qué pasará por la mente de Genaro García Luna, secretario de Seguridad en el sexenio pasado? ¿Estará nervioso?
VI. La extradición. Jack Riley, director en Chicago de la Oficina Federal Antidrogas de EU, informó que se trabaja para que se extradite a El Chapo. Pretenden juzgarlo en Chicago, donde es considerado el enemigo público número uno. “Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que sea juzgado aquí”, declaró Riley. Según el funcionario, aunque Guzmán tiene causas abiertas en varias jurisdicciones federales de EU, “nosotros tenemos el caso más fuerte”. Eric Holder, procurador de EU, celebró la detención mediante un comunicado. Se esperaba, en cualquier momento, la felicitación de Barack Obama a Peña Nieto y a su gabinete de seguridad:  Miguel Ángel Osorio Chong, de Segob; Francisco Soberón, de Marina; Salvador Cienfuegos, de la Defensa Nacional; Manuel Mondragón, comisionado nacional de Seguridad Pública, y Eugenio Imaz, del Cisen.
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TEMPLO MAYOR/Reforma
POR DONDE se le vea, la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán es el gran golpe del gobierno de Enrique Peña Nieto.
DE ENTRADA porque marca una diferencia clara con sus antecesores panistas: a Vicente Fox se le escapó el capo y Felipe Calderón nunca pudo atraparlo.
LUEGO elimina de raíz cualquier sospecha sobre un posible acuerdo con el líder del Cártel de Sinaloa, tal y como se había sugerido cuando el gobierno federal emprendió la caza de los Templarios en Michoacán.
ADEMÁS, en este momento seguramente hay muchos funcionarios y ex funcionarios tronándose los dedos, preguntándose si “El Chapo” los delatará como sus cómplices, pues, finalmente, ningún imperio criminal se construye sin el apoyo desde el poder.
SEGURAMENTE habrá quien quiera encontrarle un prietito a este arroz. Lo cierto es que, ayer, Enrique Peña Nieto y su equipo se llevaron las palmas dentro y fuera de México.
POR CIERTO, ¿habrá sabido Mario López Valdez que “El Chapo” andaba en Mazatlán?
LA PREGUNTA no es ociosa, pues el gobernador de Sinaloa no parece estar muy enterado de lo que ocurre en esa entidad.
LA SEMANA PASADA, cuando la Secretaría de Marina llevó a cabo el operativo para atrapar a Ismael “El Mayo” Zambada en la mismísima Culiacán, el propio Malova reconoció públicamente que nadie le informó del asunto.
SERÍA interesante saber si esta vez las autoridades federales sí le corrieron la cortesía de avisarle lo que estaba ocurriendo bajo sus narices… o si siguen sin tenerle tanta confianza.
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ITINERARIO POLÍTICO/Ricardo Alemán
El Universal
 “Lo agarraron dormido”. Temen que “cante” ‘El Chapo’
El operativo se llevó a cabo poco antes de las seis de la mañana. Un comando especial de la Marina Armada llegó sigilosamente a tres departamentos del conjunto Miramar —con vista al mar—, del Nuevo Mazatlán, en donde fue detenido Joaquín Loera El Chapo Guzmán.
En la detención no participaron fuerzas municipales, tampoco estatales y mucho menos los policías federales y tampoco los militares y marinos que de manera permanente están comisionados al estado de Sinaloa. En realidad se trató de una operación secreta, en donde además no se produjo un solo disparo, no se molestó a los vecinos y muy pocas personas se percataron de la captura.
El operativo es parte del que se llevó a cabo desde el pasado viernes 13 de febrero en Culiacán —de manera especial en los poblados de “Culiacancito” y “Altata”—, y en el que hasta el momento ha sido detenida una veintena de personas que trabajaban directamente bajo las órdenes de El Chapo Guzmán y de Ismael El Mayo Zambada, y en el que fueron asegurados medio centenar de automóviles, asegurados ranchos, casas, departamentos y armas.
Una fuente oficial reveló que el operativo donde se logró la detención de El Chapo Guzmán fue tan efectivo “que lo agarraron durmiendo”. Y es que según la misma fuente, el grupo que hizo la captura llegó directamente al lugar; tres departamentos contiguos del conjunto Miramar, en donde se encontraron restos de que la noche anterior se había organizado una fiesta, en los días previos al Carnaval de Mazatlán.
Cuando llegó el operativo, “iba por delante un informante y por eso no se hizo un solo disparo, tampoco hubo resistencia de ninguno de los detenidos en el lugar, uno de ellos El Chapo”, dijo la fuente.
Peña, los cuernos de la luna
La detención del poderoso jefe de la industria global de producción, trasiego y venta de mariguana le dio la vuelta al mundo en pocos minutos y fue uno de los más potentes Trending Topics de los países desarrollados, además de que fue la nota más leída en las páginas electrónicas de los principales diarios del orbe.
Todo lo anterior sin incluir que la captura de El Chapo Guzmán llevó a los cuernos de la luna al gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya gestión ha sido aplaudida —también en todo el mundo—, sobre todo por las reformas estructurales. Sin embargo, en foros como el de Davos, las reformas resultaron deslucidas a causa de la violencia que se han registrado en México y la impunidad con la que actúan bandas criminales como la del barón de la mariguana: El Chapo Guzmán.
Pero al tiempo que se daba a conocer el éxito que significa para el gobierno del Presidente mexicano la captura de El Chapo, una pregunta asaltó las redes sociales. ¿Por qué en el gobierno de Enrique Peña Nieto sí fue posible detener a El Chapo, mientras que los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón no lo consiguieron?
¿Por qué el sonoro éxito que significa la detención de El Chapo, cuando las instituciones del Estado mexicano son las mismas, si la cooperación entre México y Estados Unidos es igual que en los gobiernos anteriores y, sobre todo, si México mantiene la misma lucha contra el crimen organizado? Se pueden ensayar todas las respuestas imaginables. Sin embargo, creemos que se pueden resumir en tres las respuestas.
Gobierno eficaz; si saben hacerlo
1.-Que el de Enrique Peña Nieto es un gobierno eficaz. ¿Y eso que quiere decir? Casi nada, que el Presidente mexicano colocó a los mejores hombres en las secretarías de Gobernación, Marina, Defesa y la PGR, quienes más que trabajar para su imagen y para cosechar medallas en lo individual, trabajan para un objetivo común; el gobierno de Peña Nieto.
Y esa efectividad no solo ha sido posible en la detención “limpia” de El Chapo, sino en la contención y el abatimiento de la violencia y el crimen en Michoacán y en quitar todos los obstáculos para aprobar las reformas estructurales.
2.- Que el gobierno de Peña Nieto es un gobierno con orden. ¿Y eso con qué se come? Resulta que —contra lo que ocurrió con Felipe Calderón, cuya prioridad sería el combate al crimen—, en la gestión de Peña Nieto sí existe una coordinación vertical en donde el virtual jefe de gabinete para la seguridad y la gobernabilidad es precisamente el eficaz Miguel Ángel Osorio, el mismo tiene bajo su feudo al Cisen, que creó las condiciones para que se aprobaran las reformas constitucionales y encabeza el rescate de Michoacán. El mismo que supervisó personalmente el operativo del comando especial de la Marina que logró detener a El Chapo.
3.- Que Peña Nieto si mantiene los hilos del gobierno. ¿Y cómo debemos entender eso? Durante las administraciones de Vicente Fox y de Felipe Calderón —con más de una veintena de gobiernos en manos del PRI—, los gobiernos estatales poco o nada colaboraban con el gobierno federal para la lucha contra el crimen. Más aún, la voz popular —que pocas veces se equivoca—, insistía en que no pocas estructuras de gobiernos estatales favorecían la impunidad de capos de la droga como El Chapo.
Pero esa es apenas una parte. Para nadie es un secreto que las policías estatales eran —y en su mayoría siguen siendo—, el brazo protector de jefes mafiosos como El Chapo. Y si a la ecuación le sumamos un gobierno federal del PAN, gobiernos estatales del PRI alejados del gobierno federal y policías corruptas, el resultado es la total ineficacia.
Sin embargo, hoy las cosas son distintas. Todos saben que aquel gobierno estatal —sobre todos los más de 20 en manos del PRI—, que se atreva a obstaculizar los intereses y objetivos del gobierno federal se enfrentará a la furia del gobierno de Peña Nieto.
Por eso, los gobiernos estatales no sólo no se meten en los operativos federales sino que hacen todo por evitar las potenciales filtraciones. Eso ha permitido la eficacia en la lucha contra el crimen organizado y, en especial, en la captura de El Chapo. Es decir, el centralismo despótico da resultados.
Pájaro de cuenta listo para cantar
Al final de cuentas nadie con dos dedos de frente puede negar el mérito del gobierno federal por la captura del criminal más buscado del mundo. En efecto, cayó El Chapo en una operación ejemplar. Ahora lo más importante es que Joaquín Guzmán, alias El Chapo, está vivo y listo para “cantar fuerte”. ¿A cuantos políticos, empresarios y gobernantes puede implicar con su canto? ¿Cuántos estarán temblando por el “canto de El Chapo”? ¿Cuántos estarán deseando que estuviera muerto? Al tiempo.

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