Emily Corona entrevista a Mons. Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia.
Visualiza prelado los retos que
enfrentará, tras su nombramiento como Cardenal, en una entidad afectada por la
pobreza y la violencia
Sorprendido,
Alberto Suárez Inda interpreta su nombramiento como Cardenal como una misión
para animar al pueblo, para estar cerca de las víctimas y ser misericordiosos.
Arzobispo
de Morelia, capital de una entidad azotada por el crimen, estima que en su
nueva calidad los discursos sobran y lo que falta son acciones.
"Yo
me sorprendo que a mí, pobre hombre ya viejo, con débiles fuerzas, me pida este
cargo (el Papa Francisco)", dice en entrevista el prelado, a tres semanas
de cumplir 76 años.
"Me
sorprende, pero bueno, lo agradezco, y se lo quiero dedicar, como dicen los
toreros, brindar la faena a mi pueblo, al estado de Michoacán y Guanajuato,
porque mi Diócesis tiene también 10 municipios de Guanajuato".
Cuenta
que recibió la noticia de su designación a las "cinco de la mañana"
del pasado domingo, sin ningún aviso previo de por medio.
"Este
Papa hace travesuras, no avisa", suelta al tiempo de recordar que desde
hace un año había presentado al Vaticano su carta de retiro, la cual fue
rechazada.
"Por
favor aguante, no se nos escape", relata que le dijeron en esa ocasión.
El
nombramiento sorprendió a más de uno, ya que, según algunas versiones, el Papa
ignoró la regla no escrita de las "sedes cardenalicias", según la
cual los titulares de las Arquidiócesis de las ciudades más importantes de los
diferentes países aspiran casi de manera automática al más alto título que
puede conceder el Papa.
Tras
rechazar el apelativo de "Príncipe de la Iglesia católica", que se da
a los Cardenales, Suárez Inda externa que él será más bien 'Cardenal de
periferia', en referencia a la insistencia del Papa de adoptar una mirada hacia
la periferia y los excluidos.
"Sin
duda (me considero así) por varias razones: primero, porque Michoacán está
viviendo una emergencia en el aspecto de la violencia. Segundo, porque tenemos
una pobreza marcada por el desempleo, una migración extraordinariamente
grande", dice.
"Es
un estado que, teniendo muchas riquezas culturales, naturales, está viviendo
una crisis. En ese sentido, es una periferia. No nos comparamos con las grandes
urbes como Monterrey y Guadalajara".
Ya
se acabaron los príncipes, resalta, seré Cardenal, y Cardenal no quiere decir
príncipe, quiere decir colaborador del Papa.
"Es
teología medieval, ya hace tiempo que no se debería usar esa palabra",
señala.
Con
casi 20 años como Arzobispo de Morelia, Suárez Inda no se ha mantenido ajeno a
la ola de violencia que azota a Michoacán.
En
los últimos años, principalmente tras el atentado del 15 de septiembre de 2008,
que dejó en el zócalo de esa ciudad 8 muertos y más de 100 heridos, el prelado
ha encabezado movilizaciones y llamados por la paz en la entidad.
Sobre
el fenómeno de las autodefensas, opina que es explicable el hartazgo de la
gente y que hayan querido hacer justicia para defenderse.
Sin
embargo, destaca, no por eso se justifica.
"El
resultado no ha sido nada positivo. Son varios grupos, cada quien quiere tener
autoridad, quiere tener dominio del territorio, y entonces, surgió esta pugna
entre distintos grupos. ¿Cuál es el legítimo? Ninguno tenía derecho a
matar".
Designación
papal
El
pasado 4 de enero, el Papa Francisco nombró a 20 nuevos cardenales.
Entre los designados está el Arzobispo
de Morelia, Alberto Suárez Inda.
El prelado se convertirá en el quinto
Cardenal mexicano, junto con Javier Lozano, Norberto Rivera, José Francisco
Robles y Juan Sandoval Íñiguez.
· El nombramiento se hará oficial en una
ceremonia el próximo 14 de febrero.
TRAYECTORIA
ECLESIÁSTICA
Originario de Celaya Guanajuato, donde
nació el 30 de enero de 1939, Suárez Inda cumplirá el 20 de enero 20 años como
Arzobispo de Morelia.
Estudió Filosofía y Teología en la
Universidad Gregoriana de Roma, y se ordenó sacerdote en 1964.
Fue Obispo de Tacámbaro y se ha
desempeñado como presidente de la Comisión Episcopal de la Previsión Social del
Clero, como presidente de la Comisión del Episcopado para la Conmemoración del
Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, y como
vicepresidente de la CEM.
"Yo
me sorprendo que a mí, pobre hombre ya viejo, con débiles fuerzas, me pida este
cargo (el Papa Francisco). Me sorprende, pero lo agradezco y se lo quiero
dedicar, como dicen los toreros, brindar la faena a mi pueblo, al estado de
Michoacán y Guanajuato".
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