“Je
suis Charlie Hebdo”/Mario Vargas Llosa es premio Nobel de Literatura.
El
País | 10 de enero de 2015
Creo
que lo que ha ocurrido en París en estos días es no sólo un hecho horrible que
pone los pelos de punta por su crueldad y salvajismo sino también una escalada
en lo que es el terror. Hasta ahora mataban personas, destruían instituciones,
pero el asesinato de casi toda la redacción de Charlie Hebdo significa todavía
algo más grave: querer que la cultura occidental, cuna de la libertad, de la
democracia, de los derechos humanos, renuncie a ejercitar esos valores, que
empiece a ejercitar la censura, poner límites a la libertad de expresión,
establecer temas prohibidos, es decir, renunciar a uno de los principios más
fundamentales de la cultura de la libertad: el derecho de crítica.
Lo
que pretenden con este asesinato colectivo de periodistas y caricaturistas es
que Francia, Europa occidental, el mundo libre, renuncie a uno de los valores
que son el fundamento de la civilización. No poder ejercer esa libertad de
expresión que significa usar el humor de una manera irreverente y crítica
significaría pura y simplemente la desaparición de la libertad de expresión, es
decir, de uno de los pilares de lo que es la cultura de la libertad. Creo que
Occidente, Europa, el mundo libre deben tomar nota de que hay una guerra que
tiene lugar en su propio territorio y que esa guerra debemos ganarla si no
queremos que la barbarie reeemplace a la civilización.
Hay
que actuar con firmeza, sin complejos de inferioridad frente a los que
representan el fanatismo, pero también respetando rigurosamente la legalidad
que es tan importante como la libertad. Uno de los riesgos más graves de este
horrible ataque terrorista es que va a estimular la xenofobia a los partidos
extremistas que son tan peligrosos para la democracia como los fanáticos
islamistas.
Este
asesinato colectivo va a ganarles adherentes a organizaciones como el Frente
Nacional y a todos los grupos y grupúsculos que quisieran destruir a Europa y retroceder
a los países europeos a la época de los nacionalismos intolerantes y xenófobos.
Hay que hacer un esfuerzo para impedir que esto ocurra y que Europa sea
destruida tanto por sus enemigos como por quienes pretenden defenderla a través
de otras formas de intolerancia y fanatismo.
Francia
es un país que fue uno de los fundadores de la cultura de la libertad con la
declaración de los derechos humanos que estableció constitucionalmente una
libertad de expresión que sus ciudadanos, sus intelectuales y sus políticos han
ejercitado de una manera ejemplar a lo largo de toda su historia. Por eso la
tragedia que vive Francia en estos días es una tragedia que nos afecta a todas
las mujeres y a todos los hombres libres de este mundo quienes debemos repetir
como lo están haciendo millones de franceses todos los días: “Je suis Charlie
Hebdo“.
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