Acerca
de Banobras-Higa, opacidad e impunidad
LA
REDACCIÓN
Proceso No 2005, 2015-04-04
PALABRA
DE LECTOR
Del
Banco Nacional de Obras y Servicios
Públicos
Señor
director:
En
relación con el artículo firmado por Ernesto Villanueva con el título
Banobras-Higa, opacidad e impunidad (Proceso 2003), le hago llegar las
siguientes precisiones con el propósito de aclarar la información para sus
distinguidos lectores:
–El Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos,
S.N.C., no licita, no adjudica ni administra contratos de obra pública.
–En
el caso del fideicomiso que se menciona en la nota del señor Villanueva, es el
propio fideicomiso el que, en estricto apego a lo que establece su contrato,
formaliza las obras y servicios que requieren los proyectos con las empresas
que ofrecen las mejores condiciones bajo el esquema de concurso establecido en
el mismo contrato.
–El
fideicomiso al que se refiere el texto del señor Villanueva no es un
fideicomiso público ni ha recibido aportaciones de recursos públicos federales,
como se menciona en la publicación.
–Por
ley, Banobras, como cualquier institución de crédito, está impedido para
divulgar cualquier información acerca del fideicomiso de referencia, conforme a
lo que ordena el artículo 142 de la Ley de Instituciones de Crédito.
Agradezco
la atención a la presente y su publicación para mejor información de sus lectores.
Atentamente
Licenciado
Wilhem Hagelsieb Garza
Coordinador
de Comunicación Social de Banobras
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Respuesta
de Ernesto Villanueva
Señor
director:
En
relación a la carta precedente, quiero hacer dos precisiones:
1.
El licenciado Hagelsieb no funda ni motiva su respuesta; es decir, no invoca
ningún artículo que establezca la prohibición de Banobras para no licitar ni
elaborar contratos con terceros que supongan una erogación proveniente del
erario.
2.
Se afirma que es un contrato privado, pero no se ofrecen los elementos que
sustenten esa afirmación, porque se ha clasificado la información como
reservada por 12 años. De esta suerte, el análisis del contrato y “las mejores
condiciones del mismo” sólo están en la palabra del licenciado Hagelsieb, como
si se tratara de un asunto de dogma de fe.
Por
el contrario, llama la atención que Higa sea una empresa dedicada a ayudar al
prójimo que únicamente busca hacer el bien y no requiere un solo peso del
sector público. Precisamente por ello, y por el desprestigio que se ha ganado
con las casas vendidas sin fin de lucro a la esposa del presidente Enrique Peña
Nieto y al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, sería muy útil que la
sociedad mexicana conozca el ejemplo de una empresa que, en contra de su naturaleza
(S.A., que significa “con fines de lucro”), se dedique a hacer el bien sin
buscar ganancia económica alguna.
Esa
nota, de hacerla pública, ayudaría mucho a Higa para que se le viera como la
empresa de las causas nobles, sin ningún otro propósito que ayudar a los que
menos tienen.
Atentamente
Ernesto
Villanueva
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