Ni
con el PVEM... el PRI teme perder la mayoría absoluta/José Gil Olmos
Proceso No. 2005, 4 de abril de 2015
El
PRI teme perder la mayoría absoluta que construyó en la Cámara de Diputados y
buena parte de las gubernaturas que se disputarán el 7 de junio, según revelan
documentos internos de ese partido. La culpa la tiene la pésima imagen de
Enrique Peña Nieto; la alianza con el Partido Verde, cuyo dispendio mediático
no reditúa lo proyectado, y las luchas intestinas. Ante ese panorama, el
priismo ya no apuesta a sumar votos, sino a dividirlos entre sus oponentes. En
Guerrero, Michoacán, Morelos y el Distrito Federal, por ejemplo, ordenó apoyar
al PRD para debilitar a Morena.
El
PRI está preocupado: calcula que en las elecciones del próximo 7 de junio
perderá en 170 de 300 distritos electorales. De acuerdo con documentos internos
de la dirigencia priista revisados por Proceso, ese partido admite que Enrique
Peña Nieto es parte del problema, pues tiene una mala imagen entre los
ciudadanos. Además, la alianza con el PVEM resulta menos efectiva de lo
deseado: apenas le alcanzaría para mantener la mayoría relativa en la Cámara de
Diputados.
Paralelamente,
el PRI sospecha que perderá la gubernatura en Michoacán, donde nombró como
candidato a Ascención Orihuela, y en Guerrero, con Héctor Astudillo, a quien el
día de su lanzamiento en Chilpancingo le gritaron: “¡Ése ni en su casa gana!”.
En Nuevo León se admite que la candidata Ivonne Álvarez tiene un contendiente
muy fuerte: el panista Felipe de Jesús Cantú.
La
más reciente encuesta de Parametría, publicada el lunes 23, muestra que las
actuales intenciones de voto hacia San Lázaro son: PRI, 30%; PAN, 27%; PRD,
12%; Morena, 11%; PVEM, 10%; Movimiento Ciudadano, 3%; PT, 2%; Panal, 2%;
Encuentro Social, 2%, y Partido Humanista, 1%.
Las
multas por 166 millones de pesos impuestas por el Instituto Nacional Electoral
(INE) y la orden de detener la campaña en radio, cine y televisión que desplegó
desde el año pasado frenaron el crecimiento del Verde. De hecho, el coordinador
del PVEM en el Senado, Carlos Puente, anunció que su agrupación solicitará un
crédito bancario por 150 millones de pesos para cubrir las multas, que alcanzan
80% de las prerrogativas anuales que le corresponden.
Un
presidente que no reditúa
Desde
hace meses, las encuestas nacionales evidencia un derrumbe en la percepción de
la figura presidencial. El diario Reforma publicó el jueves 26 de marzo que la
ciudadanía evaluó el desempeño de Peña Nieto con un promedio de cinco de
calificación. Es la peor cifra desde que inició su sexenio. El mandatario tuvo
su mejor nota en abril de 2013, cuando consiguió 6.3.
La
encuesta cuatrimestral de dicho periódico indica que sólo 39% de la población
aprueba el desempeño del titular del Ejecutivo y 57% lo reprueba.
Según
algunos líderes del PRI (que pidieron el anonimato), la lista final de
candidatos fue palomeada por Peña Nieto, previa criba de Aurelio Nuño, jefe de
la Oficina de la Presidencia de la República, quien propuso lanzar como
aspirante a una diputación federal a David López, excoordinador de Comunicación
Social de Los Pinos, con el objetivo de quitarlo de en medio para que fuese
designado Eduardo Sánchez.
Ante
este adverso panorama, algunos priistas apuestan al llamado “voto duro” para
salir avante en las elecciones intermedias. Históricamente, en los comicios de
mitad de sexenio ha participado alrededor de 47% del padrón nacional; sin
embargo, ahora se prevé una concurrencia de 40% a 42%. A lo largo de los años,
fomentar el abstencionismo le ha convenido al PRI, que tiene más voto
clientelar y corporativista que otros partidos.
Mapaches
y perredismo
A
partir de la primera semana de abril, el PRI desplegará un ejército de 700
“delegados de activismo” u “operadores electorales” bajo el mando del
secretario de Organización, José Alfaro, y del subsecretario, Gerardo García.
Se encargarán de conseguir sufragios para el priismo y “movilizar la
estructura” el 7 de junio, cuando en total se disputarán mil 705 puestos de
elección popular en 17 estados.
A
cada uno de los 300 distritos electorales se mandarán dos “delegados de
activismo y movilización”. Los 100 restantes fungirán como coordinadores.
La
orden presidencial es que en Guerrero, Michoacán, Morelos y el Distrito Federal
los operadores priistas apoyen al PRD. El primer objetivo es que la agrupación
que declara ser de izquierda siga apoyando al peñanietismo. El segundo, que el
perredismo funja de contrapeso ante el acelerado crecimiento de Morena, que
encabeza Andrés Manuel López Obrador.
“Morena
ha mostrado un crecimiento sistemático desde finales de 2014, y en algunas
zonas del país, como la Ciudad de México, con registros de preferencia cercanos
a 20% o más. En esta medición es notable que Morena esté por arriba del Partido
Verde por primera vez en la serie El Financiero-Parametría. La preferencia de
Morena de 11% es la más alta que se ha registrado en la serie”, señaló la casa
encuestadora en su última entrega.
La
cúpula priista teme que el avance del Verde resulte insuficiente para dominar
la Cámara de Diputados. La dirigencia calcula que el PRI conseguirá 130
diputaciones directas y 50 de representación proporcional. Es decir, obtendrá
180 curules frente a las 237 que tiene actualmente. El PVEM alcanzaría 25,
siete más de las que hoy posee. La suma de ambos da 205, es decir, 46 menos de
las que conforman la mayoría absoluta.
Las
alarmas
Los
documentos del PRI revelan otro temor de ese partido: el riesgo de que en
algunas entidades el crimen organizado presione a los candidatos priistas a
presidencias municipales, y de que diversos movimientos sociales traten de
impedir la instalación de casillas.
Las
entidades donde se presagia violencia son Guerrero, Oaxaca y Michoacán,
mientras que en Baja California Sur, Sonora, Estado de México, Jalisco, Colima,
Querétaro, Nuevo León y Morelos la amenaza proviene de los grupos criminales.
“De
la presencia del crimen organizado no se quiere hablar nada”, dice un dirigente
del PRI consultado al respecto. No obstante, indica que para las entidades
donde los maestros y organizaciones sociales están anunciando un boicot “se
militarizará la elección”: Se enviarán tropas para garantizar que se instale la
cantidad de casillas necesaria para declarar válida la jornada electoral.
Según
el entrevistado, que pide el anonimato, el PRI tiene escasas posibilidades de
ganar las diputaciones locales y las delegaciones del Distrito Federal; de ahí
que la estrategia sea restarle apoyo a Morena y apoyar al PRD, que hizo
alianzas de última hora con el Panal y el Partido del Trabajo.
Por
esta coalición en 14 delegaciones el comisionado nacional del PT en el Distrito
Federal, Adolfo Orive, presentó su renuncia al cargo. En respuesta, la
dirigencia petista lo expulsó del partido el jueves 26.
En
la elección para gobernador de Baja California Sur, Nuevo León y Sonora, el
priismo espera derrotas ante el PAN. En Guerrero perdería ante el PRD
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