El
Grupo Atlacomulco busca desplazar a Eruviel Ávila/RODRIGO
VERA
Revista Proceso No. 20015, 4 de abril de 2015
Alfredo
del Mazo Maza, hijo y nieto de exgobernadores del Estado de México y primo del
presidente Peña Nieto, se alista para ocupar el Palacio de Gobierno en Toluca.
El representante de la más joven generación del Grupo Atlacomulco tuvo que
hacerse a un lado hace cuatro años, cuando Eruviel Ávila desafió a ese poderoso
clan político y se encaramó en la gubernatura. Ahora todo indica que a Del Mazo
se le está allanando el camino con una serie de enroques y maniobras en aquella
entidad y a escala federal. “Realeza” contra “plebeyos”, las huestes de Arturo
Montiel –cabeza actual del grupo– vuelven por sus fueros.
TOLUCA,
MÉX.- El pasado 7 de enero el mexiquense Alfredo del Mazo Maza renunció a la
dirección del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) a fin de
conseguir en junio próximo una diputación federal por el Estado de México,
desde donde podría acceder a la gubernatura de esa entidad y así recuperarla
para la dinastía del Grupo Atlacomulco.
Dirigida
minuciosamente desde Los Pinos, esta maniobra –según algunos analistas– intenta
desplazar del gobierno estatal al grupo político del actual mandatario, Eruviel
Ávila, ajeno al clan de Atlacomulco y quien llegó a la gubernatura en 2011 tras
amenazar con dejar las filas del PRI si ese partido no lo apoyaba como
candidato.
El
Grupo Atlacomulco cedió –debido a la gran popularidad local de Ávila y su
amenaza de ser candidato de la oposición– y sacó de la contienda a Del Mazo
Maza, su preferido de entonces y quien ahora regresa a la arena política:
buscará la diputación federal del XVIII distrito electoral, con sede en Huixquilucan,
municipio del cual fue presidente municipal (2009-2012).
Primo
del presidente Enrique Peña Nieto, a Del Mazo la diputación le servirá para
foguearse sobre el terreno y saltar a la gubernatura a fin de darle continuidad
a la tradición dinástica de su familia: su abuelo, Alfredo del Mazo Vélez, fue
gobernador de 1945 a 1951, y su padre, Alfredo del Mazo González, lo fue de
1981 a 1986.
Algunos
observadores ya hablan de una disputa por el poder entre la “realeza” del Grupo
Atlacomulco –representada por el junior Del Mazo– y los advenedizos “plebeyos”
de Ávila, cuya zona de influencia se ubica en el populoso oriente mexiquense.
Vaticinan el rotundo triunfo de los primeros por detentar la Presidencia de la
República, desde donde han maniobrando contra el actual gobernador.
“Y
electoralmente es la entidad más importante: tiene casi 11 millones de
votantes, muy por encima de los alrededor de 8 millones del Distrito Federal.”
Por
su parte Arturo Chavarría, presidente del Colegio de Arquitectos y Urbanistas
del Estado de México, resalta que las mayores inversiones en obra púbica de los
últimos años se concentraron en la entidad: el Circuito Exterior Mexiquense y
el Viaducto Bicentenario, “emprendidas por grupos empresariales ligados en sus
negocios con la poderosa clase política local”.
Ambos
enfatizan que la obra más ambiciosa proyectada en el actual sexenio, el
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, también se levantará en suelo
mexiquense; lo mismo que la mayor parte del trayecto del tren México-Toluca, el
único proyecto ferroviario que no se canceló, como ocurrió con el fallido
México-Querétaro o el Transpeninsular.
Resalta
Santana: “Tan sólo la inversión calculada para el aeropuerto internacional en
los próximos años es de 169 mil millones de pesos. Un monto muy por encima de
los recursos públicos que reciben las entidades del país. De manera que el
Grupo Atlacomulco podrá seguir haciendo jugosos negocios en el Estado de
México, siempre y cuando el PRI mantenga su control político. De ahí la
importancia de las próximas elecciones”.
En
los comicios de junio próximo se renovarán las 125 alcaldías mexiquenses, así como
45 diputaciones locales y 40 federales.
Ya
se vive una efervescencia política en la entidad. Por ejemplo, se está dando el
fenómeno de los alcaldes priistas “chapulines”, quienes pidieron licencia en
sus presidencias para ser candidatos a diputados federales.
Es
el caso de Carolina Monroy del Mazo, prima de Enrique Peña Nieto, sobrina de
Alfredo del Mazo González y quien dejó la alcaldía de Metepec. Lo mismo
hicieron la alcaldesa de Toluca, Martha Hilda González Calderón; el alcalde de
Naucalpan, David Sánchez; el de Tlalnepantla, Pablo Basáñez García; el de
Ecatepec, Pablo Bedolla; la de Tultitlán, Sandra Méndez Hernández; el de
Cuautitlán, Gabriel Casillas Zanatta; el de Jilotepec, Édgar Castillo, y el de
Chicoloapan, Andrés Aguirre, entre otros.
Algunos
empujan a sus juniors: la alcaldesa de Zinacantepec, Olga Hernández Martínez,
postuló a su hija Olga Esquivel Hernández, de 26 años, por el distrito 40;
Guillermina Cacique, exalcaldesa de Amatepec, lanzó a su hija Ivette Bernal
Cacique a la candidatura por el distrito 36 con sede en Tejupilco; Francisco
Osorno, presidente municipal de Chalco, hizo lo propio con su hija, Susana
Osorno Belmont…
En
este grupo destaca Ignacio Pichardo Lechuga, hijo del exgobernador Ignacio
Pichardo Pagaza y quien compite por el distrito 23, con sede en Valle de Bravo.
Ya había ocupado una curul en San Lázaro, de 2009 a 2012.
El
cachorro
Pero
la figura estelar de estos comicios es sin duda Alfredo del Mazo Maza. En el
ámbito político mexiquenses circulan versiones en el sentido de que incluso
está destinado a coordinar la bancada priista en San Lázaro antes de ir por la
gubernatura. El Grupo Atlacomulco tiene todas sus esperanzas puestas en él
porque encabeza el relevo generacional.
De
40 años, Del Mazo Maza estudió administración de empresas en el Instituto
Tecnológico Autónomo de México. Sus primeras actividades profesionales las
realizó en la iniciativa privada, principalmente en Banco Azteca y el Grupo
Financiero Serfín. Su primer cargo gubernamental fue la Gerencia de
Financiamientos y Análisis de Mercados de Pemex.
En
2005, tan pronto llegó Peña Nieto a la gubernatura, colocó a su primo Del Mazo
al frente de Dirección de Fomento a la Micro y Pequeña Empresa de la Secretaría
de Desarrollo Económico. Después, en 2008, lo nombró secretario de Turismo del
estado, cargo al cual renunció en 2009 para ocupar la presidencia municipal de
Huixquilucan, donde estuvo hasta 2012.
Era
alcalde cuando, en 2011, lo impulsaron para la candidatura del PRI al gobierno
del estado, pero las maniobras de Ávila lo hicieron a un lado. Después, cuando
Peña Nieto llegó a la Presidencia de la República, se le puso al frente de
Banobras. Hoy nuevamente lo perfilan para la gubernatura.
En
su libro Los juniors del poder, Francisco Cruz Jiménez, especialista en el
estudio del Grupo Atlacomulco, hace un recuento de los privilegios, las
torpezas políticas y la frivolidad de “Alfredito”, como lo llaman sus
allegados.
Por
ejemplo, cuenta que cuando era funcionario de Pemex se le dio “de manera irregular”
una beca, por 257 mil pesos, para ir a estudiar un posgrado a la Universidad de
Harvard. Del Mazo tenía apenas tres meses de haber ingresado a la paraestatal y
los estatutos exigían por lo menos tres años de servicio para beneficiarse de
esa prestación. Tampoco era “profesionista de planta”, otro de los requisitos.
Ni siquiera tenía título profesional para estudiar un posgrado. Se le inició la
averiguación previa 09/DAFMJ/2002.
En
esa jugada resultaron involucrados Juan José Domene Berlanga, entonces director
Corporativo de Finanzas, y Carlos Juarusti Septién, director Corporativo de
Administración. Gracias a su apellido, “Alfredito” se salvó de ser sancionado.
Después,
cuando fungía como secretario de Turismo en el Estado de México, a Del Mazo se
le ocurrió el proyecto Resplandor Teotihuacano, con el cual buscaba instalar en
la zona arqueológica de Teotihuacán glamorosos espectáculos de luz y sonido.
Planeaba
contratar los servicios de la trasnacional Phillips para iluminar las pirámides
con potentes reflectores. Y el gobernador Peña Nieto, en septiembre de 2008,
anunció que esos shows serían el gran proyecto de su gobierno para atraer al
turismo internacional.
Sin
embargo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia se opuso tajantemente
al proyecto por los graves daños que le ocasionarían a la zona arqueológica.
Hubo discusiones y movilizaciones. Al final Del Mazo se vio obligado a
suspender su disparatado plan. Fue un descalabro político.
Luego,
como alcalde de Huixquilucan, se vio torpemente involucrado en el caso de la
muerte de la pequeña Paulette Gebara Farah; tenía una relación amorosa con una
tía de la niña y visitaba constantemente el domicilio de los Gebara mientras se
realizaba la investigación.
En
Los juniors del poder se señala que Del Mazo –motejado El Caballero de
Huixquilucan por la prensa de sociales– era “un junior frívolo quien sólo
pensaba en divertirse, un joven engreído y vanidoso, amante de los placeres de
la mesa, más a gusto en la barra de una cantina y en la pista de la disco de
moda”.
Menciona
el libro cómo la revista Caras –de Televisa– empezó a candidatear a Del Mazo
para el gobierno mexiquense. Pero el paso se lo cerró Ávila, hijo de un
matrimonio que no concluyó la primaria y quien de niño fue cobrador en un
camión de pasajeros y después vidriero en un negocio de cristales para
autobuses. Y “Alfredito” fue obligado a destapar como candidato priista a la
gubernatura a su rival la noche del 25 de marzo de 2011.
Sobre
este punto comenta Félix Santana: “El Grupo Atlacomulco tomó una decisión de
pragmatismo político puro: sacrificó a su cachorro. No tenía otra opción más
que apoyar a Eruviel, quien era muy popular y amenazaba con contender por el
PRD y el PAN en caso de no ser el candidato del PRI. Hubiera también ganado.
Eruviel sorprendió y chantajeó al Grupo Atlacomulco, que decidió darle tiempo
al tiempo. Supo esperar. Hoy vuelve a impulsar a Del Mazo a la gubernatura”.
Indica
que la zona de influencia de Ávila se concentra en el oriente del estado,
principalmente en los municipios de Ecatepec (el más poblado del país y de
donde fue alcalde), Cuautitlán, Tlalnepantla, Tultitlán y Coacalco. Representa
a los políticos del Valle de México, quienes siempre le han peleado los
espacios de gobierno al Grupo Atlacomulco, asentado en el Valle de Toluca.
–¿Ávila
no tiene margen de maniobra para imponer a su sucesor? –se le pregunta a
Santana.
–No.
Es muy difícil. Entre los eruvielistas no veo ninguna figura que despunte, como
ya está despuntando Del Mazo por el Grupo Atlacomulco. El gobernador y sus
cuadros están muy debilitados. Y más todavía a raíz de la matanza de Tlatlaya,
los feminicidios y toda la ola de violencia desatada en el estado.
–¿Qué
futuro le espera a Eruviel?
–Tal
vez seguir sacando provecho de su territorio político, de los presupuestos de
los municipios eruvielistas. En el Estado de México todo es control de
territorios, de ponerse de acuerdo y decir: “Yo respeto tus territorios y tú
respeta los míos”, como hacen las mafias.
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