Revista
Proceso
# 2039 , a 28 de noviembre de2015...
'Carta
inédita al subcomandante Marcos
LA
REDACCIÓN
Antes
de acudir a una cita con Marcos en el sureste mexicano –para
la realización de una entrevista pactada también con dos periódicos
nacionales–, Vicente Leñero le envió al subcomandante insurgente esta carta,
hasta ahora inédita. En ella le expone que iría en efecto en busca de la nota
periodística pero que quería más: pretendía desentrañar la historia, la
evolución del hombre detrás del pasamontañas. La que buscaba ser una segunda
entrevista con Marcos –la primera fue publicada en febrero de 1994, en la
edición 903 de Proceso– nunca se llevó a cabo.
Me
la pone difícil, Marcos. O mejor dicho: las circunstancias me la ponen difícil.
Ya no soy joven y en mi vida he montado en mula o a caballo o recorrido
montañas. Soy un molusco de la ciudad y, aunque me siento un hombre más o menos
sano, desconfío de mi fuerza física. Es de lo único que desconfío en estas
circunstancias. Pero en fin, ahí voy, esperanzado, bien dispuesto, ansioso.
Las
condiciones me parecen aceptables. Espero que mis colegas de La Jornada y El
Financiero lo acepten también y nuestros respectivos reportajes salgan
simultáneamente en domingo o lunes. Ojalá se pudiera calcular que la fecha del
regreso sea en domingo o lunes para tener tiempo suficiente a preparar, para la
edición correspondiente de Proceso, el reportaje. Por desgracia (yo también
puedo resultar odioso o quisquilloso) no soy un reportero veloz. Necesito
tiempo, aire, para escribir. En nuestra pasada entrevista tuve que trabajar a
marchas forzadas y apenitas pude alcanzar el cierre de Proceso.
–Los
diálogos.
–El
gobierno ante el EZLN: el tránsito de Salinas a Zedillo.
–El
balance del EZLN desde enero de 1994 al día de hoy.
–Los
diálogos con Camacho y los diálogos en San Andrés. La imposibilidad o
dificultad extrema de entendimiento.
–Marcos
y el EZLN ante Moctezuma. Qué pasó exactamente. Qué fue.
–El
cerco del Ejército. Las guardias blancas.
–El
futuro, ¿el desarme?
–Del
manifiesto de la Selva Lacandona al manifiesto que podría suscribir, hoy, el
EZLN…
Esos
son algunos de los temas generales (hay mucho más), y la minucia de asuntos que
derivarían de ellos, suscitados por sus respuestas…
Se
me ocurren más: siempre a vuelapluma (o vuelatecla): Aguascalientes, la mentada
“sociedad civil” y las interrogantes de siempre que llenan conversaciones y
páginas y páginas de artículos y que el reportero debe abordar: financiamiento…
quiénes están detrás… cuántos son… cómo son… etc., etc.
Desde
luego no se librará de un cuestionamiento múltiple sobre su persona, imposible
de soslayar: El Marcos sin pasamontañas, el Guillén que descubrió Lozano… No se
puede hablar off the record sobre esto. El encuentro necesita enfrentar esta
problemática y darle una respuesta. Quizá recuerde, Marcos, lo que le dijo Tim
Golden al terminar aquella entrevista. Los contactos nos habían dicho que no
precisáramos “el paisaje del sitio”, que dijéramos, simplemente, que lo
habíamos visto “en un lugar de la selva”. Tim Golden replicó lo mismo que yo
pensaba: “Podemos no precisar dónde estuvimos, pero no podemos decir que
estuvimos en la selva, si no estamos en la selva”. ¿Se acuerda?
Bien.
El tema de Marcos es, para mi alma de novelista, el que me interesa
particularmente (además de todo lo demás; lo importante, diría usted). No sólo
para este reportaje, sino para algo más amplio. (Si leyó Los periodistas, ya
sabe cómo me las gasto). Quisiera ir un poco más a lo profundo. No sólo el
chisme de la identidad, que eso se enfrenta con un pasamontañas o con una
cédula de identidad. Ése no es el asunto.
Me
interesa la persona. El fenómeno Marcos. El caso Marcos. El hombre que de
pronto se vuelve lo que se vuelve a pesar de él mismo. No para mitificarlo más
(que un escritor no trabaja sobre eso), sino para desentrañar algo así como el
itinerario de una conciencia, o una mente, o una voluntad que se ve siempre
rebasada por lo que hace.
Creo
que usted lo entiende bien porque es escritor como yo, y porque luego de
hacerme cruzar esas veredas imposibles sabrá que voy a buscar (porque acepto el
reto, porque me chingo en la aventura) algo más que una nota. Voy a buscar una
vida. No una cédula de identidad, Marcos: una vida. Para confrontarla, para
cuestionarla, para descubrirla. Usted, a pesar de usted mismo y por mérito o
locura de usted mismo, es un personaje de novela sin ficción…
Desde
luego una vida no se abarca en una plática, ni en mil, pero sí puede intuirse
en un rato de charla, si usted colabora y me permite que trabajemos juntos ese
misterio que representa una vocación: sea de escritor, de revolucionario o de
un alucinado. Que no lo vuelvan personaje de película, Marcos, no se deje; ni
símbolo ni satanás de nada. Que lo dejen ser el hombre que usted es y del que
yo quisiera averiguar un poquito más de lo que está en la superficie o en la
imaginación de la gente de esa “sociedad civil” que dizque existe.
No
lo friego más. Acabo. Eso es lo que quiero, en exclusiva. Así, como trato de
darme a entender si es que puedo darme a entender.
Por
Proceso iremos: Salvador Corro (a quien ya conoce), el fotógrafo Juan Miranda
(que también conoce) y yo.
Vicente
Leñero
PD.-
Confío en que sea estricto con el pacto entre los que vamos. Que todos salgamos
el mismo día.
PD
2.- Lo saluda Julio Scherer, Froylán, Naranjo… todos.
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