El gazapo
filipino
Ayer,
momentos antes de que el presidente Enrique Peña Nieto entrará al Palacio de
Malacañan, sede del Poder Ejecutivo de Filipinas, se vivió un incidente que
tensó a varios de los militares mexicanos del Estado Mayor. Como es común en cualquier nación del mundo, previo a una recepción
oficial para un jefe de Estado, contingentes militares se despliegan para
rendir honores. Lo hacen con rigor y marcialidad, pero ayer hubo un grave error.
La escolta militar de Filipinas, que llevaba las banderas de los dos países,
colocó la Bandera Nacional de México de cabeza, con el águila hacia el piso. La elegancia se perdió. Un integrante de la
delegación mexicana intervino de manera oportuna, informó a los filipinos,
y exigió se reparara el error. Los anfitriones corrieron hasta el lugar donde
estaba la escolta y, en una parte lejos de la vista de los asistentes, se
arregló la bandera. Así, cuando el mandatario y su equipo entraron al palacio,
el gazapo filipino había sido enmendado.
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