Editorial:
Decadencia legal/ Desde La fe,
Organo imformativo de la Arquidióceis Primada de México
Domingo,
01 de mayo de 201
DLF
Redacción
El
segundo informe resultó tan demoledor como el de septiembre de 2015; si bien en
el primero puso en duda el destino final de los desaparecidos, el último fue
más allá al esgrimir contundentes recomendaciones sobre la procuración de
justicia y el sistema legal.
A
poco más de un año de que el Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes (GIEI) iniciara sus trabajos para aportar elementos relativos al
caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el diálogo se rompió, y su encomienda
no fue refrendada bajo polémicas indagatorias contra la verdad histórica. El
segundo informe resultó tan demoledor como el de septiembre de 2015; si bien en
el primero puso en duda el destino final de los desaparecidos, el último fue
más allá al esgrimir contundentes recomendaciones sobre la procuración de
justicia y el sistema legal.
El
grupo de expertos destaca la falta de cooperación y obstáculos que enrarecen el
esclarecimiento de la verdad. Sus conclusiones advierten del urgente rediseño
del modelo penal, solidificar los procesos de investigación, la atención de las
víctimas y, lo más importante, el respeto a los derechos humanos.
Independientemente de la certeza de las conclusiones sobre el caso de los
jóvenes desaparecidos, el Informe del GIEI toca los males corrosivos del
aparato legal, infectado de burocracia, impunidad, corrupción y de
complejidades pseudolegales dilatorias de la justicia expedita. Como afirma el
documento, “lo procesal sacrifica frecuentemente lo sustancial, y la forma está
muchas veces por encima del contenido y la verdad”.
En
2014 se afirmó que poco más del 40 por ciento de los reclusos en cárceles no
había tenido sentencia definitiva por los delitos imputados; quienes son
castigados no son los reos de más alta peligrosidad y, por el contrario, los
grandes perjudicados son, efectivamente, marginados y vulnerables, demostrando
así la tragedia y decadencia del sistema legal.
El
caso Ayotzinapa entra en una nueva etapa. Conviene a la presente administración
dar un giro drástico, ofrecer verdades contundentes y no actuar por inercia
debido al cansancio y descrédito. El tiempo pasa y los 43 son foco de tensión
que debe esclarecerse para bien de todos. Este mismo caso nos muestra que los
cambios en el sistema de justicia son inaplazables para reconstruir la
confianza, porque muchos mexicanos no están de buen humor ante la encrucijada
que pretende solapar a pocos contra el fortalecimiento del Estado de Derecho
común a todos. Un sistema legal, como afirma el Papa Francisco, “otorga
estabilidad y bases sólidas que favorecen la coexistencia humana a través del
respeto de los derechos más fundamentales…”.
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