27 may 2016

Murió Girolamo Prigione Pozzi/Fred Alvarez Palafox

 Murió Girolamo Prigione Pozzi/Fred Alvarez Palafox
Un abrazo a mi amiga Ángeles Fernández, realmente amiga de Prigione.
Todo tiene su tiempo, Eclesiastés.
Pasadas las 8 de la mañana de este viernes 27 de mayo, recibí una llamada telefónica de Nora Patricia Jara, conductora del noticiero del IMER, pidiéndome una opinión a bote pronto del deceso del primer nuncio en México: Girolamo Prigione Pozzi.
Confieso que en ese momento no sabía que había muerto, y obviamente la noticia me sorprendió.

¿Por qué?
Un día antes había escrito un texto en la web de La Silla Rota sobre los 23 años de la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, ocurrido la tarde del lunes 24 de  mayo de 1993, y donde Prigione fue un actor clave. Escribí: “Ojalá sepamos más de lo que ocurrió aquella tarde del lunes 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara. El nuncio Girolamo Prigione aún vive, sería bueno escuchar su versión, viene seguido a México.“
¡Parece que lo invoqué! 

Esa mañana se emitieron comunicados lamentando su deceso. 
El primero fue de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), fechado curiosamente a las 13: 29 horas (quizá hora de Roma), dice:
 “Los obispos de México agradecemos toda su labor diplomática en nuestro País, lo encomendamos a las manos amorosas de Dios nuestro Señor. Y pedimos a nuestra Señora de Guadalupe, interceda por él.
Descanse en paz.“
http://www.cem.org.mx/contenido/840-comunicado-fallecimiento-nuncio-girolamo-prigione.html
Minutos después -9 horas-  la web del arzobispado emitió el segundo comunicado:
“Fallece en Alejandría Mons. Girolamo Prigione..“, colocan una foto.. (muy mala por cierto), y dicen  que “Durante su ministerio visitó un gran número de Iglesias locales y confirió la ordenación episcopal a varios obispos, entre ellos al hoy beato Mons. Oscar Arnulfo Romero, el 21 de junio de 1970. Mons. Prigione se retiró del servicio diplomático el 31 de mayo de 1997.
 Descanse en Paz.

A ls 13:30 horas el cardenal Primado de México emitió una breve nota que colocó en la we de SIAME, dando condolencias por fallecimiento de Mons. Girolamo Prigiones
http://www.siame.mx/apps/info/p/?a=14862&z=32
“El Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, lamenta el sensible fallecimiento de Girolamo Prigione, quien se desempeñó como Delegado Apostólico y primer Nuncio en nuestro país, de febrero de 1978 al 2 de abril de 1997.
Mons. Prigione contribuyó notablemente al establecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede, aun en tiempos difíciles, y recibió al Papa San Juan Pablo II en sus tres  primeros viajes pastorales a nuestro país.
Que la Virgen de Guadalupe lo acoja en su maternal seno y Nuestro Señor Jesucristo recompense sus trabajos, a favor de su Iglesia“
Por cierto, ese día la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE) Claudia Ruiz Massieu  fue la única persona del gabinete que emitió un tuit de 13 palabras:
@ruizmassieu

“Mons. Prigione trabajó decididamente por el fortalecimiento de la relación México- Santa Sede
Hasta este momento no hay ningún telegrama de pésame del papa Francisco. Y bueno mas alla del papa, esperamos comunicado o comentario del secretario de Estado, cardenal -papable por cierto-, Pietro Parolín, quien fuera secretario particular de Prigione allá por los años 90.


¿Quién Fue Girolamo Prigione?
Fue el primer nuncio que tuvo México cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas con la Santa Sede en septiembre de 1992, antes tuvo el cargo de enviado papal. 
Permaneció casi 20 años en México; llegó el siete de febrero de 1978 y se retiró el 2 de abril de 1997.  La verdad es que adoraba a México, venía seguido, sus amigos le daban cariño, le proporcionaban estancia y atención médica. La ultima vez que se le vio – me dice un amigo- fue en un restaurante cercano a la nueva Sede del Senado de la Republica; comenta que charló brevemente y que lo vio muy bien. 
Otro amigo común me ofreció una acercamiento – fuera de grabadoras- en su próxima visita a nuestro país, había tema de charla. Dicen que el periodista es el historiador de lo inmediato, y nadie lo duda.
Prigione se llevó varios secretos a la tumba.
Fue un hombre muy querido por algunos y odiado por otros. Acumuló un enorme poder político y eclesiástico. Mucho tiempo se le vio usando los aviones del gobierno federal como si fueran propios.
Todo mundo quería tomase la foto con él, y muchos iban a la nunciatura a charlar, a comer y beber como Dios manda.
Un día antes de su partida de México recibió del entonces secretario de Relaciones Exteriores, José Ángel Gurría la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca, al término de su misión diplomática en México. Curiosamente este viernes que fallece Prigione se publica en el DOF que el gobierno mexicano codecora  con la misma distinción al excelentísimo Monseñor Christophe Pierre, Nuncio Apostólico de la Santa Sede, al término de su misión diplomática en México.
Hay muchas historias sobre el piamontés…, el caso de hermanos Arellano, la hermana Alma, sus relaciones con el poder, su inyentó de intromisión en Chiapas, etcétera..
Lo harán otros..
Prigione nació en octubre de 1921 en una pequeña comunidad de Italia, concretamente en Castellazzo Bormida,  región  de Piemonte en la provincia de Alessandria.
Se metió a estudiar sacerdocio y fue ordenado el 18 de mayo de 1944 en plena guerra mundial.
Años después, en 1951, entró servicio diplomático de la sede pontificia, era papa el hoy venerable Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli, más conocido como Pío XII; prestó sus servicios diplomáticos, primero en la Representación Pontificia en Italia, después se fue a Gran Bretaña, Estados y Austria, cubriendo también el encargo de Delegado en la Agencia Internacional para la energía atómica con sede en Viena.
En 1968, Pablo VI, lo nombra titular de Lauriaco y después Nuncio Apostólico en el Salvador y en Guatemala.
En 1973, se convirtió en pro nuncio apostólico en Ghana y delegado apostólico en Nigeria, llegó a México para quedarse casi 20 años como lo menciono arriba el siete de febrero de 1978.
Muchos de los obispos actuales le deben el cargo, lo dijo con todo respeto. Obviamente los nombramientos son decisiones del papa, pero los nuncios tienen un papel clave, son los que proponen las ternas. Y si no están en las ternas pues no salen.
Claro es el papa junto con algunos miembros de la Curia vaticana es quien al final decide.
Seguramente habrá muchos textos sobre su deceso.
En esta ocasión sólo quiero rescatar – y esa era una de la charla que quería con él – de su relación con uno de sus primeros amigos en México, me refiero al abogado y sacerdote Antonio Roqueñi Ornelas (1936-2006).
Don Antonio amigo de Prigione
Cuando Girolamo llegó a México el hombre fuerte de la Iglesia Católica era don Ernesto Corripio Ahumada , un hombre que no empató con el enviado papal.
Entonces, Corripio le pidió a Roqueñí que se hiciera cargos de algunos asuntos con el piamontés, y como era de esperarse entablaron una amistad. Ambos estuvieron pendientes de la llegada del papa Juan Pablo II a México en enero de 1979, me dijo Roqueñí que incluso él personalmente lo acercó con la clase política en México.
Con la llegada de Carlos Salinas de Gortari al poder se pudieron formalizar las relaciones del Estado con las Iglesia católica, en 1991, un año después de la segunda visita papal, se sentaron las bases para una reforma constitucional en materia religiosa. A Roqueñí le tocó jugar un papel clave, ya que fue nombrado representante del Arzobispado Primado en las mesas de discusión, y Prigione envió a otros.
En ese tiempo la relación estrecha e institucional de Roqueñi con su amigo italiano se resquebrajó debido a que el representante papal quería controlar la Conferencia del Episcopado y el cardenal Ernesto Corripio se opuso: “Nosotros fuimos amigos hasta que él decidió tacharme de su lista, justamente en el momento de los registros“, me dijo en una entrevista que conservo completa.“
Agrega Roqueñí  “es decir, mi relación con Prigione fue muy estrecha precisamente porque se acostumbra en México que los obispos tengan una gran relación con el representante del Papa, y como el cardenal (Ernesto) Corripio no empataba con (Girolamo) Prigione, prefería arreglar los asuntos con un enviado, que en muchos de casos era yo”, me confesó alguna vez.
Y la pela se dio por el registro número Uno de la AR
Roqueñí tenía la encomienda de su jefe y amigo el cardenal Corripio Ahumada de quitar al italiano del control de la Iglesia católica, es decir de toda la CEM.
Además, de acuerdo a derecho, la Arquidiócesis Primada de México había sida la primera en cumplir los requisitos legales y solicitar el registro correspondiente en Gobernación.
‘Ese asunto generó un conflicto interno que obligó a todos los obispos de la CEM a que se adhirieran a la solicitud del nuncio.
Pero el cardenal Corripio y sobretodo Roqueñí no cedían y se mantuvieron en esa posición al grado de que se retrasó el registro de varias Iglesias, hasta que intervino Roma, concretamente el Cardenal Ángelo Sodano, poderoso secretario de Estado y quien entonces aspiraba al papado.
Semanas después, el 25 de noviembre de 1993, Ernesto Corripio Ahumada envió una misiva a Fernando Gutiérrez Barrios, entonces secretario de Gobernación. (conservo una copia) En ésta se leía:
”Señor secretario de Gobernación.
Por medio de estas letras deseo manifestar mi adhesión a la solicitud presentada por el Sr. Arzobispo Jerónimo Prigione, nuncio Apostólico en México, por indicaciones de la Santa Sede, el 25 de noviembre del presente año.”
En esa carta era claro que el nuncio quería tener el registro número Uno y pensaba que de ahí se derivarían todas las diócesis, prelaturas y congregaciones masculinas y femeninas. No fue así, afortunadamente cada diócesis y congregaciones tiene su registro propio.
Acá entre nos, Roqueñí tuvo razón a considerar que el registro Uno otorgado a la Nunciatura no tienen por qué ser.
Años después nos enteramos de una misiva personal que le envió el cardenal Corripio al papa Juan pablo II, y que la publicó la revista Proceso en 2013.
La carta esta fechada  el 15 de diciembre de 1993, y en ella don Ernesto Corripio le suplica  al hoy santo Juan Pablo II que por favor quitará del cargo al nuncio Girolamo Prigione por el enorme daño que le generaba a la iglesia mexicana, le dice:
Beatísimo Padre:
 “...con toda humildad y movido por un deber de conciencia, se permite exponer a Vuestra Santidad lo siguiente: (...) en el espacio de 15 meses llegarán a estar vacantes otras 5 arquidiócesis de la Iglesia en México, y un servidor llegará a los 75 años de edad.
Esta situación significa el reajuste y la orientación de toda nuestra Iglesia en México.
 (...) Por otro lado el actual nuncio apostólico (...) se encuentra en México desde hace 13 años, complicados a causa de compromisos adquiridos por él con grupos de poder y de dinero, en medio de muchas vicisitudes y vulnerabilidades, con polémicas no siempre edificantes trascendidas a la prensa y con actitudes arrogantes y prepotentes con Sres. Obispos, mezcladas con el gusto de hacerse unos propios clientes dentro del Episcopado Mexicano.“
Le pide al papa Juan Pablo II humildemente “como deber de conciencia sometiéndolo directamente a la benévola atención de Su Santidad que:
a) El actual nuncio apostólico S.E. Mons. Jerónimo Prigione sea sustituido por otra figura de representante pontificio más ponderado y aceptable.
b) Que la provisión de las 6 arquidiócesis y de las diócesis vacantes en la actualidad se suspenda hasta que el nuevo nuncio, con calma y serenidad pueda haber tomado conocimiento de la situación, para no perjudicar a nuestra Iglesia con nombramientos apresurados.“
La misiva trae la firma del cardenal y el escudo del arzobispado de México y fue publicada en el # 1936 de la revista Proceso, de diciembre de 2013.
¡Durísima!
No dijo el cardenal Corripio los nombres de los obispos cercanos y serviles al nuncio Prigione, pero es fácil saberlo.  El sacerdote Antonio Roqueñí Ornelas los bautizo como El Club de Roma.
La historia la sabemos...
El tema de don Samuel.
En 1993 tienen ambos personajes un enfrentamiento porque Prigione quiso quitar al obispo  Samuel Ruiz de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, luego vino el conflicto armado en esa región con el surgimiento el 31 de diciembre de 1993 del EZLN.
En enero de 1994, el conflicto en Chiapas estaba a todo lo que daba.
En ese tiempo Roqueñí acompañado del sacerdote Enrique González Torres SJ, fue a decirle al nuncio que sacara las manos del conflicto en Chiapas y que se fuera de México
En una entrevista, en 1997, contó los pormenores del caso:
 “Enrique González Torres y yo invitamos al nuncio a que abandonara el país. Eso fue en el 94. Estaba metido hasta las cejas en un problema donde era muy delicada su presencia, era un problema interno de la guerra y todo el asunto: ¡Señor, fuera manos de aquí!
 “Convocamos una rueda de prensa y dijimos: “vamos a hablar con Prigione”. Nadie se lo creyó. Mandamos primero a tres mensajeros, José Luis Soberanes (ex presidente de la CNDH), Miguel Olimón Nolasco y Raúl Duarte. ‘Háganos favor de decirle a Prigione lo que acabamos de acordar, digan que vamos a pedirle que saque las manos de Chiapas’.  Fueron y se lo dijeron, y cuando le pedimos una cita nos recibió.
La conversación comenzó en tono jesuítico, con Enrique González Torres muy despacito: ‘mire hemos visto su intervención en este punto y en este otro’, señalamos. Y entonces nos regañó porque para él nosotros nos habíamos portado mal
Yo dije: ‘¡No somos dos monjas que vengan aquí a pedirle el favor de que canonice a su fundadora! ¡No somos dos curas que vengan a pedirle a usted el favor de darnos una mitra episcopal, ninguno de los dos nos interesa ser obispo! ¡Venimos a decirle que usted debe irse de este país!’.
Entonces nuestro interlocutor se aplacó. No se desencajó pero sí lo vi pequeñito en su sillón.”
Así era Prigione...
Descanse en paz..

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