Para
Irlanda, la UE es de interés nacional/Charles Flanagan, T.D., es ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda.
El
Mundo, 19 de agosto de 2016.
El
resultado del referéndum celebrado recientemente en el Reino Unido sobre su
continuidad como miembro de la Unión, no ha sido el deseado, y genera grandes
retos tanto para la Unión Europea como para el Reino Unido. El Gobierno
irlandés, aunque desilusionado con el resultado, respeta totalmente la decisión
de los ciudadanos británicos. Nosotros, en Irlanda, por supuesto vemos nuestro
futuro dentro de la Unión Europea.
Al
igual que los ciudadanos españoles, los ciudadanos irlandeses han tenido
siempre una actitud muy positiva acerca del hecho de ser miembros de la Unión
Europea. Irlanda y España son países históricamente europeos y aunque nuestra
historia haya sido diferente a lo largo de los siglos, llegamos, al final de un
siglo marcado por la guerra civil, la emigración, el aislamiento y periodos de
estancamiento económico a ser miembros de la UE, lo que nos ha dado la
oportunidad de ocupar nuestro lugar entre las naciones prósperas y de progreso
del continente.
La
Unión Europea creó un espacio para que Irlanda y España se pudieran desarrollar
económica y socialmente después de más de un siglo sin desarrollo. Ser miembros
de la UE nos ha abierto las puertas al mayor mercado único en el mundo, que
genera empleo, mejor nivel educativo y una población activa más prospera. El
formar parte de la Unión nos ha permitido el acceso al mercado único más grande
del mundo y, lo más importante, nuestros países han tenido voz en las reglas
que rigen/gobiernan este mercado único. También nos permite diversificar
nuestro mercado y relaciones comerciales, adquirir conocimientos modernos
basados en una economía que genera empleo para una ciudadanía con mejor
educación y más próspera. Ser miembros nos permite hacer valer nuestro peso en
la escena internacional, a través de nuestra voz y voto que posibilita el poder
influir en la política exterior de la Unión Europea. También ha creado un
espacio para construir sociedades más equitativas e igualitarias para nuestros
ciudadanos, independientemente de su edad, género, religión o raza.
Irlanda
y España son los dos países que más han prosperado como miembros de la Unión
Europea. Le debemos mucho al generoso apoyo de los fondos estructurales de la
UE y creo que podemos decir honestamente que tanto Irlanda como España han
hecho un buen uso de este dinero. Ambos países se han transformado desde su
entrada en la Unión Europea. Nuestros ciudadanos han recibido mejor educación,
mejor vivienda, ropa y alimentación. Nuestras infraestructuras en transporte y
vivienda, aunque seguimos trabajando en su mejora, son irreconocibles en
comparación a cómo estaban cuando entramos en la Unión.
Esto
no quiere decir que todo es perfecto. Continuamos afrontando dificultades y ser
miembro de la Unión Europea no es una panacea para cada problema que tenemos
que afrontar. Como tampoco somos inmunes a las circunstancias actuales de la
economía a nivel global. La Unión Europea no ha prevenido a Irlanda y España de
tener que experimentar los efectos adversos de la reciente crisis económica.
Nuestros ciudadanos han asumido una pesada carga de medidas tomadas para
superar esta crisis. Sin embargo, es difícil imaginar cómo Irlanda o España
habrían podido superar tan rápidamente esta crisis, convirtiéndose en modelos
de recuperación, si no hubieran sido miembros de la UE.
En
resumen, Irlanda y España continúan su progreso y crecimiento en la Unión
Europea, algo que tiene un interés nacional trascendental. Salvaguardar este
trascendental interés será el pilar de las próximas negociaciones entre la UE y
el Reino Unido. Se debe buscar el equilibrio. Por una parte, es el interés de
todos los estados miembros que el Reino Unido mantenga los más estrechos
posibles sus vínculos con la Unión Europea. Nuestra prosperidad está unida a la
de ellos, y la opinión del pueblo británico de que las relaciones de la UE con
el Reino Unido han sido abiertas y justas será la piedra angular para unas
buenas relaciones en el futuro. Por otra parte, cualquier acuerdo sobre el
futuro del Reino Unido y sus relaciones con la UE deberá ser en un marco
equilibrado de derechos y obligaciones.
Irlanda,
como parte del equipo de negociación de la UE, jugará un papel muy activo en
definir el enfoque de esta negociación. Habrá muchos temas que serán comunes
para todos los estados miembros, aunque la fuerza de nuestras relaciones
económicas es un tema para Irlanda de especial interés. Irlanda también tiene sus
propios asuntos, los cuales son de máxima importancia y deberán ser tratados
como parte común en la negociación.
Es
muy importante señalar, en primer lugar, que por primera vez en siglos tenemos
una paz duradera y equitativa en la isla de Irlanda. La Unión Europea ha jugado
un papel muy importante en apoyar el proceso de paz en Irlanda del Norte, que
continúa avanzando. Por supuesto, las estrechas relaciones entre los gobiernos
británico e irlandés influyen muy significativamente en nuestro común interés
como miembros de la UE y dieron lugar a la plataforma del Acuerdo de Viernes
Santo de 1998, y el posterior proceso a seguir. Así mismo hay que mencionar que
los fondos europeos han jugado un papel de vital importancia. El hecho de
compartir identidad como ciudadanos europeos ha ayudado a unionistas y
nacionalistas de Irlanda de Norte a tener una visión más amplia para encontrar
convergencia a sus diferencias históricas, culturales, políticas y
constitucionales.
La
frontera entre el Norte y el Sur ahora es prácticamente invisible. 30.000
personas la cruzan diariamente para ir al trabajo, hacer negocios o para
disfrutar de su tiempo libre. Lo hacen sin ningún inconveniente a diario y a
veces pasa casi desapercibido. Es una frontera muy diferente a la que todavía
muchos recordamos, con aduanas y puestos de control creando una división entre
los territorios y su gente. El restablecimiento de una frontera en la isla de
Irlanda sería un paso hacia atrás.
Cualquier
nueva relación entre la UE y el Reino Unido debe continuar apoyando y
manteniendo una paz duradera en la isla de Irlanda.
Además,
las conexiones entre Irlanda y el Reino Unido son muchas y profundas. Junto con
una lengua y sistema legal común, la zona de libre tránsito entre ambos países
existe desde 1922 y refleja los estrechos vínculos históricos entre las dos
islas al permitir la libre circulación de ciudadanos desde la independencia
irlandesa. Es muy importante que los nuevos acuerdos entre la UE y Reino Unido
reconozcan la necesidad e importancia de estos vínculos.
Estoy
seguro de que la relación entre los gobiernos británico e irlandés será capaz
de soportar incluso el impacto de la salida del Reino Unido de la Unión
Europea. Nuestros dos primeros ministros se reunieron recientemente y estoy en contacto
permanente con mis homólogos de Irlanda de Norte para las negociaciones con la
Unión Europea. Hemos acordado entre todos que la desconexión o salida del Reino
Unido de la Unión Europea no debe en ningún caso infravalorar o afectar al
progreso de Irlanda del Norte, la relación con la isla de Irlanda, ni los
vínculos entre las dos islas. También hemos acordado que no se debe restablecer
frontera alguna en Irlanda, la cual fue fuente de enormes conflictos y
tensiones en el siglo XX.
Posiblemente
necesitaremos el entendimiento de nuestros socios de la Unión Europea con
respecto a estos acuerdos, en el caso de que el Reino Unido abandone la UE.
Necesitaremos dar cabida a esta excepcional interrelación territorial y humana
que existe entre Irlanda y el Reino Unido y asegurar la estabilidad y progreso
en Irlanda del Norte. Estoy convencido de que este entendimiento será tan
positivo en el futuro como lo ha sido en el pasado.
Por
supuesto que en el desarrollo de las negociaciones que iniciaremos próximamente
es importante que la UE continúe con el proceso de su propio desarrollo. Las
negociaciones entre la UE y el Reino Unido serán importantes, pero no deben
convertirse en agotadoras. Una Unión Europea que garantice su propio
crecimiento y sea un instrumento de paz en la región y en el mundo continuará
siendo tan importante en los años venideros como lo ha sido en los últimos 60
años. La UE puede minimizar los daños de la salida del Reino Unido de la UE y
convertirse en el pivote alrededor del cual todos nosotros podremos construir
el desarrollo de nuestro futuro común. Irlanda continuará en su labor de
asegurarse que así se sea.
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