Ceremonia
Conmemorativa del 50 Aniversario del Plan DN-III-E
Discursos…
EPN aprovechó paera recordar “con profundo respeto y admiración“… a los miliatares caidos y herido en Culicán Sinaloa…
El Primero de EPN.., viernes 7 de octubre de 2016..
Señoras
y señores:
Muy buenas tardes a todas y a todos los asistentes a este acto.
Señor
Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Señor
Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.
Señor
General Secretario de la Defensa Nacional.
Señor
Almirante Secretario de Marina.
Señoras
y señores integrantes del Gabinete del Gobierno de la República.
Señor
Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Señores
Gobernadores de diferentes entidades federativas, que hoy aquí nos acompañan.
Personal
militar en situación de retiro.
Generales
y Almirantes, Jefes y Capitanes, oficiales, tropa y marinería.
Muy
distinguidas y distinguidos invitados a esta ceremonia.
Agradezco
la presencia de los agregados militares de países acreditados diplomáticamente
en México, que hoy aquí nos acompañan.
Señores
representantes de los medios de comunicación.
La
mañana del 10 de octubre de 1966, nuestro país enfrentó la fuerza de uno de los
fenómenos naturales más devastadores hasta ese momento.
Ese
día, el Huracán Inés tocó suelo mexicano, amenazando la vida, la integridad y
el patrimonio de las familias de Tamaulipas y Veracruz. Fueron momentos de
incertidumbre, de temor y de zozobra.
Las
noticias que llegaban eran de alarma pues, a su paso, Inés había dejado muerte
y destrucción en el Caribe.
En
todo México había un sentimiento de consternación ante la inminencia de una
tragedia.
En
pocas horas, los estragos se hicieron evidentes. Vientos de más de 200
kilómetros por hora y lluvias torrenciales provocaron que miles de viviendas
fueras destruidas, y que los ríos Pánuco y Tamesí se desbordaran sin control.
Fue
entonces que, frente a la dificultad, aparecieron los soldados de la Patria,
los aliados de los mexicanos, para poner en operación, por primera vez, el Plan
DN-III-E.
Mano
a mano y hombro con hombro, con la sociedad, hicieron frete a la adversidad.
Con entrega y profesionalismo, respaldaron, auxiliaron y protegieron a heridos
y damnificados.
En
medio de la catástrofe, quedó patente el heroísmo del Ejército Mexicano.
Como
quedó claro en este episodio, podemos afirmar que si algo ha permitido generar
una alta estima y reconocimiento de los mexicanos hacia nuestras Fuerzas
Armadas es su solidaridad y su valiente respaldo en los momentos más difíciles.
A
medio siglo de distancia, hoy conmemoramos el acto que dio origen al Plan
DN-III-E. Fue en ese momento, también, que se sientan las bases para el Plan
Marina. Ambos se han convertido el rostro más cercano de las Fuerzas Armadas.
Desde
entonces, son innumerables las actuaciones dignas de evocarse.
La
respuesta inmediata ante la trágica explosión de San Juanico, en 1984; las
labores de rescate y reconstrucción, luego del sismo de 1985, en la Ciudad de
México; o las activas y vitales participaciones tras los huracanes Ingrid,
Manuel o Patricia, durante esta Administración.
Sin
importar la magnitud o la dificultad del desafío, soldados, pilotos y marinos
han sabido mantener en alto su firme e indeclinable convicción de servir a
México.
Ante
los peligros que acechan a la población, ustedes siempre son los primeros en
llegar y los últimos en irse.
En
situaciones de emergencia, la presencia de nuestras Fuerzas Armadas significa
aliento y alivio, consuelo y esperanza.
México
está por siempre agradecido con ustedes.
Son
incontables las vidas que han salvado, los apoyos que han entregado o las
comunidades que han ayudado a reconstruir.
Es
indescriptible la satisfacción de una familia que recupera su hogar; la
tranquilidad de un herido, que es rescatado; o la felicidad de un padre que
recibe a su hijo sano y salvo.
En
las últimas cinco décadas, nuestro país ha enfrentado retos que han puesto a
prueba nuestra fortaleza como Nación. Para superar cada uno de ellos, México
siempre ha contado con el valor y la eficacia de nuestro personal militar y
naval.
Frente
a la fuerza impredecible de la naturaleza, la única vía para proteger vidas y
mitigar los riesgos es la prevención efectiva. Y qué mejor ejemplo de ello que
la planeación militar que da vida al Plan DN-III-E.
Reconozco
a la Secretaría de la Defensa Nacional por su visión para fortalecerlo y
adaptarlo a las necesidades de un país que, por su ubicación y diversidad
geográfica, es particularmente vulnerable a fenómenos naturales.
Justamente,
gracias a la preparación de excelencia que reciben durante su formación y a la
experiencia en campo, soldados y marinos mexicanos han acudido también en
auxilio a naciones hermanas en situación de desastre.
Han
sido auténticos emisarios de paz, llevando un mensaje de fraternidad y
solidaridad a otros pueblos del mundo.
México
lamenta profundamente el dolor y las pérdidas humanas que está sufriendo
nuestro hermano pueblo haitiano, a causa de los estragos ocasionados por el
paso del Huracán Matthew.
He
dado indicaciones para ofrecer al Gobierno de la República de Haití el apoyo y
la ayuda humanitaria de México durante las etapas de auxilio y recuperación.
Hoy,
el Plan DN-III-E y el Plan Marina conjuntan sus fortalezas y complementan sus
acciones al integrarse en el Plan Nacional de Respuesta MX, un modelo que
permite concentrar en una sola fuerza nacional toda la capacidad de respuesta
del Estado mexicano en materia de protección civil.
Esto
significa mayor rapidez para atender emergencias; mayor eficacia en los
operativos y más vidas a salvo.
Por
todo ello, estos 50 años de operación del Plan DN-III-E, en los que han
respaldado a millones de mexicanos, han reafirmado al Ejército, Armada y Fuerza
Aérea como los grandes aliados de México.
Nuestras
instituciones militares representan una fuerza de orden, de paz y de
estabilidad, donde se forman mexicanas y mexicanos de bien; mujeres y hombres
que por tierra, mar o aire se desempeñan siempre bajo los más altos principios
y valores de honor, deber, lealtad y patriotismo.
Nuestro
país tiene, en cada uno de ustedes, aquí presentes, y en sus compañeros de
armas, desplegados en toda nuestra geografía, mujeres y hombres valerosos, a
mexicanas y mexicanos ejemplares.
Ahí,
donde se son requeridos, los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas están
listos para defender a sus compatriotas, ante cualquier amenaza, incluso a
costa de su vida.
Así
sucedió el pasado 30 de septiembre, cuando integrantes de esta gran institución
fueron atacados en Culiacán, Sinaloa, ocasionando que 10 compañeros fueran
heridos y provocando la irreparable pérdida de cinco soldados leales a México.
En
esta emotiva ceremonia, los recordamos con profundo respeto y admiración.
Hoy
honramos a 114 soldados y marinos que lamentablemente han perdido la vida en el
cumplimiento de su deber durante esta Administración, lo mismo que a cada uno
de los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas, que han dado su vida por
México.
Más
allá de su rango o especialidad, este día quiero que los recordemos como
personas que han dejado a hijos que crecerán sin su padre, a esposas que
enfrentarán solas la responsabilidad familiar y a padres que soportaron el peor
de los dolores: tener que despedir a su hijo.
A
sus familiares y amigos, y a sus compañeros de armas, les reitero mi más
sentido pésame y solidaridad.
El
sacrificio por la Patria, que a lo largo de su historia han ofrendado soldados
y marinos, siempre será recordado como un acto heroico.
Para
todos ellos, para todos los que han honrado lo mejor de nuestras instituciones,
quiero pedirles a los presentes, y ahora, que les tributemos un respetuoso y
solemne minuto de silencio.
(MINUTO
DE SILENCIO)
(…)
Soldados
y marinos de México:
Tengan
presente que cada vez que se active el Plan DN-III y el Plan Marina, habrá
mexicanos en riesgo, preocupados por su vida y la de los suyos.
Mexicanos
que tendrán la confianza de que ustedes llegarán para auxiliarlos y
protegerlos.
Tal
como ocurrió en octubre de 1966, ustedes serán el brazo solidario para
enfrentar y superar la adversidad.
Hoy,
como hace 50 años, nuestras Fuerzas Armadas están con México.
Como
siempre, su espíritu es imbatible y su corazón es invencible.
Muchas
gracias.
#
Antes hubo diversas
intervenciones
-MODERADOR:
Hace uso de la palabra el General de División Diplomado de Estado Mayor Roble
Arturo Granados Gallardo, Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional.
-GRAL.
ROBLE ARTURO GRANADOS GALLARDO: Con su permiso, mi General Secretario.
Ciudadano
Enrique Peña Nieto, Presidente de la República y Comandante Supremo de las
Fuerzas Armadas.
Ingeniero
Edmundo Javier Bolaños Aguilar, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de
Diputados; maestro Pablo Escudero Morales, Presidente de la Mesa Directiva de
la Cámara de Senadores.
Licenciado
Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; Almirante Vidal Francisco
Soberón Sanz, Secretario de Marina; General Salvador Cienfuegos Zepeda,
Secretario de la Defensa Nacional.
Señoras
y señores integrantes del Gabinete Legal y Ampliado; funcionarios del Gobierno
de la República; Jefe de Gobierno de la Ciudad de México; respetables
Gobernadores de los estados de la República que nos acompañan.
Directores
estatales de Protección Civil, empresarios e instituciones que apoyan el Plan
DN-III-E; ciudadanos que se han beneficiado con el apoyo del Plan DN-III-E;
agregados militares, navales y aéreos de naciones amigas.
Distinguidos
militares en la honrosa situación de retiro; compañeros de armas; apreciables
familias que nos honran con su presencia; damas y caballeros; representantes de
los medios de comunicación.
A
todos, muy buenas tardes.
México,
por su ubicación geográfica, diversidad de climas y condición bioceánica, es un
país de alta incidencia de sistemas tropicales e invernales, sismos,
inundaciones e incendios forestales, entre otros, que históricamente han
provocado diversas afectaciones a su población, bienes e infraestructura.
Las
severas inundaciones que sufrió Guanajuato en 1926, ocasionaron un estado de
emergencia que rebasó las capacidades de respuesta de las autoridades, siendo
necesaria la actuación del Ejército para apoyar a la sociedad, considerado este
evento como el primer antecedente documentado sobre la participación de las
Fuerzas Armadas en funciones de auxilio.
En
esta circunstancia, y ante la magnitud del evento, el entonces, Director
General de Salubridad, doctor Alfonso Priani, quien estaba a cargo de hacer
frente a la contingencia, expresó, cito: En esta situación de verdadera
desgracia, solamente el Ejército podrá imponerse. Nosotros no podemos. Fin de
la cita.
Para
atender la emergencia, el Gobierno Federal designó al General de División
Joaquín Amaro Domínguez, Secretario de Guerra y Marina, quien desplazó a la
entidad, tropas de zapadores, sanidad, intendencia y de caballería, llevando
con éxito las labores de auxilio.
Desde
ese entonces, los soldados de tierra, mar y aire, apoyan solidariamente a la
población damnificada ante diversos fenómenos naturales o antropogénicos.
Los
constantes desastres naturales que afectaban al país, originaron que, en 1965,
la Secretaría de la Defensa Nacional incluyera en la Versión Número Tres del
Plan de Defensa Nacional, el Anexo E, que correspondía al Plan de Auxilio a la
Población Civil.
Así,
surgió el nombre de Plan DN-III-E, como lo conocemos actualmente en México y en
el mundo; plan que se aplicó por primera vez el 10 de octubre de 1966, cuando
el Norte de Veracruz y el Sur de Tamaulipas fueron impactados por el Huracán
Inés, categoría 4, que originó el desbordamiento de los ríos Pánuco y Tamesí,
provocando la afectación de cerca de 84 mil personas, así como diversos daños
materiales y patrimoniales.
Conmemorar
50 años de la aplicación de este importante instrumento operativo militar, es
el motivo que hoy nos congrega en esta imponente e histórica Plaza de la
Constitución, con la presencia del ciudadano Presidente de la República,
Secretarios de Estado, Gobernadores de entidades federativas, Jefe de Gobierno
de la Ciudad de México, organismos públicos y privados y sociedad en general.
Medio
siglo en el que las mujeres y hombres en uniforme militar han servido, con
entrega y pasión, a las personas en situación de desastre.
El
Plan y su aplicación han ido evolucionando.
Actualmente,
se cuenta con la capacidad necesaria para organizar y establecer refugios
temporales, centros de acopio y cocinas comunitarias, desplegar células de
búsqueda y rescate con binomios canófilos, de servicio médico, odontológico, de
saneamiento, de ingenieros y de seguridad. Establecer puentes aéreos,
terrestres y pluviales, para transporte de personas, equipo y abastecimiento de
todo tipo a la zona de desastre.
Esta
organización ha permitido atender y minimizar las afectaciones de diversos
fenómenos perturbadores que, a través de la historia, han ocasionado fuertes
impactos en nuestro territorio.
Muestra
de ello, ha sido la participación en la atención de los efectos provocados por
el paso de huracanes como: Beulah, en el Sureste del país, en 1967; Liza, en la
Península de Baja California Sur, en 1976; Gilberto, en el Noreste de la
República, en 1988; Paulina, en Oaxaca y Guerrero, en 1997; Stan, siendo el
primero que atravesó la Sierra Madre del Sur, afectando Tapachula, Chiapas, en
2005; Wilma, en la Península de Yucatán, también en 2005; y recientemente,
Manuel e Ingrid, en las costas del Pacífico y del Golfo de México, en 2013; y
Odile, en el Estado de Baja California Sur, en 2014.
Sin
embargo, han sido muchos más los eventos catastróficos, como la erupción del
volcán Chichonal, en Chiapas, en 1981; la explosión de San Juanico, en el
Estado de México, en 1984. Diversos incendios forestales en 1997, y las
inundaciones en Hidalgo, Puebla y Tabasco, en 1999. Y en este último, una vez
más, en 2007.
Destaca
el terremoto de 1985; fenómeno que despertó la conciencia de unidad y
solidaridad de los mexicanos, al verse inmersa esta ciudad capital en la mayor
tragedia que se tenga registro de ello.
Este
terremoto dio origen al Sistema Nacional de Protección Civil de nuestro país,
que se caracteriza por integrar la interacción de diversos organismos públicos
y privados, el empleo eficaz de recursos humanos y materiales en las tres fases
que contempla; de prevención y auxilio y de recuperación.
Para
el Ejército y Fuerza Aérea, el tema de auxilio a la sociedad reviste enorme
importancia. Por ello, en la formación profesional que imparte el Sistema
Educativo Militar se incluye la asignatura del Plan DN-III-E, y el curso de
instructores en materia de protección civil y, además, la capacitación de las
tropas operativas en los centros de adiestramiento.
DN-III-E
es sinónimo de alivio, protección y seguridad para las personas que se ven
afectadas por un desastre y, también, el instrumento que ha dado a México y al
instituto armado amplio reconocimiento internacional. Orgullosamente, somos
referente en el mundo.
El
Plan DN-III-E es un instrumento de gran relevancia y ejemplo para otras
naciones, al punto de que hemos sido convocados para capacitar en este rubro a
personal de ejércitos de países amigos, como Belice, Brasil, El Salvador,
Uruguay y Venezuela.
Desde
1996, el Ejército y la Fuerza Aérea han proporcionado ayuda humanitaria en 41
ocasiones a diversos países, como Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica,
Cuba, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Honduras, Indonesia,
Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, República de Haití,
República Islámica de Irán y Venezuela.
Dentro
de la profesión militar, todo marino, soldado o piloto, ha tenido el enorme
privilegio y la oportunidad de ayudar a un connacional en desgracia.
En
estas cinco décadas de aplicación del plan, se ha hecho patente la entrega sin
límites y el heroísmo de 48 compañeros de armas que han perdido la vida en
búsqueda de preservar la de otras personas en riesgo.
Ellos
y otros muchos más que cayeron en el cumplimiento de su deber, son los héroes
del presente y merecen ser recordados por siempre. Para estos valientes y sus
respetables familias, nuestra mayor gratitud y reconocimiento.
Señor
Presidente:
Las
Fuerzas Armadas agradecemos que nos distinga con su presencia en este evento de
gran significancia para México, en el cual el Gobierno de la República y la
sociedad reconocen el esfuerzo y dedicación de quienes orgullosamente portamos
el uniforme de la patria para auxiliar a nuestros conciudadanos en el territorio
nacional y a los habitantes de otros países cuando ha ha sido necesario.
Escenario
propicio para que usted, nuestro Comandante Supremo, en el marco de esta magna
ceremonia, haga entrega de 191 reconocimientos a militares en activo y en
situación de retiro, como justo reconocimiento por su destacada actuación en la
aplicación del Plan DN-III-E, de conformidad con nuestro Reglamento de
Recompensas, siendo las siguientes:
Siete
condecoraciones de servicios distinguidos, por la perenne entrega y lealtad
institucional, sobrado celo, esmero y dedicación en el cumplimiento de su
deber.
23
menciones honorificas, por acciones meritorias que constituyen digno ejemplo de
tomarse en consideración y de ser murado.
Y
161 distinciones de desempeño, por su sobresaliente competencia profesional,
observando celo en el cumplimiento del deber y una conducta ejemplar.
De
igual manera, la entrega de 17 menciones honoríficas a familiares de quienes,
sirviendo a la nación, perdieron la vida.
Además
de las personas aquí, reconocidas, también se entregarán en las diferentes
regiones y zonas militares, 104 recompensas a quienes no pudieron estar
presentes.
A
los galardonados, les expresamos nuestras más sinceras felicitaciones, por ser
ejemplo de entrega y compromiso con la sociedad. Y nuestro agradecimiento, como
siempre, por tener la disposición para participar hoy, en esta ceremonia.
Reconocemos
a los Gobiernos estatales y municipales que se han sumado al esfuerzo nacional,
para hacer más eficiente el Sistema Nacional de Protección Civil.
Agradecemos,
también, al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, por el revestimiento de
diversos autobuses de servicios turísticos con la cromática de 50 años del Plan
DN-III-E.
De
manera especial, agradecemos a los organismos públicos y empresas nacionales e
internacionales aquí, representadas, por su loable participación voluntaria y
altruista, para contribuir en las necesidades primarias y el restablecimiento
de los servicios básicos en las zonas afectadas.
También,
reconocemos públicamente a todos aquellos ciudadanos que, de manera valiente y
con gran deseo de ayudar, se unen a las actividades de rescate y evacuación. A
los mexicanos que siempre nos han manifestado afecto y confianza, les hacemos
patente nuestra gratitud.
Señoras
y señores:
La
presencia permanente de las unidades militares en todo el territorio nacional,
ha permitido cumplir con oportunidad la quinta misión que nos asigna la Ley
Orgánica: En caso de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden,
auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas
afectadas.
Además,
conforme a las instrucciones de nuestro Comandante Supremo, el Presidente de la
República, se crearon y desplegaron de manera estratégica, siete batallones de
ingenieros de combate, especialistas en atención de estos fenómenos en los
estados de Chiapas, México, Guerrero, Jalisco, Veracruz, Yucatán y en esta
ciudad capital.
En
el Campo Militar número 1 de esta ciudad, se cuenta permanentemente con una fuerza
de apoyo para casos de desastre, con diversas capacidades y posibilidades para
trasladarse vía terrestre y aérea, de manera inmediata para reforzar a los
mandos militares en cualquier parte del país.
Todo
esto, ha permitido integrarnos de manera efectiva como componente del Plan
Nacional de Respuesta MX, implementado en esta Administración el 14 de
noviembre de 2015, como instrumento técnico operativo que articula la acción
del Estado mexicano en materia de Protección Civil.
Las
Fuerzas Armadas somos pioneras en el auxilio a la población, orgullosas de
formar parte del Sistema Nacional de Protección Civil y de este reciente y
trascendental Plan MX.
Hoy,
ante la Nación, refrendamos nuestra firme vocación de servicio y compromiso por
seguir cumpliendo la elevada misión de salvaguardar la vida y el patrimonio de
las familias mexicanas, en coordinación y cooperación con los tres niveles de
Gobierno, organizaciones civiles y ciudadanía en general.
Las
mujeres y hombres de tierra, mar y aire, cuando sabemos que está en peligro la
integridad de las familias mexicanas, sin dilación, sin titubeos y con
presteza, acudimos a su llamado.
Por
50 años, hemos demostrado que la unión entre la sociedad y sus Fuerzas Armadas
de tierra, mar y aire, ha sido fundamental para vencer cualquier adversidad.
No
puede ser de otra manera. Así lo hemos hecho, y así lo seguiremos haciendo,
porque nuestra causa, es México.
Muchas
gracias.
-MODERADORA:
Con fundamento en la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea
Mexicanos, las recompensas premian a militares y unidades del Ejército y Fuerza
Aérea por su heroísmo, servicio a la Patria y otros hechos meritorios.
-MODERADOR:
En el marco de las actividades del Plan DN-III-E y ante los efectos de
fenómenos naturales y antropogénicos, es necesario actuar de manera oportuna y
determinante.
-MODERADORA:
En esta solemne ceremonia, se premiará a los militares que en su momento
actuaron con valor, iniciativa, honor, abnegación y buen juicio para
salvaguardar la integridad de las personas y su patrimonio, otorgándose
condecoraciones de servicios distinguidos, menciones honoríficas y distinciones
de desempeño por los hechos en que participaron.
MODERADOR:
Con base en lo anterior, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y
Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, entregará condecoraciones, menciones
honoríficas y distinciones de desempeño, al personal militar destacado y
familiares de aquellos que fallecieron en la aplicación del Plan DN-III-E.
ENTREGA
DE RECOMPENSAS E INCENTIVOS)
-MODERADORA:
El Presidente de la República develará una placa conmemorativa a los 50 años de
la aplicación del Plan DN-III-E. Lo acompañan los Secretarios de Gobernación,
de la Defensa Nacional y de Marina.
(DEVELACIÓN
DE PLACA CONMEMORATIVA)
-MODERADOR:
Hace uso de la palabra el señor Gildardo Moreno Ávila, originario de la
población La Pintada, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.
-SR.
GILDARDO MORENO ÁVILA: Ciudadano licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de
los Estados Unidos Mexicanos.
Señor
General Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional; señor
Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina; distinguidos
integrantes del presídium.
Buenos
días a todos.
En
primer lugar, quiero agradecer a nombre de las familias invitadas y de todos
los ciudadanos de La Pintada y de mi persona, la oportunidad que se nos da de
ser parte de esta celebración, en la que el Ejército está festejando sus 50
años de la aplicación del Plan DN-III-E.
Soy
originario de La Pintada, Guerrero, Municipio de Atoyac de Álvarez, y soy un
beneficiario directo de la aplicación de este plan, y les voy a platicar por
qué.
Los
fenómenos Ingrid y Manuel provocaron que yo me viera beneficiado por el Plan
DN-III-E, que sucedieron el 16 de septiembre del 2013, eventos que seguramente
todos recordarán, ya que tuvieron difusión nacional.
Lo
que sucedió en mi pueblo La Pintada, fue; un cerro se deslavó destruyendo
aproximadamente 50 casas, escuela primaria, auditorio de usos múltiples e
iglesia. Hubo 71 personas fallecidas.
Lo
que me gustaría recalcar, es que mi comunidad pudo salir de esta contingencia
debido al apoyo proporcionado por los soldados, ya que la sensación de
seguridad al verlos llegar, el saber que estaban ahí para auxiliarnos, no se
puede describir.
Ellos
nos ayudaron a evacuar a todos mis vecinos, recuperando, durante casi tres
meses, la mayoría de los cuerpos de las personas fallecidas y resguardando
nuestras casas mientras estuvimos fuera. Además, nos brindaron un hogar
temporal y todas las atenciones para nuestras familias en el albergue en
Acapulco, en el que se nos dio comida, ropa, cobertores, colchonetas y atención
médica, entre otras cosas, durante más de dos meses, hasta que se restableció
la situación.
Sin
duda, yo quiero agradecerle al señor Presidente todo el apoyo brindado, porque
gracias a eso, La Pintada nuevamente está de pie; se construyeron casas, se
restablecieron las vías de comunicación, se reactivaron los servicios. En fin,
nuevamente quedó habitable para nuestras familias.
Y
actualmente La Pintada está hoy, a través de mis palabras, en este
agradecimiento que queremos hacerlo público, ya que su sensibilidad para con
nosotros en momentos de desgracia, fueron claves para que nuestro pueblo, que
también es el de usted, esté de pie.
Agradezco,
también, al General Salvador Cienfuegos, ya que recuerdo perfectamente que fue
de las primeras personas en llegar a mi pueblo. Nos dejó despensas e inició la
evacuación de la gente.
Y
quiero aprovechar esta oportunidad, para pedirle que siga apoyando a mi
comunidad, con la presencia de la base de soldados que ahí se encuentra y que
nos dan la seguridad que nos permite seguir haciendo nuestra vida diaria, al
igual que saber que se cuenta con su apoyo en caso de presentarse una situación
familiar.
Por
último.
Agradecer
a los militares, quienes participaron con el Plan DN-III-E, el cual fue ideado
acertadamente para para apoyar al pueblo mexicano en situación de adversidad, y
nos demuestra lo frágiles que somos ante los embates de la naturaleza, pero
que, con ayuda y solidaridad de todos, lograremos levantarnos.
A
todos los que intervinieron y nos apoyaron:
Muchas
gracias, a nombre de La Nueva Pintada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario