8 oct 2018

¿Diferencias entre Durazo y la Ministra?

Justifica Durazo cancelación de foros de paz...
Mmm
 El senador Ruben Rocha Moya, dijo que Durazo se dedicará a trabajar en la estructura de la nueva Secretaría y “ya no puede estar atendiendo foros”.
Diferencias entre Durazo y la Ministra.
Alfonso Durazo, próximo Secretario de Seguridad Pública, explicó que la cancelación de los Foros Presenciales Escucha para la Pacificación y la Reconciliación en cinco entidades se debe a la urgencia de sistematizar todas las propuestas recogidas.
La coordinación de los foros canceló las reuniones programadas para Veracruz, Sinaloa, Tabasco, Morelos y Tamaulipas, que se llevarían a cabo los días 9, 11, 16, 18 y 22 de octubre, respectivamente.
Organizaciones civiles cuestionaron que el Gobierno electo cancelara la realización de los Foros.
María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, consideró que si bien se debe hacer un trabajo de sistematización de propuestas y planeación de la próxima estrategia, el equipo del Presidente electo, podría continuar con los foros.

"Ahora lo que Durazo está planteando es 'ya me voy a sentar a pensar con mi equipo qué es lo que sigue, cómo vamos a implementar la estrategia y cómo se tiene que hacer el cambio de la Secretaría de Seguridad', tienen mucho trabajo. Sin embargo, esto no implica que Loretta (Ortiz, coordinadora nacional de los foros) pudiera seguir haciendo los foros.
"Si la gente ya se preparó, ya los está esperando, preparar un foro en general no es sencillo, entonces si la gente ya estaba preparada para recibirlos, sí quisiera pensar que para Loretta fuera importante asistir y seguirlos haciendo porque estaban comprometidos", dijo.

Olga Sánchez Cordero, perfilada como titular de Gobernación, informó que dialogará este lunes con Alfonso Durazo, para definir el futuro de los foros de seguridad que fueron cancelados.
No obstante, la ex ministra de la Corte indicó que aún no se sabe si se reiniciarán antes de que arranque el sexenio.
"Eso es lo que estamos ahorita viendo, ya hablé con Loretta (Ortiz), entonces vamos a tratar, dice que tiene demasiada información y que la va a procesar, después vamos a reanudar los foros", mencionó Sánchez Cordero.
"Sí nos vamos a reunir, no es una cancelación definitiva”.
La ministra en retiro...refirió que, pese a que los foros se encuentran suspendidos actualmente, se reunirán y escucharán a las víctimas
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Historias de Reportero | Carlos Loret de Mola
El Universal
Las víctimas batearon a AMLO… y luego él las bateó
Hasta ahora, la idea del perdón ha reprobado el examen de las víctimas. ¿Es el primer gran fracaso del sexenio, antes incluso de iniciar?
Quizá el mayor acierto de Andrés Manuel López Obrador en campaña fue su capacidad de resumir en ideas y frases sencillas el hartazgo de una sociedad golpeada por la corrupción, los abusos y la indiferencia oficiales.
Supo tocar las fibras adecuadas, más que con propuestas concretas, con lo que los mercadólogos políticos llaman “ideas fuerza”.
Pero hubo un tema en el que ese enfoque nunca cuajó: el del perdón como respuesta a la profunda crisis de seguridad que enfrenta el país. Desde la campaña, la idea vaga de una amnistía fue mal recibida.
Una vez que obtuvieron el triunfo electoral, AMLO y su equipo sostuvieron en términos generales las ideas y slogans de campaña.
Si había una que necesitaba traducirse en una estrategia concreta era la de “pacificar” al país. No sucedió pronto. En la transición han seguido navegando con ideas pegajosas que carecen aún de soporte.
Como ninguna otra, su idea del perdón fue rechazada de manera unánime y contundente por sus principales receptores: los familiares de desaparecidos y las víctimas de la violencia.
Desde el primer foro de pacificación, en Ciudad Juárez el 1 de agosto, las víctimas y los colectivos rechazaron a gritos el perdón que les exigía López Obrador. Familiares de desaparecidos que se han topado durante años con la ineficiencia e insensibilidad de las autoridades de los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, lo interrumpieron varias veces con un impactante: “¡Justicia, Justicia!”.
La escena se repitió en todo el país, en los 16 foros en distintas ciudades de México e incluso uno realizado en Arizona. Lejos de ajustar, el presidente electo se mantuvo en la suya y hasta pareció querer colocarse moralmente por encima de ellos: “Yo sí perdono”, les dijo.
Este fin de semana, el equipo del próximo secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, quien ha tenido que plantar cara a los reclamos, anunció que decidió cancelar los foros con víctimas programados ni más ni menos que en Veracruz, Sinaloa, Tabasco, Morelos y Tamaulipas, cinco de las entidades más golpeadas por la violencia criminal.
La razón esgrimida está empapada de una insensibilidad que choca con el discurso de años de Morena sobre el tema: el senador morenista que lo anunció, Ruben Rocha Moya, dijo que Durazo se dedicará a trabajar en la estructura de la nueva Secretaría y “ya no puede estar atendiendo foros”. Luego dio una dirección de internet para que las víctimas manden sus propuestas.
Hasta ahora, la idea del perdón ha reprobado el examen de las víctimas. ¿Es el primer gran fracaso del sexenio, antes incluso de iniciar? Lo sabremos pronto, cuando el futuro secretario Durazo salga de este repliegue táctico —así me lo imagino— y puntualice su estrategia para enfrentar la crisis que heredan. Porque AMLO es presidente de facto, y en lo que a la violencia toca, no cabe más el mitin con “ideas fuerza” del ejército de paz, la guardia civil desarmada, los abrazos no balazos, los becarios no sicarios…
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AMLO: seguridad en la nebulosa
Razones/Jorge Fernández Menéndez...
El próximo secretario de seguridad, Alfonso Durazo, anunció ayer que los cinco próximos foros de pacificación serán suspendidos hasta nuevo aviso porque quieren compatibilizar y volver a redactar las propuestas presentadas en estos. No habrá, por lo pronto foros en Veracruz, en Sinaloa, Tabasco, Morelos y Tamaulipas cinco de los estados más lastimados por la inseguridad y sobre todo por las desapariciones.
La razón real de la suspensión de esos foros, particularmente en esos estados, pasa por el fracaso que han tenido los anteriores donde el presidente electo ha sido confrontado por los asistentes cada vez que habla del perdón a los criminales. Esa es la única propuesta, de las muchas que ha presentado López Obrador (y entre ellas hay buenas, malas e impractibles) que no ha podido transitar en la sociedad, sobre todo entre las familias de las víctimas. La gente, en realidad, lo que quiere es seguridad y que se ponga fin a la impunidad de los criminales; y la propuesta del perdón (hermana de la de la amnistía de la que se habla cada vez menos, por inviable) termina lastimando a quienes quieren, sencillamente, justicia.
Eso no implica que no sea viable la liberación de personas que han cometido delitos leves relacionados con las drogas y que están cumpliendo condenas, en ocasiones demasiado largas para el delito cometido. Pero esa política requiere analizar las liberaciones caso por caso, porque muchas personas que están detenidas por delitos aparentemente poco importantes, están en esa condición porque esos han sido los delitos que se ha podido acreditar, y en ese capítulo están muchos delincuentes muy peligrosos.
Por lo pronto, según lo ha anunciado, el presidente electo López Obrador entra este lunes en una semana clave para la estrategia de seguridad de su próximo gobierno, una estrategia que, hasta hoy sigue siendo nebulosa y contradictoria. Antes del 15 de octubre deberá anunciar, según dijo (y adelantando quizás demasiado los tiempos para esas dos designaciones) a los futuros secretarios de Defensa y Marina, sobre cuyos hombres se soportará, como también ha dicho, la estrategia de seguridad. En el camino ha habido, en las propias declaraciones de AMLO, innumerables contradicciones sobre la forma en que militares y marinos terminarán participando de esa estrategia. Un día se dice que habrá una guardia civil nacional, al siguiente que no, un día se dice que soldados y marinos seguirán garantizando la seguridad en los estados, pero al siguiente se dice que las fuerzas estarán desarmadas, y al tercero que serán una suerte de fuerzas de paz, lo que eso quiera decir.
La versión más verosímil hasta ahora es que se buscará dividir el país en 260 zonas que tendrán, cada una de ellas, un determinado número de fuerzas militares y policiales para operar y tratar de garantizar la seguridad. En la propuestas existen aún demasiados claroscuro: para empezar si, como se dice, se quiere asignar mil elementos militares a cada zona, se encontrarán con que no alcanza el número de marinos y soldados para ellos. En realidad el número de elementos disponibles en términos reales serían, sumando todas las fuerzas disponibles apenas superiores a la mitad de los necesarios. En encuentros entre mandos militares y funcionarios del gobierno de Andrés Manuel se habría alcanzado el acuerdo de aumentar en 50 mil elementos las fuerzas operacionales del ejército. Sin duda es necesario pero incluso así, no alcanzarían los elementos para el objetivo planteado.
Más allá de eso, la propuesta provocaría o podría provocar, por una parte, un conflicto institucional con los gobernadores, pero por la otra libera a éstos de sus compromisos en materia de seguridad. En realidad, más allá de estos esquemas, el tema central es conformar las policías con un mando único y con un modelo policial común en todo el país. López Obrador también ha hablado de ellos en algunos discursos, lo que sucede es que en otros ha tomado, o planteado, otra dirección a las políticas de seguridad. Y a eso se ha sumado, el llamado a los militares a que permanezcan en las calles, pero también, la propuesta de derogar la ley de seguridad interior que es la base jurídica para la participación militar en tareas de seguridad interior y el instrumento para operar la participación de los estados en este proceso.
Lo que sí ha declarado López Obrador y hasta ahora no se ha contradicho, es que los próximos secretarios de defensa y marina saldrán de entre los generales y almirantes en activo de más alto nivel, lo que garantiza no sólo la institucionalidad sino el mantenimiento de los principios operacionales de esas dos fuerzas que en todas las encuestas siguen apareciendo como las más confiables para una enorme mayoría de los mexicanos.
Ningún otro tema implica un desafío más terminante y desgastante para López Obrador que la seguridad, pública e interior. Y hoy, por lo menos, no se ve nada claro al respecto.
En Quintana Roo mientras tanto, se hicieron de un buen titular para la SSP local: fue designado Jesús Capella que ha tenido ese responsabilidad en Tijuana y en Morelos. Ahí acertó el gobernador Carlos Joaquín.

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¿Y ocurrió el milagro!