DE la mañanera del viernes 6 de diciembre de 2024.
PREGUNTA: Juan Hernández, de Diario Basta, Tabasco Hoy, Campeche Hoy y Quintana Roo Hoy, de Grupo Cantón.
Precisamente del tema, quisiera preguntarle sobre esta transformación, porque es la palabra adecuada, de lo que ha venido dando de los salarios y en este caso, de la creación de empleos en México.
Cartón de Falcón…
Porque, por un lado, hay que recordar que tenemos ahí a dos expresidentes que han estado haciendo críticas, precisamente, al modelo humanista que se empezó a implementar desde la llegada, en este caso, del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Y a quién me refiero con esto? Me refiero a Ernesto Zedillo y a Felipe Calderón, el mal llamado “presidente del empleo” o que se autodenominó “el presidente del empleo”.
Ver, por ejemplo, cómo se ha dado esta tendencia en mejorar, primero la creación de empleos y empleos de calidad, pero, sobre todo, lo que es la evolución de los salarios.
Porque dentro de nuestro trabajo como periodistas nos toca recibir las opiniones, ya sea de especialistas o en este caso, de los legisladores y políticos que, de alguna manera, siempre están buscando denostar este trabajo que se ha venido haciendo en los últimos años, pero que en realidad, o una de dos: o se les olvida lo que realmente eran estos empleos mal pagados o incluso prácticas nocivas, como en este caso es el del outsourcing, que es neoliberal.
Y también, de alguna manera, hacerle ver al pueblo de México cómo se ha venido transformando precisamente empleos, lo que es salarios y también este caso pensiones, que tal parece que se les ha olvidado.
Esa sería mi primera pregunta.
PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: En 2018 cambió el régimen, el modelo económico y la manera de gobernar; una transformación de fondo en nuestro país que llegó con un movimiento social, que venía luchando desde hace muchos años y que se fue consolidando en este movimiento que encabezó el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En 2018, el pueblo de México dijo: “Basta del pasado, basta del régimen de corrupción y privilegios”. Ese régimen de corrupción y privilegios que representó el neoliberalismo, de 1982 con Miguel de la Madrid hasta 2018 con el gobierno de Peña Nieto, fueron 36 años en donde se caracterizan por dos temas o dos ejes: uno, una visión que venía de los organismos financieros internacionales, que venía de la “Escuela de Chicago”, que venía de…
PREGUNTA: ¿Harvard?
SHEINBAUM PARDO: Sí. La visión neoliberal; esa visión lo que plantea —que ya por cierto cada vez es menos, eh— lo que plantea es que el mercado resuelve todos los problemas, que el Estado debe convertirse en un regulador y que no hay derechos, que todo es mercancía a poner en el mercado, y que el propio mercado va a generar las condiciones para que todos vivan bien.
Una visión ideológica que lo que generó fue disminución en el presupuesto educativo, de salud, y convertir la educación, la salud en mercancía, no en derecho. La visión universal y fraterna de los derechos humanos se quedó relegada frente a la idolatría del mercado; esa misma ideología planteaba que “si se apoya a los de arriba…” Eso está escrito, la teoría del —tú debes saber cómo se dice en inglés— del “goteo”, de que “si se apoyaba a los de arriba iba a gotear hacia abajo”.
De ahí vienen muchas cosas que se hicieron.
Y que “el gobierno y el Estado no deben tener empresas porque son pésimos administradores, que solamente traen corrupción”. Entonces, una ideología traída de fuera y eso provocó lo que platicábamos ayer: la venta de empresas mexicanas, nacionales, estatales. Y, la otra: la corrupción.
Por eso, el Presidente López Obrador decía: “No es neoliberalismo, es neporfirismo”. Porque es la entrega de los recursos naturales y empresas de la nación; y la corrupción, el vínculo que se hizo entre un grupo que se adueñó de esas empresas y que al final, acabó gobernando México y que en todo ese periodo los beneficios iban para allá.
Uno de los mayores ejemplos es el Fobaproa. Por eso decía ayer: viene el periodo de Salinas… Para los jóvenes que no vivieron aquella época —no sé ustedes cuántos años tienen, a mí sí me tocó—, se decía: “México está entrando a los países de primer mundo”; ahí nos hicimos parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que son los países industrializados, y ya, “México ya entró al primer mundo”.
Pues, ¿cuál sería el tema?, que termina el sexenio de Salinas y viene una crisis profunda, y se echan la culpa entre ellos, entre Zedillo y Salinas, que si fue “el error de diciembre”, que si fue producto del pasado, que… Pero, al final, ¿qué demuestra?, que todo eso que dijeron durante esos seis años acabó en una crisis profunda.
Y se dedicaron a rescatar a esas empresas, con cero transparencia, muchas que no necesitaban rescates fueron rescatadas; y hoy, todavía seguimos pagando esa deuda de aquel rescate. Y muchos deudores de la banca que perdieron casas, que perdieron pequeños negocios, que perdieron automóviles, porque la tasa de interés se fue al cielo y ya no podían pagar, nunca fueron rescatados, nunca fueron apoyados.
Entonces, es un modelo, una visión y, por otro lado, una tremenda corrupción. En aquellas épocas decían: “Antes robaban de las empresas estatales; ahora, se robaron las empresas estatales”, así decían en aquellas épocas.
Entonces, en 2018 el pueblo de México dijo: “Basta, basta, basta”. Porque, además, eso fue acompañado de fraudes electorales.
Esta idea de que “el neoliberalismo trajo la democracia”: El ’88, fraude electoral. El ’94, el terrible asesinato de Colosio; gana ahí sí, la Presidencia Zedillo. El 2000, supuestamente la gran transición, Fox, que era… la gente lo vio cómo un cambio después de tantos años de Priismo.
Y en 2006, bueno, desde el desafuero, la traición a la democracia; pero, además, siguieron gobernando igual. Y, luego, el fraude del 2006 con el que llega un presidente espurio, Calderón.
Y, luego, después de eso, la compradera del voto del 2012. O sea, ¿cuál democracia?
Y en 2018, cuando llega el Presidente López Obrador cambia el modelo. Lo más increíble es que se hace de manera pacífica, pero es una transformación profunda en donde el gobierno deja de servir a unos cuantos, y le sirve al pueblo de México, está al servicio del pueblo con todos los logros del Presidente López Obrador que se ven aquí.
Y cuando nosotros hacemos campaña, lo que decimos es: “Que siga la Transformación”. La gente dice: “Sí, que siga la Transformación”.
Entonces, ¿cómo estamos gobernando? Con los mismos principios, con causas. Nosotros venimos de un movimiento social, a nosotros no nos impuso nadie. Nosotros le servimos al pueblo y estamos al servicio del pueblo, y siempre lo vamos a representar con dignidad y con altura, porque el pueblo de México se merece todo.
Entonces, es un modelo distinto que riega desde abajo, que tiene como máxima “Por el bien de todos, primero los pobres”; que tiene como máxima acabar con el régimen de corrupción y privilegios; que tiene como máxima “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”; que tiene como máxima “Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada”.
Así vamos a seguir gobernando y así quiere el pueblo de México que sigamos gobernando.
Que, por cierto, eso tiene, bueno, enojadísimos a los adversarios. Vean, Ciro (Gómez Leyva) , cómo se puso con Epigmenio (Ibarra), un enojo... Té de tila. Estamos entrando a la Navidad, tranquilidad.
Vean a… —¿Cómo se llaman estos?— Alazraki; no, no, no. Ah, que, por cierto, dijo que: “a la oposición le hacía falta un López Obrador”; no, no, no.
Entonces, cambió el modelo, por eso da resultados.
Y ha demostrado que este modelo, que estaba basado, además, en nuestra historia, que no trae recetas de ningún lado… Por eso, cuando nos dicen: “¿Qué son ustedes?”, todos los motes que nos ponen. Somos humanistas, eso es lo que somos; nosotros damos la mano al que se queda atrás, y eso, es nuestro pueblo, ese es el pueblo de México, el pueblo de México no deja a nadie atrás.
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