1,007 millones de cibernautas/Editorial
El Tiempo, 2 de febrero de 2009;
Hace unos días, el portal Comscore reveló que el pasado diciembre se superó el umbral de mil millones de usuarios conectados a Internet en todo el planeta. Los resultados ofrecen un mapa claro del mundo virtual, determinado por densidad de población y por nivel de desarrollo. Estados Unidos, con 163 millones de internautas, tiene el liderazgo, de lejos: su guarismo comprende la sumatoria de India (32), Rusia (29), Corea del Sur (27) y América Latina (75).
Tal como era previsible, las brechas en el ingreso repercuten en las dinámicas de este universo virtual al que ya pertenece la sexta parte de la población mundial. De esos 1.007 millones de usuarios, un buen porcentaje accede de manera dificultosa, desde cafés internet, a un bajo porcentaje del potencial de la red. 776 millones entraron a Google, herramienta básica de consulta, mientras que solo 241 millones accedieron a Ebay, un portal de compras.
En América Latina sigue siendo un misterio la descarga de música y de películas en sitios no autorizados, mientras que en Dinamarca compartir información de este tipo es tan común como consultar el correo electrónico. La velocidad de conexión, la masificación de Internet en los hogares -y no a modo prepagado en sitios públicos-, los costos e incidencia en la cotidianidad siguen marcando la diferencia entre los países ricos y los del Tercer Mundo.
A diferencia de Estados Unidos, África y Europa del Este juntas alcanzan apenas 50 millones de usuarios. La desconfianza va también de la mano del nivel de subdesarrollo de las naciones. Para portales de venta por Internet como Amazon ha sido un gran reto penetrar los mercados de América Latina, incluido el de Colombia, por el temor del público a las transacciones en línea y por la baja difusión del pago mediante tarjetas de crédito. De suerte que en estos países prevalece todavía el pago por ventanilla de los servicios públicos. A esto se agrega que las distancias y los altos costos postales son una limitante para la adquisición de productos de otras latitudes que podrían pedirse en forma electrónica.
Tales realidades se encuentran con la necesidad de las más diversas regiones de estar conectadas a la red mundial. No obstante, es evidente que la brecha digital existe y repercute tanto en el desarrollo como en la productividad de las economías. Así, las diferencias que marcan este planeta de 6.000 millones de habitantes se reproducen en el mundo virtual y sus internautas. Todo a pesar de que, en sus inicios, Internet fue visto más como un avance democratizador que como un generador de inequidad.
editorial@eltiempo.com.co
Tal como era previsible, las brechas en el ingreso repercuten en las dinámicas de este universo virtual al que ya pertenece la sexta parte de la población mundial. De esos 1.007 millones de usuarios, un buen porcentaje accede de manera dificultosa, desde cafés internet, a un bajo porcentaje del potencial de la red. 776 millones entraron a Google, herramienta básica de consulta, mientras que solo 241 millones accedieron a Ebay, un portal de compras.
En América Latina sigue siendo un misterio la descarga de música y de películas en sitios no autorizados, mientras que en Dinamarca compartir información de este tipo es tan común como consultar el correo electrónico. La velocidad de conexión, la masificación de Internet en los hogares -y no a modo prepagado en sitios públicos-, los costos e incidencia en la cotidianidad siguen marcando la diferencia entre los países ricos y los del Tercer Mundo.
A diferencia de Estados Unidos, África y Europa del Este juntas alcanzan apenas 50 millones de usuarios. La desconfianza va también de la mano del nivel de subdesarrollo de las naciones. Para portales de venta por Internet como Amazon ha sido un gran reto penetrar los mercados de América Latina, incluido el de Colombia, por el temor del público a las transacciones en línea y por la baja difusión del pago mediante tarjetas de crédito. De suerte que en estos países prevalece todavía el pago por ventanilla de los servicios públicos. A esto se agrega que las distancias y los altos costos postales son una limitante para la adquisición de productos de otras latitudes que podrían pedirse en forma electrónica.
Tales realidades se encuentran con la necesidad de las más diversas regiones de estar conectadas a la red mundial. No obstante, es evidente que la brecha digital existe y repercute tanto en el desarrollo como en la productividad de las economías. Así, las diferencias que marcan este planeta de 6.000 millones de habitantes se reproducen en el mundo virtual y sus internautas. Todo a pesar de que, en sus inicios, Internet fue visto más como un avance democratizador que como un generador de inequidad.
editorial@eltiempo.com.co
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Al margen:
El nombre de dominio .mx, que identifica a los sitios web del País, cumplió ayer 20 años con más de 280 mil 850 sitios web registrados, un crecimiento anual de 20 por ciento respecto a 2007; pero en 2009 se ve un panorama difícil.
Óscar Robles, director de Network Information Center (NIC), entidad responsable de la administración del sistema de dominio señala que el precio por el registro de un nombre de dominio .mx es de 35 dólares, mientras que los nombres genéricos se ubican en 7 dólares.
Robles explicó que para la celebración de su aniversario, durante febrero se reducirá 20 dólares el costo del dominio, "un dólar por cada año", para quedar en 15 dólares, y reabre el registro directo del dominio .mx sin ningún subdominio como .com.mx o el .org.mx para todo público, que antes estaba restringido para las universidades u otras instituciones
Óscar Robles, director de Network Information Center (NIC), entidad responsable de la administración del sistema de dominio señala que el precio por el registro de un nombre de dominio .mx es de 35 dólares, mientras que los nombres genéricos se ubican en 7 dólares.
Robles explicó que para la celebración de su aniversario, durante febrero se reducirá 20 dólares el costo del dominio, "un dólar por cada año", para quedar en 15 dólares, y reabre el registro directo del dominio .mx sin ningún subdominio como .com.mx o el .org.mx para todo público, que antes estaba restringido para las universidades u otras instituciones
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