2 feb 2009

Primicia: ¿el cadáver de Tirofijo?


¿Será?
El secreto mejor guardado de las FARC.
Así fue enterrado el fundador de las FARC, Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda o Tirofijo, muerto hace 10 meses, según consta en la primera fotografía del sepelio, publicada ayer por el diario colombiano La Nación. (http://www.lanacion.com.co/)
Marulanda fue muerto el 26 de marzo sufría de hipertensión y registraba altos niveles de colesterol, lo sustitiyó Alfonso Cano. Su muerte fue revelada por la revista Semana en mayo de 2008 y confirmada poco después por las FARC, que anunciaron a Cano como su nuevo líder.
Antes a Tirofijo lo dieron por muerto muchas veces confundiendo deseos con realidad. En los años 50s la prensa llegó a publicar detalles de su entierro, con fotos incluidas; en 1964 fue atacado por el Ejército en Marquetalia y sobrevivió junto a un puñado de hombres en armas con los que fundó a las FARC. Después vinieron diversos episodios en los que se anunció su muerte, algunas veces caído en combate, enfermo por heridas gangrenadas y hasta víctima de hormigas venenosas. En noviembre de 1970 el periódico El Espacio publicó una serie de crónicas donde se decía que se había enfrentado a tropas del Ejército que le propinaron una herida mortal en el pecho. En febrero de 2004 la periodista Patricia Lara, afirmó en la revista Diners que al mítico guerrillero lo aquejaba un cáncer de páncreas y no le restaban más de seis meses de vida. Y hubo otras más...
El reportaje en exclusiva
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Así fue el entierro de ‘Tirofijo’
LA NACIÓN (www.lanacion.com),
NEIVA, 01 de febrero 2009;
Primera evidencia real sobre el sepelio del fundador de las Farc, Manuel Marulanda Vélez. Primicia. Diez meses después de su muerte en las selvas del Guaviare, LA NACIÓN develó el secreto mejor guardado de las Farc: el sepelio de Manuel Marulanda Vélez, ‘Tirofijo’, el legendario fundador de la organización guerrillera más vieja del mundo. Una joven que desertó de sus filas, entregó en primicia la primera evidencia real y los detalles de la ceremonia fúnebre. También el traslado dispendioso hasta una zona selvática entre Alto Pato (Caquetá) y Guayabero (Meta) donde fue sepultado. Además, el legado de guerra que impartió ‘Tirofijo’, días antes de su fallecimiento en las manos de ‘Sandra’, su compañera de toda la vida.
Francisco Argüello
Un mes antes de su fallecimiento, el legendario jefe de las Farc, Manuel Marulanda Vélez, (‘Tirofijo’) pronosticó su muerte. Y se precipitó con el inesperado final de su segundo hombre ‘Raúl Reyes’, abatido durante el ataque al campamento ubicado en territorio ecuatoriano el primero de marzo de 2 008. Y dos días después, la muerte de ‘Iván Ríos’, comandante del Bloque Central de las Farc y el más joven de los miembros de la cúpula de la organización insurgente. Marulanda, el seudónimo que tomó de un líder sindical asesinado, padecía serios quebrantos de salud propios de su edad, 80 años. Los intensos operativos militares, que sucedieron tras el ataque al campamento de Reyes, aceleraron sus dolencias. “Sudaba constante, sus pulsaciones eran aceleradas y los ataques cardíacos eran continuos.
Las medicinas no le hacían provecho”, relató una joven guerrillera que desertó hace cuatro semanas y reveló a LA NACIÓN, el secreto mejor guardado de las Farc.
Desde entonces, presintiendo que sus días estaban contados, decidió impartir las últimas directrices. Pero también las órdenes para intensificar las acciones militares, como quedó consignado en la última carta que dirigió el 21 de marzo a todos los frentes.
Estaba aislado
Pero no era fácil. Los sistemas de comunicación no eran utilizados por temor a ser interceptados, como ocurrió con los otros jefes subversivos que habían sido abatidos. En los últimos días de su vida, Marulanda, estuvo aislado de la tropa. “No podía comunicarse con sus comandantes y el Ejército nos pisaba los talones”, contó Anayibe*, una desmovilizada del Bloque Oriental de las Farc, que logró obtener la información tras sostener una relación sentimental durante dos años con uno de los comandantes y hombre de confianza del jefe guerrillero. LA NACIÓN, después de una intensa búsqueda la localizó y obtuvo su testimonio. ‘Tirofijo’, en medio de las operaciones militares, permanecía en una espesa zona selvática en el Guaviare.
El fallecimiento
El día de la muerte, el 26 de marzo de 2008, Marulanda falleció en los brazos de ‘Sandra’, su compañera sentimental, en presencia de varios integrantes del Secretariado de las Farc.
‘Sandra’, de unos 45 años, de larga cabellera azabache, brazos fuertes y ojos cansados había sido su principal soporte. Ella le lavaba los pies, le cocinaba pollo y le preparaba sagradamente el jugo de naranja.
Alfonso Cano, ideólogo y hoy comandante máximo de la guerrilla, lo acompañó hasta el último momento.
Hora final
“Eran las nueve de la mañana cuando el “camarada Manuel” se desvaneció. ‘Sandra’ su eterna compañera lloraba. Algunas guerrilleras también lo sintieron”, relató Anayibe, quien presenció la muerte del líder insurgente. La joven, de 27 años, estaba al lado de su novio, quien hacía parte del esquema de seguridad de ‘Tirofijo’ desde un mes antes del fallecimiento. La joven localizada por LA NACIÓN, se desempeñaba como radio-operadora. Su cara quedó pálida, desgastada y con una cicatriz similar a una cortada que atraviesa su mejilla derecha.
“El camarada Manuel quedó hinchado, tenía el cabello largo. Su cabeza quedó sostenida de una toalla azul con una franja blanca. Sus brazos permanecían cruzados sobre su estómago y su cuerpo fue vestido con un camuflado americano nuevo”. El uniforme, similar a los que usan los miembros del Ejército, era más grande. “No era de su talla, pero no encontramos otro igual. Por eso el uniforme aparece arremangado”, aseguró la joven guerrillera que desertó de la guerrilla, en San Vicente del Caguán, Caquetá.
El ataúd
Una improvisada cama construida en guadua y un colchón sirvieron de cofre mortuorio, ubicado en el centro de un campamento cubierto por la maleza. Las condiciones topográficas impedían movilización de aeronaves. El lugar era más que seguro, dice la testigo. El cadáver permaneció dos días acostado sobre un cajón construido en madera y forrado con un lienzo de color café como un improvisaba ataúd. Al lado del cadáver, según la fotografía, tomada por uno de los hombres de confianza, aparecen otros guerrilleros que fueron llegando al sitio al confirmarse la noticia. Y para demostrarlo, suministró la fotografía, el único testimonio que confirma su deceso.
El documento gráfico fue adquirido en primicia por LA NACIÓN.
El reto, ahora era cumplir su último deseo. ‘Tirofijo’ quería morir, en su histórico bastión, entre Alto Pato (Caquetá) y Guayabero (Meta), donde había iniciado, 44 años atrás su vida guerrillera.
Difícil traslado
El desplazamiento fue tortuoso. El féretro improvisado estaba protegido por tres anillos de seguridad, integrado por 250 hombres. El ataúd fue desplazado en medio de una espesa selva que comunica al Guaviare con el Meta. El recorrido tardó dos semanas y se hizo en total silencio. Todos los miembros del Secretariado, mantenían el secreto. La instrucción era ocultarlo hasta cuando se definiera la sucesión del mando. La idea, según el relato era buscar un lugar seguro, rendirle los honores del caso y sepultarlo en total sigilo.
Las exequias
Al entierro, solo los asistieron los jefes. Los anillos de seguridad alejaron a todo el mundo. “Esa era la orden. No aceptaban la presencia de guerrilleros rasos. Aislaron la zona para evitar la llegada de milicianos que pudieran conocer el lugar exacto de la tumba”, indicó la joven desertora. Jorge Briceño, o el “Mono Jojoy”, jefe operativo de las Farc, encabezó el entierro. Sus hombres de confianza también. “Aldineber”, comandante del Bloque Oriental de las Farc; “Kokorico”, jefe de seguridad y Oscar Montero, alias “El Paisa”, comandante de la columna Teófilo Forero estuvieron presentes en el funeral. “También estaban “Romaña”, Camilo Tabaco, y “John 40”, jefe de finanzas de las Farc también presenciaron la partida. Los invitados eran pocos, no pasaban de 15 personas”, relató la única testigo que develó el secreto mejor guardado de las Farc.
Un corto ritual
El funeral fue sencillo porque el ritual se hizo corto. Y también fue secreto. Entonaron el himno de las Farc, unas consignas repetidas en coro por los asistentes, enmarcaron la despedida del guerrillero más viejo del mundo. “No podían dar papaya y despertar curiosidad”, contó Anayibe, quien junto a 15 mujeres no pudieron asistir al sepelio. “Nos quedamos a los alrededores cuidando. No conozco el lugar exacto donde quedó don Manuel”, concluye.
A orillas del río
Sin embargo, LA NACIÓN conoció que el cuerpo de Marulanda, fue sepultado, como él lo había pedido, en los límites del río Pato y el Guayabero, el enclave histórico entre Caquetá y Meta. “Conocemos que está enterrado a orillas del río. No se lo llevaron para Venezuela, como se dijo en su momento”, reveló una fuente de inteligencia militar, que conoció la fotografía adquirida por LA NACIÓN. La información coincide con la versión de la joven desmovilizada. Ese día, las Farc se llenaron de luto. Gran parte de guerrilleros de su esquema de seguridad comenzaron a dudar del futuro del grupo insurgente. No obstante, en medio del pesar, guardaban silencio. Dos semanas después comenzaron las desmovilizaciones.
El “Mono Jojoy”, siguiendo las últimas instrucciones de Marulanda, tomó correctivos y reestructuró los frentes de las Farc en el Meta, Guaviare y Huila.
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El reportaje visto por El Nuevo Herald, 2 de febrero del 2009;
Publican supuesta foto del cadáver de Marulanda
GONZALO GUILLEN
El Nuevo Herald
EFE
La primera y supuestamente única fotografía del cadáver del fundador de las FARC, Pedro Antonio Marín, conocido con los alias de "Manuel Marulanda Vélez'' o "Tirofijo'', fue revelada el domingo por el diario La Nación, de la sureña ciudad de Neiva.
La instantánea se obtuvo de una guerrillera desertora conocida como "Anayibe'', quien dijo que en la mañana del pasado 26 de marzo vio morir a "Tirofijo'' bajo la lluvia, a la edad de 80 años, en un campamento de la selva en el sur de Colombia.
Esta es, hasta ahora, la única supuesta prueba concreta de la muerte del mítico líder terrorista. Pero fuentes de inteligencia militar dijeron a El Nuevo Herald que no se trataría de ‘‘Marulanda'', sino del guerrillero Efraín Guzmán, que murió por causas naturales en el 2002. Las fuentes explicaron que "Marulanda'' debió morir "mucho más viejo de lo que se aprecia en esa fotografía''.
"Anayibe'', por su parte, contó que "el camarada ‘Manuel' quedó hinchado, tenía el cabello largo. Su cabeza quedó sostenida de una toalla azul con una franja blanca. Sus brazos permanecían cruzados sobre su estómago y su cuerpo fue vestido con un camuflado americano nuevo''.
Según "Anayibe'', de 27 años de edad, "Marulanda'' expiró en los brazos de, "Sandra'', su última amante, de 45 años. Casi medio siglo después de haber fundado las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quien fuera conocido como el guerrillero más viejo del
mundo, murió de muerte natural.‘‘Sudaba constantemente, sus pulsaciones eran aceleradas y los ataques cardíacos eran continuos'', contó "Anayibe'' a La Nación.
"Las medicinas no le hacían provecho'' y agonizaba incomunicado y cercado por operativos militares que nunca lograron alcanzarlo.
‘‘Eran las nueve de la mañana cuando el camarada Manuel se desvaneció. ‘Sandra’ lloraba. Algunas guerrilleras también lo sintieron'', contó "Anayibe'', quien era amante de un escolta de ‘‘Tirofijo'', al lado del cual presenció el último estertor del terrorista que, al mando de su guerrilla, dejó más de 400,000 muertos en Colombia.
De acuerdo con "Anayibe'', "Marulanda'' falleció en presencia de su sucesor, alias "Alfonso Cano''.
Presintiendo que su muerte era cuestión de horas, el anciano terrorista "decidió impartir las últimas directrices, y también las órdenes para intensificar las acciones militares, como quedó consignado en la última carta que dirigió, el 21 de marzo, a todos los frentes'', según el relato publicado por La Nación.
Su estado de salud empeoraba y carecía de medios y recursos médicos apropiados para sanarse. A causa del cáncer, a mediados de los años 80 le había sido extraída la próstata en un quirófano que estudiantes de Medicina simpatizantes de las FARC montaron clandestinamente en un suburbio en el sur de Bogotá. Desde entonces su salud siempre fue inestable.
"Anayibe'' indicó que la muerte de Marulanda "se precipitó con el inesperado final de su segundo hombre, ‘Raúl Reyes', abatido durante el ataque al campamento en territorio ecuatoriano el primero de marzo del 2008''.
Dos días después de la caída de "Reyes'', "Marulanda'' recibió otro mazazo en su lecho de agonía: la noticia de la muerte de alias "Iván Ríos'', comandante del Bloque Central de las FARC y el más joven de los integrantes del Secretariado, la dirección colegiada de la organización.
Uno de los mismos lugartenientes de "Ríos'' lo mató y, al no poder cargar el cuerpo completo para reclamar la recompensa oficial de $5 millones que el gobierno ofrecía, le cortó una mano, la metió en una bolsa y la llevó al ministerio de Defensa a manera de factura de cobro.
Conforme al relato de "Anayibe'', "Marulanda'' poseía aparatos de radio para oír las noticias que difunde la radio comercial, pero no podía comunicarse por ninguna frecuencia con sus frentes de guerra sin que las Fuerzas Militares lo detectaran y bombardearan, como le hicieron a ‘‘Reyes''. Estaba incomunicado, de manera que podía saber en detalle cómo se desintegraba su organización, pero no podía hacer prácticamente nada para evitarlo.
“Nayibe” sostiene que tenía el cargo de radio-operadora dentro de la organización pero no podía ejercerlo debido a las interceptaciones del Ejército. Solamente pasaba el tiempo al lado de su novio, viendo morir a “Marulanda”. ‘‘[Tirofijo] No podía comunicarse con sus comandantes y el Ejército nos pisaba los talones'', dijo "Anayibe''.
"Sandra le lavaba los pies, le cocinaba pollo y le preparaba sagradamente el jugo de naranja'', contó. Tan pronto "Sandra'' comprobó que el anciano había muerto, buscó el único uniforme nuevo de combate que había en el campamento y se lo puso. Parecía ser tomado de un muerto más grande que él. "Su cara quedó pálida, desgastada y con una cicatriz similar a una cortada que atraviesa su mejilla derecha'', contó.
Los restos mortales fueron acomodados en un féretro hecho con bambú y tablas que había en el campamento. Un contingente de 250 guerrilleros formaron tres anillos de seguridad alrededor del cadáver mientras era "desplazado en medio de una espesa selva que comunica al [departamento de] Guaviare con el [departamento de] Meta'', de acuerdo con "Anayibe''.
"El recorrido”, agregó, “tardó dos semanas y se hizo en total silencio. Todos los miembros del Secretariado mantenían el secreto. La instrucción era ocultarlo hasta cuando se definiera la sucesión del mando”.
"La idea era buscar un lugar seguro, rendirle los honores del caso y sepultarlo en total sigilo''. Según la ex guerrillera, "al entierro sólo asistieron los jefes''.
Los anillos de seguridad alejaron a todo el mundo''.
“Esa era la orden. No aceptaban la presencia de guerrilleros rasos. Aislaron la zona para evitar la llegada de milicianos que pudieran conocer el lugar exacto de la tumba”, reveló.
Las honras fúnebres fueron encabezadas por Jorge Briceño, alias “Mono Jojoy”, jefe militar de las FARC. También estuvieron “sus hombres de confianza: `Aldineber`, comandante del Bloque Oriental; `Kokorico`, jefe de seguridad y Oscar Montero, alias `El Paisa`, comandante de la columna móvil `Teófilo Forero`, informó La Nación.
“También estaban `Romaña', `Camilo Tabaco`, y “John 40”, jefe de finanzas de las FAC. Los invitados eran pocos, no pasaban de 15 personas”. La inhumación fue rápida y silenciosa para no atraer al Ejército, que en un solo ataque habría podido eliminar a toda la cúpula de las FARC reunida allí. "Entonaron el himno de las FARC y unas consignas repetidas en coro'', contó ‘‘Anayibe'', quien, sin embargo, no pudo asistir al sepelio. "Nos quedamos a los alrededores cuidando. No conozco el lugar exacto donde quedó [enterrado]''.
Fuentes militares no identificadas citadas por La Nación dijeron que conocían que ‘‘Tirofijo'' está enterrado a orillas del río. "No se lo llevaron para Venezuela, como se dijo en su momento''.
“Mono Jojoy”, quien a los 12 años de edad fue reclutado por “Marulanda”, ha intentado acatar las últimas órdenes “y reestructuró los frentes de las FARC en el Meta, Guaviare y Huila”, no obstante lo cual él mismo huye ahora del acoso de las Fuerzas Militares y su muerte o captura podrían ocurrir en cualquier momento.
"Cano'', quien sucedió a "Marulanda'' en la máxima jefatura, deambula por las montañas andinas del sur de Colombia, el Ejército le respira en la nuca, carece de abastecimientos y no tiene contacto con el resto de la organización.
Cuando murió en los brazos de "Sandra'', "Marulanda'' tal vez alcanzó a entender que, como él, su máquina de guerra estaba agonizando.
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