30 oct 2012

Presidente Calderón en la Comida con la Comunidad Judía

El Presidente Calderón en la Comida con la Comunidad Judía de México 2012
Los Pinos,DF, a 29 de octubre de 2012.
 
En 2012, se celebra cien años de que se formalizó la Comunidad Judía en México, a través de la Sociedad de Beneficencia Alianza Monte Sinai.
“Ustedes saben bien, amigas y amigos, que no fueron años fáciles los que compartimos. Hace rato comentábamos en la mesa que muchos de los problemas más graves, no estaban en la percepción o en los escenarios de los más destacados analistas ni en México, ni en el mundo.
No estaba, por ejemplo, ni la crisis económica, ni la magnitud de la crisis económica. Estaban, sí, ya los síntomas, los primeros síntomas de una violencia que venía formando una espiral, pero no estaba en toda su magnitud la gravedad de la debilidad de las instituciones policiacas, por ejemplo, ni en la fortaleza y la ferocidad de muchas organizaciones criminales.
Estaba, sí, en los escenarios que otro destacadísimo miembro de la Comunidad Judía dejó, precisamente, que es Julio Frenk, los escenarios de un ataque de influenza, en este caso de influenza aviar, que, para darles una idea, amigas y amigos, en el escenario que Julio Frenk había descrito en el escenario trágico, si se presentara un ataque de influenza aviar, en un escenario podría haberse llegado a tener 19 millones de muertos en el país.
Afortunadamente, entre comillas, sí se trató de un virus de influenza, sí se trató de un virus desconocido hasta ahora, sí atacó la principal Ciudad de México y del mundo, sí era un virus mortal, pero, afortunadamente, era un virus que se podía controlar y erradicar. Y eso hicimos.
Qué decir de estos años, amigas y amigos.
Yo creo que en términos del Sueño de José, no fueron, ciertamente, los años de vacas gordas, fueron años de vacas flacas. Fueron años, también, de prueba para todos, fueron años en que, en cierta manera, también, fueron para México años de prueba para Job, el Job que todos llevamos dentro de nosotros mismos.
Pero hubo adversidades, pero que esas adversidades, tal vez, a otros pueblos los hubieran derrumbado.
Comentaba, también, en la mesa que uno de los temas más graves, por cierto, y que no están muy comentados, generalmente, fue lo que en estos años implicó el aumento del precio de los alimentos en todo el mundo.
Un aumento del precio de los alimentos que envió a la pobreza a cientos de millones o, quizá, a miles de millones de personas en el mundo. Resurgieron las hambrunas, por ejemplo, en el Cuerno de África, en Somalia.
Muchos regímenes cambiaron. Yo insisto que la Primavera Árabe, aunque algunos la imputan a la irrupción de las redes sociales, la verdad, la Primavera Árabe empezó cuando la gente salió a la calle, y no por tener Facebook, porque probablemente muchos de ellos no tenían ni computadoras, sino porque el precio del trigo, el precio del pan, se triplicó en menos de seis meses; y ese fenómeno, también, el precio de los alimentos, también, lo tuvimos en México.
Afortunadamente, un gran esfuerzo de política pública, un gran esfuerzo de tolerancia, de canalización de inquietudes sociales, de libertad absoluta en el país, de atención a puntos de emergencia, permitió cruzar ese mar proceloso y de tormenta que nos tocó cruzar en estos años.
Enfrentamos, como decía, el Virus A/H1N1. Salimos adelante con responsabilidad, con solidaridad, con transparencia, Enfrentamos la mayor crisis económica que recuerden las generaciones vivas en el mundo.
Se dice que fue más grave la de 1929. Es probable. Pero las generaciones que viven hoy, se acordarán de ésta por muchos años. Y sin embargo, la superamos.
Y hoy nuestro país, amigas y amigos, con todo y las dificultades que sigue presentando el mundo, una Europa en recesión, una China en desaceleración, hoy México, sin embargo, tiene una economía que crece, una economía que genera empleos, y una economía que tiene sólidas bases de futuro.
Cuando tuvimos una crisis similar, por errores, más bien generados adentro, no imputados a una crisis internacional, hace unos quince años, por ejemplo, el país no podía tener crédito, a un mes. La colocación de CETES, por ejemplo, del Gobierno mexicano, a 30 días, le pedían tasas de interés de más del cien por ciento en algún momento de la coyuntura.
Hoy, México, por ejemplo, ha colocado bonos a cien años, a tasas de interés del siete por ciento; la mejor colocación de su tipo en el mundo.
Hay una gran confianza en el futuro del país. Y a pesar de que mucha gente tiene problemas para tener un ingreso digno, y sigue siendo el mayor desafío para todos, hoy finalmente nuestra economía está generando muchos de empleos formales que se necesitan.
Hasta el mes de octubre llevábamos algo así como 750 mil nuevos empleos formales netos, pagados, con su cuota obrero-patronal en el Seguro Social.
Enfrentamos, desde luego, la mayor virulencia, la mayor violencia que haya visto probablemente nación alguna por parte de organizaciones criminales. Y, sobre todo, enfrentamos lo que yo llamaría dos procesos paralelos, dos fenómenos paralelos que amenazaban verdaderamente la seguridad del país. Por una parte, un proceso de deterioro acelerado de las instituciones públicas, sobre todo de seguridad y de justicia.
Un proceso de corrupción de policías completas en el país; de Ministerios Públicos completos y, por el otro, un acrecentamiento imparable del poder de las organizaciones criminales, que estaban ya en franco desafío a la sociedad y al Estado, y dominando por su cuenta áreas enteras del país.
Hoy, seguimos teniendo problemas, sí. Pero hoy podemos ver esos mismos dos procesos gemelos en un sentido inverso. Hoy, como nunca, se están fortaleciendo las instituciones de seguridad y justicia. Todavía no llegamos, desde luego, de a la meta, que nunca, nunca debe abandonar México, de tener policías confiables.
Alguna vez se comentaba en un Consejo de Seguridad: Es que con las reglas que estamos poniendo en la Ley de Seguridad, es como si quisiéramos policías como las de Suiza.
Sí, sí merecen los mexicanos tener las mejores policías, y no tenemos por qué ceder a nada menos de lo que merecen las familias mexicanas. Y por esa razón, amigas y amigos, debe perseverarse en ese esfuerzo.
Pero, hoy, el proceso es de fortalecimiento. Hoy, todos los días están pasando a examen de control de confianza cientos o miles de policías, quizá, en todo el país. Hoy, se están fortaleciendo los métodos. Hoy, se están cambiando las reglas para ir a juicios orales. Hoy, se están buscando instituciones más fuertes.
Hay un proceso de fortalecimiento institucional del país en materia de seguridad y justicia. Inacabado, insuficiente, pero está en marcha. Es un proceso inverso al que había hace seis años.
Y, por otro lado, también, están presentes las organizaciones, pero ahora ellas son las que tienen un proceso de deterioro, un proceso de baja, un proceso de inestabilidad, de pérdida importante de recursos, de liderazgos, de capacidad de operación.
Tenemos, desde luego, un doloroso fenómeno de violencia, pero, finalmente, probablemente, México vio ya, en el año 2011, el punto más alto, un punto de inflexión y, probablemente, por ejemplo, la tasa de homicidios, en este 2012, será más baja, no sólo que el 2011, sino que, incluso, probablemente, más baja que el 2010, al terminar este año; es decir, un proceso descendente en esa violencia.
A Colombia le tomó, más o menos, 28 años llegar al punto más alto y registrar un punto de inflexión en la violencia.
A México, que ha sufrido mucho, sin embargo, tomó menos tiempo. Por eso, es importante perseverar en ese esfuerzo.
Tuvimos experiencias dolorosas, el ver a Ciudad Juárez convertida, probablemente, en una de las ciudades más peligrosas del mundo.
Hoy, sin embargo, Ciudad Juárez, amigas y amigos, ha reducido sus homicidios en más del 70 por ciento, respecto del año pasado, a éste. La gente vuelve a salir a las calles, a los restaurantes.
Y donde fueron asesinados un grupo de muchachos inocentes, que integraban un equipo de fútbol americano, en esas colonias sin equipamiento urbano, sin áreas verdes, ahí, en esas colonias, hoy, floreció ya un centro deportivo, con canchas de fútbol americano, con canchas de fútbol soccer, de béisbol, pasto sintético; con un teatro al aire libre, con bibliotecas, donde cientos de jóvenes participan disciplinadamente en sus propios equipos.
Yo creo, amigas y amigos, que estos años de prueba han sido, que estos años de adversidad han sido años de prueba para todos y que, a final de cuentas, México está saliendo avante de esas adversidades.
Padecimos, también, sequías, inundaciones, terremotos. De todo ello hemos salido adelante. Y fue por un esfuerzo enorme de los mexicanos y dentro de ese esfuerzo enorme, yo quiero reconocer el esfuerzo de la Comunidad Judía, que nunca desistió, que nunca se tentó a dar la vuelta hacia atrás, como si anhelara, digamos, los tiempos del faraón. Siguieron adelante, y conté siempre con su apoyo, decidido, generoso, entusiasta.
Debemos sentir, amigas y amigos, un legítimo orgullo de haber realizado una tarea bien librada. Todos los mexicanos, porque es una tarea de todos, que sé que dará frutos en el tiempo, que ha sido como un gran árbol que se siembra y que quizá aún no lo vemos en su florecimiento, pero que el día de mañana dará frutos abundantes.
Queridas amigas, queridos amigos:
Me emocionó mucho oír a la orquesta de niños, de jóvenes de la Comunidad. No tenía el gusto de conocerla.
Me emocionó mucho, también, oír las palabras de Andrea, que pronunció hace un rato.
Quiero decirles, amigas y amigos, que desde niño, de mi padre yo aprendí que la tarea de todo hombre, la tarea de la vida, es ser feliz. Y ciertamente, aristotélico él, me enseñó que la verdadera felicidad está en el ejercicio de la virtud, y la virtud está en la realización del bien; y que había que encontrar la felicidad haciendo el bien, el bien a los demás, el bien al prójimo.
Por eso, cuando se hace un bien a todos los demás, como es en el servicio público, a pesar de la adversidad y a pesar de las dificultades, uno tiene el deber de encontrar la felicidad.
Y yo he tratado de ser, precisamente, feliz en ello. En la realización de mi trabajo.
Y si servir a los demás tiene para mí un sentido de bien y de felicidad, servir desde la Presidencia de la República ha sido, realmente, un enorme honor, un enorme privilegio. Pero servir a México en tiempos de dificultad y de prueba, ha sido doble, triple, múltiple honor y privilegio, que yo no tengo con que agradecer.
A partir del 1 de diciembre seguiré trabajando fuertemente por México, porque soy un gran enamorado de nuestra Patria.
Y seguiré haciéndolo desde el privilegiado sitio del ciudadano, al lugar donde volveré con el gusto que he amado siempre esa categoría, ese título tan noble, que es el de ciudadano.
Pero ahora, mientras tanto, yo les agradezco, a la Comunidad los bienes que a mí, a mi familia y el Gobierno, y a México, le han dispensado.
Y termino recordando las propias palabras de Andrea, que nos explicaba que Shalom no es sólo Hola, sino es, sobre todo, Paz.
Así que, de corazón, les deseo a todos ustedes y a sus familiares que haya paz en sus hogares, que haya paz y tenga paz la Comunidad Judía, y, sobre todo, que haya paz en todo México, para todos.
Muchas gracias.
Ésta es su casa.
*
Palabras del maestro Rafael Zaga Kalach, en la Comida con la Comunidad Judía de México 2012
Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; licenciada Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del Presidente Calderón.
Doctor Alejandro Poiré Romero, Secretario de Gobernación; Embajadora Patricia Espinosa Cantellano, Secretaria de Relaciones Exteriores; maestro Salomón Chertorivski Woldenberg, Secretario de Salud; Excelentísima Embajadora de Israel en México, doctora Rodica Radian Gordon.
Distinguidos funcionarios públicos que nos acompañan; compañeros Presidentes de comunidades e instituciones judías de México; señoras y señores; amigos todos:
Es un honor para la Comunidad Judía de México, estar esta tarde en la Residencia Oficial de Los Pinos. Mayor aún, es el gusto de poder reunirnos con usted, señor Presidente, y su distinguida esposa, en esta Comida Anual, que es tan significativa.
Es significativa por el hecho de que es la última que tendremos durante su periodo presidencial, aunque estamos seguros que muy pronto podremos reunirnos con ustedes en otro contexto donde, seguramente, seguiremos colaborando por el bienestar de nuestro país.
Es significativa, porque este año la Comunidad Judía de México cumple 100 años de vida institucional, desde la fundación de su primera organización oficial, la Sociedad de Beneficencia, Alianza Monte Sinai.
Cuando se llega a un centenario de existencia es momento de celebrar, pero, también, es momento de mirar en retrospectiva el instante de la fundación en 1912 y los esfuerzos de aquellos pioneros que se aventuraron, dejando sus países de origen en Europa y en el Imperio Otomano para buscar mejores condiciones de vida para sus familias, donde el antisemitismo y la persecución no los acosaran.
Entonces, podemos entender que hay momentos en la vida en que hay que tener el valor de dar el paso hacia el frente o nos quedamos atrapados. Nuestros antepasados llegaron a este bendito país sin conocer el idioma. Llegaron, prácticamente, sin dinero, pero llegaron con algo mucho más valioso: el bagaje histórico, cultural y religioso de un pasado de tres mil 500 años.
Se encontraron con un país, con una cultura milenaria y con una actitud liberal que permitía a los migrantes desarrollarse en libertad.
No pasó mucho tiempo hasta que reconocieron estas bondades del México de 1912, a pesar de encontrarse en plena Revolución.
Fue entonces, que tomaron la decisión de comprar un terreno para establecer el primer cementerio judío, con lo que mostraban su determinación para arraigarse en el país.
Junto con esta decisión, vino la de establecer una sociedad de beneficencia para apoyar a los judíos recién inmigrados y a aquellos que estarían llegando en los siguientes años.
Después, vendría la escuela, la sinagoga y las demás instituciones, para proveer todo aquello que se requiere para llevar una vida judía plena en el nuevo país que los acogió, y donde pronto, unirían esfuerzos para entrar en la etapa de desarrollo que caracterizó al siglo XX.
País y comunidad de la mano, llevaron rumbos paralelos. Hoy, que cumplimos 100 años de vida institucional judía y 202 años de vida independiente, nos sentimos orgullosos de lo alcanzado.
Pero, también, estamos conscientes de que no es suficiente. Nunca es suficiente. Porque como lo dice la Biblia, en Deuteronomio XV-11: Nunca faltarán pobres en la tierra, por lo cual, te ordeno que abras firmemente tu mano a tu hermano y todo menesteroso que viva en tu tierra.
Por ello, la Comunidad Judía de México se abocó al desarrollo de programas de asistencia social a los más necesitados del país, se crearon y apoyaron guarderías, clínicas, escuelas y hospitales; se establecieron programas de capacitación en oficios, autoempleo y emprendimientos; y se atendió a la población afectada por fenómenos naturales como inundaciones, huracanes y terremotos.
Cuando se llega a 100 años de vida institucional, es, también, momento de hacer un alto y reflexionar en qué es lo que hicimos bien en el pasado, para continuar con ello, y qué no hicimos bien, para omitirlo.
Para ello, se creó, recientemente, el Comité de Análisis Estratégico de la Comunidad Judía de México, cuya función es, justamente, proyectar a la siguiente generación, a la comunidad y al país que anhelamos.
Señor Presidente:
Hoy, llega para usted y para nosotros el momento de cerrar un ciclo de nuestras vidas. En un mes, usted terminará su función como Primer Mandatario de México y emprenderá el camino con su familia a otro estadío de su vida.
Para nosotros, es el momento de reconocer lo mucho que hizo por nuestro país y, particularmente, por nuestra comunidad.
Es el momento de reconocer la valentía que tuvo al aceptar que existía una situación crítica por parte de la delincuencia organizada y que era necesario tomar medidas enérgicas; sin duda, muchas no muy populares, pero sí necesarias. Necesarias para enfrentarla y marcar el rumbo hacia su control.
También, queremos valorar el papel que en este campo ha tenido nuestro buen amigo, el doctor Alejandro Poiré, Secretario de Gobernación, quien tuviera una destacada participación como Secretario Técnico del Consejo y del Gabinete de Seguridad Nacional y Vocero de la Estrategia Nacional de Seguridad, así como cuando ocupara el puesto de Director General del Centro de Investigación y Seguridad Nacional.
De igual manera, destacamos el excelente trabajo realizado por el ingeniero Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública; la Procuradora General de la República, la licenciada Marisela Morales, y sus respectivos equipos de trabajo, con quienes tuvimos la oportunidad de colaborar y constatar que cuando autoridades y sociedad actúan en conjunto, se alcanzan los resultados que todos soñamos.
Señor Presidente:
En el Pirkei Avot, un libro del Talmud, también, conocido como Ética de Nuestros Padres, hay una frase que describe la iniciativa que usted tuvo al inicio de su sexenio con relación al combate a la delincuencia organizada. Y dice: No es tu responsabilidad terminar la tarea, pero tampoco eres libre de dejar de emprenderla.
Éste, es el momento de felicitarlo por el responsable y ejemplar manejo de las finanzas públicas que permitieron a México mantenerse firme cuando muchas economías del mundo se están tambaleando, incluyendo algunas de las más poderosas de Europa.
También, es el momento de agradecerle por el atinado manejo de la política exterior del país. Por el regreso a la diplomacia mexicana de alto nivel que tanto se aprecia en foros multilaterales. Por los éxitos logrados al organizar la COP16 y la Reunión del G20, todo ello, con la invaluable colaboración de nuestra querida amiga, la Embajadora Patricia Espinosa, Secretaria de Relaciones Exteriores, quien con el apoyo de la Subsecretaria Lourdes Aranda y del Subsecretario Juan Manuel Gómez Robledo, y sus respectivos equipos, han mantenido en alto el nombre de México en la esfera internacional.
Es el momento de congratularlo por haber logrado la cobertura universal en salud a través del Seguro Popular. Para todos aquellos que no se encuentran inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social u otras instancias similares.
Es un orgullo para nosotros que un miembro destacado de nuestra comunidad, como lo es el maestro Salomón Chertorivski, haya sido el responsable de impulsar esta política.
Primero, como Comisionado Nacional de Protección Social y, actualmente, como titular de la Secretaría de Salud.
Aprovechando su presencia en esta comida y con el permiso del señor Presidente, quisiera referirme al maestro Chertorivski para expresarle que su labor, de acuerdo a nuestras enseñanzas del Talmud, se podría resumir en una sola frase: Quien salva una vida, salva al mundo entero.
Señor Secretario, Salo, tú salvaste muchas vidas.
Señor Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Señora Margarita Zavala Gómez del Campo:
A nombre de la Comunidad Judía de México, queremos agradecerles, desde lo más profundo de nuestros corazones, el que nos hayan brindado su apoyo, su cercanía y, sobre todo, su amistad.
Sepan que, donde sea que los lleve su destino en el futuro, en nosotros encontrarán a un grupo que sabrá mantenerse cercano a ustedes y que espera tener la oportunidad de seguir colaborando como lo hicimos durante estos seis años, siempre por el bien de nuestro querido México.
Permítanme terminar con una frase judía que se dice a las personas cuando han concluido un trabajo importante: Jazak U Baruj, fuerza y bendiciones.
Muchas gracias.

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