11 feb 2013

Benedicto XVI abdica al papado/Fred Alvarez



Benedicto XVI abdica al papado/Fred Alvarez
Publicado en La Silla Rota.com, 11 de febrero de 2013
Tal y como se comentó por expertos vaticanistas, desde hace años y debido a la “edad avanzada” y sin “fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”, Karl Joseph Aloysius Ratzinge,r más conocido como Benedicto XVI renunció este domingo 10 de febrero de 2013 al papado número 26. Un hecho insólito en los tiempos de hoy. Una decisión que anteriormente sólo han tomado tres pontífices a saber;  Benedicto IX (1032), Celestino V (1294) y Gregorio XII (en 1415). Muchos analistas veíamos esa posibilidad, al igual que la planteamos con Juan Pablo II. (véase...¿ Conspiración para matar al Papa? /Fred Alvarez, Publicado en la revista Código Topo de Excélsior, 5 de marzo de 2012).
Hoy Benedicto XVI rompió una tradición de siglos: retirarse en vida, lo que soñó su predecesor el hoy beato Juan Pablo II, y no pudo concretar; creo que la Curia no lo dejó.
El canon 332.2 del código de derecho canónico señala que. “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero que no sea aceptada por nadie”. Es decir, la renuncia deber ser libre tal y como lo señala el canon 188, debidamente manifestada y no aceptada por alguien.
El decidió ayer anunciarl en el consistorio convocado para es lunes 11 de febrero en su carta de dimisión dice:

“Los he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.”
¡La noticia le ha dado la vuelta al mundo!
Y la pregunta inmediata es ¿y ahora qué? ¿qué sigue? ¿quién será el sucesor?
Benedicto XVI seguirá siendo Papa hasta las 20 horas del día 28 de febrero y será él quien decida junto al Consistorio cuáles son los pasos a dar. Claro que hay reglas que se deben cumplir, pero en la legislación eclesiástica no hay nada contemplado para una situación como la que se presenta el día de hoy: ¡es inédito!
¿Qué sucederá después de salida de Benedicto XVI?
A las 20 horas con un segundo del próximo 28 de febrero de 2013 Benedicto XVI dejará de ser Papa. En ese momento se declarará la Sede Vacante, es decir el tiempo que transcurre desde que un Papa fallece, o en este caso renuncia, como ha anunciado Benedicto XVI. En ese momento, Benedicto XVI se trasladará a la residencia de los papas de Castelgandolfo y una vez elegido el nuevo papa Benedicto XVI tiene previsto pasar el resto de sus días en un monasterio de monjas de clausura dentro del Vaticano.
Al dejar el cargo y tras su renuncia, Benedicto XVI "no tendrá ningún cargo de gobierno" dentro de la Iglesia. Sin embargo, va a mantener sus prerrogativas como una especie de “Papa emérito”;  eso si podrá administrar sacramentos en cualquier parte del mundo sin pedir permiso a nadie; aunque como sabemos él ha manifestado su voluntad de ingresar a un monasterio de clausura para dedicarse a una vida de oración
¿Y que sigue en la Iglesia Católica?
No existe una ruta establecida para el relevo de Benedicto XVI, sólo en caso de muerte . En la legislación eclesiástica no hay nada contemplado para una situación como ésta.
Las funciones del papa no son asumidas por nadie. Solamente la administración ordinaria puede ser desarrollada por un colegio de tres cardenales que asumen en rotación los diferentes asuntos. A la muerte del papa todos los cardenales presidentes de las congregaciones de la curia romana y el Cardenal Secretario de Estado dejan automáticamente sus cargos, a excepción del Cardenal Camarlengo, el cardenal vicario de la Diócesis de Roma y del Decano del Colegio Cardenalicio, quien debe convocar a un cónclave para elegir sucesor: es el caso de Ángelo Sodano.
¿ Y quién puede ser papa?
Cualquier católico varón bautizado y célibe, aunque la costumbre es que sea un cardenal; pero si en dado caso de que se eligiera a algún otro persona (hombre),  el siguiente paso es que los cardenales de Roma deberán localizarlo y, si él acepta, tendrá que trasladarse a Roma, ser ordenado sacerdote, luego elevado a obispo y, desde entonces, ser Papa.
El próximo papa podría ser nombrado en el transcurso de la Pascua cristiana, quizá antes del domingo de Ramos.
¿ Alguien sabría de la dimisión?
Ahora bien la renuncia del papa estaría decidida desde "hace muchos meses" y lo hizo tras el viaje que en marzo de 2012 lo llevó a México y Cuba, indicó Gian Maria Vian, redactor jefe del diario católico L'Osservatore Romano.
Quizá quien si haya sabido de la renuncia papal sería su circulo cercano entre ellos, Ángelo Sodano, decano del colegio cardenalicio.
¿Por que digo esto?
Basta leer las palabras del Cardenal Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, tras la declaración de renuncia son: (Traducido del italiano por Rocío Lancho García de la agencia Zenit.org):
 “Le hemos escuchado con sentimiento de perdida, casi incrédulos. En sus palabras hemos notado el gran afecto que siempre ha tenido por la Santa Iglesia de Dios, por esta Iglesia que tanto ha amado. Ahora permítame decirle, en nombre de este cenáculo apostólico –el Colegio Cardenalicio– en nombre de estos sus queridos colaboradores, permita que le diga que le estamos más que nunca cercanos, como lo hemos estado en estos ocho iluminados años de su pontificado.
El 19 de abril de 2005, si bien recuerdo, al terminar el Cónclave yo le pregunté, con voz también azorada, por mi parte: '¿Aceptas tu elección canónica a Sumo Pontífice?' Y usted no tardó –también con azoramiento– en contestar diciendo que aceptaba, confiando en la gracia del Señor y en la materna intercesión de María, Madre de la Iglesia. Como María, ese día dio su “sí”, e inició su luminoso pontificado en el surco de la continuidad, de esa continuidad de la que tanto nos ha hablado en la historia de la Iglesia, en el surco de la continuidad con sus 265 predecesores en la Cátedra de Pedro, en el curso de dos mil años de historia, desde el apóstol Pedro, el humilde pescador de Galilea, hasta los grandes papas del siglo pasado, desde san Pío X al beato Juan Pablo II… santo padre, antes del 28 de febrero, como usted ha dicho, día en que desea poner la palabra “fin” a este su servicio pontifical, hecho con tanto amor, con tanta humildad, antes del 28 de febrero, tendremos forma de expresarle mejor nuestros sentimientos; así harán tantos pastores y fieles dispersos por el mundo, así harán tantos hombres de buena voluntad junto a las autoridades de muchos países… además, todavía en este mes tendremos la alegría de sentir su voz de pastor: el miércoles, en la celebración de la Ceniza, después el jueves, con el Clero de Roma, en el Ángelus de este domingo, en las audiencias del miércoles, habrá muchas ocasiones todavía para escuchar su voz paterna… Su misión, sin embargo, continuará: ha dicho que estará siempre cerca con su testimonio y con su oración. Cierto, las estrellas en el cielo continuarán siempre brillando y así brillará siempre en medio de nosotros la estrella de su pontificado. Estamos cerca de usted, Padre Santo y bendíganos.”
No hay sorpresas en el breve texto.
Cómo lo decíamos antes la noche del día 28 de febrero la Sede quedará vacante y estas son las reglas para elección del Papa.
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis
 (El pastor de todo el rebaño del Señor), documento de 60 páginas promulgada por Juan Pablo II, por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996, , mediante la cual se regulan la vacante y la elección del pontífice romano.
Puntos más importantes:

¿Cuándo se celebra un cónclave?
La palabra cónclave proviene del latín “cum clave” (con llave), reflejando que los cardenales están encerrados para mantenerse aislados del exterior.
Los cónclaves son convocados para elegir a un nuevo Papa entre el decimoquinto y veintésimo día desde el momento en que la sede apostólica es oficialmente vacante, sea por muerte como por renuncia, según establece el Código de Derecho Canónico.
La renuncia ha sido usada pocas veces; cuatro veces en la historia.
¿Quiénes son los electores?
Los electores legítimos son los cardenales reunidos en el Colegio cardenalicio. Máximo 120. Estarán 119 electores.
Lugar de las votaciones:
Las votaciones se realizarán en la Capilla Sixtina. La nueva modalidad es que ahora los cardenales se quedarán en una residencia moderna llamado “Domus Sanctae”, al cual no tendrá acceso ninguna persona ajena al cónclave. Desde allí serán trasladados a la capilla para cada jornada de votación.
Exhortos a los electores:
Se recomienda la práctica de encomendar a dos eclesiásticos la tarea de dirigir a los cardenales electores, dos exhortaciones antes del inicio del cónclave, sobre la importancia del acto que van a realizar.
Reglas del Secreto: normas para evitar el espionaje.
Se reafirman las reglas establecidas en 1975 por el Papa Pablo VI, que prohíben a los cardenales ingresar a la reunión con equipo electrónico.
Se restablece la norma de que dos “técnicos confiables” deberán cerciorarse que no haya aparatos de transmisión instalados en la zona del cónclave.
Les está prohibido mantener comunicaciones telefónicas o correspondencia con el exterior salvo casos de excepción justificada.
Se mantiene el más estricto secreto con respecto a todo lo que concierne directamente al “proceso electoral”. En ese sentido, los cardenales y quienes les ayuden durante las cónclaves deben jurar secreto y evitar contacto con el exterior, salvo en casos de emergencia.
Los cardenales se trasladarán de la Domus Santa Martha hasta la capilla Sixtina en un camión especial, debiéndose cuidar especialmente que ningún extraño a la elección se acerque a ellos.
Métodos de elección: por escrutinio.
Con la nueva Constitución se suprimen dos formas de elección que Pablo VI estableció durante su pontificado. El método “por aclamación”: cuando los cardenales electores, “inspirados por el Espíritu Santo”, anunciaban unánimemente el nuevo Papa, y “por compromiso”, cuando los cardenales “por circunstancias especiales” confiaban a un grupo restringido la elección.
Ahora el único método es - gracias a Dios- por escrutinio-único que subsiste ahora-, es el de la votación regular: dos tercios de los votos más uno, calculados sobre la totalidad de los electores presentes: 120 cardenales máximo.
Además, éstos no deberán haber sobrepasado los 80 años (como había ordenado Pablo VI en 1975).
Después de tres días de escrutinio sin resultado positivo, “éstos se suspenden por un día para una pausa de oración y de libre coloquio entre los votantes” para luego reanudar las votaciones durante siete escrutinios y un intervalo de un día si no se llega a un resultado. Y así sucesivamente.
Las papeletas, previamente confeccionadas, serán escritas a mano por los cardenales “con una caligrafía lo más irreconocible posible”.
Las papeletas de elección deberán ser quemadas dos veces por día, de mañana y de tarde e indicarán, por el humo que sale de la chimenea de la capilla Sixtina, si el Papa ha sido o no elegido (negro si la respuesta es negativa, blanco si es positiva).
Los electores que traten de imponer programas al nuevo pontífice serán excomulgados, no siendo aceptados en consecuencia “pactos, promesas u otros compromisos” pre-eleccionarios.
Respecto a los Cardenales mayores de 80 años.
Podrán participar en las congregaciones generales preparatorias. Y durante la celebración del cónclave se les invita a “guiar la oración del Pueblo de Dios en las Basílicas Romanas y en las diócesis esparcidas por el mundo”.
El mayor consenso posible en el nombramiento del nuevo Papa
Un decisión de Benedicto XVI fue que en todas las votaciones exista una mayoría de los dos tercios de los cardenales electores, así lo decidió en un 'motu proprio' hecho público el 11 de junio de 2007; DE ALIQUIBUS MUTATIONIBUS IN NORMIS DE ELECTIONE ROMANI PONTIFICIS
Es decir, hasta el año 200 7para elegir a un Papa eran necesarias en las primeras votaciones al menos dos tercios de los sufragios, pero si después del décimo tercer día, es decir en la 33 ó 34 votación, ningún candidato obtenía la mayoría de los dos tercios se pasaba a la mayoría simple y el futuro Papa era elegido entre los dos cardenales más votados.
Con esta decisión, Benedicto XVI modificó ligeramente la Constitución Apostólica 'Universi dominici gregis', sobre la Sede Vacante y la elección del Romano Pontífice, promulgada por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996.
¿Y quién será el sucesor?
No quiero especular, pero percibo que Benedicto XVI tiene todo previsto; percibo que será italiano.
Una anécdota de Ratzinger.
En 2008, se publicó una declaración de Alfredo Alvarez, hospitalero de Molinaseca, quién habría dicho que él hospedó en el año 2000 al entonces cardenal, Prefecto de la Congregación de la doctrina de la Fe. Hicieron amistad, charlaron largamente, y días después (en el año 2000), recibió una postal desde Montpellier de aquel peregrino con el que compartió largas charlas, agradeciéndole sus atenciones, conminándolo a ejercer de buen cristiano y diciendo que rezaría por él: al final de la postal. Decía lo siguiente: “Louis Joseph, futuro Papa Benedicto XVI”… O sea, el cardenal alemán predijo cinco años antes que él que sería Papa, y se llamaría Benedicto XVI. ¡Increíble!
Dicen varias fuentes que la postal con matasellos del año 2000, cuya autenticidad ha sido verificada por calígrafos, se guarda en una caja fuerte en el albergue jacobeo de Molinaseca, en el Bierzo. Y es el mayor enigma relacionado con la elección del actual Papa. El misterioso documento protagonizó el contenido del programa televisivo de Cuarto Milenio en 2010, al que asistió expresamente desde Roma Paloma Gómez Borrero, uno de los periodistas con más facilidad de acceso al entorno del pontífice.

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