Ya están completos los 115
cardenales en el Vaticano para el Cónclave.
La tarde de este jueves se
integró al Cónclave bajo juramente el cardenal vietnamita Pham Minh Man,
quién se sumó a la sexta congregación general realizada en el Aula Nueva
del Sínodo en el Vaticano.
En esta sexta Congregación
hubo en total 16 intervenciones de cardenales.
No hay fecha para el Cónclave,
todavía, quizá en una horas se sabrá.
El tema de la censura:
Sobre la reserva sobre lo que
sucede en el pre cónclave, don Federico Lombardi, vocero vaticano dijo
que no hubo ningún voto formal del Colegio cardenalicio que imponga no hablar
con los periodistas, como sucedió hace siglo (en 1005); pero también insistió
en que el clima de los encuentros de los purpurados implica, con el paso del
tiempo, un mayor recogimiento y un silencio más adecuado para la situación.
La decisión del Colegio en
torno a la censura es indicativa –por precaución- ; no se encuentra
sancionada por un voto oficial del Sacro Colegio, aunque sí hay un juramento de
por medio.
La censura se dio
originalmente en contra de los cardenales estadounidenses, únicos que había
organizado conferencias de prensa todos los días.
La rueda de prensa del pasado
miércoles fue suspendida de manera sorpresiva una hora antes de su comienzo. Se
habló de censura, ordenada expresamente por Ángelo Sodano, y de el cardenal
camarlengo Tarsicio Bertone, quienes gobiernan en Sede Vacante.
El silencio fue obligado a
todos. Y se dio debido a que los purpurados por un lado, juraban secrecía y por
otra parte incumplían el juramento de guardar silencio sobre las discusiones
que se mantienen en las llamadas congregaciones generales .
El jesuita Thomas Reese, ex director de la
revista “America” que llegó a Roma para seguir el Cónclave para el National
Catholic Reporter, dijo que se trataba de una “bofetada” a los purpurados
estadounidenses. “No diría que se trata de censura”, añadió. Los cardenales
estadounidenses se han convertido en una especie de “chivos expiatorios” con su
transparencia, explicó, aunque los verdaderos responsables de las fugas de
noticias son los cardenales italianos que hablan con los periodistas
anónimamente
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