En el vuelo de regreso a Roma procedente de
Brasil, el Papa Francisco sorprendió a los periodistas con una rueda de prensa
en la que respondió a sus inquietudes.
En la última pregunta abordó el tema del
lobby gay y recordó las enseñanzas de la Iglesia sobre los homosexuales.
"Se escribe mucho del lobby gay.
Todavía no me encontrado con ninguno que me dé el carné de identidad en el
Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se encuentra con una
persona así, debe distinguir entre el hecho de ser gay del hecho de hacer
lobby, porque ningún lobby es bueno. Si una persona es gay y busca al Señor y
tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia
católica lo explica de forma muy bella esto. Dice que no se deben marginar a
estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es
tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby. De
esta tendencia o lobby de los avaros, de los políticos, de los masones...
Tantos lobbys. Este el problema más grande", dijo el Papa según una
transcripción difundida por el diario El Mundo de España.
En la Tercera Parte del Catecismo, titulada
"La Vida en Cristo", el Catecismo de la Iglesia Católica aborda el
tema de la homosexualidad. Reproducimos el texto oficial a continuación. (agencia ACI)
Castidad y homosexualidad
2357 La homosexualidad designa las
relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual,
exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy
variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en
gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta
como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1,
10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son
intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl.
Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al
don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y
sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de hombres y
mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta
inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una
auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se
evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas
están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas,
a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar
a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están
llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la
libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de
la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y
resueltamente a la perfección cristiana.
Aquí puede leer el texto oficial del
Catecismo:
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