El tema del loby gay/Fred Alvarez.

El tema del loby gay; la nota de hoy de Francisco/Fred Alvarez.
Publicado en La Otra Opinión.com, 29 de julio de 2013

·      Tiene un origen; se preparo para dar la respuesta.

·      Se ha dicho que el “lobby gay” forzó la renuncia de Benedicto XVI.

 “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”. Jesús de Nazareth

 Este lunes 29 de julio de 2013 el papa Francisco regresó de Brasil, el primer viaje internacional de su Pontificado, y de repente ; dio una improvisada conferencia de prensa. Durante una horas treinta minutos, sin ir preparado con tarjetas, respondió  a las preguntas que le hicieron, sin esquivar tema alguno, tomándose su tiempo para pensar.. Afirmó que no pretende juzgar a los homosexuales y que no se debe marginar a las personas de la sociedad. Para evitar las polémicas que suscitaba su antecesor, Benedicto XVI, evitó pronunciarse sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto; también se refirió a la reforma de la Curia romana y aseguró que no ha notado “resistencia” dentro del Vaticano a la reforma, pero que lo esencial es “la transparencia y la honradez”.

Por ahí se fue.

Y la nota -para muchos, es lo que dijo sobre los gays: “Si una persona es gay y busca al Señor con buena voluntad, ¡¿quién soy yo para juzgarlo?, dijo. Esa frase es cabeza de todos los medios electrónicos en la últimas horas.

La respuesta no fue casual. Incluso Francisco agradeció a quien se la hizo; tienen que ver con broncas al interior de la Curia Vaticana por el asunto de las finanzas, de la transparencia en el Instituto de Obras de la Religión (IOR), más conocido como  “Banco del Vaticano”.

Hay que decirlo claramente el papa Francisco decidió –con el apoyo de Benedicto XVI-, limpiar la casa. ¡Hay mucha mugre. Se han lavado enormes cantidades de dinero!

Y sabe que no es tarea fácil y que hay grupos al interior que no quiere cambios en esa institución, que ha tenido una serie de irregularidades, y que ha sido controlada por una mafia clerical.

Y sólo para muestra un botón: acordémonos de los escándalos de los años ochentas por la quiebra del Banco Ambrosiano de la cual el IOR era accionista. El colapso del banco italiano fue el peor problema que sacudió a la Iglesia católica bajo Juan Pablo II, que implicó alegatos de vínculos sospechosos con la mafia italiana y la oscura logia masónica P-2 (Propaganda dos). Lo más grave es que el fraude dejó un agujero de 1,400 millones de dólares de entonces y muchos muertos;. Icluso originó la quiebra de una treintena de empresas, y aunque el Vaticano siempre rechazó cualquier responsabilidad sí admitió su "implicación moral" y decidió pagar 241 millones de dólares de la época, a los acreedores de la entidad.  Para conocer más el tema recomiendo -si tienen tiempo -de ver el filme El Padrino Tres, bajo la dirección de Francis Ford Coppola y guion de Mario Puzo. La película incluye acontecimientos basados en hechos reales, como la misteriosa muerte del Papa Juan Pablo I, quien duro en el cargo 33 días.

Por los escándalos de entonces el IOR fue reformado en 1989 por Juan Pablo II.  Hoy la institución está en un proceso de cirugía mayor. Hace unos días, el viernes 28 de junio fue detenido por la policía italiana el sacerdote Monseñor Nunzio Scaran, responsable del servicio de contabilidad del APSA acusado de fraude y corrupción en una investigación sobre supuestas irregularidades en la gestión del IOR. Y tres días después –curiosamente- el lunes 1 de julio fueron renunciados Paolo Cipriani y Massimo Tulli, director y subdirector del IOR, por sospechas de favorecer el lavado de dinero.

Ello pudo concretarse debido a que a mediados de junio, Francisco había nombrado a una gente de su “confianza” con amplios poderes su nombre Mons. Battista Rica; y en el mismo sentido, el 24 de junio-, y después de haber escuchado la opinión de especialistas, Francisco firmó un "quirógrafo", una suerte de documento jurídico, conformando una comisión especial pontifica –en el marco de la reforma de la Curia- para que lo ilustren "personalmente" sobre "las actividades y la situación jurídica" del IOR.

¡Y de repente vino el misil!

No contra Francisco sino contra una de sus gentes: nos referimos a Ricca.

A principios de julio fue acusado de ser un “pecador” -¡no un corrupto ojo!- , sino por mantener relación homosexuales con un oficial del ejército suizo de nombre Patrick Harri, cuando trabajaba en la nunciatura apostólica de Montevideo, en Uruguay, de 1999 a 2000.

Esta información la hizo publica Sandro Magister en el semanario italiani L’Espresso.

Pretendía ser un golpe certero de quienes lo filtraron, pensaban doblar al nuevo papa, pero no, al contrario. El papa tomo su tiempo, fue a Brasil, y regresó empoderado:

¿Alguien lo duda?

Por esa la pregunta que le hicieron los reporteros es clave, y hay que leerla en ese contexto.

- Quiero hacerle una pregunta un poco delicada. La historia de monseñor (Battista) Ricca ha dado la vuelta al mundo, quería saber como va afrontar este asunto y todo lo relacionado con el lobby gay en el Vaticano.

¡La respuesta fue contundente!

- “Con respecto a monseñor Ricca, he hecho lo que el derecho canónico manda hacer, que es la investigación previa. Y esta investigación no dice nada de lo que se ha publicado. No hemos encontrado nada. Pero yo querría añadir una cosa sobre esto.

Yo pienso que tantas veces en la Iglesia, con relación a este caso y a otros casos, se va a buscar los pecados de juventud, por ejemplo. Y se publican. Pero si una persona –laica, cura, o monja— comete un pecado y luego se arrepiente, el Señor la perdona. Y cuando el Señor perdona, olvida. Y esto para nuestra vida es importante. Cuando confesamos, el señor perdona y olvida.

Y nosotros no tenemos derecho a no olvidar. Porque corremos el riesgo de que el Señor no se olvide de lo nuestro. Es un peligro. Lo importante es hacer una teología del pecado. Muchas veces pienso en San Pedro. Hizo de los peores pecados, renegar de Cristo. Y con ese pecado lo hicieron Papa.

 Y respondiendo a su otra pregunta concreta, ¡hemos hecho la investigación previa y no hemos encontrado nada!

(ahi pudo terminarse la respuesta, pero el papa agregó) Luego usted hablaba del lobby gay. Se escribe mucho del lobby gay. Todavía no me encontrado con ninguno que me dé el carné de identidad en el Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se encuentra con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser gay del hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella esto. Dice que no se deben marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia.

 Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby. De esta tendencia o lobby de los avaros, de los políticos, de los masones... Tantos lobbys. Este el problema más grande. Le agradezco tanto que me haya hecho esta pregunta. “

Hasta ahí la respuesta.

Recordemos que John L. Allen Jr. analista de temas vaticanos de CNN y corresponsal del National Catholic Reporter, habría escrito en CNN (23 de febrero) sobre la posibilidad de que “un “lobby gay”, cuya influencia oculta podría haber motivado la renuncia de Benedicto XVI, sería la que menos desearía el Vaticano.”  

Francisco no es un revolucionario en el tema, pero si es un hombre tolerante, valiente  y respetuoso de las preferencias sexuales de las personas.  No ordenará diaconisas, ni abordará con fervro el tema del aborto.

Y sólo para comparar –¡se vale! De repente me acorde de cómo otros integrantes de la Iglesia católica, han abordado el tema de los homosexuales y transexuales, recuerdo la soberbia –con todo respeto- del Cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, de hace casi 4 años cuando afirmó que ellos: “no entrarán nunca en el Reino de los Cielos...”

-Pero, ¿si una persona nace homosexual?. Le pregunta el reportero, Bruno Volpe.

Responde: -“No se nace homosexual, sino que se llega a ser. Por variedad de causas, por motivos de educación, por no haber desarrollado la propia identidad en la adolescencia; a lo mejor no son culpables, pero actuando contra la dignidad del cuerpo, ciertamente no entrarán en el Reino de los Cielos. Todo lo que consiste en ir contra la naturaleza y contra la dignidad del cuerpo ofende a Dios”.

Eso dijo.  (Véase El IX Cardenal mexican0/Fred Alvarez, publicado en la revista Código Topo de Excélsior, 4 de enero de 2013)

La entrevista le dio vuelta al mundo y fue difundida por varios medios impresos y electrónicos, y por las redes sociales. De inmediato Organizaciones religiosas, de defensa de la diversidad sexual y feministas criticaron lo expresado por el cardenal mexicano. Y en medio del revuelo mediático varios medios pidieron un comentario a Federico Lombardi, sacerdote Jesuita y, director de la Oficina de Información de la Santa Sede, quien se limitó a exponer la enseñanza del Catecismo de la Iglesia Católica.

El número 2358 del Catecismo constata que las personas con tendencias homosexuales deben ser acogidas “con respeto, compasión y delicadeza”. “Se evitará –añade–, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”.

Las declaraciones del portavoz vaticano obligaron al cardenal mexicano a dar una explicación.

Un día después- 3 de diciembre -Lozano aclaró que no condenó a homosexuales, por lo que dijo que todo se trató de una manipulación de la prensa (Sic,  ya que debió de haber subrayado en su caso de su entrevistador -Bruno Volpe-).

 En declaraciones a medios electrónicos el entonces Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, desmintió que haya condenado a los homosexuales al infierno –como difundieron varios medios de prensa y precisó que solo citó la carta de San Pablo a los Romanos.” Esto es lo que dice la palabra de Dios, no es lo que yo dije, ahora que un homosexual en especial no se pueda salvar, nunca lo he dicho, porque se puede salvar, pues muchas veces no se es homosexual por propia culpa, todo depende de la educación y del ambiente”, declaró.

Lozano aclaró que su opinión ha sido sacada de contexto, pues él se había limitado a citar la Biblia, en particular la carta de san Pablo a los Romanos (en la que se condena moralmente la práctica de la homosexualidad).

La verdad es que el cardenal Lozano sólo menciona a San Pablo, no habla concretamente de la Carta a Los Romanos (1,26, 27), y si dice que NO se nace homosexual. Los temas son delicados y no se puede culpara de repente al mensajero como lo ha hecho varias veces el cardenal Lozano Barragán.

El asunto no es era nuevo. Ya el 11 de octubre de 2004 en el marco del 48 Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Guadalajara , Jalisco el Sr. Cardenal criticó los matrimonios entre homosexuales y dijo que aprobarlos sería como considerar que los gatos, los perros o las cucarachas son parte de una familia. “Hasta a las cucarachas les dieron ahora ya rango de familia porque viven bajo el mismo techo” (Reforma).

¿Que nos dirá ahora el Señor Cardenal?, por cierto muy amigo del papa Francisco.

Al margen: Pero el columnista Armado Fuentes Aguirre mas conocido como Catón (quien hoy escribió un excelente columna “e Política y Cosas Peores...” sobre su Tía Amelia, el cual recomiendo) los describió asi: “la deplorable manifestación hecha por el cardenal Javier Lozano Barragán -mexicano, para vergüenza nuestra-, ministro de Salud del Vaticano, en contra de las personas homosexuales. No tuvo tino ni prudencia el purpurado al hacer esa declaración. Le faltó, sobre todo, caridad cristiana. Su prédica no es de amor y comprensión, antes bien convoca a la intolerancia y propicia la hostilidad de que aún son objeto los homosexuales.”

Coincidí con Catón, la verdad es que el ex obispo de Zacatecas no se midió. Fue poco prudente en sus declaraciones y después –al igual que en diciembre de 2009- trata de componerlas echándoles la culpa a los medios, concretamente a los reporteros. 

Monseñor Lozano no se comportó como pastor, no fue capaz de pedir perdón a diferencia de sus jefes; Juan Pablo II y Benedicto XVI. 

¡Qué nos dirá ahora?