- El cáncer Bejarano-Padierna es operable
Columna LA
CALLE/Luis González de Alba
Milenio Diario, 2013-07-29;
Es de
notar que la caída por corrupción de un bejaranista haya tenido poca
repercusión en los medios, pues se trata del director Jurídico y de Gobierno,
Gustavo Adolfo Roque, en la delegación Tlalpan del DF, a cargo de la también
bejaranista Maricela Contreras, su defensora hasta el último minuto.
Roque
se dedicaba al negocio Bejarano: extorsionar. Pedía hasta 140 mil pesos por no
clausurar un restorán que, con documentación en regla, siempre podía tener una
mosca en la sopa. Los estanquillos pagaban mucho menos. Su maestro, René
Bejarano, lo hacía en grande hasta que fue denunciado por los videos de cámaras
ocultas entregados por Carlos Ahumada, el empresario obligado a llenarle a René
maletín y todos los bolsillos del traje, por dentro y por fuera, con fajos de
dólares.
El
discípulo no pedía tanto y llamaba “colegiaturas” las extorsiones mensuales a
los negocios. Hacía, pues, lo mismo que los criminales que venden protección:
“No sea que se te vaya a quemar tu negocio”, dice el mensaje de Los Caballeros
Templarios michoacanos o de los cárteles de Tamaulipas. Lo mismo hacía el
director Jurídico y de Gobierno: “No vaya a ser que mis inspectores encuentren
motivo de clausura a tu cafetería, mira, tan bonita que se ve… Pero de seguro
tienes cucarachas en la cocina…”. Y recogía la “colegiatura”.
Investigado
por la Contraloría y la PGJDF a causa de las denuncias por extorsión a
comercios, Roque había resistido gracias a la complicidad de la delegada
Contreras. Ya se fue. Pero no está en la cárcel. Está de licencia indefinida
mientras el gobierno del DF la investiga. Al parecer, Mancera no atiende
recomendados de Bejarano ni presiones del dueño de Morena. La delegada
Maricela, inquieta por la suerte de Gustavo Adolfo, se pregunta si volverán las
oscuras golondrinas/ a su balcón sus nidos a colgar… No, ésas no volverán y
Roque no va a rehacer su nido, pues en la ALDF se exige la renuncia también de
la delegada.
No es
un caso único, sino el común: es el modus operandi del PRD en el DF y el modus
vivendi de sus vivales. Así es dueño de Coyoacán su delegado, Mauricio Toledo.
Así hundió Dolores de Bejarano la alguna vez limpia y bella Zona Rosa, y llenó
toda la Delegación Cuauhtémoc de ambulantes, fritangueros, antros tolerados,
extorsionadores que avisan “yo le cuido su coche patrón”. Abundantes cuotas
para “el Movimiento”. Se fue el PRI y llegó el PRID, con lo que las cuotas
aumentaron porque ya no eran corrupción, sino aportaciones para que el pueblo
bueno pudiera entronizar a su presidente legítimo, el multi-robado, el
pluri-defraudado representante de la honestidad valiente y su enorme parentela.
Es la gran diferencia.
Luego
de que se incendió el bar Lobohombo, cuyos empleados y camiones salieron en
fotos de la campaña de Dolores Padierna, parecía el fin de la candidata.
Pero
los bejaranistas son de hule: rebotan una y otra vez cuando parecen haber caído
a la basura. Ahí tienen a René de regreso para dar línea a la Asamblea de
Representantes, y vemos a Dolores “legislando”.
La
fuerza les venía del apoyo incondicional, y mutuo, al Padrino
“todo-lo-que-hice-lo-sabe-Andrés-Manuel” López. Pero éste no logra levantar
vuelo.
Contreras
acabará por renunciar y Toledo ¿será aprehendido? Alejandro Fernández, pieza de
Dolores de Bejarano en la Cuauhtémoc, se tambalea por denuncias de extorsión…
¿Hay de otras cuando se habla de gobiernos perredistas? Bueno: la Zona Rosa en
ruinas, ambulantes privatizando calles, el centro invadido por el hampa, Tepito
en guerra civil, muertos, desaparecidos sin rastro, bodegas de mercancía
robada, droga y contrabando… Y este Potrillo ni siquiera canta.
El
tumor canceroso Bejarano-Padierna y sus metástasis en el DF, parecen
extirpables. Esperamos la opinión del cirujano central. Porque ya basta.
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