“No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso....” atribuida a Whitman.
Adolescentes, nueva “mercancía” de Los Zetas
La
tragedia del asesinato –a manos de un militar– de una adolescente plagiada por
el crimen organizado enlutó a una familia de Ciudad Victoria, pero además llamó
la atención en torno a un problema creciente en últimas fechas en la capital y
ciudades fronterizas de Tamaulipas: el secuestro y “venta” de mujeres muy
jóvenes, adolescentes e incluso niñas. Esta nueva actividad delictiva de Los
Zetas ha impactado incluso en el sistema educativo del vecino estado de Texas,
incrementando su matrícula por la alta inscripción de hijas de familias
tamaulipecas.
CIUDAD
VICTORIA, TAMPS.- Betzi Gabriela Rodríguez tenía 15 años y la ilusión de
pertenecer a la Policía Federal. Su sueño se volvió pesadilla al ser
secuestrada por el crimen organizado y terminó cuando un militar la asesinó de
siete tiros.
Betzi
Gabriela estudiaba tercero de secundaria; estaba becada gracias a sus buenas
calificaciones, su promedio era de 9.2 y encabezaba la escolta de su escuela,
cuya marcialidad fue reconocida por oficiales de la Octava Zona Militar, con
sede en Reynosa, Tamaulipas.
El pasado
10 de marzo comenzó su tragedia. Ese día y frente a la mirada de asustados
vecinos fue secuestrada por un grupo de presuntos zetas cuando caminaba por una
calle de la colonia Horacio Terán, en esta capital.
Los
testigos les contaron del secuestro a los familiares de Betzi, quienes hicieron
la denuncia correspondiente en la Agencia Primera del Ministerio Público
estatal.
La
búsqueda de Betzi –emprendida al mismo tiempo por las autoridades y por amigos
y familiares de la muchacha– concluyó 10 días después del plagio. La
adolescente había permanecido todo ese tiempo en dos casas de seguridad junto
con otras menores también secuestradas por el grupo del crimen organizado que
controla Ciudad Victoria: Los Zetas.
La
tragedia de la joven siguió cuando sus secuestradores decidieron llevarla a
otra casa de seguridad, fuera de la capital tamaulipeca. Fue subida a un auto
escoltada por cuatro sicarios. El vehículo iba rumbo a la carretera que va a
Monterrey cuando se encontró frente a un retén militar en las afueras de la
ciudad.
Los
tripulantes ignoraron el alto que les marcaron los soldados y huyeron por la
carretera. Fueron perseguidos por dos patrullas militares y dos más de la
Policía Municipal, la cual está integrada por efectivos de la Octava Zona
Militar.
La
persecución se prolongó 12 kilómetros hasta que una de las patrullas embistió
al auto de Los Zetas y éste terminó volcado a la orilla de la carretera frente
a una procesadora de jugo de naranja, decenas de cuyos trabajadores salieron de
la planta y observaron lo ocurrido después de la volcadura.
Uno de
los delincuentes abandonó el vehículo y comenzó a correr. Pudo huir entre la
maleza pese a que los militares le dispararon y un tiro lo alcanzó en una
pierna. Entonces el teniente César Eleuterio Chávez Soto, quien encabezaba esa
movilización, se acercó al auto de los delincuentes y acribilló a los
tripulantes que seguían en su interior. Betzi Gabriela estaba tirada afuera
pero con una pierna atrapada por el Tsuru. El oficial le disparó siete veces,
una de ellas en la cabeza.
Luego los
militares manipularon la escena e incluso contaminaron con pólvora la mano de
la adolescente.
Después
argumentaron ante las autoridades civiles que ellos sólo se habían defendido,
que la polvareda levantada por la volcadura les había impedido ver si los
delincuentes estaban armados.
Los 19
soldados que participaron en los hechos fueron llevados a Reynosa para rendir
su declaración en la sede de la Octava Zona Militar. Sin embargo la versión
contada por el teniente Chávez fue desmentida por algunos de sus compañeros y éste
quedó en calidad de detenido.
Gracias a
que en Tamaulipas ningún medio publica nada relacionado con el crimen
organizado, los mandos del Ejército en complicidad con las autoridades civiles
pudieron mantener estos asesinatos en secreto. Todo fue disfrazado como un
accidente vehicular.
Un día
después la familia de Betzi fue llamada al Ministerio Público para informarles
del deceso de su hija. Les mostraron un teléfono celular para que reconocieran
si pertenecía a la adolescente. La agente del Ministerio Público intentó
encubrir lo ocurrido, pero ante la presión y las preguntas de la familia
terminó por confesar que la habían asesinado los militares.
Quejas y
ofertas
La
familia interpuso una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de
Tamaulipas (Codhet) y a partir de entonces comenzó otro calvario: el acoso
militar para que se desistiera de esa denuncia.
Oficiales
de alto rango se apostaron frente a las casas de algunos de los familiares de
Betzi. También hostigaron a las familias de los tres delincuentes ejecutados
para hacerlas firmar un documento donde se desistían de presentar denuncias
ante la Codhet, lo cual ya habían hecho algunas de ellas.
La queja
interpuesta en la Codhet por los familiares de Betzi fue filtrada a los militares
por funcionarios de dicho organismo, el cual se niega sistemáticamente a
informar sobre el número de personas desaparecidas en Tamaulipas.
Los
militares también acudieron a la procesadora de jugos para intimidar a los
testigos y obligarlos a callar, cuentan a Proceso algunos de ellos.
Días
después la Secretaría de la Defensa Nacional envío desde la Ciudad de México a
un equipo para entrevistarse con la familia de Betzi Gabriela. Lo encabezaban
el general Héctor Aragón Zapata y la capitana María del Carmen Bautista.
Aragón
convocó a los parientes de la adolescente al cuartel del 77 Batallón, con sede
en Ciudad Victoria. Ahí les ofreció apoyo y les aseguró que el daño sería
reparado.
La oferta
de “reparación del daño” llegó vía fax a la oficina del abogado de la familia
de Betzi: los militares ofrecían 45 mil pesos en compensación por la muerte de
la adolescente.
Jovencitas
en riesgo
Las
investigaciones realizadas por el Ejército a raíz del crimen descubrieron que
Betzi no era la única muchacha plagiada en esos días. Hasta donde se sabe
estuvo en dos casas de seguridad en Ciudad Victoria, en cada una de las cuales
había por lo menos una decena de niñas y adolescentes secuestradas.
Una
fuente oficial que pide el anonimato revela a este semanario que a lo largo del
último año Los Zetas se han dedicado a plagiar mujeres jóvenes, adolescentes e
incluso niñas, a quienes “venden” sexualmente repetidas veces, sobre todo entre
los transportistas de carga que circulan por las carreteras tamaulipecas.
Esa
práctica se ha vuelto común en las dos principales plazas que controlan Los
Zetas en Tamaulipas: Ciudad Victoria y Nuevo Laredo. En la ciudad fronteriza el
problema ha alcanzado niveles tan alarmantes que los padres de familia están
sacando a sus hijas de las escuelas.
Por
ejemplo Guadalupe y Mario tienen dos hijas adolescentes. Originarios de
Monterrey, han vivido en Nuevo Laredo desde hace más de una década.
En el
anterior ciclo escolar sus hijas avanzaron un grado en la secundaria, pero
Guadalupe y Mario decidieron sacarlas de la escuela y por ahora no seguirán
estudiando. Se quedarán en casa y sólo saldrán a la calle en compañía de sus
padres.
Ese
fenómeno se repite en varias secundarias y preparatorias de clase media de
Nuevo Laredo.
Las
familias ahora saben que es en las escuelas donde el crimen organizado
selecciona a sus víctimas con ayuda de otros estudiantes o de los halcones que
vigilan las zonas aledañas a los planteles.
Diversas
páginas de redes sociales –como la de Esperanza por Tamaulipas, dedicada a
buscar a personas desaparecidas– reportan en promedio el plagio o levantón de
cinco mujeres jóvenes cada día en la entidad, crímenes realizados ante la
indiferencia de las autoridades encabezadas por el gobernador Egidio Torre
Cantú, las cuales se niegan incluso a informar sobre los desaparecidos y
mantienen ocultos los constantes secuestros.
Los
padres con recursos o parientes en Texas envían a sus hijas a estudiar allá.
La crisis
de inseguridad y violencia en las ciudades fronterizas ha hecho que en los
últimos tres años aumentara 8% el número de estudiantes de origen mexicano en
los distritos de nivel medio de Texas, cuando la tasa de crecimiento
poblacional de Estados Unidos se ha mantenido en 0.9% anual en la última
década.
Rocio G.
Moore, portavoz de la Unión Independiente de Distritos Escolares de Laredo,
Texas, comenta a Proceso que han tenido que construir nuevos planteles ante el
aumento de las matrículas escolares.
Silencio
de la Sedena
La
ejecución sumaria de Betzi Gabriela Rodríguez no fue un caso aislado. En Nuevo
Laredo ocurrió un hecho similar que sólo trascendió en las redes sociales. El
pasado 26 de noviembre testigos publicaron en el portal Nuevo Laredo en Vivo:
“En la balacera de ayer en la tarde rumbo a la carretera a Anáhuac cerca de
Villas de San Miguel, (solados de) Sedena dieron muerte a los tripulantes de
una Dodge Durango blanca que al ir huyendo de los efectivos, ésta choca y se
voltea, ahí mismo les dieron muerte”.
Las
víctimas eran tres halcones del grupo del crimen organizado que controla la
plaza, quienes hicieron caso omiso a la orden de los militares de detener la
marcha de la camioneta en la cual circulaban; se inició una persecución e
intercambio de disparos. En este caso no hay ningún militar detenido.
En el
proceso que se sigue por la muerte de los tres plagiarios de Betzi las
autoridades de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas rechazaron
acusar a los militares. Sobre el teniente Chávez Soto lo único que se sabe es
que fue trasladado al Campo Militar Número 1, en la Ciudad de México, para
rendir declaración ante las autoridades militares. Según los abogados de la
familia de la víctima, está por alcanzar la libertad en los próximos días.
Proceso
solicitó por escrito a la Dirección de Comunicación de la Secretaría de la
Defensa Nacional información sobre la situación actual del oficial Chávez Soto.
Se les requirió conocer si la persona aludida está detenida y si hay cargos en
su contra. La dependencia que dirige el general brigadier diplomado de Estado
Mayor Martín Terrones Calvario simplemente se negó a responder.
1 comentario:
Es un verdadero hecho lamentable que como todos las historias de abuso de nuestras autoridades no debe ser olvidado
Podrian ayudarme en decirme donde se encuentra su tumba me gustaria mostrar mis respetos a esa pobre inocente
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