¡Buena
Estación Galarza!
Los
sueños se cumplen...pero a veces no nos toca verlos, a veces si..
Hace
unos días escribí sobre la muerte de un amigo, que me dijo –hace años que había tenido un sueño, soñó que un jesuita
llegaba a ser el líder de la iglesia católica: “¿imagínate Fred que llegará un
jesuita al papado?-,
Toño
no le toco verlo, murió en noviembre de 2006. Y me acordé de él cuando en marzo
de 2013 llegó un jesuita dirigiendo a ser papa se llama Francisco. Y esta
haciendo muchos de los cambios que mi amigo soñaba,
¡Como
es la vida!
La
reforma migratoria es un sueño.
Me
viene a la mente a las personas que escucharon en vivo a Marthin Luther King
con aquel discurso ante la estatua de Lincoln en Washington DC, 28 de agosto de
1963.
“Todavía,
tengo un sueño. (...)
Tengo
un sueño de que, un día, esta nación se levantará y vivirá el verdadero
significado de su credo.
Sostenemos
como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales. (...)
Tengo
un sueño de que mis cuatro hijitos un día vivirán en una nación donde no se les
juzgará por el color de su piel, sino por su carácter....
Esta
es nuestra esperanza. (...)
Con
esta fe podremos, de una montaña de desesperación, labrar una piedra de
esperanza.
Con
ésta fe, podremos transformar el cencerreo discordante de nuestra nación en una
hermosa sinfonía de hermandad.
Con
ésta fe, podremos trabajar juntos, orar juntos, luchar juntos, ir juntos a
prisión, escalar en lo alto en busca de nuestra libertad, sabiendo que un día
seremos libres".
Cinco
años después aquel hombre soñador era asesinado: a las 18 horas del 4 de abril
de 1968, en un balcón de un hotel en Memphis, Tennessee, Martin Luther King fue
asesinado. El magnicida le disparó una bala con un rifle que le provocó
destrozos mortales. Falleció una hora después en un hospital, tenía 39 años de
edad.
El
asesino, fue un hombre blanco que se había escapado de la prisión, se llamaba
James Earl Ray.
Cuando
se conoció su muerte, la rabia y la violencia se propagaron en forma de
disturbios por más de un centenar de ciudades de EU; ¿era el final amargo de
una era de sueños y esperanzas?
¡No!
Cuando
la bala le destrozó el cuello a Luther King, ya su movimiento había conseguido
importantes cambios en las estructuras de poder de la sociedad norteamericana.
¡Lo
mataron a él pero no a su sueño!
Claro
que el movimiento por los derechos civiles no fue un camino de rosas, hubo
muchos decesos; odios y rencores se generaron. Pero al final hubo buenas
cosechas, como la Civil Rights Act de 1964, firmada por el demócrata Lyndon Johnson -aunque a decir verdad impulsada por el
malogrado John F. Kennedy; el acta prohibió la discriminación en el trabajo por
motivos de raza o género, y los trabajadores negros y las mujeres comenzaron a
rechazar el tratamiento de segunda clase que se les daba en muchas industrias y
servicios.
Un
año después, se modificó el sistema electoral de EU al garantizarse el derecho
al voto de los negros.
Desde
hace casi 50 años muchas cosas han cambiado en ese país, desde el surgimiento
de los movimientos de protesta a favor de los derechos civiles.
Sin
esas movilizaciones, que abrieron las puertas de las reformas políticas, Barack
Obama no hubiera llegado a ser Presidente.
Por
cierto "Yo tengo un sueño" está inspirada en la poesía de otro gran
norteamericano Walt Whitman:
“No dejes que termine el día sin haber crecido
un poco,
sin
haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No
te dejes vencer por el desaliento.
No
permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que
es casi un deber.
No
abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No
dejes de creer que las palabras y las poesías
sí
pueden cambiar el mundo.
(...)
No
dejes nunca de soñar,
porque
en sueños es libre el hombre.
No
caigas en el peor de los errores:
el
silencio.
La
mayoría vive en un silencio espantoso...”
Un
abrazo Gerardo, y no sejes de soñar, llegará la reforma y se cumplirá el sueño
de millones de compatriotas que viven y sobreviven allende la frontera, y a
diferencia de mi amigo sacerdote- se
llamaba Antonio Roqueñi-, veremos cumplidos esos sueños, PD.
¡Se
vale soñar!
Diría John Lennon.
"You may say I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will live as one!
Diría John Lennon.
"You may say I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will live as one!
Un
abrazo
FA
+++
Dreamers/Gerardo Galarza
Excelsior, 01/12/2013
Su
reacción fue como en sus buenos tiempos. Lo mostró como el candidato que
convenció para que lo eligieran Presidente de Estados Unidos. Ante el reclamo,
que interrumpió su discurso en San Francisco, California, de un grupo de
inmigrantes para que frene las deportaciones que separan a familias, Barack
Obama respondió:
“Respeto
la pasión de la gente joven. Pero usted debe saber que éste es un país de
leyes, es parte de nuestra tradición. La solución fácil es gritar y pretender
que yo puedo hacer algo violando nuestras leyes. No vamos a resolver un
problema violando las leyes. Lo que propongo es el camino duro: usar nuestro
proceso democrático para lograr ese mismo objetivo”.
Ese
mismo lunes 25 de noviembre, a cientos de kilómetros de ahí, en la frontera con
México, miembros de la Patrulla Fronteriza y Migración y de las Aduanas
repetían el mismo discurso con otras palabras, menos políticas, más
emocionales: “Me comprometí a cumplir la ley. Sé muy claro que ocho de cada
diez personas tienen buenas intenciones y vienen a buscar trabajo para mantener
a sus familias y las otras dos son criminales, pero tengo que cumplir la ley y
la ley dice que si no tienes documentos, eso es una violación a la ley”.
Lo
que queda claro es que en Estados Unidos hay una devoción por el respeto a la
ley, por impedir la impunidad. “El que la hace, la paga” parece ser su divisa.
Lo mismo para una multa, a veces estratosférica, por una violación a los
reglamentos de tránsito, que por un delito que puede conducir a la pena de
muerte. Que hay muchos problemas de la aplicación de justicia, sin duda, como en
todos lados. No hay mundo perfecto. Pero el simple caminar en las calles de
Washington, de Tucson, San Diego o Nogales, hace sentir el imperio de la ley.
¿Por miedo? Es probable, pero funciona. También en la economía y en la
política. Y todo se refleja en el nivel de la calidad de vida para los
ciudadanos, acostumbrados a no votar por quienes les prometieron y no les
cumplieron o asumieron decisiones
contrarias a lo que ellos consideran sus intereses. Que hay pobres y homeless,
sí, también, pero entre los nuestros y los de ellos también hay diferencias. Ni
modo. Por eso nuestros mexicanos, nuestros latinoamericanos, sueñan con
ingresar a Estados Unidos y poder establecerse allá.
“Usted
tiene el poder para hacerlo”, gritó el joven indocumentado Ju Hong, estudiante
de ciencias políticas de la Universidad de California en Berkeley, en una
exigencia común en los sistemas políticos donde el Presidente decide todo, como
ocurre en muchos de los países de donde provienen quienes migran hacia Estados
Unidos. (Ahora quienes estudian, los dreamers, tienen un plazo de gracia de dos
años, decretado por el propio Obama en agosto pasado).
El
camino duro de Obama es modificar las leyes en materia de migración. No es, de
ninguna manera, una reforma a la Constitución de ese país. Enmienda
constitucional, les llaman allá. De 1788 a la fecha, la Constitución de Estados
Unidos sólo ha sufrido 27 enmiendas.
Ese
sería prácticamente un camino imposible. La más reciente de las enmiendas fue
ratificada en 1992, pero había sido propuesta en… 1789.
En
Estados Unidos, en México, en el mundo, los analistas dicen que la reforma
migratoria de Obama está muerta. En la Casa Blanca, los asesores del Presidente
estadunidense todavía muestran su optimismo: creen que antes de que termine el
actual periodo de sesiones, el 13 de diciembre, podría haber buenas noticias.
Pocos tienen esa confianza. Las diferencias internas entre los republicanos
sobre ese y otros temas lo impedirán. Organizaciones civiles estadunidenses de
defensa de derechos humanos y migratorios hacen sus cuentas y creen que la
reforma migratoria podrá regresar al debate en el Congreso hasta el año 2017.
Pero
hay una certeza en todos. Tendrá que haber reforma migratoria y un día la
habrá. Los republicanos están conscientes de los costos políticos que implican
oponerse a ella.
Hoy,
la popularidad del presidente Obama está en su nivel más bajo. Sin embargo, de
acuerdo con las encuestas, si hoy fueran las elecciones presidenciales y
Hillary Clinton fuese la candidata del Partido Demócrata, ganaría la Casa
Blanca por amplio margen (lea hoy la nota correspondiente en nuestra sección
Global). Esa será la nueva apuesta. Por eso la certeza de que un buen día habrá
reforma migratoria. Los soñadores, cantaría el inmigrante John Lennon, son
muchos… y necesarios
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