Michoacán: la primera víctima/
Columna Estrictamente personal Raymundo Riva
Palacio I
Eje Central, 15/01/2014;
Horas antes de que comenzaran los
primeros disparos en la batalla por Michoacán, los grupos de Autodefensas
informaron en su página en Facebook, Valor por Michoacán, que en la
recuperación militar de Nueva Italia, había habido un enfrentamiento, con
disparos al aire de los soldados, que habían causado la muerte de 12 personas.
Ninguna autoridad salió a confirmar o desmentir esa versión, que fue tomada por
Reforma para su titular. Era falsa, pero
los medios electrónicos la tomaron por cierta durante la mañana.
Por la noche del lunes, el gobierno
federal difundió en El Noticiario de Televisa una declaración grabada de Juan
Manuel Mireles, uno de los líderes de los grupos de Autodefensas, cuando aún
estaba bajo protección de la Policía Federal tras su accidente de aviación hace
casi 10 días, donde decía que depondría las armas y acataría el Estado de
Derecho.
Horas después, en una casa de seguridad en la ciudad de México, le
dijo a reporteros mexicanos y
estadounidenses lo contrario. De acuerdo con la versión del diario The
Washington Post, Mireles afirmó que no se desarmarían hasta que el gobierno
arrestara a los siete líderes de Los Caballeros Templarios –que no
identificó-, y demostrara que es capaz
de restablecer el Estado de Derecho.
En un desafío abierto al gobierno
federal, que en voz del secretario de Gobernación, Miguel ÁngelOsorio Chong,
había puesto un ultimátum a las autodefensas al mediodía del lunes para que
entregaran las armas y se ajustaran a la ley, Mireles afirmó: “Nosotros somos
simples civiles. Queremos justicia. Cuando no hay justicia en una comunidad,
cuando no hay Estado de Derecho en la comunidad, la gente tiene que encontrar
la justicia en sus propias manos”. Mireles, resguardado por las fuerzas
federales porque, según Osorio Chong era un aliado porque combatían a los
Templarios, condicionó al gobierno federal para la entrega de armas y le fijó
las metas. Regresarán a sus comunidades, dijo Mireles, cuando el gobierno
impida a Los Templarios “cobrar protección, cometer ejecuciones, secuestros,
extorsión y violaciones”.
Las declaraciones de Mireles fueron
respaldadas por advertencias en Michoacán de los voceros de las Autodefensas
insistiendo que no entregarían las armas. En la madrugada, en su página de
Facebook dieron a conocer del enfrentamiento con tropas federales en Antúnez,
en el Municipio de Parácuaro, entre Nueva Italia y Apatzingán, con un saldo de
cuatro muertos, incluido un menor de 11 años. Unas 10 horas después, la
Secretaría de la Defensa confirmó el enfrentamiento, pero aclaró que sólo había
dos muertos.
De manera natural, el gobierno federal
llegó de la mano de Osorio Chong a la batalla paralela que se libra en
Michoacán, la de la comunicación política. Entró débil a ella porque en la
presentación de la súper anunciada estrategia para frenar la violencia en el
estado y restablecer la Ley y el orden este lunes, no dijo nada nuevo. En
agosto del año pasado, partidos políticos, sectores sociales y empresarios
firmaron con los gobiernos federal y estatal el llamado “Acuerdo por
Michoacán”, con el cual buscaban frenar la violencia en la entidad.
Funcionarios federales explicaron que el gobierno realizaría la toma del estado
ante el problema de la debilidad institucional. Cinco meses después, en medio
del fracaso total, Osorio Chong lanzó una versión edulcorada y limitada de
aquella estrategia, pese a que las condiciones objetivas de la violencia y la
beligerancia, se acentuaron.
El secretario quiso darle el spin a la
estrategia anunciada en una entrevista de radio con Joaquín López Dóriga, que
resultó intrascendente. Poco después utilizó su espacio en Televisa para
difundir, al estilo de la propaganda del gobierno de Felipe Calderón, la
declaración de un delincuente –Mireles es jefe de las autodefensas, que han
violado varios artículos constitucionales y leyes-, perjudicó al periodista y
al medio cuando Mireles apareció desmintiendo todo lo declarado bajo protección
federal, y echó por la borda la comunicación política institucional.
En 2004, el periodista australiano
Philip Knightley, escribió un libro seminal sobre guerra y propaganda,The First
Casualty (“La Primera Víctima”), donde afirma que en un conflicto, la primera
víctima es la verdad. Michoacán no es un caso ajeno a la dinámica de una lucha
donde la información y la propaganda se mezclan. Quien es capaz de manejar los
dos espacios a la vez, gana. En el primer roun dmichoacano, Osorio Chong fue
derrotado por los voceros de las Autodefensas.
Una retoma de Michoacán requiere de la
fuerza y de la propaganda. La primera ya la tiene. De lo que carece, hasta
ahora, es de la segunda. No hay estrategia de información ni de propaganda. El
gobierno federal está cojo y este déficit llevará al presidente Enrique Peña
Nieto a pagar un costo mucho más elevado por la sangre que se va a esparcir por
Michoacán por una entrada tardía, aunque indispensable, de las fuerzas
federales, que van bien apertrechadas con las armas, pero sin el cobijo de la
palabra. O sea, de la comunicación política donde las Autodefensas, llevan la
iniciativa.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario