Exigen desligar al
Once de un ente de Gobernación
LA REDACCIÓN
Revista Proceso
#1956, 26 de abril de 20014
PALABRA DE LECTOR
Señor director:
En torno a Canal
Once, 55 años…, publicado en Proceso 1955, desde la Organización Nacional Politécnica
Cardenista (ONPC) manifestamos lo siguiente:
Respecto de nuestro
canal politécnico, el Once, debe respetarse la Ley Orgánica que proclama la
esencia de nuestro canal televisivo: promover entre la población mexicana la
ciencia, la técnica y la cultura. El Instituto Politécnico Nacional (IPN) es,
en sí, una fuente creadora de saberes.
El Organismo
Promotor de Medios Audiovisuales (OPMA) fue creado, inexplicablemente, por
Felipe Calderón Hinojosa, quien obligó al IPN a adherirse a ese ente. Pertenecer
al mismo no ha beneficiado en nada al Once, sino todo lo contrario: Le usurpa
presupuesto, la cobertura es de 75% y la señal obligadamente tiene que ser
protagonizada por dicha instancia.
La ONPC postula y
demanda que el Once se desvincule de OPMA. EI Once, en la administración
pública, cae en la órbita de la educación pública; luego entonces, de la
Secretaría de Educación Pública (SEP). En cambio, OPMA está en la órbita de la
Secretaría de Gobernación. Por ley, existe así incompatibilidad. Además, como lo
han mostrado las controversias actuales sobre las leyes secundarias en materia
de telecomunicaciones, se le proporciona a Gobernación el control –por lo tanto
la censura– de la tira de programas en televisión. Y no, el IPN no puede ser
instrumento u objeto de censura alguna. El IPN y, por ende, su espacio
televisivo, son un santuario de la verdad, democracia, libertad y conocimiento.
Reconocemos los
politécnicos que, tal como son las cosas actualmente, nuestro canal no tiene
plena identidad. El Once se encuentra actualmente desvinculado de nuestro
instituto. No participamos en su programación y ello tiene razones históricas,
pues con muy honrosas excepciones, quienes han fungido como titulares de la
Dirección General se han desenvuelto con inexplicable parsimonia, al menos en
relación con el canal. Los gobiernos en turno, hayan sido priistas o panistas,
han hecho del canal lo que a sus intereses convenía. Ello se incrementó con las
desafortunadas direcciones de Julio di Bella y de Fernando Sariñana.
Nuestro canal tiene
fines educativos, y para demostrarlo basta con leer la fenomenología de Crónica
de Castas que Florence Toussaint publicó en Proceso 1955, en el apartado
Televisión. ¿Se puede llamar a eso educativo?
La ONPC pide al
Estado mexicano mayor presupuesto para el Once, crecimiento de su
infraestructura –para que la señal llegue no sólo a los mexicanos que están en
el exterior, como lo postula Ricardo Raphael–, que se acabe la injerencia
gubernamental en el canal y, sobre todo, que el Once se vincule más al IPN, en
lo que corresponde al personal y, sobre todo, en la programación. Y los
politécnicos estamos de acuerdo con Ricardo Raphael: ante el dominio pavoroso
del duopolio Televisa-Azteca, hay que iniciar el debate en la sociedad sobre la
televisión pública.
Atentamente
Rubén Mares Gallardo
Escuela Superior de
Física y Matemáticas-IPN
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