Calumnias a cambio
de jonrones/Beatriz Pereyra.
Revista Proceso
#1956, 26 de abril de 20014
Muy grave es la
acusación que pesa sobre el cubano Yasiel Puig, uno de los beisbolistas
revelación en las Grandes Ligas: Con el fin de salvar su carrera, presuntamente
inculpó a seis personas, de las que cinco terminaron en la cárcel. Hoy enfrenta
un proceso en Miami en el que puede perder la credibilidad y 12 millones de
dólares.
Miguel Ángel
Corbacho Daudinot afirma en una demanda que interpuso contra Yasiel Puig,
jugador de los Dodgers de Los Ángeles, y contra la madre del beisbolista,
Maritza Valdés, que en su desesperación por huir de Cuba, el pelotero cubano
incriminó a por lo menos seis personas inocentes, a quienes acusó de haber
conspirado para sacarlo ilegalmente de la isla, lo cual es considerado un
delito grave por el régimen castrista.
En la denuncia
número 1:13-cv-22589-KMW, que analiza un tribunal de Miami, Corbacho y sus
abogados –Avelino González y Karen Bravo– intentan demostrar que Yasiel Puig se
convirtió en un “soplón del gobierno” en un afán por regresar a la selección de
beisbol cubana y a su equipo de la liga local, en la provincia de Cienfuegos.
Debido a las
presuntas mentiras de Puig, Corbacho Daudinot, un cubano con residencia en
República Dominicana, fue condenado a siete años de prisión, de los cuales ya
cumplió tres y medio. En ese tiempo, asegura, fue torturado y sufrió una serie
de vejaciones que le ocasionaron daños físicos y psicológicos de por vida. A
modo de compensación exige 12 millones de dólares al toletero.
Según la demanda,
Puig señaló a inocentes para ser reconocido como un ciudadano leal, después de
que fue descubierto al intentar huir de la isla en 2009 y 2011. En ambas
ocasiones se encontraba en Holanda jugando con la selección cubana de beisbol.
La táctica de acusar
a personas honestas, asienta Corbacho en el expediente, también fue utilizada
por otro pelotero cubano, Aroldis Chapman, pitcher de los Rojos de Cincinnati,
con quienes firmó un contrato por seis años y 30.2 millones de dólares en enero
de 2010. Por tal motivo, Chapman también está demandado en Miami por Danilo
Curbelo García, quien imputa al lanzador y a su padre por haber mentido cuando
lo acusaron de traficar con personas.
Gracias a esos
señalamientos, Chapman “limpió su nombre” y pudo regresar a la selección
nacional, de la que estaba excluido desde 2008 por haber intentado escapar de
la isla. A final de cuentas, Chapman sí huyó en julio de 2009, cuando el
combinado cubano viajó a Holanda para participar en un torneo. Estableció su
residencia en Andorra, donde se declaró agente libre para que cualquier equipo
de Grandes Ligas pudiera contratarlo.
De la demanda contra
el jugador de los Dodgers, de la cual Proceso tiene copia, se desprende que
Yasiel Puig fue “congelado” por el gobierno cubano después de que en 2009
intentó desertar en el torneo holandés mencionado.
En la declaración
jurada que el boxeador Yunior Despaigne rindió dentro del proceso contra Puig,
lo acusa de haber inculpado falsamente a Carlos Iván Hernández Concepción y a
alguien más que sólo identifica como Pedro. En su momento, los familiares de
esos ciudadanos le informaron a Despaigne que sus parientes estaban siendo
torturados en la cárcel y eran considerados “traidores”, así que le pidieron su
intercesión ante Puig para que el atleta se desistiera.
Con la confianza que
le tenía, pues eran amigos desde la adolescencia, Despaigne visitó a finales de
2009 a Puig para suplicarle que no acusara a esos hombres. Empero, según la
declaración, Puig le dijo que “mientras más personas reportara al gobierno,
mejor le iría”. El bateador le explicó que el comisionado del beisbol en Cuba,
Higinio Vélez, le había garantizado que si seguía “colaborando con el Estado”
demostraría su lealtad al gobierno y limpiaría su nombre. Al final, Hernández
Concepción y Pedro fueron condenados a seis años de cárcel.
Dichos falsos,
castigos reales
En enero de 2010,
Luis Andrés Faire, quien vive en Nueva Jersey pero también tiene residencia en
República Dominicana, se comunicó con su amigo Miguel Corbacho para pedirle que
lo ayudara a rentar un auto en Cuba, derecho que sólo tienen los turistas y
aquellos cubanos con residencia legal en otro país. El coche lo utilizaría
Alexander Orozco, yerno de Faire, para trasladarse a Elpidio Gómez, una
población cercana a Cienfuegos. Ahí visitaría a un hombre llamado Yasiel Puig,
a quien, declaró Corbacho, él no conocía.
Corbacho aseveró que
el 12 de enero de 2010 llegaron a la casa donde vivía Puig. Una mujer, que dijo
ser la madre del deportista, informó a Orozco que su hijo estaba en el campo de
beisbol jugando con “el equipo de desarrollo” de Cienfuegos. Los dos hombres se
dirigieron hacia el lugar. Cuando Orozco vio a Puig se bajó del carro para
platicar con él. Cuando terminó su charla, Orozco regresó al coche y le pidió
prestados 100 pesos a su acompañante, que fueron entregados a Yasiel Puig.
Corbacho alega que ese día él no habló con Puig, que no escuchó la conversación
ni sabía que era un afamado jugador de beisbol, porque él nunca se ha
involucrado en los deportes.
La madrugada del 20
de julio de 2010, Corbacho fue arrestado por personal del Departamento de
Seguridad del Estado (conocido como DCSE, porque el nombre antiguo de la
dependencia incluía la palabra “Cubano”). Durante 30 días fue interrogado y
amenazado. En octubre lo acusaron de traficar con personas aun cuando las
únicas evidencias eran el testimonio de Yasiel Puig y su madre. También Orozco
estaba acusado, pero como no reside en el país no pisó la cárcel.
Posteriormente, el
fiscal del caso –que de acuerdo con el abogado Avelino González no respetó el
debido proceso– presentó como testigos a Roberto Martínez, director de Deporte
en la provincia de Cienfuegos, y a Liván Angarica, manager del equipo
cienfueguino de beisbol. Ellos expresaron que tanto Yasiel Puig como su madre
les dijeron que Corbacho les ofreció sacar ilegalmente de Cuba al pelotero.
Yasiel, por su
parte, expuso que Corbacho le ofreció llevarlo en lancha hasta República
Dominicana a cambio de dinero. Según el toletero, su compatriota incluso había
fanfarroneado diciendo que ya tenía a otros cuatro peloteros en una casa de
seguridad, a punto de ser sacados del país.
Según la demanda,
después de haber acusado a Corbacho y a Orozco, Yasiel Puig fue reinstalado en
el equipo de Cienfuegos y en la selección nacional, lo cual le permitiría salir
de la isla a diversas competencias.
En 2011, siete meses
después de haber inculpado a los hombres, Puig regresó a Holanda, donde intentó
escapar de nuevo. Fue descubierto y le impidieron jugar beisbol. Entonces Puig
y su mamá acusaron a otros dos inocentes de intentar sacarlo del país. Los
inculpados fueron aprehendidos, pero recuperaron su libertad tras unos meses,
cuando Puig finalmente se escabulló de la isla en 2012.
En Cuba,
contextualiza la demanda, los deportistas forman parte del INDER (Instituto
Nacional de Deportes Educación Física y Recreación). Esa dependencia “colabora
con el DCSE, que ha mantenido una red de deportistas soplones en cada equipo y
a todos los niveles. Estos soplones informan a sus entrenadores de cualquier
cosa sospechosa.
“Convertirse en un
soplón del gobierno no es obligatorio, es voluntario, pero los beneficios para
los atletas son indiscutibles. Un soplón es clasificado por la seguridad cubana
como ‘digno de confianza’, y ese jugador, además de que puede viajar, no tiene
encima la vigilancia del Estado. A los jugadores que no son ‘de confianza’, no
se les permite viajar. (Ver la Prueba U. Declaración jurada de Gregorio Miguel
Calleiro, exdirector del INDER).”
El texto detalla la
lógica del sistema: “La trata de personas, mediante la cual los talentos
cubanos –en deporte, arte, ciencia o medicina– son sacados de la isla, se
considera un delito grave. Esta medida está dirigida especialmente a los
jugadores de beisbol que siempre son tentados con ofertas de Estados Unidos, lo
que hace que las acusaciones sean más atractivas para los informantes ambiciosos.
“Los atletas, sobre
todo los peloteros, han establecido una reputación de ser informantes
particularmente prolíficos para el gobierno. Los jugadores tienen la
oportunidad de avanzar en sus carreras mediante su inclusión en los equipos de
la Serie Nacional, así como en el equipo nacional de beisbol. Este quid pro quo
es ampliamente conocido por los atletas y explotado por los jugadores y el
gobierno.”
A esta estructura de
delaciones se suman los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Los miembros
de cada CDR vigilan los movimientos de los vecinos y reportan los
comportamientos extraños. Además, existen informantes y espías para encontrar a
los disidentes, que son considerados enemigos del Estado.
El boxeador Yunior
Despaigne tiene otro temor: “Al escribir esta declaración jurada me preocupa
que algo puede pasarme como resultado de mi cooperación con los abogados del
demandante. Puig personalmente me amenazó diciendo: ‘Haz lo que quieras, pero
luego no llores por las consecuencias’. No tengo ningún interés financiero en
el resultado de este caso –se lee en el la denuncia–. Es a causa de los ataques
deliberados de Puig contra mi familia (Yoan, el hermano de Puig, acusó al
hermano de Despaigne de ofrecerse para sacarlo ilegalmente de Cuba) por lo que
cuento la historia de lo que hizo Puig con el gobierno cubano, porque él me lo
dijo y por mis propias observaciones. Puig trabajó con el gobierno cubano para
acusar a mucha gente de trata de personas y eso provocó que los encarcelaran.
Aunque Puig sabía que estas personas sufrían porque eran torturados, parecía
sentir orgullo por el número de personas que envió a la cárcel”, asentó el 6 de
diciembre de 2013.
Actualmente
Despaigne también vive en Estados Unidos. Se fugó porque, en 2011, el gobierno
lo sacó de la selección nacional de boxeo, ya que lo consideraba un potencial
desertor: uno de sus tíos acababa de escapar hacia Florida. El pugilista
asegura que el gobierno le ofreció convertirse en un soplón y acusar a aquellos
atletas que pensaran abandonar el país. “(Cuando no acepté) fui relegado a
Cienfuegos y sufrí severas restricciones para poder incluso salir de esa
provincia”.
Castigos y huidas
El año pasado, 21
peloteros cubanos jugaron con algún equipo de las Grandes Ligas. Casi todos
habían desertado de su país natal. Estos son algunos de los casos más recientes
de deportistas que han abandonado la isla:
El lanzador Yadel
Martí fue suspendido de por vida en Cuba porque intentó huir en noviembre de
2008. No fue procesado ni encarcelado y finalmente se escabulló de la isla en
diciembre de 2009, junto con otro pelotero, Yasser Gómez, quien ya había
intentado salir en 2008.
El 22 de julio de
2007, Guillermo Rigondeaux Ortiz, un boxeador de peso gallo, intentó desertar
durante los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro. Empero, el 2 de agosto de
ese año fue detenido por la policía y devuelto a Cuba, donde fue declarado
traidor y suspendido de por vida del boxeo. En febrero de 2009, se fugó de la
isla con ayuda de “contrabandistas”.
Junto con Rigondeaux
se fue Erislandy Lara, boxeador de peso welter, suspendido a perpetuidad porque
intentó evadirse durante los Juegos Panamericanos de 2007.
Ninguno de estos
boxeadores fue procesado o encarcelado y ambos huyeron de la isla utilizando
lanchas rápidas que los trasladaron a México. Lara vive ahora en Miami y tiene
programado pelear el próximo 12 de julio contra el mexicano Saúl El Canelo
Álvarez.
Otros atletas que
partieron son Orlando El Duque Hernández, castigado en Cuba por aceptar dinero
de un agente estadunidense que pretendía contratarlo para un equipo de Grandes
Ligas. Junto con El Duque escapó Alberto Hernández, un cátcher suspendido de
por vida en octubre de 1996 por la misma razón que su colega.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario