18 may 2014

El “michoacanazo” de Peña Nieto.


La liberación de Hipólito Mora también resulta un severo revés al a los gobiernos estatal y federal y al comisionado Alfredo Castillo..
El “michoacanazo” de Peña Nieto.
Columna Itinerario Político/Ricardo Alemán
EL Universal,  19 de mayo de 2014
El fantasma del fallido “Michoacanazo” de Felipe Calderón –duro golpe mediático que terminó el censura generalizada–, ronda al gobierno de Enrique Peña Nieto. Y las evidencias están a la vista del que las quiera ver.
Pero antes vale recordar que cuando el gobierno federal decidió una acción contundente en Michoacán, lo primero que argumentaron los operadores de la estrategia fue, precisamente, que la gestión de Peña Nieto no daría “palos de ciego”.
Se dijo hasta el cansancio que el de Peña no sería un gobierno de golpes mediáticos y que no se prestaría a la improvisación y al montaje, en alusión al llamado “Michoacanazo”, que se convirtió en uno de los mayores ridículos del gobierno de Felipe Calderón.
Pues bien, resulta que el pasado viernes, luego de casi tres meses de que fuera preso y acusado como presunto responsable de tres crímenes y otros delitos como secuestro y despojo, Hipólito Mora fue declarado inocente por el juez de la causa, fue dejado en libertad por falta de pruebas, y se incorporó a uno de los grupos de policía rural que fundó el gobierno federal en sustitución de las autodefensas.
DE ALFREDO CASTILLO A GARCIA LUNA.

La decisión judicial dejó boquiabiertos a propios y extraños. Y sin duda que si un inocente estaba en prisión, lo primero es aplaudir que una autoridad judicial haya realizado su trabajo de manera correcta. Más aún, resulta positivo que si Hipólito Mora era inocente haya recuperado su libertad, limpiado su nombre y que, al final, la justicia haya imperado en ese caso.
Sin embargo, la liberación de Hipólito Mora también resulta un severo revés al a los gobiernos estatal y federal y al comisionado Alfredo Castillo. ¿Por qué? Porque el caso de Hipólito Mora confirma las sospechas de no pocos ciudadanos. Confirma que el fantasma del “Michoacanazo” de Calderón ronda al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Y es que no hace falta más que la revisión de las declaraciones de los voceros del gobierno federal y del comisionado Alfredo Castillo, para descubrir que en el caso de Hipólito Mora alguien miente, alguien engañó a la llamada “opinión pública” o, de plano, existe “gato encerrado”. ¿Por qué?
Porque si recurrimos a un ejercicio memorioso podremos confirmar que Alfredo Castillo dijo “recio y quedito” que contaba con todas las pruebas que involucraban a Hipólito Mora en la presunta comisión del delito de homicidio en agravio de Rafael Sánchez Moreno, El Pollo, y José Luis Torres Castañeda; también “autodefensas” con los que Mora mantenía fricciones.
Pero además, en los primeros días de julio, el controvertido y locuaz doctor José Manuel Mireles –otro fundador de las autodefensas–, se aventó la puntada de declarar que la detención de Hipólito Mora era pactada y que todo era un montaje. Está claro que el doctor Mireles intenta montar una impostura en Michoacán –igual a la del poeta Sicilia en Morelos–, y que las mieles de la popularidad lo han empalagado. Aún así, su dicho se hizo realidad.
Y es que, en los hechos, son muchos los indicios de que en el operativo federal impuesto en Michoacán, el gobierno de Peña Nieto recurre a métodos parecidos o similares a los empleados en su momento por el “súper policía” del gobierno de Calderón; Genaro García Luna. Por eso las insistentes dudas de la opinión pública.
¿Es el comisionado Alfredo Castillo el García Luna del gobierno de Peña Nieto?. Si no es así, son muchas las preguntas sin respuesta. ¿Quién engañó a Alfredo Castillo, como para iniciar una denuncia penal contra Hipólito Mora? ¿Por qué una averiguación con severas deficiencias como para que Hipólito Mora fuera dejado en libertad por un juez, a tres meses de su detención? ¿Fue un “chivo expiatorio” Hipólito Mora? ¿O será cierto que lo llevaron a prisión para protegerlo, para salvar su vida, de las amenazas de los templarios?
Pero hay más dudas que se desprenden del escándalo anterior. ¿Cuántos otros autodefensas que están en prisión son errores graves cometidos por Alfredo Castillo? ¿Cuántos y cuales otros detenidos por Castillo son chivos expiatorios? ¿Cuántos nos sorprenderán mañana con la noticia de que fueron libertados por falta de pruebas? ¿Quién del gobierno federal y/o del gobierno estatal, pagará por esos errores y por los horrores cometidos contra inocentes? En Michoacán la historia no ha terminado; está lejos de una solución.
 TAMAULIPAS: OTRO MONTAJE.
 Y si tienen dudas de que el fantasma de los montajes de García Luna rondan al gobierno de Peña Nieto, el de la doble captura de Fernando Martínez Magaña, motejado como el “Z-16”, podría disipar todo signo de duda.
 Resulta que el pasado jueves –mientras que en distintos municipios de Tamaulipas se vive una guerra de grupos criminales–, los medios llamados nacionales anunciaron con bombo y platillo el primer golpe asestado por el gobierno federal en la reciente intervenido a Tamaulipas. Había sido detenido Fernando Martínez Magaña, el supuesto jefe de Los Zetas en la estratégica plaza de Nuevo Laredo, en Tamaulipas.  
 Sin embargo, pocos quieren ver que la detención de Fernando Martínez Magaña también fue “nota” principal en junio de 2011. Y es que, el 16 de junio de ese año, el gobierno de Felipe Calderón anunció la detención de Fernando Martínez Magaña en Nuevo Laredo. Es decir, que el mismo jefe de la misma plaza, fue detenido dos veces por dos gobiernos federales distintos. Historia digna de Kafka o de García Márquez.
 ¿Quién dice la verdad, de los gobiernos de Peña Nieto y Calderón? ¿Quién de esos gobiernos engaña a los ciudadanos? ¿Será que entre junio de 2011 y mayo de 2014 algún juez corrupto dejó libre a uno de los 12 hombres más buscados de Tamaulipas? ¿Será que el “Z-16” fue uno de los muchos fugados de penales tamaulipecos? ¿Será que no hubo una autoridad capaz de construir un expediente sólido y Martínez Magaña es uno más de los criminales puestos en libertad por inoperancia del Poder Judicial?
 ¿Será que el gobierno de Calderón trató de engañar a los ciudadanos con un detenido que no fue detenido? ¿O será falsa la detención de Fernando Martínez Magaña, en el gobierno de Peña Nieto? El fantasma de García Luna y de sus montajes persigue al gobierno de Peña Nieto. Y sigue la guerra en Tamaulipas. Al tiempo.
 EN EL CAMINO.
 A lo largo de hoy veremos quien, entre Madero y Cordero, es más hábil para acarrear panistas a las urnas. El probable vencedor se llama Gustavo Madero. Lo que nadie sabe es si los demócratas Madero y Cordero levantarán la mano al ganador.  

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