La liberación de Hipólito Mora también resulta un severo revés al a los gobiernos estatal y federal y al comisionado Alfredo Castillo..
El
“michoacanazo” de Peña Nieto.
Columna Itinerario Político/Ricardo Alemán
EL Universal, 19 de mayo de 2014
El
fantasma del fallido “Michoacanazo” de Felipe Calderón –duro golpe mediático
que terminó el censura generalizada–, ronda al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Y las evidencias están a la vista del que las quiera ver.
Pero
antes vale recordar que cuando el gobierno federal decidió una acción
contundente en Michoacán, lo primero que argumentaron los operadores de la
estrategia fue, precisamente, que la gestión de Peña Nieto no daría “palos de
ciego”.
Se
dijo hasta el cansancio que el de Peña no sería un gobierno de golpes
mediáticos y que no se prestaría a la improvisación y al montaje, en alusión al
llamado “Michoacanazo”, que se convirtió en uno de los mayores ridículos del
gobierno de Felipe Calderón.
Pues
bien, resulta que el pasado viernes, luego de casi tres meses de que fuera
preso y acusado como presunto responsable de tres crímenes y otros delitos como
secuestro y despojo, Hipólito Mora fue declarado inocente por el juez de la
causa, fue dejado en libertad por falta de pruebas, y se incorporó a uno de los
grupos de policía rural que fundó el gobierno federal en sustitución de las
autodefensas.
DE
ALFREDO CASTILLO A GARCIA LUNA.
La
decisión judicial dejó boquiabiertos a propios y extraños. Y sin duda que si un
inocente estaba en prisión, lo primero es aplaudir que una autoridad judicial
haya realizado su trabajo de manera correcta. Más aún, resulta positivo que si
Hipólito Mora era inocente haya recuperado su libertad, limpiado su nombre y
que, al final, la justicia haya imperado en ese caso.
Sin
embargo, la liberación de Hipólito Mora también resulta un severo revés al a
los gobiernos estatal y federal y al comisionado Alfredo Castillo. ¿Por qué?
Porque el caso de Hipólito Mora confirma las sospechas de no pocos ciudadanos.
Confirma que el fantasma del “Michoacanazo” de Calderón ronda al gobierno de
Enrique Peña Nieto.
Y
es que no hace falta más que la revisión de las declaraciones de los voceros
del gobierno federal y del comisionado Alfredo Castillo, para descubrir que en
el caso de Hipólito Mora alguien miente, alguien engañó a la llamada “opinión
pública” o, de plano, existe “gato encerrado”. ¿Por qué?
Porque
si recurrimos a un ejercicio memorioso podremos confirmar que Alfredo Castillo
dijo “recio y quedito” que contaba con todas las pruebas que involucraban a
Hipólito Mora en la presunta comisión del delito de homicidio en agravio de
Rafael Sánchez Moreno, El Pollo, y José Luis Torres Castañeda; también
“autodefensas” con los que Mora mantenía fricciones.
Pero
además, en los primeros días de julio, el controvertido y locuaz doctor José
Manuel Mireles –otro fundador de las autodefensas–, se aventó la puntada de
declarar que la detención de Hipólito Mora era pactada y que todo era un
montaje. Está claro que el doctor Mireles intenta montar una impostura en
Michoacán –igual a la del poeta Sicilia en Morelos–, y que las mieles de la
popularidad lo han empalagado. Aún así, su dicho se hizo realidad.
Y
es que, en los hechos, son muchos los indicios de que en el operativo federal
impuesto en Michoacán, el gobierno de Peña Nieto recurre a métodos parecidos o
similares a los empleados en su momento por el “súper policía” del gobierno de
Calderón; Genaro García Luna. Por eso las insistentes dudas de la opinión
pública.
¿Es
el comisionado Alfredo Castillo el García Luna del gobierno de Peña Nieto?. Si
no es así, son muchas las preguntas sin respuesta. ¿Quién engañó a Alfredo
Castillo, como para iniciar una denuncia penal contra Hipólito Mora? ¿Por qué
una averiguación con severas deficiencias como para que Hipólito Mora fuera
dejado en libertad por un juez, a tres meses de su detención? ¿Fue un “chivo
expiatorio” Hipólito Mora? ¿O será cierto que lo llevaron a prisión para
protegerlo, para salvar su vida, de las amenazas de los templarios?
Pero
hay más dudas que se desprenden del escándalo anterior. ¿Cuántos otros
autodefensas que están en prisión son errores graves cometidos por Alfredo
Castillo? ¿Cuántos y cuales otros detenidos por Castillo son chivos
expiatorios? ¿Cuántos nos sorprenderán mañana con la noticia de que fueron
libertados por falta de pruebas? ¿Quién del gobierno federal y/o del gobierno
estatal, pagará por esos errores y por los horrores cometidos contra inocentes?
En Michoacán la historia no ha terminado; está lejos de una solución.
TAMAULIPAS:
OTRO MONTAJE.
Y
si tienen dudas de que el fantasma de los montajes de García Luna rondan al
gobierno de Peña Nieto, el de la doble captura de Fernando Martínez Magaña,
motejado como el “Z-16”, podría disipar todo signo de duda.
Resulta
que el pasado jueves –mientras que en distintos municipios de Tamaulipas se
vive una guerra de grupos criminales–, los medios llamados nacionales
anunciaron con bombo y platillo el primer golpe asestado por el gobierno
federal en la reciente intervenido a Tamaulipas. Había sido detenido Fernando
Martínez Magaña, el supuesto jefe de Los Zetas en la estratégica plaza de Nuevo
Laredo, en Tamaulipas.
Sin
embargo, pocos quieren ver que la detención de Fernando Martínez Magaña también
fue “nota” principal en junio de 2011. Y es que, el 16 de junio de ese año, el
gobierno de Felipe Calderón anunció la detención de Fernando Martínez Magaña en
Nuevo Laredo. Es decir, que el mismo jefe de la misma plaza, fue detenido dos
veces por dos gobiernos federales distintos. Historia digna de Kafka o de
García Márquez.
¿Quién
dice la verdad, de los gobiernos de Peña Nieto y Calderón? ¿Quién de esos
gobiernos engaña a los ciudadanos? ¿Será que entre junio de 2011 y mayo de 2014
algún juez corrupto dejó libre a uno de los 12 hombres más buscados de
Tamaulipas? ¿Será que el “Z-16” fue uno de los muchos fugados de penales
tamaulipecos? ¿Será que no hubo una autoridad capaz de construir un expediente
sólido y Martínez Magaña es uno más de los criminales puestos en libertad por
inoperancia del Poder Judicial?
¿Será
que el gobierno de Calderón trató de engañar a los ciudadanos con un detenido
que no fue detenido? ¿O será falsa la detención de Fernando Martínez Magaña, en
el gobierno de Peña Nieto? El fantasma de García Luna y de sus montajes
persigue al gobierno de Peña Nieto. Y sigue la guerra en Tamaulipas. Al tiempo.
EN
EL CAMINO.
A
lo largo de hoy veremos quien, entre Madero y Cordero, es más hábil para
acarrear panistas a las urnas. El probable vencedor se llama Gustavo Madero. Lo
que nadie sabe es si los demócratas Madero y Cordero levantarán la mano al
ganador.
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