Obispos
revelan al Papa la crisis mexicana/RODRIGO VERA
Revista
Proceso
# 1959, a 17 de mayo de 2014
Antes
de iniciar una visita ritual al Vaticano, las cabezas de las 91 diócesis de
México le enviaron al Papa Francisco informes sobre sus circunscripciones,
donde los temas ineludibles son la violencia y la injusticia social que azotan
al país. Además los jerarcas ya difunden en la Santa Sede un documento en el
cual ponen en tela de juicio las recientes enmiendas constitucionales que, en
este contexto trágico, impulsó Enrique Peña Nieto. Por ello genera gran
expectación el mensaje de este lunes 19, dirigido por el pontífice a la Iglesia
y al pueblo de México.
En
discretísimas reuniones privadas y de manera muy personal, los obispos
mexicanos le informan al Papa Francisco acerca de la grave situación de
violencia, inseguridad y pobreza del país durante la visita ad límina
apostolorum que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) realiza en el
Vaticano desde el lunes 12 y que se prolongará hasta el sábado 31.
Como
parte de esa visita, la jerarquía católica mexicana difunde desde Roma su más
reciente documento episcopal: Por México ¡actuemos!, en el cual cuestiona
duramente las reformas constitucionales emprendidas por el gobierno de Enrique
Peña Nieto, ya que –alertan los obispos– estos cambios legislativos pueden ser
sólo para beneficio de “aquellos acostumbrados a depredar los bienes del país”.
Como
requisito para realizar la visita ad límina, desde finales del año pasado y a
principios del presente los titulares de las 91 circunscripciones eclesiásticas
enviaron a Roma informes confidenciales en los que detallan la convulsa
realidad mexicana, así como las medidas pastorales con que la afrontan y la
situación religiosa de cada diócesis.
Y
este lunes 19, en el Palacio Apostólico, el Papa Francisco pronunciará un
discurso en el que, se espera, condenará este clima de violencia y dará
palabras de aliento al pueblo de México. Estarán presentes más de 100 obispos,
arzobispos y cardenales mexicanos que ya aguardan expectantes el mensaje del
pontífice jesuita.
Eugenio
Lira Rugarcía, secretario general de la CEM, comenta: “Estoy seguro de que el
Papa nos dará un mensaje muy realista, claro y alentador, pues le hemos hecho
llegar información muy completa sobre la realidad de México. Él y su equipo de
trabajo ya están bien informados”.
En
una sala de juntas del episcopado, a punto de hacer maletas para partir hacia
el Vaticano, Lira agrega: “Aparte de la pobreza, México está enfrentando una
situación de violencia muy compleja, particularmente la provocada por el crimen
organizado. Esta situación provoca un desánimo generalizado. Pero un país
desalentado y sin esperanza no va a ninguna parte… ¡No tiene ningún futuro! Por
eso el mensaje del Papa nos iluminará y nos dará esperanza”.
La
exhortación papal a México, prosigue, la están elaborando la Casa Pontificia,
la Congregación para los Obispos y la Secretaría de Estado de la Santa Sede con
base en los reportes de los obispos mexicanos. “Obviamente, el Papa Francisco
le dará la redacción y la orientación final a su discurso, imprimiéndole su
sello característico”, aclara.
Desde
el lunes 12, cuando arrancó la visita ad límina, Jorge Bergoglio ha tenido
reuniones privadas con los obispos mexicanos. Los recibe en grupos de 10, por
lo que tiene programados 10 encuentros hasta el último día de mayo.
Según
Ramón Castro, obispo de Cuernavaca y coordinador de la visita, en estos
encuentros –en los cuales se habla español– cada obispo tiene cinco minutos
para exponerle al Papa la síntesis de su informe previo, destacando los
aspectos que considere relevantes, y lo hace delante de sus nueve compañeros.
Las
reuniones no tienen duración programada; depende del Papa, quien hace
preguntas, sugerencias y comentarios, y puede explayarse cuanto quiera.
Violencia
y más violencia
En
entrevista con este semanario efectuada en febrero pasado, Castro aseguró que
sobre todo abordarán los temas de la violencia y del crimen organizado los
obispos más afectados por esos problemas, es decir los de Guerrero, Michoacán,
Tamaulipas, Durango y Morelos (Proceso 1948).
En
efecto, Carlos Garfias, arzobispo de Acapulco, cuyo encuentro con Bergoglio está
programado para el lunes 19, adelanta: “Le comentaré personalmente sobre lo que
estoy haciendo en mi arquidiócesis ante los asesinatos, secuestros,
levantamientos, disputas entre las bandas del crimen organizado y toda la ola
de violencia que ya abordé en mi informe ad límina. Un problema, además, muy
conocido por todos”.
–¿Cuándo
envió su informe al Vaticano?
–En
enero pasado. Es un informe de unas 140 páginas en el que, aparte de todo lo
relativo al quehacer religioso de la arquidiócesis, tuve que mencionar este
contexto social de violencia.
En
un salón del aeropuerto de la Ciudad de México, poco antes de volar a Roma y
vestido con una guayabera blanca de la cual sobresale su cruz de plata colgada
al pecho, Garfias agrega: “En la reunión que tendré con el Papa también estarán
presentes los obispos de las demás diócesis de Guerrero, junto con los obispos
de las diócesis de Michoacán; cada uno le expondrá su propia visión de los
hechos”.
–¿Por
qué juntarían precisamente a los titulares de las diócesis con mayores índices
de violencia, como Guerrero y Michoacán?
–No
lo sé. Simplemente a los dos estados nos citaron para estar con el Papa la
mañana del lunes 19. Así quedó en la agenda. Y por cierto, saliendo de esa
reunión con nosotros, el Papa presidirá el encuentro plenario con todos los
obispos mexicanos para darnos su mensaje principal.
–¿Y
ustedes, los obispos de Guerrero y Michoacán, no organizarán un encuentro
previo para ponerse de acuerdo y luego hacerle algún planteamiento conjunto al
Papa?
–No.
Nada de eso. Sólo nos sujetaremos a las indicaciones que nos dieron; llegaremos
al encuentro y cada uno le expondrá verbalmente al Papa la situación de su
respectiva diócesis.
Por
lo que a mí respecta, desde que llegué a Acapulco me he dedicado a construir la
paz en respuesta a la realidad de violencia. Quiero que el Papa sepa de nuestra
labor en la arquidiócesis: nuestros talleres sobre violencia e inseguridad,
nuestros centros de escucha en los que damos atención a las víctimas, nuestras
jornadas de oración por la paz… todo eso.”
Para
Garfias, “el significado más profundo de la visita ad límina es el
fortalecernos en la fe y el aliento que nos dará el Papa para seguir trabajando
en nuestras diócesis con mayor entusiasmo y esfuerzo”.
De
igual modo la diócesis de Apatzingán incluyó en su informe y le expondrá
directamente a Bergoglio la difícil situación en la Tierra Caliente michoacana,
disputada por Los Caballeros Templarios y otros cárteles.
El
vicario general de esa diócesis, Javier Cortés Ochoa, señala: “En nuestro
informe, de alrededor de 150 páginas, dimos cuenta de nuestra violenta realidad
social: la fuerte presencia del crimen organizado, el clima de inseguridad, los
asesinatos y la dura situación de las familias que sufren la muerte o la desaparición
de sus seres queridos”.
–¿Esto
se lo dirá personalmente al Papa el obispo de Apatzingán, Miguel Patiño?
–Pues
lo que alcance a decirle, ya que es muy breve el tiempo para la exposición
verbal de los obispos. No puede profundizarse, pero en fin, eso también
dependerá mucho del ambiente y de cómo se vayan dando las cosas durante la
audiencia.
Castro,
obispo de Cuernavaca, igualmente mencionó en su informe la violencia creciente
en su circunscripción, la cual ya está provocando un movimiento ciudadano de
inconformidad. Dice: “Yo envié un informe de 80 páginas donde le estoy
manifestando al Papa el problema de violencia que tenemos”. Y cuenta que en el
reciente recorrido que hizo por las 108 parroquias de su diócesis le tocó
comprobar y oír testimonios sobre la “dramática situación” de la gente que se
acerca a la Iglesia a pedir “auxilio espiritual”.
Detalla:
“En el municipio de Temixco hay una situación muy violenta y compleja, lo mismo
en Jojutla, Jiutepec, Cuautla y aquí mismo, en Cuernavaca, donde tan sólo en la
parroquia de la colonia Tres de Mayo actualmente tenemos nueve secuestros. De
modo que hay nueve familias que ahorita sufren ese drama.
“A
tal grado llega la situación en el estado de Morelos que, por temor a ser
asaltada, la gente ya hasta evita pasar por las lagunas de Zempoala, pese a ser
una belleza natural y una zona turística. Ahí, por cierto, le robaron su
automóvil al anterior obispo de la diócesis, don Alfonso Cortés.
“En
proporción con su densidad poblacional, Morelos es el estado con el mayor
número de secuestros en el país (en 2012 se denunciaron formalmente 92, y en
2013 la cifra se disparó a 150). Eso no es ningún secreto, es una realidad
palpable. Tuvimos que pedir asesoría a Colombia para enfrentar la ola de
violencia. Y la Conferencia Episcopal Colombiana nos envió un experto; vino a
darnos pláticas sobre cómo afrontaron ellos la situación” (Proceso 1948).
Otras
diócesis abordan en sus informes problemas específicos. La de Tampico enfatizó
el peligro de muerte que corren los migrantes al cruzar su territorio rumbo a
la frontera con Estados Unidos.
El
sacerdote Artemio Garza, editor de la revista Navegando de esa diócesis
tamaulipeca, comenta: “Aquí es un paso de personas sin trabajo que van en busca
del ‘sueño americano’. Muchas son de Centroamérica. A través de nuestras
parroquias las apoyamos en lo que podemos y les damos recomendaciones para
evitar riesgos.
“Ahorita
estamos realizando nuestra decimonovena asamblea de pastoral social y tocaremos
el tema de seguridad, precisamente para ver cómo mejoramos nuestra ayuda a esa
gente desamparada. En estos momentos aquí ha repuntado la violencia, lo mismo
en las otras tres diócesis de Tamaulipas: Matamoros, Nuevo Laredo y Victoria.”
El
obispo de Tlaxcala, Francisco Moreno Barrón, resalta la lacerante realidad de
la trata de personas en su región. Sobre este punto su informe manifiesta:
“Aunque la diócesis, a través de la pastoral social, ha promovido la toma de
conciencia de este grave problema, se necesita el compromiso efectivo de las
autoridades a distintos niveles y una participación más evangélica de la
Iglesia para dar signos claros de esperanza a tanta gente que sufre en carne
propia y calladamente esta triste realidad, que mina la vida de nuestra
sociedad”.
Reformas
cuestionadas
os
obispos también están preocupados por las aceleradas reformas constitucionales
del presidente Enrique Peña Nieto, pues sospechan que sólo beneficiarán a la
clase política y empresarial cercana al actual gobierno.
a
CEM externó esta preocupación en su documento Por México ¡actuemos!, el cual
dio a conocer el pasado 30 de abril y se incluyó en los reportes informativos
enviados al Papa.
El
documento es un fuerte cuestionamiento de la jerarquía católica a cinco
reformas constitucionales de Peña Nieto: política, energética, fiscal,
educativa y de telecomunicaciones.
Dice
de entrada: “Ante las recientes reformas constitucionales aprobadas hacemos
nuestras las inquietudes de nuestro pueblo y nos preguntamos de qué manera
serán benéficas, sobre todo para los que han estado permanentemente
desfavorecidos, o si serán una nueva oportunidad para aquellos acostumbrados a
depredar los bienes del país”.
Sobre
la reforma política se pregunta el episcopado: “¿Qué garantizará que la reforma
política consolide una auténtica democracia y una real participación ciudadana
que supere las artimañas de los más habilidosos para lucrar con el poder?”.
Asimismo
cuestiona: “¿Qué garantizará que la reforma energética haga que los recursos
del país se inviertan para superar los graves atrasos de gran parte de la
sociedad mexicana, y que las inversiones públicas o privadas, nacionales o
extranjeras, sean promotoras de progreso social, humano y comunitario, y
cuidadosas del medio ambiente, por encima de intereses particulares?”.
Prosigue:
“¿Qué garantizará que la reforma fiscal fomente una contribución verdaderamente
justa, equitativa… o será una maraña en la que puedan evadirse o esconderse
quienes se benefician de los recursos del pueblo de México?”.
Plantea
también: “¿Qué garantizará que la reforma educativa impulse un verdadero
desarrollo integral para todos… y no venga a alimentar una nueva estructura
burocrática que sólo defienda sus propios intereses?”.
Y
finalmente la jerarquía católica pregunta: “¿Qué garantizará que la reforma en
telecomunicaciones ponga al alcance de todos las ventajas de la tecnología, la
calidad de los contenidos y el respeto a la dignidad y privacidad de los
ciudadanos? ¡Sin verdad y sin justicia los monopolios sólo cambiarán de manos,
la manipulación de la opinión pública y de los contenidos la definirán los
intereses dominantes!”.
Lira
Rugarcía explica que el documento se elaboró con el apoyo de “algunos expertos
en cada materia” y se sometió a la aprobación de todos los obispos durante su
asamblea plenaria, la última semana del mes pasado en la sede de la CEM.
“En
la asamblea se le presentó a cada obispo el primer borrador del documento. Los
obispos lo fueron enriqueciendo y afinando. El quinto borrador fue el
definitivo. Fue producto de un trabajo colegiado”, dice.
–¿Ese
documento es parte de la información de la visita ad límina?
–¡Por
supuesto! Inmediatamente se envió al Vaticano. Allá incluso se tradujo a 39
idiomas para que tenga mayor difusión nuestra postura sobre las reformas constitucionales.
El
secretario general del episcopado menciona que, además de incluir esos informes
para el Papa y los dicasterios romanos, la visita ad límina apostolorum (que en
latín significa “a las lápidas de los apóstoles” y se efectúa cada siete u ocho
años) tiene un profundo sentido religioso, pues los obispos refrendan su fe
ante las tumbas de San Pedro y San Pablo, pilares de la Iglesia católica, y
celebran ceremonias religiosas en las cuatro basílicas mayores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario