Argentina:
La política se mueve, inspirada por Francisco
Una
inédita manifestación contra el narcotráfico en Buenos Aires convoca a
exponentes de todos los partidos, consecuencia de un peculiar pacto inspirado
en las enseñanzas del Papa
AP/LAPRESSE
ANDRÉS
BELTRAMO ÁLVAREZ
Una
marcha contra el narcotráfico en el corazón de Buenos Aires. Una movilización
popular que parece, más bien, una rareza. Convocará a exponentes de todo el
arco político, en un país donde aún prevalece la división y el enfrentamiento.
A decenas de intendentes de los principales partidos se sumarán legisladores,
líderes gremiales y de varios credos. ¿El objetivo? Apoyar medidas concretas
para mejorar y agilizar los procesos judiciales en los casos de tráfico de
drogas. Un gesto de unidad, más allá de las diferencias. Con un indirecto
inspirador: Francisco.
A
la marcha –en la Plaza de Tribunales- acudirán representantes del Partido
Justicialista, Cambiemos y el Frente Renovador. Y su realización significará un
espaldarazo al presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo
Lorenzetti, que impulsa modificaciones clave al aparato judicial que
permitirían afrontar de pecho el problema del narcotráfico, uno de los más
sensibles a nivel social.
Prevista
para la tarde de este miércoles 16 de marzo, la manifestación es apoyada por
Gustavo Vera, referente de la organización La Alameda y viejo amigo del Papa.
Es además el primer gran resultado del Pacto de San Antonio de Padua, un
acuerdo impulsado por el intendente de Merlo (localidad de la provincia de
Buenos Aires), Gustavo Menéndez, y suscrito por políticos de diversas
extracciones.
Pero
la lucha contra el narcotráfico es apenas uno de los puntos incluidos en el
Pacto, que se propone un ambicioso decálogo de compromisos abiertamente
inspirados en el pensamiento de Francisco. Además destacan la prevención de la
drogodependencia, la lucha contra el hambre, el combate contra la violencia de
género, la defensa de la familia y rechazo al aborto, el impulso de las
energías renovables, el combate de la pobreza, el acceso universal a la salud,
la educación y el agua potable, la erradicación del abuso infantil y la trata
de personas.
“Es
una iniciativa que parte de las enseñanzas pontificas, tomada por toda gente
formada en el pensamiento católico y la doctrina social de la Iglesia. En este
momento a muchos de ellos les toca la tarea de gobernar, son gobernantes recién
elegidos, jóvenes que hacen una gestión municipal, o de alguna tarea o cargo de
relevancia”, explicó -en entrevista con el Vatican Insider- Fernando Carlos
Maletti.
El
obispo de Merlo-Moreno estuvo presente en la primera firma de ese Pacto,
realizada el 18 de enero de este año en el convento franciscano de la localidad
de San Antonio de Padua, que es parte de su diócesis. De allí el nombre
original el acuerdo. A esa cita asistieron nueve intendentes del llamado
“conurbano bonaerense”, todos ellos del Partido Justicialista.
Maletti,
el primer obispo residencial argentino nombrado por el Papa Francisco el 7 de
mayo de 2013, aseguró que aquella firma del verano argentino fue “un hecho
político” porque esos intendentes estaban buscando “ganar espacios dentro de la
reconstrucción de su partido”.
Es
verdad. El acuerdo surgió inicialmente en medio de un realineamiento de las
fuerzas políticas dentro del justicialismo, que desde diciembre perdió el poder
federal y provincial. Y su firma significó un punto de quiebre dentro de la
oposición, que se debate entre la resistencia a ultranza al gobierno del
presidente Mauricio Macri y una actitud más moderada, de corresponsabilidad.
Pero
las cosas evolucionaron rápido y en pocas semanas la iniciativa sobrepasó las
fronteras del partido que la vio nacer. Fue sumando adeptos no sólo en otros
frentes políticos, sino también entre diversos actores de la sociedad. Por eso
se organizó una ratificación en el convento de San Francisco, el corazón de
Buenos Aires, la tarde del lunes 29 de febrero.
“Estos
intendentes jóvenes, la mayoría de ellos en su primera gestión, añoran aquellos
tiempos donde la política era el arte del bien común. Quizás cuando fueron
enseñados de chiquitos y sueñan con una política nueva, no sólo sin
confrontaciones sino también con una construcción en común para que la política
signifique un modo para encauzar el bien común sobre todo de los más pobres,
débiles y sufrientes. Tienen esos ideales”, insistió Maletti.
“Llegaron
a este convento de San Francisco, en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires,
muchos intendentes, senadores, diputados, ex candidatos, volvieron a ratificar
esto desde todo el arco político. Esto ha sido muy interesante porque no
sobresalió ninguna, sino lo que más sobresalió fue ponernos la camiseta del
Papa Francisco por la patria argentina y poder vivir eso que él enseña sobre la
mirada hacia los más pobres, el horizonte puesto en el bien común en serio”,
agregó.
Más
de 80 exponentes firmaron ese día. Incluidos sindicalistas, funcionarios de
diversos órdenes de gobierno y representantes religiosos. Entre ellos un
nutrido grupo de intendentes del PRO (Propuesta Republicana), encabezado por el
primo del presidente, Jorge Macri. Esto convirtió al pacto en un verdadero
proceso político, un compromiso transversal sobre propuestas específicas de
gestión.
A
estas alturas sus adherentes reales son más. Y buscan perfilarse como una
alternativa democrática inspirada en la “cultura del encuentro”, constantemente
pregonada por el Papa Francisco. Tienen espacio para crecer en un contexto
político polarizado.
Al
respecto Maletti sentenció: “Nada es químicamente puro, como en todo. Pero veo
en esto una muy buena iniciativa, una muy buena voluntad. Lo escrito, escrito
está, está firmado por dirigentes y líderes jóvenes, con perspectiva”.
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