Las
amistades católicas del «golpista» Gülen
En
los últimos meses,
la campaña de los
medios nacionalistas turcos contra el predicador y el movimiento Hizmet ha
aludido a menudo a sus relaciones con la Iglesia católica e
incluso con la Santa Sede
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Fethullah
Gülen con Papa
Wojtyla
Vatrican Insider, 24/07/2016/
GIANNI
VALENTE
En
la reacción furibunda
que se desencadenó tras el golpe de Estado fallido el 15 de julio
por la noche, el presidente Tayyip Erdogan y su aparato relacionaron
inmediatamente el «cuartel general» del complot golpista con Hizmet, el
movimiento internacional del predicador islámico
Fethullah Güllen. En
realidad, todos los canales y los instrumentos de la propaganda que pertenecen
al bloque de poder de Erdogan indican desde hace años que Hizmet
(en turco «Servicio») es una «organización del terror
gülenista» y le
atribuyen atentados, secuestros, desapariciones de ‘enemigos’ y otros intentos
fallidos para desestabilizar ilegalmente el orden político turco.
Una campaña de
criminalización que en los últimos meses,
sobre todo en la prensa nacionalista más aguerrida,
ha aludido en varias ocasiones a las relaciones entre la red de Hizmet y la
Iglesia católica,
incluido el Vaticano.
Las
relaciones entre el movimiento de Fethullah Gülen y el Akp,
el Partido de la justicia y del desarrollo que llevó al poder a
Erdogan en 2002, representan un indicio precioso para descifrar las enigmáticas dinámicas políticas y
geopolíticas que ha
adoptado Turquía en los últimos
lustros. El Akp tuvo durante mucho tiempo el apoyo de Hizmet, cuya influencia
en la magistratura ayudó a debilitar a la oposición y a los
militares. Erdogan señala a Gülen como el
primer enemigo, subrayó el analista Nat da Polis, «aunque haya
sido su padre espiritual». El carismático líder de Hizmet
se refugió en
Pennsylvania desde 1999, porque lo perseguían los
generales turcos. Con el paso el tiempo, su red dio un contributo importante
para que el Occidente viera a Erdogan y al Akp como artífices de un
islam político turco
concebido en términos de democracia conservadora, una especie de
versión islámica de los
Partidos Populares europeos (El Akp incluso fue miembro observador del Partido
Popular europeo de 2005 a 2013, antes de sumarse sl grupo euroescéptico Alianza
de los Conservadores y Reformadores Europeos).
En
ese periodo, la percepción de un islam turco abierto al encuentro
con la modernidad y a la colaboración con las demás tradiciones
religiosas se apoyaba también en todas las iniciativas de diálogo y de
cooperación que
pusieron en marcha los miembros de Hizmet en todo el mundo con instituciones y
grupos católicos. Las
mismas que en los últimos años, después de la
ruptura y con una mayor hostilidad por parte de los aparatos «erdoganianos»
hacia Gülen y los
suyos, han sido fustigadas y a menudo deformadas por los medios de comunicación filo
gubernamentales, que las han hecho pasar como indicios de complicidades
«globales» del complot «gülenista».
En
los últimos meses,
en las páginas de los
diarios relacionados con el nacionalismo más extremista,
se intensificaron (qué casualidad) que estigmatizaban las
colaboraciones y patrocinios que ofrece la red de Gülen a
realidades académicas y sociales que pertenecen a la Iglesia católica. El 13
de julio, dos días antes del golpe fallido, el periódico «Yeni
Akit» publicó un reportaje
sobre presuntas donaciones (de unos 3 millones y medio de dólares en
total) de la red de Gülen para la construcción de dos
iglesias, una en Texas y otra en Australia. «Gülen»,
comentaron los autores del reportaje, «ofrece una nueva religión a su
medida, una mezcla de cristianismo y hebraísmo, sin
preocuparse por las reacciones del mundo islámico, una
decisión que será apreciada
por el Vaticano». Una semana antes, en el «Daily Sabah» (órgano creado
en 2014 para contrarrestar las campañas de la prensa anti-Akp)
los lectores fueron informados de una fabulosa operación urdida por
«la organización terrorista de Fethullah Gülen» con la
Universidad Católica de Lovaina, que habría recibido
donaciones de los gülenistas por un millón de dólares con el
objetivo de «formar imanes sostenitores» para sustituir los que envió Turquía a Bélgica.
A
finales de junio, en «Ak?am» (histórico diario adquirido
recientemente por los aparatos gubernamentales) apareció la historia
de la denuncia que presentó una ong californiana, dedicada a San
Francisco de Asís y animada por católicos de la
diáspora iraquí, en contra
de instituciones financieras turcas, acusadas de haber sostenido a los
yihadistas del Estado Islámico. El artículo se refería a los vínculos entre
la ong y la red de Gülen, con la intención de que la
denuncia fuera percibida como una operación anti-turca
inspirada por el «Estado paralelo gülenista». El periódico sostenía también que los
afiliados de Hizmet a menudo citan en sus discursos al santo de Asís y que
organizan con católicos encuentros y conferencias «a favor del diálogo
interreligioso.»
A
mediados de junio, en las páginas de «Yeni Akit» apareció un artículo dedicado
al empresario Alaaddin Kaya, que recibió una orden de
arresto por su participación en la campaña
anti-corrupción de diciembre de 2013, que llevó a la
renuncia de cuatro ministros y que ahora es presentada por los aparatos
gubernamentales como un primer intento de golpe por parte del ex aliado Gülen. En el
artículo se
indicaba que las distancias que expresó Gülen frente no
eran sinceras, y se recordaba que justamente el empresario Kaya tuvo un papel
fundamental en la organización del encuentro en Roma entre Papa Juan
Pablo II y una delegación de Hizmet, guiada por Gülen, en
febrero de 1998.
La
visita de Gülen al Papa
polaco, víctima del
atentado del turco Alí Agca, a menudo es mencionada en las teorías
conspiracionistas del ultranacionalismo turco como prueba principal del
sospechoso «sincretismo» anti-nacional atribuido a Hizmet. Pero en su guerra
abierta, los detractores de Gülen también esgrimen
argumentos diametralmente opuestos. Con la intención de atribuir
al personaje y a su movimiento el estigma del doble juego y del disimulo,
difunden las que presentan como grabaciones de viejas conferencias que pronunció el
predicador en los primeros años noventa: en esa época, en
tiempo de las guerras balcánicas, Gülen habría definido al
Vaticano como «la cabeza de la serpiente» y se habría referido a
«lobbies» de Estados Unidos y de europa al servicio de los palacios sacros.
Los
contactos de los afiliados de Hizmet, incluso con representantes de las
instituciones vaticanas, son conocidos y se llevan a cabo a la luz del sol. En
Roma, las iniciativas de la confraternidad son organizadas por el Instituto Tíber, con
eventos culturales y convivios inspirados en el diálogo entre
las religiones y las culturas.
El
pasado 15 de julio, en la X edición de la Cena de la
Amistad, organizada en el Palacio Brancaccio por el Instituto (con el
patrocinio del Pontificio Instituto de Estudios Árabes y de
Religions for Peace), el discurso principal, dedicado al tema «Misericordia y
medio ambiente», fue pronunciado por Melchor José Sánchez de
Toca, Subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura. «Durante más de cuarenta
años», se lee
en la página de
Facebook del Instituto Tíber, que publicó el
comunicado que difundieron los portavoces oficiales del movimiento después del golpe
fallido, «Fethullah Gülen y los miembros del movimiento Hizmet
han sostenido y demostrado su compromiso por la paz y la democracia. Hemos
denunciado repetidamente las intervenciones militares en la política interna.
Estos son los valores fundamentales de los miembros de Hizmet. Condenamos
cualquier intervención militar en la política de Turquía». El
comunicado concluye afirmando que «son extremadamente irresponsables los
comentarios de los ambientes pro Erdogan sobre el movimiento Hizmet».
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