De nuevo, tras el control y el poder
JENARO VILLAMIL
Revista Proceso # 1710, 9 de agosto de 2009;
Prepara un nuevo libro, viaja por el país para entrevistarse con operadores del priismo, asiste a bodas y apadrina matrimonios, hace supuesto turismo sin discreción alguna, se deja fotografiar sin recato y, en su residencia de Camino a Santa Teresa, en la Ciudad de México, recibe a grupos y personajes de los negocios y la política... sobre todo a los de su partido. Todo con el objetivo que uno de sus allegados describe con esta frase: “construir consensos…”. En realidad, Carlos Salinas de Gortari utiliza sus prevalecientes influencias y su poder con el fin de establecer las reglas del juego para que él y su grupo dentro del PRI impongan su ley en la conducción del país durante los próximos tres años para alcanzar, en 2012, su meta final: Los Pinos.
Entre olor a tamales de elote e iguana y una amplia muestra de la gastronomía del istmo de Tehuantepec, el expresidente Carlos Salinas de Gortari cocinó algunos de los acuerdos políticos más importantes con su anfitrión, el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, durante su “visita turística” a esa entidad el 1 y 2 de agosto pasados.
En esa reunión también participaron el senador Adolfo Toledo Infanzón, aspirante a la gubernatura para 2010, así como los diputados Eviel Pérez Magaña y José Antonio Iglesias Arreola, operadores en la bancada priista de los legisladores federales de la entidad electos el pasado 5 de julio.
La presencia del exmandatario en esa entidad no fue casual. Junto con el Estado de México, Veracruz y Puebla, Oaxaca conforma el bloque de entidades que aportarán el mayor número de diputados federales priistas en la LXI Legislatura: el Estado de México con 38, Veracruz con 32, Puebla con 16 y Oaxaca con 11.
Además, en las tres últimas se realizarán elecciones para gobernador el próximo año y sus actuales mandatarios han expresado su interés por contender para la nominación presidencial priista de 2012; también muestran su interés por encabezar la dirigencia nacional de su partido si Beatriz Paredes asume la coordinación de los 237 diputados federales del PRI en la próxima legislatura.
Algunos de los asistentes a ese convivio aseguran que la discusión se centró en dos temas: la coordinación de los diputados federales del PRI, que podría recaer en Francisco Rojas, quien actualmente preside la Fundación Colosio y cuenta con el apoyo de la mayoría de los legisladores de su partido, y evitar que se recorte el presupuesto a Oaxaca en el 2010.
Salinas, dicen, aprovechó el encuentro para cabildear discretamente a favor del gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, para la Presidencia en 2012. Así mismo, se ofreció como “gestor” para cumplir las demandas presupuestales de Oaxaca y se pidió a sus contertulios buscar acuerdos en este período de “construcción de consensos”.
“El gobernador Ulises Ruiz sólo sonreía, pero el apetito no se había ahuyentado”, escribió Samuel Gómez en su columna de El Imparcial el lunes 3.
El activismo del expresidente es imparable. Amarra acuerdos, “construye consensos”, como le gusta decir, y no pierde ningún evento social, boda, festejo para hacer sentir su presencia como el verdadero gestor de los diferentes grupos priistas.
En los últimos cuatro meses, por ejemplo, el 23 de mayo se reunió con Fidel Herrera en una fiesta celebrada en Córdoba, Veracruz; el 12 de julio asistió al parque Fundidora de Monterrey a la boda del exdiputado federal del PRI y jefe de la oficina ejecutiva de la gubernatura de Natividad González Parás, Héctor Gutiérrez de la Garza; también fue, junto con Peña Nieto, padrino de boda de Carolina Chuayfett, hija del exgobernador y futuro diputado federal, quien contrajo nupcias a mediados de ese mismo mes.
Cada aparición pública de Salinas ha generado reacciones políticas. La foto en la que el expresidente abrazó a Fidel Herrera en plena campaña electoral causó indignación en Veracruz y motivó la manifestación de 300 jóvenes con máscaras del exmandatario en el puerto y en Morelos. Se dijo entonces que los inconformes fueron apoyados por el PAN.
Tras la boda de su hija, Emilio Chuayffet declaró que no aspira la coordinación de los 237 legisladores del PRI. De hecho ya desempeñó esa función en la LIX Legislatura, tras un fuerte enfrentamiento con la entonces secretaria general del PRI y coordinadora en San Lázaro, Elba Esther Gordillo.
La visita de Salinas a Oaxaca coincidió con la gira de Andrés Manuel López Obrador por la región mixe. El excandidato presidencial del PRD acusó al expresidente de “andar operando a sus anchas” en el país y de apoyar la candidatura de Peña Nieto para 2012.
Salinas respondió de manera indirecta a las acusaciones de López Obrador. Al salir del restaurante Casa Oaxaca, el exmandatario respondió así a la pregunta de si le gustaría vivir en la capital oaxaqueña: “Sí, sí me gustaría vivir unos días en la ciudad porque es hermosa, a pesar de que el innombrable de Andrés Manuel esté aquí”.
Un activista singular
En paralelo con su activismo social y político, Salinas de Gortari redacta la última parte de su tercer libro de una serie dedicada al análisis de la realidad mexicana. El tema: lo que México debe hacer en materia económica para salir adelante.
Aún sin título, el nuevo volumen editado por Random House Mondadori, la misma que publicó La década perdida, 1995-2006, neoliberalismo y populismo en México, saldrá a la venta en noviembre. En él, su autor abunda sobre las recetas que debe adoptar el gobierno federal frente a la crisis económica.
Su interés en convertirse en el eje de las políticas anticrisis coincide con sus promesas ante el gobernador Ulises Ruiz para evitar recortes presupuestales en 2010.
Salinas de Gortari cuenta con un personaje clave en la Secretaría de Hacienda: el coordinador de asesores del titular Agustín Carstens, José Antonio González Anaya, quien es el coordinador de Entidades Federativas, oficina responsable de la distribución de los recursos federales a los estados.
González Ayala es cuñado de Ana Paula Gerard, la actual esposa de Salinas de Gortari, y trabajó bajo las órdenes de José Córdoba Montoya cuando fue el jefe de la Oficina de la Presidencia durante el sexenio salinista.
El tema de la disminución de los recortes presupuestales fue el eje del encuentro que sostuvieron 14 de los 19 mandatarios priistas el jueves 6 en un hotel de la Ciudad de México. El pretexto fue “festejar” el cumpleaños de los gobernadores: Peña Nieto; Ivonne Ortega Pacheco, de Yucatán; Miguel Osorio Chong, de Hidalgo; Félix González Canto, de Quintana Roo; Humberto Moreira, de Coahuila, y el electo de Querétaro, Jesús Calzada. Los cuatro primeros forman parte de una alianza para apoyar la candidatura presidencial de Peña Nieto.
Al evento no asistió ni la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, ni los actuales coordinadores parlamentarios Manlio Fabio Beltrones, del Senado, ni Emilio Gamboa Patrón, de la Cámara de Diputados.
“No hay bloque de gobernadores, es una reunión de gobernadores”, afirmó Peña Nieto. Y el hidalguense Osorio Chong negó que Salinas tenga una injerencia en la elección del próximo coordinador de los diputados del PRI. “No hay reunión con él para la definición; es con el partido, con la dirigente y en los próximos días habrá de resolverse”.
Ortega Pacheco adelantó que el nombre del próximo coordinador de los diputados federales se dará a conocer después del domingo 23, fecha límite para que el Instituto Federal Electoral concluya con la configuración de la LXI Legislatura.
La incertidumbre
El activismo de Salinas crece en la medida que Paredes guarda silencio sobre el papel que jugará en la próxima legislatura. Y esa situación revoca los ánimos al interior de los grupos políticos del PRI.
En la reunión del 14 de julio con los gobernadores del su partido y con los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, Paredes se negó a hablar sobre el trabajo que realizará en la Cámara de Diputados a partir de septiembre.
Los mandatarios consultados por Proceso tras ese encuentro coincidieron en que están inmersos en un período de “construcción de consensos”. Unos fueron más explícitos: si Beatriz Paredes deja la dirigencia nacional del PRI, el secretario general, Jesús Murillo Karam, asumiría temporalmente la presidencia del CEN y tendrían que convocarse a elecciones internas.
Tres días después, el 17 de julio, después de sostener un encuentro con 230 de los 237 diputados federales electos, Paredes afirmó que todavía no decide si dejará la presidencia del partido o asumiría la coordinación. “Tienen unos ocho meses preguntándome lo mismo. Tomaré la decisión cuando sea oportuno”, atajó a la prensa.
Sin embargo, el 21 de julio corrió el rumor en las redacciones periodísticas y en medios electrónicos de que Paredes había sufrido un paro cardiaco y fue internada de emergencia en el Centro Médico ABC. Proceso pudo corroborar que la dirigente priista ingresó al área de cardiología del nosocomio para un chequeo general, pues presentó síntomas de hipertensión arterial, de hiperglicemia, así como molestias retroesternales.
Las fuentes consultadas por este semanario aseguran que Paredes permanecerá al frente del PRI y jugará un papel determinante en las 10 elecciones para renovar gobernadores en Tamaulipas, Veracruz, Tlaxcala, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Aguascalientes, Chihuahua, Puebla y Oaxaca.
Los recursos públicos de los que dispondrá el PRI para el próximo año serán sustancialmente mayores. De los 2 mil 910 millones de pesos que el IFE repartirá en 2010, al PRI le corresponderán 930 millones.
La coordinación en San Lázaro
El expresidente Carlos Salinas ha dejado sentir su influencia en la elección del próximo coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados. Dos nombres se mencionan al interior de los legisladores electos: Francisco Rojas y César Augusto Santiago, diputado federal en cinco ocasiones, exsecretario de Acción Electoral del PRI e integrante del equipo de campaña del Roberto Madrazo durante su campaña por la presidencia en 2006.
Ambos están vinculados con Salinas, aunque el primero se deslinda: “Yo tengo una trayectoria propia y cuento con el apoyo mayoritario de mis compañeros”, asegura a Proceso.
Rojas jugó un papel fundamental en la discusión al interior del PRI sobre la reforma energética del año pasado y manifestó su oposición a la propuesta de privatización en la refinería, ductos y perforación enviada por el Ejecutivo federal al Senado.
Otras versiones señalan que si no es electo para coordinar la bancada del PRI. Rojas puede presidir la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en San Lázaro, clave para la determinación de la entrega de recursos federales a los estados.
Quien coordine a la próxima bancada del PRI, la más grande desde que perdió la mayoría en San Lázaro en 1997, se colocará también dentro de la carrera por la candidatura presidencial del tricolor. Su nombre se sumará a los de Enrique Peña Nieto, Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Fidel Herrera, que son los más mencionados en las quinielas internas del PRI.
El único punto de coincidencia entre estas cuatro figuras es que todos, en sus distintas trayectorias, han tenido vínculos con Salinas. El exmandatario mantiene comunicación directa con ellos, dice uno de los priistas consultados por este reportero, él los reúne con empresarios, cabildea los acuerdos. “Es el gran gestor”.
Después de presionar para que el expresidente Miguel de la Madrid se desdijera de sus expresiones en contra de su sucesor en la entrevista difundida por la periodista Carmen Aristegui el 14 de mayo pasado, Salinas ya no tiene enfrente a ningún exmandatario que le frene su activismo.
Según algunos priistas, él es el jefe máximo; otros lo consideran el gran padrino. Pero Salinas dice que prefiere ser un “constructor de consensos”.
JENARO VILLAMIL
Revista Proceso # 1710, 9 de agosto de 2009;
Prepara un nuevo libro, viaja por el país para entrevistarse con operadores del priismo, asiste a bodas y apadrina matrimonios, hace supuesto turismo sin discreción alguna, se deja fotografiar sin recato y, en su residencia de Camino a Santa Teresa, en la Ciudad de México, recibe a grupos y personajes de los negocios y la política... sobre todo a los de su partido. Todo con el objetivo que uno de sus allegados describe con esta frase: “construir consensos…”. En realidad, Carlos Salinas de Gortari utiliza sus prevalecientes influencias y su poder con el fin de establecer las reglas del juego para que él y su grupo dentro del PRI impongan su ley en la conducción del país durante los próximos tres años para alcanzar, en 2012, su meta final: Los Pinos.
Entre olor a tamales de elote e iguana y una amplia muestra de la gastronomía del istmo de Tehuantepec, el expresidente Carlos Salinas de Gortari cocinó algunos de los acuerdos políticos más importantes con su anfitrión, el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, durante su “visita turística” a esa entidad el 1 y 2 de agosto pasados.
En esa reunión también participaron el senador Adolfo Toledo Infanzón, aspirante a la gubernatura para 2010, así como los diputados Eviel Pérez Magaña y José Antonio Iglesias Arreola, operadores en la bancada priista de los legisladores federales de la entidad electos el pasado 5 de julio.
La presencia del exmandatario en esa entidad no fue casual. Junto con el Estado de México, Veracruz y Puebla, Oaxaca conforma el bloque de entidades que aportarán el mayor número de diputados federales priistas en la LXI Legislatura: el Estado de México con 38, Veracruz con 32, Puebla con 16 y Oaxaca con 11.
Además, en las tres últimas se realizarán elecciones para gobernador el próximo año y sus actuales mandatarios han expresado su interés por contender para la nominación presidencial priista de 2012; también muestran su interés por encabezar la dirigencia nacional de su partido si Beatriz Paredes asume la coordinación de los 237 diputados federales del PRI en la próxima legislatura.
Algunos de los asistentes a ese convivio aseguran que la discusión se centró en dos temas: la coordinación de los diputados federales del PRI, que podría recaer en Francisco Rojas, quien actualmente preside la Fundación Colosio y cuenta con el apoyo de la mayoría de los legisladores de su partido, y evitar que se recorte el presupuesto a Oaxaca en el 2010.
Salinas, dicen, aprovechó el encuentro para cabildear discretamente a favor del gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, para la Presidencia en 2012. Así mismo, se ofreció como “gestor” para cumplir las demandas presupuestales de Oaxaca y se pidió a sus contertulios buscar acuerdos en este período de “construcción de consensos”.
“El gobernador Ulises Ruiz sólo sonreía, pero el apetito no se había ahuyentado”, escribió Samuel Gómez en su columna de El Imparcial el lunes 3.
El activismo del expresidente es imparable. Amarra acuerdos, “construye consensos”, como le gusta decir, y no pierde ningún evento social, boda, festejo para hacer sentir su presencia como el verdadero gestor de los diferentes grupos priistas.
En los últimos cuatro meses, por ejemplo, el 23 de mayo se reunió con Fidel Herrera en una fiesta celebrada en Córdoba, Veracruz; el 12 de julio asistió al parque Fundidora de Monterrey a la boda del exdiputado federal del PRI y jefe de la oficina ejecutiva de la gubernatura de Natividad González Parás, Héctor Gutiérrez de la Garza; también fue, junto con Peña Nieto, padrino de boda de Carolina Chuayfett, hija del exgobernador y futuro diputado federal, quien contrajo nupcias a mediados de ese mismo mes.
Cada aparición pública de Salinas ha generado reacciones políticas. La foto en la que el expresidente abrazó a Fidel Herrera en plena campaña electoral causó indignación en Veracruz y motivó la manifestación de 300 jóvenes con máscaras del exmandatario en el puerto y en Morelos. Se dijo entonces que los inconformes fueron apoyados por el PAN.
Tras la boda de su hija, Emilio Chuayffet declaró que no aspira la coordinación de los 237 legisladores del PRI. De hecho ya desempeñó esa función en la LIX Legislatura, tras un fuerte enfrentamiento con la entonces secretaria general del PRI y coordinadora en San Lázaro, Elba Esther Gordillo.
La visita de Salinas a Oaxaca coincidió con la gira de Andrés Manuel López Obrador por la región mixe. El excandidato presidencial del PRD acusó al expresidente de “andar operando a sus anchas” en el país y de apoyar la candidatura de Peña Nieto para 2012.
Salinas respondió de manera indirecta a las acusaciones de López Obrador. Al salir del restaurante Casa Oaxaca, el exmandatario respondió así a la pregunta de si le gustaría vivir en la capital oaxaqueña: “Sí, sí me gustaría vivir unos días en la ciudad porque es hermosa, a pesar de que el innombrable de Andrés Manuel esté aquí”.
Un activista singular
En paralelo con su activismo social y político, Salinas de Gortari redacta la última parte de su tercer libro de una serie dedicada al análisis de la realidad mexicana. El tema: lo que México debe hacer en materia económica para salir adelante.
Aún sin título, el nuevo volumen editado por Random House Mondadori, la misma que publicó La década perdida, 1995-2006, neoliberalismo y populismo en México, saldrá a la venta en noviembre. En él, su autor abunda sobre las recetas que debe adoptar el gobierno federal frente a la crisis económica.
Su interés en convertirse en el eje de las políticas anticrisis coincide con sus promesas ante el gobernador Ulises Ruiz para evitar recortes presupuestales en 2010.
Salinas de Gortari cuenta con un personaje clave en la Secretaría de Hacienda: el coordinador de asesores del titular Agustín Carstens, José Antonio González Anaya, quien es el coordinador de Entidades Federativas, oficina responsable de la distribución de los recursos federales a los estados.
González Ayala es cuñado de Ana Paula Gerard, la actual esposa de Salinas de Gortari, y trabajó bajo las órdenes de José Córdoba Montoya cuando fue el jefe de la Oficina de la Presidencia durante el sexenio salinista.
El tema de la disminución de los recortes presupuestales fue el eje del encuentro que sostuvieron 14 de los 19 mandatarios priistas el jueves 6 en un hotel de la Ciudad de México. El pretexto fue “festejar” el cumpleaños de los gobernadores: Peña Nieto; Ivonne Ortega Pacheco, de Yucatán; Miguel Osorio Chong, de Hidalgo; Félix González Canto, de Quintana Roo; Humberto Moreira, de Coahuila, y el electo de Querétaro, Jesús Calzada. Los cuatro primeros forman parte de una alianza para apoyar la candidatura presidencial de Peña Nieto.
Al evento no asistió ni la presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes, ni los actuales coordinadores parlamentarios Manlio Fabio Beltrones, del Senado, ni Emilio Gamboa Patrón, de la Cámara de Diputados.
“No hay bloque de gobernadores, es una reunión de gobernadores”, afirmó Peña Nieto. Y el hidalguense Osorio Chong negó que Salinas tenga una injerencia en la elección del próximo coordinador de los diputados del PRI. “No hay reunión con él para la definición; es con el partido, con la dirigente y en los próximos días habrá de resolverse”.
Ortega Pacheco adelantó que el nombre del próximo coordinador de los diputados federales se dará a conocer después del domingo 23, fecha límite para que el Instituto Federal Electoral concluya con la configuración de la LXI Legislatura.
La incertidumbre
El activismo de Salinas crece en la medida que Paredes guarda silencio sobre el papel que jugará en la próxima legislatura. Y esa situación revoca los ánimos al interior de los grupos políticos del PRI.
En la reunión del 14 de julio con los gobernadores del su partido y con los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, Paredes se negó a hablar sobre el trabajo que realizará en la Cámara de Diputados a partir de septiembre.
Los mandatarios consultados por Proceso tras ese encuentro coincidieron en que están inmersos en un período de “construcción de consensos”. Unos fueron más explícitos: si Beatriz Paredes deja la dirigencia nacional del PRI, el secretario general, Jesús Murillo Karam, asumiría temporalmente la presidencia del CEN y tendrían que convocarse a elecciones internas.
Tres días después, el 17 de julio, después de sostener un encuentro con 230 de los 237 diputados federales electos, Paredes afirmó que todavía no decide si dejará la presidencia del partido o asumiría la coordinación. “Tienen unos ocho meses preguntándome lo mismo. Tomaré la decisión cuando sea oportuno”, atajó a la prensa.
Sin embargo, el 21 de julio corrió el rumor en las redacciones periodísticas y en medios electrónicos de que Paredes había sufrido un paro cardiaco y fue internada de emergencia en el Centro Médico ABC. Proceso pudo corroborar que la dirigente priista ingresó al área de cardiología del nosocomio para un chequeo general, pues presentó síntomas de hipertensión arterial, de hiperglicemia, así como molestias retroesternales.
Las fuentes consultadas por este semanario aseguran que Paredes permanecerá al frente del PRI y jugará un papel determinante en las 10 elecciones para renovar gobernadores en Tamaulipas, Veracruz, Tlaxcala, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Aguascalientes, Chihuahua, Puebla y Oaxaca.
Los recursos públicos de los que dispondrá el PRI para el próximo año serán sustancialmente mayores. De los 2 mil 910 millones de pesos que el IFE repartirá en 2010, al PRI le corresponderán 930 millones.
La coordinación en San Lázaro
El expresidente Carlos Salinas ha dejado sentir su influencia en la elección del próximo coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados. Dos nombres se mencionan al interior de los legisladores electos: Francisco Rojas y César Augusto Santiago, diputado federal en cinco ocasiones, exsecretario de Acción Electoral del PRI e integrante del equipo de campaña del Roberto Madrazo durante su campaña por la presidencia en 2006.
Ambos están vinculados con Salinas, aunque el primero se deslinda: “Yo tengo una trayectoria propia y cuento con el apoyo mayoritario de mis compañeros”, asegura a Proceso.
Rojas jugó un papel fundamental en la discusión al interior del PRI sobre la reforma energética del año pasado y manifestó su oposición a la propuesta de privatización en la refinería, ductos y perforación enviada por el Ejecutivo federal al Senado.
Otras versiones señalan que si no es electo para coordinar la bancada del PRI. Rojas puede presidir la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en San Lázaro, clave para la determinación de la entrega de recursos federales a los estados.
Quien coordine a la próxima bancada del PRI, la más grande desde que perdió la mayoría en San Lázaro en 1997, se colocará también dentro de la carrera por la candidatura presidencial del tricolor. Su nombre se sumará a los de Enrique Peña Nieto, Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Fidel Herrera, que son los más mencionados en las quinielas internas del PRI.
El único punto de coincidencia entre estas cuatro figuras es que todos, en sus distintas trayectorias, han tenido vínculos con Salinas. El exmandatario mantiene comunicación directa con ellos, dice uno de los priistas consultados por este reportero, él los reúne con empresarios, cabildea los acuerdos. “Es el gran gestor”.
Después de presionar para que el expresidente Miguel de la Madrid se desdijera de sus expresiones en contra de su sucesor en la entrevista difundida por la periodista Carmen Aristegui el 14 de mayo pasado, Salinas ya no tiene enfrente a ningún exmandatario que le frene su activismo.
Según algunos priistas, él es el jefe máximo; otros lo consideran el gran padrino. Pero Salinas dice que prefiere ser un “constructor de consensos”.
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