Sin conceder
Reforma, 3 Jul. 12
"Hay información que nosotros tenemos que indica otra cosa de lo que está diciéndose en lo oficial". Andrés Manuel López Obrador
No hay razón para la sorpresa. Andrés Manuel López Obrador no ha reconocido hasta ahora ninguna derrota electoral. No lo ha hecho en sus dos intentos por conquistar el gobierno de Tabasco en 1988 y 1994, ni en su primera contienda por la Presidencia. ¿Por qué habrían de ser las cosas diferentes en 2012? Esto no le ha impedido, sin embargo, celebrar sus victorias, como la de la Ciudad de México en el 2000 o las que acumuló como presidente del PRD de 1996 a 1999.
En los países con mayor madurez democrática los candidatos reconocen derrotas con márgenes menores al de la elección mexicana sobre la base de las encuestas de salida. Lo hizo recientemente el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y también Alexis Tsipras, el líder de Syriza, el partido de izquierda radical de Grecia. ¿Son mayores las irregularidades electorales en México? Es probable, en particular la compra de votos. Pero no parecen suficientes para anular una diferencia de 3 millones de sufragios.
Uno puede entender que López Obrador diga que quiere esperar el recuento oficial de las actas que empezará este miércoles 4 de julio. Es verdad que en otros países democráticos eso no ocurre, ya que las encuestas de salida o los conteos rápidos son más que suficientes para reconocer un triunfo o una derrota. Pero uno puede entender la cautela con el historial de fraudes y manipulaciones electorales que tiene nuestro país.
El problema es que el domingo Andrés Manuel no explicó de esta manera su decisión de no reconocer los resultados. Afirmó más bien tener información que sugiere que son falsos los datos de todas las encuestas y de todos los conteos rápidos, incluyendo el del IFE, y no dijo cuál era esta información.
No es la primera vez que López Obrador hace afirmaciones de cuestionable veracidad. En 2006 dijo a lo largo de la campaña que sus encuestas le daban 10 puntos de ventaja, lo cual sería equivalente a unos 5 millones de votos. Al final resultó que no era así. La noche del 2 de julio de 2006 aseveró tener 500 mil votos de ventaja. Después fue claro que estaba en un empate técnico con Felipe Calderón, que fue lo que arrojaron las cifras oficiales, y que lo sabía.
En la campaña de 2012 las encuestas previas mostraron consistentemente que Enrique Peña Nieto tenía una ventaja significativa sobre el candidato de la izquierda. López Obrador, sin embargo, afirmó que él tenía una encuesta que le daba dos puntos de ventaja. Cuando la dio a conocer, la distancia que mostraba era de 1.4 puntos, pero el documento no señalaba ni quién había hecho el ejercicio ni daba suficiente información sobre la metodología. El propio estudio de Covarrubias y Asociados, tradicionalmente la encuestadora de López Obrador, le daba 11 puntos de ventaja a Peña Nieto unos días antes de la elección.
El Movimiento Progresista obtuvo triunfos muy importantes este domingo: en el Congreso, en Morelos y en Tabasco. En la Ciudad de México la victoria de Miguel Ángel Mancera fue contundente. Andrés Manuel, sin embargo, considera que todos estos triunfos de la izquierda son válidos y legítimos, mientras que sus derrotas son producto del fraude.
Es una lástima que esta sea la actitud del líder de la izquierda. México necesita una verdadera izquierda democrática: que promueva una mayor equidad económica, que tenga programas sociales eficaces y que defienda una agenda progresista en temas morales, pero que esté dispuesta también a respetar las reglas de la democracia.
SIN CALZONES
El tribunal electoral regional con sede en Toluca anuló la elección de noviembre de 2011 de Morelia que ganó el priista Wilfrido Lázaro Medina. ¿Razón? Que el boxeador Juan Manuel Márquez llevaba un logotipo del PRI en los calzones en su pelea en Las Vegas contra Manny Pacquiao. Este 1o. de julio se llevó a cabo la nueva elección y una vez más la ganó el triunfador inicial, sólo que con mayor margen.
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