OCTAVIO PAZ/Roberto
López Moreno
No
vio nacer al mundo,
más
se enciende su sangre cada noche…
No
vio nacer al mundo
más
se incendia su sangre cada noche;
desde
ese palpitar otea el día,
lo
descifra, traduce,
lo
acomoda en todo lo que nombra.
El
día aquí
es
una herida por donde fluye
un
motín de buganvilias.
Baja
la fecha a nuestro somos,
recorre
litorales de barro y nube.
Asombros.
Ometecutli
–huitzillin amarillo-
(bujía de mis más rotundos desconciertos)
eleva
sobre
nuestros destinos
la
sed del fósforo
y
nos convierte en la patria
de
su penacho incandescente.
Cisne
y nahual se ciñen a esta fecha
(este es un cisne que sí conoce
su
peso en el paisaje,
nahual
que sabe su embrujada brasa)
cucharada
de azúcar,
cucharada
de sal.
En
la pupila azul de la memoria
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